07

CALVIN

Desde la oscuridad de unos pasillos veo a Dean salir de la habitación de mi madre, cuando se aleja más y comienza a descender por las escaleras me encaminó hacia la habitación, abro la puerta sin tocar y veo a mi madre mirándose frente al espejo.

—¿Que te pregunto?

Ella se gira a verme y me sonríe.

—Hablamos sobre su madre, quiso saber un poco más de ella y le conte— me contesta mientras me observa, yo me preocupo y ella lo nota— Tranquilo Calvin, solo le conte de ella y no de nadie más, el no tiene ni idea de lo que hicimos.

—¿Hicimos?— pregunto con una risa y ella me mira, me siento al borde de la cama— Yo no te pedí que me metieras en tus mentiras.

—¡Estoy cansada de que me eches en cara todo Calvin!— me contesta mi madre con enojo— Si no hubiera sido así tu no serias el próximo en la sucesión del trono, sería el, sería Dean, recuerda que tu eres en realidad el menor por lo que no tendrías el derecho al trono.

Me giro hacia mi madre con enojo.

—Yo no te pedí ser el futuro rey, yo no quería— me siento sobre el borde de la cama un tanto rendido— Ojalá jamás hubieras hecho eso madre, ojalá todo el mundo supiera que en realidad yo soy el menor y Dean es el mayor, no sabes el miedo que tengo cada vez que Dean me mira, siento que ya lo sabe y se queda callado para hacerme sufrir— la miro— Cada vez que alguien externo se me acerca temo que me diga "lo se todo", no sabes el miedo con el que vivo.

Mi madre me abraza y yo descanso cabeza sobre su hombro.

—Nadie lo sabra, te lo prometo, primero muerta antes de que sepan la verdad.

***

ADELAIDE

Camino por las calles de la pequeña ciudad de Castle Combe mientras en mi saco negro sacudo el reloj que robe, detengo mi andar mirando a todos los habitantes del pueblo, mis ojos vagan  a cada integrante, al ser un pueblo pequeño en donde vivimos los pobres nos conocemos muy bien. El señor Philipe, un hombre de tercera edad está cerrando con madera su negocio, el estira su mano hacia su esposa Sarah y veo que se encaminan hacia las afueras del la ciudad.

Otro habitante que se va de Castle Combe, otro puesto cerrado, una oportunidad menos para poder crecer en nuestro pueblo, aprieto mis manos formando un puño y miro hacia el gran castillo de la familia real Souza de Luxemburgo, las banderas de la casa de la familia de un león con una serpiente plata a su alrededor ondeando en el aire.

¿Como pueden hacernos esto? ¿Por qué no nos ayudan? ¿Por qué no hacen nada por el pueblo? También somos sus habitantes, extraigo de mi saco el reloj que logré robar, se que este reloj le pertenece a un noble.

Si ellos que son ricos no hacen nada por nosotros ¿Por que yo tengo que buscar al dueño que robe y regresarle su reloj? Un robo de estos no lo hará menos rico.

"Tu no eres asi" me dice mi mente y aquel odio que le tengo hacia la familia real se relaja y vuelvo a guardar el reloj.

No, no seré como ellos. No voy hacer como ellos.

—¿Hermosa vista no crees?— preguntan a mi espalda.

Sin girarme se quien es y sin apartar la vista del castillo hablo.

—Lo es— asiento con la cabeza, es la verdad, ver el castillo llega a ser impresionante, desde afuera se ve muy lujoso no me imagino como será por dentro.

—Espero que no hayas olvidado que me debes un favor después de haberte ayudado a escapar de esos hombres aquella noche—me dice y yo lo miro, el me sonrie ampliamente — Mi equipo y yo tenemos un plan para entrar al castillo, tu también lo harás y tu serás la encargada de robar lo más preciado que tiene el reino.

No contesto, no me imagino de que puede estar hablando, el reino tiene muchas cosas preciadas, puedo jurar que hasta sus retretes han de ser de oro. Michael deja de mirar el castillo para verme y sonríe aun más.

—Es hora de que me pagues el favor Adelaide— me dice y yo asiento con la cabeza, yo siempre pago todo, menos dinero, el mira de un lado a otro— No podemos hablar aquí, hay mucha gente, sigueme— ordena.

Lo veo darse vuelta y entrando al gentío, me quedo observándolo por algunos segundos y subo mi capucha ocultando mi rostro, no quiero que alguien que le trabaje a  John me vea y le cuente, no quiero que este en problemas con su hermano por mi culpa. Llegamos hasta un pasillo solitario o eso creo hasta que veo que en el oscuro lugar están todos lo que se hacen llamar los "lobos" estos se observan entre ellos al verme llegar.

Samara Parker, la única mujer del clan me mira con fastidio, jamás me he llevado bien con ella porque en un robo yo logre robarle lo que ella robo.

Total, dicen que ladrón que roba a ladrón, tiene cien años de perdón.

—¿Que hace ella aquí?— pregunta Samara hacia Michael

El le sonríe y me mira.

—Vamos— me ordena sin contestar la preguna de la rubia, pasó a su lado y siento su mirada taladrar mi espalda.

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