Capítulo Ventidós
El nuevo nombre de Arturo es Adam, lo corregiré en los capítulos pasados en los próximos días. 😊
-¿Casarte? ¿Tú?- le preguntó Jeremy incrédulo.
-¿Sí?- dijo Harding más a modo de pregunta que de respuesta al tiempo que se revolvía el pelo.
Ni él mismo podía creerse lo que estaba haciendo.
Y menos aún Jeremy.
Hacía ya tres meses que la guerra había quedado atrás. Al menos materialmente hablando, porque todos sabían que jamás se iría del todo.
En ese tiempo Jeremy había permanecido en la casa familiar, disfrutando de sus padres, quienes tras la vuelta de su único hijo, sano y salvo, no cupieron en sí de gozo.
Necesitaba recuperarse de algunas heridas físicas y de otras mentales antes de poder volver a salir y vivir en sociedad, por lo que el campo y su tranquilidad en plena temporada social le pareció lo ideal, y como sucede con todo padre que se precie tras una ausencia de un hijo tan larga como la del suyo, accedieron a esta y a cualquier otra petición que él no formuló.
Otra manera de contar todo esto, mucho más simple, era que se estaba comportando como un cobarde.
No se atrevía a ir a ver a Victoria.
No se veía capaz de ello, de verla después de su confesión y rechazó, después de su huida, de ignorar muchas de sus cartas.
Y peor aún, no era capaz de verla, mírala a los ojos y ver en ellos que no lo había añorado y que ya lo había sustituido.
Porque eso sería...
Pero poco a poco el valor había ido volviendo a él, y justo cuando por su mente había aparecido la idea de que quizás ya era el momento de salir de su caparazon, Harding había aparecido en sus despacho, había abierto la puerta sin ser anunciado y le había soltado la gran e inesperada noticia antes siquiera de que le diera tiempo a girarse para mirarlo.
Jeremy observó a su nervioso amigo aguardar una reacción por su parte, y sonrió.
-¡Enhorabuena!- le dijo contento mientras se levantaba, abrazaba a su amigo y palmeaba su espalda.- Perdona mi silenciosa y retardada reacción, pero ante tu rotunda negativa al matrimonio expresada durante casi... cinco años? Me resulta casi imposible de creer.
-Yo tampoco puedo creerme lo que estoy haciendo Jer, yo tampoco.- le contestó con una sonrisa nerviosa y aliviada Harding.
-Pero relájate hombre.- le dijo este .- si lo que esperabas es que te dijera que es una locura, pues lo siento pero no lo voy a hacer. No sé tu historia con la afortunada, pero por como te comportas estoy segura de que, como mínimo, te importa. Y eso me hace muy sentirme muy feliz por ti.
Harding asintió sin acabar de salir del trance en el que se hayaba.
-Tengo curiosidad por conocer a la afortunada. ¿Cuándo tendré la oportunidad?-preguntó ansioso Jer, la curiosidad lo estaba matando. Sin duda la muchacha debía ser digna de conocer su había hecho caer a su amigo en las redes del matrimonio.
-Mañana, vamos a ir al teatro y esperaba que no pudieras acompañar. Viene también una de sus hermanas.- le contestó su amigo al tiempo que le guiñaba un ojo.
Jeremy rodó los ojos y se limitó a no contestar.
Todos sus amigos sabían tan bien como él que no habría otra que no
fuera Victoria, pero aún así les encantaba intentar emparejarlo con cualquiera.
-Allí estaré.- dijo en su lugar.
Ambos hombres conversaron un par de horas más para ponerse al día y, después, Jeremy permaneció un tiempo más pensativo en su despacho.
Por un lado se sentía pletórico porque su amigo se iba a casar con una mujer de la que, sí no estaba ya enamorado, cosa que dudaba, pronto lo estaría.
De verdad que se sentía feliz por él, de verdad ...
Pero eso no evitaba que, en lo más hondo de su corazón, sintiera una punzada de celos.
Cuánto le gustaría ser él el que le presentara a sus amigos a Victoria como su prometida en el teatro.
Cuánto, cuánto le gustaría.
.......................................
-Y... eso es todo.- acabó de decir Victoria al tiempo que se giraba hacia sus tres impávidas hermanas.
Llevaba, exactamente, dos horas con ellas en su habitación contándoles todo lo acontecido.
Y con todo me refiero a absolutamente todo; su noche de bodas, primeros días de casados, los celos de Jer, su discusiones, su falsa creencia de estar embarazada, su intento de violacion, las pesadillas de Jer y su confesión, y la contestación de ella a su confesión, y la reacción de él ante la contestación de ella ante su confesión, y la reacción de ella a la reacción de él ante la contestación de ella ante su confesión, y de cómo, ahora, ya ni sabía qué pensar.
Mientras Victoria caminaba de un lado a otro de la habitación relatando todo de forma extensa y detallada, Cristal había permanecido todo el tiempo apoyada en la pared, Marlene sentada en el borde de la cama y Amberly acostada en medio de esta abrazando cojín.
Ninguna de las tres se había movido ni un milímetro ni había hecho el mínimo ademán de interrumpirla, por lo que cuando acabó, Victoria espero, al menos, ver una reacción en ellas.
Pero esta no llegó y las tres permanecieron en el mismo sitio donde habían estado oyéndola media tarde mirándola, sin decir nada.
-¿Y bien?- preguntó Victoria impaciente.
Cristal suspiró.
-Vaya.- fue lo único que dijo Marlene.
-¿Vaya? ¿Eso es todo?- preguntó exasperada e incrédula .-¿Cris?- ella seguro que tenía algo que opinar al respecto, siempre tenía lo que opinar sobre cualquier cosa.
-Yo... no sé que decir.- dijo esta con cara contrariada mirando al suelo.
-¿Amber?-preguntó entonces desesperada.
Amberly la observó unos segundos en silencio, se levantó como en trance de la cama y se aproximó despacio hacia ella, aún con el cojín en la mano.
Durante unos instantes, la miró impávida a los ojos, y victoria pensó que la abrazaría.
Pero no lo hizo.
Si no que empezó a atizarle con el cogín que tenía en la mano.
Victoria gritó y comenzó a correr por la habitación con Amberly justo detrás gritándole sin dejar de darle almohadazos.
-¡Estúpida insensible! ¡Mala persona sin corazón! ¡Mi Jer, nuestro Jer! ¡Nuestro pobre niño!- le gritaba con saña a todo pulmón.-¡Eres una desalmada! ! No tienes sensibilidad! ¡No tienes corazón! ¡Mi pobre niño se te confiesa y tú...! ¡Estúpida!
-¿Y que se supone, que porque él me ame yo ya tengo que amarlo? El amor no llega de un momento a otro solo porque la otra persona te quiera.- cuando había hecho ademán de hablar Amberly había dejado de pegarle esperando oír un justificación ante su comportamiento, pero tan pronto oyó lo que le dijo volvió a atizarle.
-¡Si es que más tonta y no naces! ¡Pero si tú estás total y completamente...!- Pero no pudo acabar la frase porque Cristal la aprisionó entre sus brazos , le quitó el cojín y le tapó la boca.
Porque la pequeña Cris sabía que no era el momento para decirle aquello, pues sabía que Victoria se obcecaría y no lo querría escuchar.
No estaba preparada aún.
Tenía que darse cuenta ella misma.
-Voy a soltarte.- le dijo a Amberly.- pero vas a sentarte y vamos a comportarnos todas como personas racionales y correctas. Si estás de acuerdo asiente.- ella tardo unos instantes, pero lo acabo haciendo, así que su hermana la liberó y volvió a sentarse en la cama no sin antes lanzarle una mirada de odio a Victoria.
Ella, que tanto esfuerzo pasaba con William y otras que tenían al hombre de su vida en la palma de su mano y ...
-Vamos a ver Victoria. ¿Por qué dices que no amas a Jer? ¿Qué te impide hacerlo? ¿Cómo estás tan segura de que no lo estás?- le preguntó Cristal.
-Bueno yo... simplemente... vamos a ver.- divagó indecisa.- porque eso se sabe. ¿No? Tú sabes que estás enamorada. Lo sientes. Y yo no me siento diferente con Jer. Me siento igual que siempre a su lado.
-¿Y cómo es igual que siempre?- preguntó Marlene.
-Pues...- comenzó indecisa Victoria mientras miraba al techo en busca de las palabras adecuadas.- Jer me hace feliz. Es tan gracioso, siempre haciéndome sonreír con sus tonterías, incluso cuando no tengo ganas de hacerlo. Porque él siempre sabe cuando tengo ganas de sonreír y cuando quiero gritar y llorar, solo con verme. Me conoce tan bien y es siempre tan comprensivo conmigo, incluso cuando no me entiende. Y me siento muy cómoda con él, desde luego, nunca se nos acaban los temas de conversación. También... también siento mucha admiración cuando estoy junto a él, porque es tan bueno con todos que me dan ganas de intentar ser más como él, a pesar de que sé que es bastante imposible. Y... bueno, recientemente e descubierto que besarlo no está tan mal. Nada, nada mal en realidad.- acabó de decir ella sonrojada.- Me resulta difícil la idea de no vivir con él, no porque no pudiera hacerlo, sinó porque no quiero. Un día con Jer es siempre el mejor de los días.- remató ella haciendo sonreír a sus hermanas.- Porque es mi mejor amigo. Pero eso no es amor. ¿Verdad?
La sonrisa de su hermanas desapareció.
Marlene se dejó caer hacia atrás en la cama, Cristal estampó su mano contra su cara y Amberly, antes de que nadie pudiera evitarlo, volvió a coger el cojín y lanzarse contra Victoria.
En la habitación contigua reinaba un ambiente similar.
-Así que he decidido darle espacio. Creo que es lo mejor.- acabó de contarles Jeremy a sus amigos.
En este caso estaban posicionados al revés; Jeremy acostado en la cama mirando al techo y el resto de pie a su alrededor.
-A buenas horas.- le dijo William mientras negaba la cabeza en su dirección. Harding le dio un codazo.- ¿Qué? Es verdad. Lleva un mes presionándola y atosigándola con sus sentimientos sin dejarla casi ni procesar la situación y ahora, después de semejante numerito, se le ocurre la idea de darle espacio. Lo siento, pero, no se, yo creo que eso debería haberlo pensado hace como.... ¿Tres escenas de llanto antes?
-William...- le regañó Adam.
-No... dejadlo.- le defendió Jeremy.- tiene razón. Debería haberlo hecho antes. Pero es solo que... estábamos tan bien que pensé que habíamos avanzado en nuestra relación, que ella comenzaba a sentir algo por mí... pero ya he visto que eso no es así y creo que, ahora, estoy en una peor posición que al principio.
-No, creo no. Ya te digo yo a ti que sí.- le reprochó William mirándolo de arriba a abajo con reprobación.- Madre mía Jeremy, madre mía. Menuda escena de novela de caballería te has montado. Pareces el desgraciado protagonista de un romance de las cruzadas. Hombre, por el amor de Dios, que tú no eres árabe y Victoria cristiana y vuestro amor es imposible. Que la tienes cruzando una puerta.
-William, podrías ser un poco menos duro.¿Sabes? - le regañó Harding.- Las soberbias suelen caer.- le aconsejó.- Te lo digo por experiencia.
-Bueno, hay que admitir que Jeremy sí que ha sido un poco melodramático de más. - dijo Adam divertido.- pero también hay que entender lo desesperante de la situación. No se como aún no te has rendido amigo, tu dama es, sin duda, la más cabezota que he conocido en mi vida.
-Eso es porque no te has enamorado, si lo hubieras hecho entenderías mi insistencia.- aseguro el aludido.
-Oh no, oh no, no.- rogó William.- Basta ya. Vas ha hacerme vomitar arcoíris. No me extraña que no le gustes a Victoria, Dios mío Jeremy, eres un cursi, uno de lo peor. Me dan arcadas de tanta dulzura.- dijo haciendo una mueca de asco.
-Bueno a lo que iba.- dijo Jer haciendo caso omiso de las muecas de su amigo.- he decido dejarla un tiempo tranquila.
-¿Y después? - preguntó Harding.
-Después volveré a intentar hablar con ella sobre mi sentimientos. La sinceridad es la base de toda relación, seguro que una vez los acepte, todo resultara más fácil. Igual y poco a poco acaba viéndome igual que yo a ella, aún no he perdido la esperanzas
-Osea que, básicamente, tú táctica es...¿ Hacer lo que hasta ahora? - preguntó Adam. Jeremy asintió.
-Sí, porque hasta ahora te ha ido tan bien. - alegó William con ironía.
-¿Y que otra cosa se supone que puedo hacer si no? La amo, pero ella no a mí. ¿Qué opciones tengo más que aguardar?
William miró al cielo y suspiró.
-Yo ya no puedo más. Me rindo, me rindo.- dijo al tiempo que salía de la habitación.
-Y luego te llama a ti melodramático.- dijo Adam justo antes de salir por la puerta detrás de su amigo.
Harding observó a Jer unos instantes, negó en su dirección divertido y después abandonó también la habitación.
Una vez en el pasillo los tres amigos se encontraron con las tres hermanas.
Y tres segundos y un intercambio de miradas después, el plan ya estaba armado y ya no quedaba ni el mínimo resquicio de duda en ninguno de ellos de que, al final de esa semana, Jeremy y Victoria se convertirían en la pareja de enamorados que todos, menos ellos, sabían que ya eran.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top