V Inicia el Caos

Mientras el vehículo con la Princesa se acercaba a la iglesia, los otros personajes importantes esperaban en distintos lugares.

Entre esos estaba el Primer ministro Ruso, el cual estaba en la azotea de un edificio importante con la que seria su esposa, ambos apreciando la vista.

El Primer Ministro Francés, en cual estaba en un bote lujoso, en uno de los anchos y largos ríos de la ciudad, esperando pacientemente la señal para ir a la iglesia.

El Primer Ministro Japonés, el cual estaba en su limosina estancado en el tráfico, en el puente que daba directo a la iglesia. El cual estaba que se la agotaba la paciencia de la espera.

El Ministro de Defensa Estadounidense, el cual iba en un vehículo ya casi en la iglesia pasando por los numerosos puntos de control de los policías. Este se detuvo para hacer las pruebas de bombas con los detectores, pero sin que nadie se diera cuenta, uno de esos policías colocó un dispositivo en la parte de abajo del vehículo y posteriormente dió la señal para que avanzara.

Finalmente, la Canciller Alemana estaba en las afueras de un parque admirando una pequeña marcha de unos soldados en honor al Conde.

Una pequeña niña con una flor blanca sus manos se acercó con intención de dársela, pero uno de los guardaespaldas se lo impidió.

Canciller: Déjala.

El hombre dejo a la niña pasar y está le dió la flor a la mujer ya entrada en años.

Cansiller: Gracias *Dijo y luego a esto la niña se fue*










Locked: Ya estamos en el perímetro, prepárense para los protocolos de seguridad *Dijo por su intercomunicador ya sólo faltando unas cuantas calles para la iglesia*

Todo para ellos iba a cuerdo al plan.

Ryder: ¿Como va todo chicos? *Se oyó su voz por los intercomunicadores*

Chase: Por ahora bien.

El día estaba tranquilo, nublado, la gente que había ido ya sea por la muerte del Conde, o para ver la llegada de los personajes internacionales, estaba tranquila detrás de las vallas de seguridad.

Pero Chase tenia un mal presentimiento.

Chase: ¿No les parece demasiado tranquilo? Me incómoda esto.

No tuvo respuesta, Locked sólo lo miro de soslayo.

Minutos después, luego de pasar por todos los protocolos de seguridad ya estaban en la iglesia.

Chase se bajó y le permitió a la Princesa bajar, posterior a eso Locked y Marshall lo siguieron.

Los tres como lo tenían planeado fueron para la entrada de la iglesia con la Princesa.

A Marshall le impresionó el gran número de policías que allí se encontraban, y también de que el montón de personas que miraban, no decían ni una palabra, y casi ni se movían.

Eso le dió un poco de miedo.

De la nada una explosión, no sabían de donde provino pero se había escuchado muy fuerte.

Eso alertó a Chase y Locked, y obviamente a los policías y guardaespaldas en el área.

De repente otra, pero mucho más fuerte, de la que hasta podían decir que hasta el piso tembló. Las personas no sabían lo que pasaba, todos murmuraban asustados.

Princesa: ¿Q-que pasa? *Pregunto asustada*

Seguido se escuchó otra explosión, seguida de otro mini temblor y casi al instante también se escucharon varios disparos a lo lejos.

Eso disparo las alarmas.

Los policías hicieron una formación defensiva para la Princesa y mandaron a retirar a las personas que allí estaban. Chase y Locked por instinto propio sacaron sus pistolas, y llevaron rápidamente a la Princesa al vehículo.

Las personas empezaron a correr asustadas, pero casualmente algunas no.

Vieron que el vehículo donde estaba el Ministro Estadounidense iba a arrancar pero al hacerlo este explotó.

Chase y Locked cubrieron a Princesa, las personas gritaban y corrían asustadas.

Locked: ¡Rapido al Vehículo! *Dijo para luego empezar a correr al auto pero a metros de este, de repente también explotó. Haciendo que el impacto hiciera caer a Chase y Locked, junto con la Princesa*

Empezaron los disparos.

No sabían de donde, o de quien venían, pero no paraban.

Chase al levantarse llevo a la princesa, detrás de un auto para cubrirla, Locked y Marshall lo siguieron.

No podían tomar el auto, ya que si siquiera asomaban la cabeza se las podían volar.

Locked: ¡¿De donde son los disparos?! *Grito para hacerse escuchar por el ruido*

Chase asomó la cabeza y vio que entre los policías y algunos civiles, estaban disparando a otros policías y los guardaespaldas.

Chase: ¡Los policías se disparan entre si!

Locked: ¡Que! *Se asomó para asegurarse de lo que decía era verdad, y en efecto si lo era* ¡¿Pero que Mierda?!

Un policía venia a donde ellos fingiendo querer cubrirse, Chase al verlo supo que para nada los iba a ayudar.

El policía les apunto y Chase reaccionó al instante disparo al policía dándole en cuello matandolo al instante. Haciendo que la princesa gritara del susto.

Más policías y otras personas armadas venían, estaban acabando con los verdaderos policías que estaban ayudando y los guardaespaldas.

Acabando uno a uno, rodeándo y acercándose a la iglesia.

Locked se asomó y al instante disparo a aquellas personas armadas que se acercaban dándole a algunos.

Pero aún así los superaban en número.

Marshall: ¡Tenemos que irnos! *Grito asustado sin poder hacer nada aún*

Los guardaespaldas seguían disparando con esperanzas de poder ganar, pero aunque les dieran a algunos, seguían en desventaja.

Más policías falsos los rodearon tratando de engañarlos, pero ellos no eran estúpidos y les dispararon antes de que hicieran algo.

Locked al asomarse para volver a disparar vio lo que tal vez sería su salvación.

Locked: ¡Un vehículo, a tus once!

Mientras estos aún seguían luchando por sus vidas y la de la Princesa. Ryder, Rocky y el resto en la estación de policía trataban de restablecer el sistema que de alguna forma les habían ingresado un virus.

Dejándolos así sin poder ver que pasaba en realidad, que por lo que escucharon y aún escuchan, parecía que la tercera guerra mundial había estallado en Ladriburgo.

Aquel edificio donde estaba el Ministro Ruso, había quedado hecho cenizas, al igual que el bote donde estaba el Ministro Francés.

El puente donde estaba el Ministro Japonés, estaba derribado bajo el río.

No hace falta mencionar al Estadounidense.

Y aquel lugar donde anteriormente se llevaba a cabo una marcha en honor al fallecido Conde, sólo restaba la sangre y los cadáveres de lo que alguna vez fue la Cansiller Alemana y su equipo de seguridad, la cual aún llevaba una flor blanca en su mano.

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