CAPÍTULO 15
Corría tan rápido que me choqué con varias personas cambiando de aulas para el siguiente periodo. Incluso hice caer a una chica, me disculpé, pero es probable que sonara más como un balbuceo. Estaba demasiado concentrada en llegar hasta el sótano de la escuela. Ni siquiera me pregunté qué hacían ahí. Solo fui.
Al llegar al último escalón escuché a Scott llamarme. A mi lado izquierdo, al fondo del pasillo en una habitación estaba Stiles.
Un Stiles que no parecía otro que el mismo chico de siempre.
Me acerqué lentamente primero, porque estaba insegura.
—Soy yo, Mia, lo juro —dijo él, sonó incluso asustado. Como si él esperara que eso fuera verdad, deseando no solo que lo fuera, si no que le creyera.
—Es él, Mia —corroboró Scott.
Asentí. Les creía. Pero eso no significaba que no estuviera molesta. Y lo demostré gritándole, porque los últimos días habían sido un infierno para mí.
—¿Quién diablos te crees para desaparecer así? ¿Sabes cuán preocupada estaba? —le reproché mientras me acercaba a él y lo apuntaba con el dedo. Sé que él en verdad él no había tenido control sobre sí mismo, pero estaba enfadada, cansada y asustada.
—Yo no-
No terminó lo que sea que iba a decir, porque me lancé sobre él. Envolví mis brazos en su cuello y lo apreté hacia mí tanto como pude. No quería que volviera a desaparecer. Sentía que si tan solo parpadeaba, él no estaría más ahí.
—No te vuelvas a ir.
No fue hasta después de que solté a Stiles que me di cuenta de que los gemelos también estaban en el sótano. Ambos me miraron con precaución, o quizá veían a Stiles de esa manera. Puede que no confiaran en él. Una parte de mí me decía que tampoco me fiara, pero ¿cómo no confiar en Stiles? Estaba de pie a mi lado. Él era Stiles.
Scott tenía en su mano un papel, al preguntarle qué era eso, me comentó rápidamente que eran los planos del cableado eléctrico del hospital. Stiles agregó que él no sabía qué había estado haciendo los últimos días, pero que fue él quien causó el accidente en el hospital. El mismo accidente que ha dejado a Isaac en cama por dos días.
—¿No tienes ningún recuerdo? —le pregunté a Stiles, mientras que los hombres lobo empezaron a registrar un bolso con herramientas que había estado cargando mi ex.
—No, quisiera recordar, de verdad, quisiera saber qué hice, porque estoy seguro de que lo del hospital no fue lo único —suspiró y luego señaló la bolsa—. Estoy seguro de que ahí hay pistas de lo que sea que haya estado haciendo.
Luego de la conversación, Stiles no dejó de dar vueltas por el lugar, estaba nervioso. Después de que lo abrazara y nos separáramos, su mano había quedado entrelazada con la mía, por lo que no podía evitar prestarle atención.
Y, aunque odiara admitirlo, también sospechaba de él.
Bueno, ahora entendía cómo se sentía él cuando decía que yo podía ser el Darach. La que mataba inocentes —exceptuando a Harris... eso sonó terrible— la diferencia radica en que él sí ha sido poseído por el Nogitsune.
—Esto es un mapa —la voz de Scott me sacó de mis pensamientos sobre Stiles, el Nogitsune y el Darach. El Alfa estaba desenvolviendo un papel que dejaba ver la ruta de entrenamiento de atletismo—. Ese es el auto de los Tate, en el que murió la familia de Malia Tate —agregó después mientras trazada con su dedo el mapa y paraba en el punto de vigilancia.
Stiles y yo nos habíamos acercado a la mesa, pero ya no nos tomábamos de las manos y... si soy sincera, sentí un vacío.
—O sea que ahí fue donde el padre puso las trampas.
—Y en este momento la clase de educación física está ahí —comenté— corriendo.
—Danny —susurró Ethan, mientras que Scott dijo—: Kira.
Nadie perdió más el tiempo, todos salimos corriendo del sótano, Ethan y Scott primero. Fueron tan rápido que los perdí de vista. Quizá tomaron sus motos, no tenía idea, sólo sabía que ya no los veía más. Mientras subíamos yo había intentado llamar a Danny, pero no tuve éxito.
—Tengo el jeep cerca —dijo Stiles; él, Aiden y yo habíamos llegado al estacionamiento juntos y sí, su jeep estaba más cerca que Volbee, por lo que nos apresuramos en subir en él.
—¿Sabes qué trampas son? —preguntó Aiden.
—No recuerdo nada de los últimos días —contestó Stiles, seguía nervioso y no creía que fuera bueno que él estuviera tras el volante—, podrían ser trampas de osos o... no sé. No sé.
—No va a pasar nada —le aseguré—, llegaremos a tiempo.
—¿Sí? ¿Tuviste una visión? —gruñó. Y, me tomó desprevenida su tono de voz—. Lo siento, no quise... es solo que... alguien podría salir lastimado, dependiendo de la trampa... podrían morir... no sé qué hice.
No supe qué responder, por lo que seguí llamando a Danny, pero no contestaba y eso era seguramente porque había dejado su celular en la mochila. Siempre hacía lo mismo cuando salía a correr. No entendía porqué era así. En un momento como este era sumamente importante que atendiera el celular.
El camino hasta la ruta de atletismo fue lento, todos estábamos asustados por que podría pasar, pero nadie dijo nada por varios minutos. Sorprendentemente Aiden fue el primero en romper el silencio.
—Estamos cerca —dijo—, el entrenador esta a unos metros.
Pronto lo divisamos y salimos corriendo de la camioneta.
—¡Entrenador! —gritó Stiles al salir del Jeep.
Bobby lo miraba como si fuera un fantasma, de no estar en una situación tan importante, me habría reído de él.
—Stilinski...
—Entrenador, tiene que escucharme-
—¿Escucharte? Stilinski, ¿qué haces aquí? No, mejor dime ¿dónde ha estado tu patético trasero todo este tiempo?
—Eso no importa ahora —se apresuró en contestar—, tenemos que detener a todos, puede que haya trampas en el bosque.
No sabía cómo se tomaría eso Bobby, porque si nos preguntaba cómo sabíamos eso, no tenía idea de cómo responderle. Es decir, confesar que Stiles —manipulado por un zorro demoniaco— había hecho todo sin saber, era muy fantasioso. Fantasioso para Bobby, para nosotros ya casi no nos sorprendía.
—¿Qué? Stilinski, no digas payasadas y anda a la comisaría.
—¡Entrenador! ¡Escuche, tiene que detener a todos!
—¡No me alces la voz Stilinski! ¡Soy el único qu-!
—¡Bobby! ¡Haznos caso! —grité y los tres giraron a mí—. No podemos perder el tiempo, tenemos que encontrar a la clase.
Me fui corriendo sin ellos, pero los escuché detrás de mí al poco tiempo. Pronto vimos a todos los estudiantes, la mayoría iba trotando en grupo, Kira y Danny parecían estar bien. Scott e Ethan los habían encontrado antes de que algo sucediera.
—¡Detenganse, todos! —gritó Stiles. Los alumnos del grupo se detuvieron, no creo que haya sido por hacerle caso, sino por enterarse de qué se trataba la conmosión. Vernos llegar con Bobby y todos preocupados debió ser raro.
Stiles se agachó rebuscando entre las hojas secas, pronto encontró una cadena debajo de estas y empezó a levantarla delicadamente, con miedo de activar alguna trampa. Pero, no sucedió nada. La cadena no estaba conectada a nada y eso nos desconcertó a todos, en especial a Stiles. Y sé que suena ilógico, pues que no hayaramos una trampa era bueno, pero, el Nogitsune había dejado todas esas herramientas y el mapa por algo.
Tiene que haber una trampa.
Bobby empezó a aplaudir, quizá pensando que todo era una broma de Stiles. De no ser porque sabía que él jamás haría una broma de este estilo, hasta le habría creído. Pero la verdad era que estaba tan sorprendida como Stiles.
Tiene que haber una trampa...
—Felicitaciones, Stilinski. Encontraste una cadena —se burló él.
Tiene que...
De pronto lo vi, la cuerda escondida entre las hojas, la flecha atravesando a Bobby. Lo vi claramente. Una y otra y otra vez. Pero no era la realidad, no aún, era otra visión. Sí había trampas y una de ellas estaba por perforar el pecho del entrenador. De Bobby. Vi a Bobby morir y a nosotros a su alrededor.
Regresé a la realidad tan pronto como me había ido. Estaba temblando y sudando.
—Bobb- —empecé a decir, pero no pude terminarlo, pues no pasaron ni dos segundos cuando escuché a Bobby decir las mismas palabras que en mi visión, cuando vi la cuerda en el suelo.
—¿Alguien me puede decir qué está pasando?
Dio un paso al frente.
Lo empujé.
No lo pensé dos veces.
No quería que activara la trampa. Pero el movimiento hizo que se activara de todas formas. Esta vez no impactó contra Bobby y eso me dio un gran alivio. Sin embargo, no duró mucho tiempo, pues Bobby, al caer, chocó con otro alambre que le clavó una flecha en el muslo.
Él me miró boquiabierto y luego cayó al suelo. —Mierda —murmuró.
El muslo, bueno, eso no estaba tan mal, sobreviviría a eso. Al menos Bobby no iba a morir y eso era bueno. Era muy bueno. Porque sí. Salvé una vida.
Era bueno.
Es bueno.
Hice bien.
Pero, entonces, me di cuenta de que todos tenían la vista clavada en mí.
—Mia —me llamó Stiles.
Lo miré, pero no lograba entender por qué estaba preocupado. Había mostrado preocupación y nerviosismo todo el día, pero, en esta ocasión, por una fracción de segundo vi algo más. No sabía qué era, pero, me puso los pelos de punta.
Intenté hablar, pero no pude, entonces sentí el dolor. La primera flecha me había perforado el estómago. Coloqué mis manos alrededor de esta y se llenaron de sangre.
Mi sangre.
—Mierda —imité a Bobby cayendo de rodillas al piso.
¿Cómo no sentí el impacto?
—Vas a estar bien —me dijo Scott.
Había personas rodeándome a mí y a Bobby a mi lado, pero yo solo podía pensar que si mis visiones no empezaban a funcionar como era debido, alguno de nosotros terminaría muriendo. Y, eso era algo que no podía dejar que sucediese.
Sí, había salvado a Bobby y estaba feliz por ello. Pero ¿por qué no podía tener estas con un poco más de anticipación? Si lo hubiera visto al llegar a la ruta de atletismo, esto no habría pasado.
—¡Sáquenmela! —gritó Bobby una y otra vez, mientras que Ethan intentaba evitar que se moviera.
Yo no reaccionaba, estaba anonadada.
—¡Sáquenmela!, ¡me voy a morir!
Intercambié miradas con Scott por un momento, estaba preocupado por mí, puede que más de la cuenta considerando que yo no había dicho nada.
—¡Me voy a morir!
—Es una herida en el muslo, a lo mucho no podrá caminar —comentó Aiden, su mirada; sin embargo, estaba sobre mi estómago—. Vas a estar bien —dijo con su mirada sobre mí.
—¡No voy a estar bien! ¡Voy a morir! —gritó Bobby—. Me moriré y Mia morirá. Moriremos. Moriremos.
¿Estaré bien? Me pregunté a mi misma luego de oír a Aiden. No sentía nada. Solo unas manos sobre mí, fue entonces que me di cuenta de que las palmas de Stiles estaban alrededor de la flecha sobre mi estómago. Su mirada era difícil de descifrar, había un atisbo de preocupación, pero más que nada... parecía... otro...
—¡Nos vamos a morir! —siguió gritando Bobby—. Aún soy joven. ¡No quiero morir!
—¡No va a morir! —le reprendió Ethan.
—¡Cuando muera voy a ir a sus casas a espantarlos! ¡En especial a ti Stilinski!
—Le va a doler menos si deja de moverse, entrenador —gruñó Aiden—. Quédese quieto, ya viene la ambulancia.
¿Ambulancia? ¿En qué momento llamaron una ambulancia?
—Ni siquiera pude tener hijos —murmuró Bobby—. Pero no me arrepiento, si hubieran salido como Greenberg me hubiera lanzado yo mismo la flecha en el corazón.
—¿Podría callarse? —Aiden sonaba harto—. No se va a morir. Mia, por el contrario...
—No va a morir —dijo Scott mientras me tomaba de la mano.
No podía entender lo que pasaba, no del todo. Es decir, escuchaba a Bobby decir una sarta de estupideces, pero no lograba procesar cada palabra. Podía sentir la mano de Scott envolviendo la mía, pero eso era todo. No era completamente consciente del dolor. O si de moriría o no. Yo simplemente estaba tumbada viendo todo. Hasta que mi mirada recayó en Stiles, quien tenía una sonrisa que me puso los pelos de punta.
No, no era Stiles.
Era el Nogitsune.
—¿Mia?
—Creo que está despertando.
—Más le vale, porque ya está bien.
—Quizá físicamente, pero no de lo demás.
—Sí, bueno, pero no sabemos si ella lo sabe.
—Mia. ¡Mia!
Abrí los ojos de golpe. Por un momento estuve mareada, pero luego me sentí alerta. Fue entonces que me di cuenta de que el grito anterior había sido de Scott, el Alfa y que básicamente me había despertado de mi bello sueño. En realidad, no era un bello sueño, no recordaba haber estado soñando nada.
—Pero ¿qué te pasa? —le reproché—. Que seas el Alfa no te da derecho a despertar así a la gente.
Estaba sumamente cansada y adolorida. No tenía idea de dónde estaba y lo peor es que me ha despertado como si fuera su ganado. Soy un ser humano mitad Sibila, mitas mujer loba que solo quiere dormir. Porque siento como si un camión me hubiera arrollado.
—Ya estabas casi despierta, no te quejes —me dijo Lydia.
Me di cuenta en ese momento de que él no era el único en la habitación, Lydia y Allison también estaban ahí.
—Ah, ¡qué lindo! Una reunión —dije con todo el sarcasmo que pude—. ¿Me pueden dejar dormir?
Noté también que estaba en una cama del hospital. Quizá me trajeron luego de...
—¿Qué está pasando? —pregunté—. ¿Cuánto tiempo llevo aquí?
Toqué mi abdomen instintivamente y no sentí dolor. Tampoco vendas. Estaba bien, estaba curada. ¿Cómo mierda...? Ah, debía ser el poder regenerativo de los hombres lobo. Vaya, sirvió para algo.
—No ha pasado más que un día —intervino Alisson—, te curaste muy rápido, pero no te preocupes, la señora McCall se encargó de que todos creyesen que la herida había sido superficial.
—Para cuando llegaste al hospital ya estabas casi curada —me dijo Lydia—. Pero estabas cansada, así que te hicieron quedar para chequearte.
—Sí, me siento demasiado exhausta, no entiendo porqué.
—Stiles —dijo Scott.
Entonces recordé todo con detalle. El sótano. La ruta de atletismo. La visión. Bobby. Las flechas.
La sonrisa macabra del Nogitsune.
—Ese hijo de perra —gruñí.
—Ese es el tipo de sentimiento que uno normalmente tiene por un ex —comentó Allison—, pero no es el que tienes por Stiles.
—Stiles no, el Nogitsune. Nos engañó, lo vi justo antes de desmayarme.
Scott asintió, estaba molesto. No era para menos. Me contó que el Nogitsune siempre estuvo haciéndose pasar por Stiles, solo para crear alborotos que obligaran a Scott a usar sus habilidades de absorber el dolor —algo que hizo también conmigo cuando colocó sus manos sobre mi estómago—. El Nogitsune es una criatura que se alimenta de todo eso, el caos, el dolor. Todo fue una trampa.
El Nogitsune nos vio la cara de Greenberg.
—Puso una bomba en la comisaría que dejó heridos y muertos —agregó Alisson—. Mi papá y Derek estaban ahí cuando explotó.
—¿Cómo están?
—Bien —dijo Scott—. Derek sanó rápidamente y él impidió que el señor Argent sufriera graves lesiones.
—¿Qué pasó con Stiles?
Lo que había pasado después de la ruta de atletismo y la bomba en la comisaría era lo más macabro del asunto. Porque Scott y Kira en un intento por salvar a Stiles de esos malditos ninjas demoniacos, fueron a la veterinaria, donde estaría más seguro. Pero todo era un juego del Nogitsune. Quien finalmente atacó a Scott y Kira.
—No era mi mejor amigo —dijo Scott completamente molesto—. Estuvo actuando como él, se aprovechó de la situación. Pero ahora está todo controlado. Deaton llegó a tiempo y envenenó al Nogitsune.
—¿Desapareció?
—No —respondió Alisson—, podría regresar.
—¿Dónde está ahora?
No tuve que decir su nombre, porque ellos sabían a quién me refería.
—Está con su papá —dijo Allison.
—Están yendo a la Residencia Eichen —agregó Scott—. Stiles quiere que lo internen.
Oh, mi Dios.
Actualicé.
Actualicé después de un año! Más de un año.
Si estás leyendo esto, déjame decirte que eres una persona muy paciente. Y te agradezco que hayas esperado por este update.
La verdad es que nunca quise dejar la historia, estuve concentrada en otro proyectos y por eso dejé la fanfic de lado.
Y es que... publiqué mi primer libro!! Yehh!! (acá, celebrando sola jaja). Pero sí, publiqué un libro yyyyy si quisieran saber más de él, no duden en escribirme.
Pero bueno, en realidad quería comentarles que seguiré actualizando Lado Oscuro, espero terminarlo este año, no sé si lo logre, pero lo intentaré. Es decir, estoy escribiendo otras historias (originales) y, estoy muy concentrada en eso.
Gracias por seguir con la historia yyyy les doy oficialmente la bienvenida a todos los que se han unido en el último año!
xoxo,
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