Cada noche juntos era especial, cada día se la pasaban recordando sus encuentros, cada día se conocían un poco más, cada momento juntos los hacía sentir un sentimiento que no habían experimentado antes.

Cada que se miraban a los ojos una sensación les recorría el cuerpo.

Cada que estaban al lado de otro sus corazones latían desenfrenadamente, y siempre tenían un rubor en sus mejillas.

El tiempo pasaba y se hacían más cercanos, el tiempo pasaba y su amor se hacía más grande, el tiempo pasaba y no querían separarse, el tiempo que pasaban juntos era especial.

Ninguno hablaba de amor pero con solo verlos intercambiar miradas era obvio.

Habían pasado unos meses desde su primer encuentro y seguían viéndose cada noche, sintiendo sinfín de emocines al estar juntos.

Sin duda ese sentimiento desconocido tomaba forma y a cada vez crecía más con el paso los segundos tiempo, y con su convivencia.

Ninguno quería admitirlo, ninguno queria dar el primer paso pero ese sentimiento seguía ahí, haciéndose mas fuerte cada vez, más intenso e inexplicable.

Llevaban ya un tiempo desde la primera vez que se vieron y cada noche se veían aún con sus disfraces.

Los humanos excavaban una nueva mina de un material que antes no habían conocido y Adien habia aprovechado su trabajo para empezar a crear una pieza de joyería única para Marinette y quieria trabajar en ello hasta que fuera perfecto.

Pero una noche en especial mientras se encontraban sentados bajo un árbol platicando, cuando escucharon ruidos acercándose.

Dos jovenes tomados de las manos, una chica y un chico ambos pertenecientes de la manada de hombres lobo.

La tensión del momento hizo que todos es tuberías mirandose por un buen rato sin saber realmente que deberían hacer, hasta que alguien decidio hablar.

— me llamo Alya y él es Nino, salimos a dar un paseo sin percatarnos que salimos de los terrenos de la manada, pero lo intersante es ver a la princesa de los vampiros junto a un humano, ¿será que acaso planean unirse contra nosotros?

— Para nada, nosotros no planeamos nada tan atroz, y si fuera el caso seguramente serían secretarios o consejeros los que harían esa clase de tratos, pero me ofende que crean o supongan cosas que son falsas, yo siendo la "prinsesa de los vampiros" como me llamaste, no sería capás de un acto tan bajo.

— bueno que tal si nos calmamos un poco, como ya dijo mi novia me llamo Nino y ¿cómo se llaman ustedes? - decía tratando de romper la tensión del momento.

— soy Adrien, y bueno ya lo saben soy humano y aunque sé que parece extraño Marinette —dijo señalándola— y yo somos amigos y solo platicamos en este lugar, sin ninguna otra razón - decia con gran sinceridad.

— es un gusto Adrien- decia Nino mientras estrechabab sus manos.

- ya veo- decía Alya mirándolos con una mirada pícara ya que ella mejor que nadie para notar que estaban en una especie de cita y ella no era nadie para juzgar el amor entre ellos...— entonces seamos amigos—decía estrechándole la mano de Marinette.

Y esa noche nacieron nuevos lazos de amistad...