Capitulo 48:
El horario de la ordeña era estricto, cuando el reloj marcaba las diecinueve en punto debía estar lista y correctamente vestida para saciar a mi sátiro esposo que amaba con locura. Algunas noches las campanadas me sorprendían en otro espacio de mi finca debido a las nuevas funciones de esposa que desempeñaba, y sus gritos caprichosos resonaban, sus pasos crujían en los tablones de madera de la escalera, a gran velocidad me arrastraba a su cueva de lobo salvaje. Colgada sobre su hombro ingresaba al matadero nupcial para cumplir las exigencias de mi marido, eran tres exquisitas horas sumergida en una montaña rusa de gloriosos orgasmos devastadores, y después lo amamantaba para que duerma como un ternero recién ordeñado, lo tenía ronroneando cuál felino con mi seno dentro de su boca. Mi sueño reparador caducaba cuando el bendito despertador sonaba a las cinco en punto de la mañana, su hora predilecta para iniciar el día, un ritual sagrado que disfrutaba cómo todo un sádico demente.
—Con respeto la saludo, Madame Mari. Hoy es un espléndido día en este honorable hogar —Nafar ocultaba la puerta del despacho de Alec, los disparos sonaban como feria artesanal de pueblo ranchero, y el sombrío tipo colocó su brazo para impedir el paso—. Muchas gracias por mantener al príncipe satisfecho estos primeros meses de feliz matrimonio oficial, su esposo está muy feliz y contento, tanto que se dedica a matar a más gente gracias a las atenciones nocturnas de su tierna esposa. ¿No le parece impresionante?
—Déjame pasar, serpiente. Quiero recuperar a papi...
—Permítame aconsejarle que espere pacientemente por su marido en su alcoba nupcial, madame. Adentro el clima está algo... ¿Cómo explicarlo? Sangriento, y le puede hacer daño al primogénito pura sangre.
—Sé perfectamente que me casé con un criminal que pertenece a la mafia de Khali, Nafar. Mi marido ha matado a tipos en mis narices, deja de hablar estupideces, ¡quítate! —Empujé su largo brazo cubierto por una túnica extraña, dentro del despacho el piso estaba cubierto de sangre, los matones de mi marido disparaban a quemarropa a unos hombres amordazados, y junto al escritorio estaba mi apuesto padre, tenía la ropa manchada por la sangre de sus víctimas y disparaba muy sonriente en el pecho a un tipo vestido con uniforme de policía—. ¡Papi...!
—¡Mi cielo...! —Alec apretó el gatillo de su pistola en la frente del oficial, el condenado cayó sin vida, y abrió los brazos para recibirme, corriendo acudí a su encuentro y me colgué de su cuello—. ¡Mi niña dulce! Te ves hermosa... Papi te ama, vaquita.
—Te amo, papi... Te amo mucho...—besé sus labios y sujetó mi trasero para no caer, mi vestido se llenó de sangre que salpicaba de sus matones que continuaban con su faena mortal—. Oh... Este vestido es nuevo, ¡se arruinó...!
—Mierda... ¡Alto, camaradas! ¡Paren está mierda! ¿Qué les ocurre a todos? ¿Acaso no se dan cuenta que mi esposa está aquí? ¡Bastardos! ¡Presenten su respeto o llenaré sus asquerosas cabezas de pólvora!
—¡Larga vida a usted, madame Mari! —Los doce tipos soltaron a sus víctimas para realizar la ridícula reverencia, y luego continuaron matando a los policías como si se tratara de algún juego de mesa.
—Estos asnos sin cerebro... Perdona a los chicos, cielo. Papi está trabajando para comprarte todas las joyas que quieras. ¿Sí? —Volví a besarlo, y me manché con la sangre que escurría por su rostro, reímos juntos y limpié su cara con mi pañuelo, Alec me hablaba de la misma forma que se le habla a un bebé—. Trabajo duro para cubrir de oro a mi niña dulce y a mi lindo becerrito que crece dentro de la matriz de mi hija... ¿Qué desea mi bebé? ¿Tienes antojos? Dile a papi lo que deseas y papi te lo dará...
—La vacante de director en la escuela de Raymond, conozco al mejor maestro para ocupar ese cargo.
—¿Lo sabes? ¿Y quien es? —Tomó asiento en su sillón rodante de su escritorio, y me acomodé a horcajadas sobre sus piernas para besarlo más.
—Motka, ¿tú crees que el intelectual de la familia acepte mi propuesta?
—¿Quieres a Motka de director de Raymond? ¿Por qué? Mari... Yo no...
—¡Alto, padre! ¡Toma! —Le ofrecí un seno el cual aceptó succionando mi leche materna bien campante a pesar de los espectadores—. No empieces con tus escenas de celos, no lo quiero por el tonto médico... Motka es un profesional preparado en bellas artes, muy inteligente además de dramaturgo excepcional. Es perfecto para el puesto, además estoy tan embarazada como enamorada de ti. ¿Sigues desconfiando de mí?
—No, mi niña. ¡Ahhh! Está bien... De acuerdo, pero no quiero cartas de amor nunca más, ¿quedó claro?
—Eres muy infantil...
—Estoy lactando de ti, ¿qué esperabas...? Tienes una leche muy rica, rica, ¡rica...! Dame el otro, ¡uhhh! ¡Está lleno! Lleno de mi leche... ¡Ah...! —Cómo supuse enloqueció, siempre lo hacía cuando lo amamantaba, pronto me tumbó en el sofá el cual también estaba cubierto de sangre, y se acomodó sobre mis senos para amamantar mejor—. ¡Fuera! ¡Largo de aquí todos! Dejen los cadáveres, solo váyanse ya.
—¡Usted ordena, príncipe Ali!
—Umm... ¿Mi amor? Hueles a sangre...
—Papi te lo compensará... Vístete hermosa mañana después del primer banquete, te llevaré a conocer el municipio, tu palacio municipal... El palacio de mi reina... La primera visita oficial de mi esposa, la adorable esposa de este alcalde... ¡Ah...! Tienes unos senos muy sabrosos... Abre las piernas, bebé... Me pusiste duro.
Entre embestidas feroces miré de reojo a Nafar junto a dos tipos sacando arrastras a los muertos del despacho de mi marido, limpiaron todo menos el sillón donde estaban los patrones teniendo acción porque su jefe no quería dejar de gozar. A mí caprichoso esposo le molestó el olor a desinfectante, muy enfadado con sus empleados me subió a su hombro y me llevó a la cueva... Y no salí más de nuestro lecho caliente hasta el día siguiente que me llevó al municipio para la visita de su esposa oficial.
—¡Dios mío, es hermoso! —Intenté recordar mi primera visita a ese lugar, sucedió cuando el doctor me sacó de paseo y los guardias me llevaron cargada a la fuerza, ese día estaba tan nerviosa que no logré apreciar bien el enorme monumento arquitectónico, pero en esa ocasión fue distinto, era la esposa de Alec y tenía una tropa de guardias detrás, un traductor oficial, y un historiador explicándome las fechas cívicas del pueblo—. ¡Impresionante, padre! Este municipio tiene muchos años de antigüedad, ¡pero no sale en el mapa de Rusia!
—Eres la flamante esposa de un alcalde dueño absoluto de este pueblo de narcotraficantes fundado por tu difunto suegro, no pretendas escuchar la mejor referencia de este lugar repleto de malditos degenerados millonarios. Nunca encontrarás una mención honorífica o algo por el estilo, cuanto más invisible ante los ojos del mundo, mejor para el negocio.
—¡Madame Mari! ¡Por aquí, mi señora! Por favor, brinde una declaración para el diario "La séptima puerta". Será un honor para nosotros tener de portada semanal al honorable matrimonio Mulroy Mulroy... —Y como era costumbre desde el día de mi boda oficial, la prensa siempre estaba detrás de mis pasos fuera de mi finca para tomarme fotos o conseguir alguna entrevista, me sentía atrapada en un cuento de fama, lujos y dinero a montones.
—Será un placer.
Con cautela me aparté solo un poco de mi marido para dar una breve entrevista a la prensa observando a otro medio de comunicación que entrevistaba a mi esposo.. Mi ruso sensual se veía muy elegante de pie con un aire de soberbia y magnificencia, tenía un porte de dios griego, era un hombre honorable, bondadoso, servicial, un político orgulloso de su pueblo, su familia, y su patria, era un hombre admirado por naciones enteras. ¿Quién podía pensar que aquel caballero repleto de virtudes y perfección en realidad era un enfermo sexual con los fetiches más bizarros del planeta?
—Cielo mío... Tengo que asistir a una reunión importante, ve a casa con la tropa y disfruta de Ray en tu tiempo libre. Espérame lista, llegaré pronto para mí ordeña...—esa última frase la susurró en mi oído, maldito sádico empedernido—. ¿Quieres que papi te lleve un dulce?
—Algodón de azúcar de colores. ¡Muchos colores!
—Le llevaré todos los colores a mi niña dulce... Lo prometo.
—Te amo —luego de un cándido beso sin malicia para aparentar frente a los presentes me monté en mi carruaje municipal, y emprendí la marcha siendo resguardada por una tropa de soldados, sin embargo el vehículo rudimentario se detuvo de improviso, esperé pacientemente pero no escuché varios disparos que me alertaron, y luego un fuerte grito, salí para ver qué ocurría—. ¿Señor Mulroy...? ¿Qué sucede, cielo? ¿Estás de broma...? No es divertido... ¡AHHH!
Entré en pánico cuando descubrí que estábamos en un lugar algo alejado del pueblo, había rastros de sangre en los caballos y en las paredes del carruaje, estábamos en medio de la nevada carretera vacía... Busqué algún indicio, y lo encontré de pie frente a mí empuñando un rifle de caza.
—Hola, Mar... Te prometí que te salvaría de ese maldito anciano, ¿lo recuerdas? Juré por mi honor que te recuperaré con sangre... ¡Eso estoy haciendo!
—¿Malcom? ¿Qué hiciste? ¡Estás loco! —Comencé a retroceder mis pasos lejos de aquel lunático chico ruso, tenía la cara distorsionada y los ojos desorbitados.
¿Malcom estaba drogado?
—¡Ven a mí, mi amor! ¡La verdadera serpiente traidora te tiene bien amaestrada, ahora lo sé! ¡El maldito alcalde te tiene tan sometida que ni siquiera te das cuenta que es malo! ¡Mi tío es malvado! ¡Él te separó de mí con engaños, Mar! ¡Te casaste con un maldito criminal peor que mi padre!
—¡Lárgate, Malcom! ¡Aléjate de mí! —Empecé a correr todo lo que mis piernas me permitieron, corrí pero debido a mi estado el cretino consiguió atraparme con facilidad, todos los recuerdos atroces que viví con él regresaron a mi mente dándome la fuerza suficiente para patear sus testículos y escapar de su agarre—. ¡DÉJAME EN PAZ! ¡YO NO TE AMO! ¡SOY MUY FELIZ CON MI ESPOSO!
—¡Mientes! —Me atrapó de nuevo, estaba en peligro en sus manos, temía por mi vida pero mucho más por mi hijo—. Viajaremos a Londres, en ese país te curarán de su embrujo... Te borrarán todo lo que ese cerdo malnacido programó en tu mente para que le abras las piernas solo a él. ¡Lo sé! Mi padre hizo lo mismo con mi nana, ¡es el mismo sistema de adoctrinamiento!
—¡Basta! Por favor, Mal... ¡Estoy embarazada...! ¡Muy embarazada de tu tío...! No me hagas daño... ¿Qué caso tiene? Ya estoy casada, y tendré un hijo del alcalde —Malcom me soltó debido a la impresión de mi confesión, me arrastré por el suelo protegiendo mi vientre, la historia volvía a repetirse.
—¿Qué...? ¡¿POR QUÉ, AMOR!? ¡¿POR QUÉ, MAR!? —Sostuvo una madera gruesa con sus brazos cubiertos de sangre y lentamente se fue acercando a mí—. ¡Tú jamás le darás un hijo a ese maldito demonio traidor! ¡Te lo prohíbo, perra!
Lo vi en sus ojos, era la maldad personificada, logré adivinar lo que haría con ese tronco de árbol caído, cubrí mi vientre lo mejor que pude pero fue en vano.
—Dios te perdone, Malcom Mulroy... Porque yo nunca te voy a perdonar que mates a mis hijos.
—¡Cállate, zorra! —Y entonces el tronco impactó con fuerza en mi cabeza arrastrándome a la misma nada otra vez.
Un suave vaivén me recordó a mis días encerrada dentro de la espantosa cisterna en la que llegué a ese pueblo, con dificultad abrí mis ojos y un fuerte mareo me causó náuseas. Miré a mi alrededor y todo se estaba meciendo, parecía estar en un almacén en el interior de un barco, y más allá por unos barriles de cerveza estaba mi tormenta oscura inyectando algo en su brazo. Miré que en el techo había enormes tablones de madera, bajé la mirada y mi vestido cubierto de sangre me confirmó lo que temía… Quizá mi hijo ya no existía.
—Esto no le va a gustar a papi...—susurré con facilidad para luego sorprenderme por no estar amordazada, Malcom se levantó de golpe, el maldito se había drogado—. ¿Qué hiciste, Mal...? El alcalde va a matarte.
—Bienvenida, mi amor. ¿Te gusta nuestro transporte marino? —Se acercó para besar mi frente, tuve que contener mis ganas de asesinarlo porque estaba atada de pies y manos—. Cambié por ti, no te he follado mientras estabas inconsciente, esperé pacientemente que despiertes. ¿Lo ves? Soy un hombre mejorado para ti.
—Malcom...—señalé con la vista la sangre en el suelo, mi vestido estaba cubierto de la evidencia de su crimen—. Tú no has cambiado nada, maldito bastardo.
—Oh... Eso... Pues juré que te rescataría del maldito alcalde, ¿cierto, mi amor? Él es malo... ¡Es un traidor! Nos engañó a todos, me hizo creer que era mi mentor, ¡mi padre ideal! Me convenció que mi rival era Mish, y no... Claro que no... ¡No! ¡Fue él, el mentiroso alcalde te robó! Te metió su asqueroso adoctrinamiento en la cabeza pero... Shh... Mar, viajaremos a Europa y te van a curar, ¡confía en mí!
—Oh Mal... Estás completamente demente. ¿Cómo se supone que sacarás este estúpido barco de aquí? ¡Dime! Nada se mueve en este pueblo sin el permiso de mi esposo, idiota.. ¿Ese es tu brillante plan? ¡¿Escapar en un puto barco!?
—Mar... No te preocupes...—se acercó para acariciar mi rostro pero en ese momento un golpe en la cubierta lo alertó—. Shhh. No hagas ruido, debe ser el asqueroso sabueso del alcalde... ¡Ese perro desgraciado!
—¡ALI...! —Grité con todas mis fuerzas.
Gracias por leer.😘✨
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