Capítulo 3: Un plan, una aventura (II)
(Bosque, sección norte...)
Las ramas rasguñaban los brazos del erizo azul que corría despavorido por el bosque con un oso mutante detrás de él, ¿cómo había terminado en aquella situación? Claro, por la llegada de las féminas blancas.
Gruñó mientras esquivaba una enorme roca que lo obstaculizaba la huida.
No obstante, cuando creía que ya iba a caer en las garras del enemigo, chocó con dos personas que iban huyendo igualmente.
(Bosque, sección oeste...)
Shadow corría con sus air-shoes mientras las pesadas e insistentes pisadas del oso lo perseguían por el sendero inestable.
Escupió saliva mientras doblaba por un camino infestado de piedras puntiagudas y, segundos después, escucho el alarido de dolor del oso.
— ¡Ja! ¿¡Qué te pareció eso, escoria!? —cuestionó mientras en sus labios había una sonrisa maliciosa.
No obstante, se victoria fue consumida cuando un tronco dirigido hacia él le hizo perder el equilibrio.
» Lo lamentarás —le aseguró mientras se levantaba de un brinco, para segundos después, lanzarle una lanza Chaos—. Para que respetes.
Volvió a su corrida mientras las pisadas lo desesperadas y aumentaban su humor de perros. Para que en un abrir y cerrar de ojos se encontrará en el piso por un choque.
(Bosque, sección sur...)
Anwar corría con el corazón a punto de salirse por su boca cuando estaba dispuesta en Seguir corriendo en línea recta, el oso salto al árbol que estaba enfrente de ella, asustándola y obligándole a correr hacia la derecha.
— ¡Maldito! —le gritó mientras los residuos del susto anterior aumentaban los latidos de su joven corazón.
Quiso seguir maldiciendo cuando de momento, se encontraba en el suelo y con su rodilla sangrando.
(Sonic, centro del bosque...)
Alzó la cabeza y los vio, sus compañeros de huida: Anwar y Shadow. El trío de erizos espabillaron los ojos y, cuando estaban listos en correr hacia el norte se toparon con otro oso mutante obstruyendole la salida.
— Una emboscada, genial —ironizó sonriente Shadow mientras los tres juntaban las espaldas.
— Creo que estos osos te superan en inteligencia, Shad —bromeó Sonic mientras sentía el pequeño cuerpo de Anwar temblar.
— Joder, y creí que todo sería más fácil —susurró Anwar mientras miraba horrorizada los osos que circulaban a su alrededor, sintiendo el miedo fluir por las venas de ellos—. Pero me he equivocado.
— Nada es fácil cuando tu vida corre riesgo, An —habló balbuceando Sonic.
— Joder, ¿acabas de balbucear? —cuestionó Shadow con una sonrisa en los labios.
— Si... Digo, no —contesto rápidamente.
— Ya callensen —gruñó Anwar mientras trataba de contradecir sus pensamientos negativos—. Y concentrensen en su enemigo.
— ¡Son cuatro! —Chilló Sonic esquivando una roca.
— Díganme que ellos no están jugando con nosotros —gruñó Shadow apretando los puños.
— Así parece —susurró asustado Sonic—. ¿Les puedo pedir algo?
— Habla —contestó Anwar mientras miraba fijamente a un oso tuerto de un ojo.
— Si llegamos a sobrevivir de esta, lo que pasé se queda entre nosotros, ¿está claro?
— Si —contestaron al unísono inseguros Shadow y Anwar.
¿Quién no quería enterarse de la noticia sobre el héroe de Mobious siendo cobarde en una misión suicida? Ninguno.
De momento, un disparo resonó en todo el bosque y los osos comenzaron a caer muertos por la misma bala corriendo en círculo. Anwar fruncio el ceño mientras seguía aquel objeto metálico traspasar cada una de las cabezas de los mutantes, marchándose cada vez más de sangre.
La bala terminó incrustándose en un árbol mientras el ceño de Anwar se fruncía.
— Buen disparo, Shadow —comentó sonriente Sonic mientras lo miraba.
Este fruncio el ceño confundido, pero con una malestar de esperanza en la boca—. No fui yo.
— ¿Qué? ¿Entonces, quién? —inquirió y al ver el brillo en la mirada del azabache comenzó a negar con la cabeza—. Él no puede ser, sabes que jamás nos daría la mano.
— ¿Porqué no, erizo? —inquirió una voz masculina, familiar para Anwar mientras una sombra se movía a las espaldas del erizo azulado.
Anwar en un rápido movimiento por el temor de la seguridad de nuevo amigo desenfundó el arma de la cadera del erizo y, tumbándole se posicionó en su abdomen.
El individuo la miro sonriente y sorprendido mientras en los ojos de la eriza habían solamente algo: seguridad. Comenzó a sentirse incómoda mientras sostenía aquella arma, no era como las demás y eso lo tenía claro según los dibujos que había en ella.
El aro que se suponía debía de rodear los signos sodiácos zigzajeaba por el arma, las líneas negras que la definían resultaban entre el metal de ella.
» ¿Hermosa, no? —cuestionó el erizo en un tono frío y malévolo, llamando la atención de la joven, rió al ver el ceño fruncio de la eriza, su pecho chocaba contra el metal frío de la boca del arma.
«Ni siquiera sabe lo que tiene en las manos.», pensó con enojo.
— Anwar, ¿que estas haciendo? —inquirió furioso Shadow acercándose a ella, no obstante, se detuvo en seco al ver como el joven metía cuidadosamente su mano en el pantalón.
— Apeate —le dijo serio.
— ¿Tienes miedo? —inquirió mientras se removía sobre él, sacándole un gruñido.
«Todos son iguales.», pensó molesta.
— Anwar, estoy bien —dijo Sonic temeroso al ver un brillo salir del objeto que el erizo sacaba de su bolsillo.
— Déjalo en paz, niña —espetó Shadow.
Ella se removió nuevamente y se sobresalto al sentir un metal frío subir por su cadera y al erizo sonriente.
— ¿Necesito volver a repetirlo, hermosa?
Ella se mordió el labio molesta, pero cuando iba a contestar el erizo se movió dejándola a ella boca abajo y disparando, moviendo el arma en forma de media Luna.
La bala trazó una nueva ruta para no terminar en el árbol e incrustarse en la cabeza de un oso mutante.
Ella se bajó de un salto de él, tras haberlo empujado, mientras escuchaba la risa de este al ver las mejillas sonrojadas de ella—. Deberíamos de volver —habló Sonic mientras miraba a su alrededor—. Pueden llegar más.
— Esperen... —habló Anwar mientras se acercaba a uno de los mutantes muertos—. Deberíamos de revisarlos y llevarnos algo que nos ayude en la búsqueda —informó.
— No me gustaría decirlo, pero... —habló el individuo—. Concuerdo con la chica.
— Muy bien, Zack —habló Shadow mientras se acercaba al mutante junto a Anwar.
El nombre rebotaba en la cabeza de la joven hasta que lo supo. Zack el que la había salvado del mutante. Suspiro y siguió ayudando al erizo sin mostrar sorpresa en su rostro.
— Hey, hay algo aquí —habló al encontrar un filo metálico sobresalir de la piel del oso—. ¿Alguien tiene un cuchillo?
Zack saco uno de su bota y se lo tendió inseguro a la chica—. Cuidalo —dijo.
— Vaya, ¿vienes preparado para todo, eh? —rió Sonic tratando de quitar la tensión en el aire, no lo consiguió, simplemente miradas envenenadas de padre e hijo—. Ok, mejor me calló.
Anwar hizo un corte en la piel y el olor a hedor los abofeteó, Zack admiro el rostro de la joven esperando al menos encontrar alguna mueca de desagrado por el nivel del olor, sin embargo, había decisión en su rostro.
Tiró del metal con todas sus fuerzas haciéndose un profundo corte en la mano, pero con el metal en sus manos.
— Lo tengo —canto victoriosa mientras le daba vueltas al metal viendo únicamente un extraño emblema.
— Eggman —susurró molesto Sonic al identificarlo—. Debí suponerlo.
Ella le dio vuelta al metal sintiendo como sus heridas anteriores y la reciente escocían de dolor; unas palabras se encontraban al otro lado—. "Ya tienen la primera pista, la segunda se encuentra en Overland, a ver si tienen más suerte que está. Ah, y casi se me olvida no te preocupes, Sonic, tus hermanos están bien aquí", ¿Qué diablos...? —maldijo ella mirando el rostro del erizo azulado.
— Sonia, Manic... —susurró para segundos después dejar una estela detrás de el.
— Imbécil... —espetó Zack mientras le arrebataba el metal de las manos a Anwar.
— ¿Imbécil? ¿¡Imbécil!? —cuestionó nuevamente sobresaltada y molesta—. ¡Pobre mejor dicho! ¡Acaban de llevarse a sus hermanos y, ¿lo único que se te ocurre decir es imbécil!?
— Es un imbécil te guste o no, eriza —espetó molesto mientras se escogía de hombros.
— ¡Eres un insensible, Zack!
— ¡Ya basta! —rugió Shadow—. Debemos ir a buscarlo o hará una locura.
— ¿A qué te refieres con locura? —cuestionó ella mientras sentía las gotas de sangre deslizarse por sus dedos.
— Sabes a lo que me refiero.
Ella se dio la vuelta, pero ya Zack no estaba y solo estaba el metal sobre un tronco roto.
(Casa de Sonic...)
Un erizo azul desesperado derrumbaba bruscamente la puerta de entrada tras haber subido de tres en tres los escalones de la entrada. Lágrimas de impotencia y esperanza acariciaban sutilmente sus mejillas.
— Por favor que están ahí —decía una y otra vez mientras buscaba en cada una de las puertas—. ¡Sonia, Manic! ¡Chicos...! ¡Salgan de su escondite, no es gracioso!
Más lágrimas se derramanban al ver que solo faltaba una puerta, una sola esperanza.
Al abrir la puerta, encontró al detestable erizo de espaldas a él con una nota en las manos.
— Fuiste un imbécil al venir hasta aquí —le dijo Zack molesto—. ¿Qué no fue suficiente con saber que se los había llevado?
— Q-quería averiguarlo... —balbuceó mientras se dejaba caer de rodillas al suelo.
— ¿Para qué? ¿Para estar tan lastimado como lo estás ahora? —inquirió con enojo—. Eres un imbécil.
— ¿¡Puedes dejar de insultarme por un momento y apiadarte de mi!? —rugió furioso mientras se levantaba y caminaba decidido al erizo azabache.
— ¿Qué quieres que te diga, héroe de Mobious? —cuestionó mientras alargaba la cabeza, Sonic le pesaba por unas pulgadas—. ¿Qué está bien lo que estas haciendo? Si es para mentirte, no lo haré.
— ¡Ahg! —el rugido de Sonic le aviso a Zack lo que el tanto esperaba de parte de este.
Detuvo su puño con un solo dedo incrementando la ira del roto erizo. Sus hermanos. Eran lo único que tenía en este mundo luego de que sus padres murieran en un accidente automovilístico.
Sollozó con fuerza dándole el primer golpe a Zack en el abdomen; no duró ni dos segundos en pie el erizo azulado cuando su espalda se estrelló contra el escritorio dedicado para la música que Manic cuidaba con tanto afán.
La puerta de la entrada se abrió de golpe mientras Shadow miraba desesperado a todos lados con la esperanza de ver a Sonic con vida... Aún. No lo podía negar, ese detestable y orgulloso erizo, héroe de Mobious, se había ganado un pedacito del corazón metálico del erizo quien lo veía como un hermano menor al cual tenía que cuidar.
Unos golpes en el segundo piso le devolvieron el color de su rostro tras haberse dado de cuenta que no había rastro del mencionado en la sala.
— Están arriba —le confirmó aquella dulce voz a su espalda.
— Sigueme y no te alejes —fue lo que contestó mirándola por unos segundos, tras haber visto su asentimiento corrió escaleras arriba.
— Vamos, ¿qué esperas? —cuestionó Zack mientras le hacía señas de que atacará primero, y, este cegado por la ira, lo hizo, partiéndole el labio al erizo azabache—. Buen golpe.
Zack no tuvo tiempo de responder al golpe cuando ya se encontraba a agarrado por su chaqueta y siendo empujado hacia atrás a la misma vez que la puerta se abría dejando ver a dos erizos.
— ¡Sonic!
— ¡Zack! —Chillaron al unísono; chilló asustada Anwar inconscientemente al ver como la espalda del mencionado se encontraba azotándose bruscamente contra la estantería de libros, tumbando a algunos.
El azabache golpeó las costillas del azulado haciéndole perder el equilibrio tanto como la fuerza que ejercía en sus hombros, segundos después, su rodilla se estrellaba contra la mandíbula de este, pero en un rápido movimiento del azulado, desenfundó el arma de la pierna de Zack y disparo.
No obstante, la bala solo rozó el brazo de este dando un giro y clavándose en el estómago de la chica.
— ¡Anwar! —grito horrorizado Shadow mientras veía la sangre escurrirse entre los dedos blancuzcos de la joven asustada—. ¿¡Qué has hecho, Sonic!?
Sonic solamente miraba impresionado el arma que resplandecía por los rayos del sol a su espalda, luego, miro sonriente a Zack—. Es una Luna llena, ¿dónde la encontraste?
— Eso no te importa —espetó furioso mientras se la arrebataba para guardarla en su estuche—. Mira lo que has hecho por tus malascrianzas —gruñó señalando con la cabeza a la joven que se encontraba en brazos del azabache.
— No, yo no hice eso... —balbuceó horrorizado al ver la mirada suplicante de la joven—. ¿Anwar?
Y antes de que pudiera haber hecho otra locura, Zack lo golpeó con la culata del arma por la parte trasera de la cabeza dejándolo inconsciente—. Imbécil.
(Sala, casa de Crystal...)
Iris caminaba desesperada de un lado al otro mientras la tensión se podía cortar con un cuchillo; todos estaban inseguros de que aquel trío de erizos hayan podido huir del enemigo, especialmente aquella eriza herida.
— ¿¡Porqué la dejamos ir con ellos!? —rugió mientras se detenía enfrente del sofá en donde se encontraban sentados todos sus amigos.
— Te recuerdo que ella se ofreció, querida —habló calmadamente Rouge quien se encontraba con las piernas cruzadas y los brazos extendidos en el sofá, cómoda y sin ningún rastro de preocupación en su rostro.
— ¡No me importa! —Chilló—. ¡Debieron de impedirlo!
Crystal se mordía las uñas mientras no le quitaba la mirada a la puerta, sus ojos estaban acumulados por las lágrimas y, estar escuchando los gritos de su hermana mayor le aumentaban el humor de perros.
— ¡Ya deja de gritar, joder! —estalló Knuckles levantándose del sofá y encarándola—. ¡No eres la única que está preocupada, así que me haces el favor de sentarte y cerrar la boca por un momento!
Iris se dejó caer en el sofá suspirando y dejando caer su cabeza entre sus manos—. Lo siento, chicos —balbuceó—. Llevamos solo un día aquí y miren todo lo que hemos hecho.
— No es su culpa —le animo Vainilla—. Las cosas pasan por algo, después sabremos por que.
Israel miro las delicadas facciones de Crystal mientras una lágrima bajaba por su mejilla—. Todo es mi culpa... —habló—. Yo debí de ir a su planeta no ustedes aquí... Aún sabiendo la corta edad que Anwar tenía, las puse en riesgo —sollozó—. Todo es mi culpa, todo...
Iris se levantó del asiento y la abrazo mientras escondía su rostro en el pelo—. No, hermana, todo es culpa de nuestros padres por habernos separado... ¿A quién se le ocurriría separar a tres hermanas?
Cuando Crystal estaba a punto de contestarle a su hermana la puerta se abrió abruptamente y de ella entraron cuatro erizos, los primeros: Anwar y Zack quien cargaba en brazos a la inconsciente eriza y luego, Shadow y Sonic, este primero llevaba al azulado en su hombro.
— ¿Qué ocurrió? —Cuestionó Tails saltando del asiento y verificando al azulado luego de que Shadow lo posicionará en el sofá.
— Eggman secuestro a los hermanos de Sonic —habló el azabache mientras su hijo colocaba con delicadeza a la joven en el sofá y oprimía su herida junto a las manos de ella.
— ¡Vainilla, ayúdanos! —grito mientras miraba a los ojos a aquella joven asustada y con lágrimas en los ojos.
Vainilla chilló al ver tanta sangre coagular por entre las manos de los erizos mientras se miraban a los ojos... Zack se vio obligado a limpiar las lágrimas que bajaban por las mejillas de la joven, no podía negar que odiaba ver a alguien llorar y tampoco de que quería irse lo más pronto posible de allí, pero quería saber porque aquella eriza lo había derivado tan rápido si tenía la guardia alta, además, que eran aquellas esferas con las que combatió al oso en el bosque.
— ¿¡Qué sucedió!? —cuestionó la coneja mientras dejaba el botiquín al lado de Zack y lo empujaba para chequear la herida de la eriza.
— Sonic enloqueció, eso pasó —gruñó Zack viendo sus guantes bañados en sangre.
— Tenemos que hacer algo —habló el mencionado llamando la atención de los demás—. Díganme, que Anwar está bien.
— La están atendiendo —informó Shadow mientras se sentaba en el mismo sofá que este.
Una lágrima se deslizó por la mejilla lastimada del azulado—. Lo siento, no... No sabía lo que estaba haciendo.
— ¿Ni cuándo me estabas golpeando? —gruñó Zack a la defensiva.
Sonic negó con la cabeza—. Estaba cegado por la ira, la impotencia... Y tu diciéndome imbécil, empeoraste la situación.
— Sabía que te tenías que desahogar, eso es todo —se encogió de hombros mientras pequeñas gotas de sangre caían en la madera del suelo—. Y debo de admitir que tienes un buen derechazo... —Comentó mientras se acariciaba la mandíbula con una sonrisa.
Todos miraron atónitos aquella mueca de afecto que Zack estaba llevando a cabo.
— Chicos... —Volvió a hablar Sonic mientras Vainilla rasgaba el traje de Anwar en busca de la herida, pero asegurándose igualmente que nadie mirase—. ¿Me van a ayudar, no?
— Claro —habló enseguida Shadow apoyando una mano en su hombro—. Todo por un amigo.
Todos los demás asintieron aunque él no los veía, sabía que lo estaban haciendo.
— Eggman... Dijo... Que la siguiente... Pista estaba en... Overland —habló/balbuceó Anwar para luego hacer una mueca de dolor mientras Vainilla extraía la bala.
— No hables, querida —le informó mientras cogía las vendas y el alcohol del botiquín, luego, miro al Sonic Team—. Necesito a alguien que le venga a aguantar las manos... Que sea femenina.
— Yo lo hago —se ofreció Amy seria, acercándose a la herida y aguantó sus manos mientras Vainilla bañaba un algodón en alcohol.
Zack se acercó a la ventana y miro el paisaje del embravecido mar a las afueras de la cuidad, Sonic se paró al lado de él—. Si piensas que te hablaré de las armas, ni te molestes en preguntar.
— No vengo por eso, Zack —habló molesto y serio—. Quiero saber si vas a participar de la aventura.
— Ni siquiera el grupo a aceptado ir a ese dichoso lugar —gruñó.
— ¿Crees que ellos no irían? —rió—. Creo que te falta mucho por aprender, muchacho.
Miro a la joven que se encontraba mordiendo su labio inferior y dejando caer con pesadez su cabeza en el sofá mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla pálida.
— Me apunto.
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