Los vampiros eran un poco complicados, tenían leyes, reglas, y si podían procrear, al menos en mi historia sí.

Estos vampiros se clasificaban en nobles y plebeyos, los nobles decían ser de sangre pura ya que solo entre familia se unían, y los plebeyos, que no eran de sangre pura, unían sus vida aun si no eran familia.

El vampiro más poderoso era el rey de los vampiros, quien era extremadamente fuerte y sanguinario.

Llegaban a vivir 500 años, no eran inmortales solo vivían más que otras especies.

El sol no los mataba, solo les producía quemaduras extremas, por eso preferían una vida nocturna y dormir por el día.

Su unión consistía en una ceremonia donde se aceptaban mutuamente y bebían la sangre de su contrario, para establecer su lazo eterno.

No ingerían sangre de humanos ni de otras especies solo entre ellos cuando encontraban a su pareja.

Cada poblado consistía en tres divisiones, una de vampiros otra de hombres lobo y humanos, como si fueran un especie de balanza, y cada especie fuera vital para mantenerla en equilibrio. Pero así mismo en otras regiones había otros poblados iguales.

Pero cada uno tenia sus propias tierras y cada una estaba dividida por bosques extensos para la caza y cultivos, y siempre respetaban sus tierras.

Pero con el crecimiento de cada especie, la necesidad de expandir sus tierras era cada vez más grande, amenazando con la paz que poseían.

La posibilidad de una guerra por expansión, se hacía presente y cada clan solo esperaban algún error de sus contrarios, y los vampiros esperaba a que los humanos y hombres lobo se atacaran entre sí y al final ellos atacar a quién quedara débil y así expandirse exponencialmente.