Capítulo Veintitrés

Momentos antes del encuentro de los novios en el altar merece la pena mencionar la escena que se desenvolvió no muy lejos del pasillo nupcial .

¿ El lugar?

La sacristía .

¿ Qué sobre que trata este relato ?

Un novio histérico.

Porque sí, nuestro querido y siempre impasible Harding se movía desesperado de un lado a otro de la sacristía mientras esperaba impaciente por la novia .

- Por el amor de Dios, lleva dos minutos de retraso , no veinte , relájate , ya aceptó casarse contigo , no te va a dejar plantado ahora .- le decía divertido Jeremy .

Harding lo miró de soslayo con odio, pero eso sí , sin detener ni un momento su caminata .

Sus tres amigos allí presentes se rieron . Al igual que llevaban haciendo toda la noche anterior .

¿ Qué quienes eran dichos amigos ?

Por un lado tenemos , situado a su derecha , sentado rígidamente en un sillón, a William Cavendish, duque de Devonshire, (quien lucía en su hermoso rostro las marcas de la vez que lo había salvado en el campo de batalla ) un hombre serio debido a su difícil vida quien, sin embargo, dejaba  de lado su serio talante en ese momento para sustituirlo por uno suspicaz.

Y por otro lado tenemos,apoyado despreocupadamente en el marco de la puerta a Arturo, que a pesar de las habladurías que lo posicionaban como el próximo primer ministro , de su recién adquirido ducado de Susex y de su nada agradable experiencia bélica era, sin duda alguna, una de las personas más risueñas que jamás alguien pudiera conocer y , como no podía ser de otra forma , en este momento se encontraba desternillándose de risa.

Pero esas risas no fueron nada comparadas a las que soltaron cuando el novio paró de golpe su caminata , se pasó una mano por el pelo revolviéndolo aún más y suspiró .

- No es que dude de que vaya a venir ... Cristal nunca faltaría a su palabra . ¿ Pero ... debo estar yo ?

Los rostros de sus amigos cambiaron de risa a sorpresa . Jeremy lo observó con una expresión de quien se ha tragado algo amargo .

- No me estarás diciendo que la vas a dejar tirada. ¿ No ? - dijo en un tono preocupado y amenazador .

- Harding, no te lo tomes a mal , pero creo que es un poco tarde para pensárselo .- añadió pragmático y serio William .

- A parte, es un absurdo que lo pienses puesto que la sacristía no tiene ventanas , claro que siempre te quedaría escabullirte por ...

Los tres presentes observaron a Arturo con una ceja levantada . Este alzó las manos en señal de inocencia y Harding volvió a suspirar .

- No es eso , no pienso irme ahora que tengo lo que deseo , porque esto me hace maldítamente feliz pero ... Maldita sea , también me aterra. Ella es demasiado buena para mi . No se si habéis notado que daño todo lo que toco , pero creedme que yo sí, y ahora ella estará conmigo el resto de nuestras vidas y no quiero decepcionarla y... y no quiero ...no quiero...

-Ósea , que lo que temes es no estar a la altura .- Dijo Jeremy al tiempo que lo miraba . Y después se carcajeó .- Amigo, eres el hombre más noble que conozco y as encontrado a la muchacha perfecta , vas a ser feliz , solo acepta que tu momento de tranquilidad a llegado y abrázalo , ya te tocaba .

William asintió con conformidad y Arturo señaló la puerta de atrás. Harding río y este último se hizo el despistado cuando sus otros dos compañeros lo miraron .

- Lord Norfolk.- dijo el cura asomándose por la puerta - la novia ha llegado .

Jeremy , quien haría de padrino , se levantó de la mesa donde estaba sentado y le dio una palmada en el hombro . Harding se miró en el espejo para cerciorarse de que todo en su atuendo estaba perfecto al tiempo que observó a través de el como William le revolvía aún más el pelo y Arturo le ponía una flor en el ojal del traje .
Harding miró a este último con una ceja alzada .

-¿ No dijiste que le gustaban las flores ? - replicó este encogiéndose de hombros y saliendo de la habitación .

-Harding- le dijo entonces  William para llamar su atención- Se feliz , te lo mereces .

Este asintió .

- Tu serás el próximo en encontrar la felicidad . - le contestó este mientras posaba una mano en su hombro para enfatizar lo dicho -Lo sé, eres probablemente el que más se lo merece de todos nosotros . Y quien sabe si a manos de una mujer también . - continuó diciendo su amigo al tiempo que le guiñaba un ojo .

William elevó una de las comisuras de sus labios en una sonrisa irónica de aquel que cree imposible lo que le están diciendo , y Harding supo entonces con cereza que, sin duda  , él sería el siguiente .

Todo lo serio y respetable que pudo se colocó en su posición al lado del altar, pero era todo apariencia pues sentía  su corazón martillear contra su pecho fuertemente y le sudaban las manos .

Y cuando la vio ...

Cristal , su Cristal , un ángel vestido de blanco que caminaba hacia él, que iba ha ser su esposa .

Nada más le importó , ni la gente , ni que viniera de la mano de su peor enemigo , a sus ojos en ese momento solo existía ella , preciosa y sonriente caminado hacia él.

Cuando al fin llegó , Geric posó la mano de su hermana en la suya y asintió en su dirección .

Pero él quien seguía sin tener ojos más que para ella, ni se percató .

Con sus manos temblando le levantó cuidadosamente el velo y se vio deslumbrado por sus preciosos ojos azules , que lo miraban con un brillo especial que lo dejó anonadado .

Cristal lo observó sonriente esperando que le dijera textual y burlonamente las palabras que le había dicho que quería que le dijera su futuro marido en su boda:"Estás preciosa amor mío".

Tenía sentido ya que se había encargado de recrear hasta la mínima parte de todo lo que le había descrito . Pero en su lugar, este solo la observó en silencio , y cuando ya pensó que no iba a decir nada , le cogió la mano , la besó y le susurró:

-Soy el hombre más afortunado del mundo .

Cristal se ruborizó cuando este le guiñó un ojo al acabar la frase . Bribón .

La siguiente hora pasó en un abrir y cerrar de ojos .Dos si quiero sin vacilación alguna , un par de anillos dorados con sus nombres grabados y un "os declaro marido y mujer" después , Harding y Cristal ya eran marido y mujer .

Y antes siquiera de que pudiera procesar este hecho , Cristal se vio envuelta en los brazos de su marido siendo apasionadamente besada ante los divertidos presentes que aplaudían entusiasmados.

Aquella no había sido la boda de sus sueños , había sido mucho mejor .

El arroz cayó como lluvia sobre ellos mientras salieron de la iglesia entre risas y se metieron en el carruaje .

Poca conversación hubo de camino a la mansión Norfolk,  o a lo largo del banquete .

Un beso robado , una mirada furtiva , una discreta caricia en la mano, una tímida sonrisa ...

Pero no fue hasta su primer baile como marido y mujer cuando , al ritmo de un suave valse , Cristal , mientras se balanceaba entre los brazos de Harding , se dio cuenta de que sin duda , nunca había sido más feliz en toda su vida .

La noche vino en un abrir y cerrar de ojos y , cuando quiso darse cuenta se estaba despidiendo de Victoria y Amberly .

Marlene estaba desaparecida y estas tres se observaban emocionadas sin saber muy bien que decir hasta que Amberly rompió el silencio de la manera más insospechada .

- Es él.-dijo mirando a un hombre al fondo de la sala .

- ¿ El quién? ¿El amigo de Harding? ¿Lo conoces? .- dijo sorprendida Cristal mientras miraba al hombre que su hermana señalaba.

- No , no lo conozco de nada .- susurró su hermana sin dejar de mirarlo .

-¿ Y por qué dices que es él? ¿ Él quien? - preguntó confundida Vicotoria.

-Mi futuro marido.- afirmó Amberly mientras comenzaba a caminar en su dirección .

Y , como ya he dicho antes , Amberly nunca decía nada en vano .

Cristal y Victoria se rieron.

- La verdad , te admiro hermana.- comenzó a decir Victoria.- nunca había visto a una novia tan poco nerviosa antes de su noche de bodas .

Cristal miró a su hermana con el ceño fruncido . Esta la observó con una ceja enarcada y de pronto abrió la boca con sorpresa .

-Oh Cristal. Porque tú... ¿ Tú sabes lo que pasa en la noche de bodas no ? - le preguntó consternada su hermana .

-¿ Lo que pasa en la noche de bodas ? - dijo Cristal frunciendo aún más el ceño .

- Oh Dios mío yo... claro, mamá no está , pero pensé que en la academia ... Dios mío que tonta soy. ¿Cómo iban a decirte algo en la academia ? Yo... tenemos que... que  hablar . Tu ... a ver ... es decir ... los bebés...cuando un hombre .... si una... un mujer ..... ¡ Maldita sea! Se supone que esto lo cuenta una madre, yo ni siquiera... Vale, veamos . ¿ Dónde están tus aposentos ? Necesito comentarte una cosa en privado .

Diez minutos después Victoria dejó la habitación con las mejillas rojas y a una horrorizada Cristal maquinado el más rápido e ingenioso método de huida .

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