17.
«Cobarde, cobarde, cobarde. No huyas del destino.»
Cállate consciencia.
«Sabes muy bien que ese poema no se te ha caído, lo has tirado a propósito. En vez de decírselo a la cara. Eres un cobarde»
¡Lo sé! ¿Pero acaso crees que yo podría decírselo a la cara?
«Hmmm...»
Exacto.
Corrí hacia el cuarto de baño y me encerré en uno. Puse los pies en alto y me coloqué los auriculares para escuchar música.
«Holly te espera, ¿lo sabes no?»
— Memorias de Ben
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