05

~ 𝑴𝒊𝒔𝒖𝒏𝒅𝒆𝒓𝒔𝒕𝒂𝒏𝒅𝒊𝒏𝒈 ~
[05]


Mientras la pelirroja caminaba de regreso a su escuela, Tedros observaba su caminar un poco confundido, preocupado. Se preguntaba la razón por la que Yelena no estaba en su dormitorio y lo que le preocupaba más era la expresión en la cara de la pelirroja.

- ¡¿necesita ayuda? Princesa! - gritó desde la terraza de su habitación

La voz de Tedros sorprendió a la chica, pues no sabía que estaba siendo observada. Eso fue suficiente para que Yelena regresara a la normalidad y caminara como si de un día cualquiera se tratara. La pelirroja ignoró la pregunta de Tedros. Ella no quería lidiar con el y la imagen que tenía de él gracias a la ceremonia de la bienvenida no lo ayudaba para poder agradarle a Yelena.

- ¡Princesa! - volvió a gritar, asegurándose de su bienestar

- ¡Deja de llamarme princesa! - gritó la chica frustrada

- ¡Al menos pudiste responder mi pregunta! - renegó Tedros aunque tenía una media sonrisa en su rostro - ¡quédate ahí! - dijo mientras salía del balcón y corría hacia abajo

Claro estaba que Yelena no lo esperó y continuó su recorrido, aunque Tedros fue lo suficientemente veloz para alcanzara en los jardines causando que ella bufara.

- ¿por qué estás aquí? - preguntó ella cansada de verlo

- Me aseguraba de que estuvieras bien - respondió el chico con calma

- Bueno, estoy bien. Mira - Yelena giró abriendo sus brazos mostrándole que no tenía ningún rasguño - tu trabajo está hecho - aseguró mientras se abría paso y seguía caminando

- ¿por qué no estabas en los dormitorios? - preguntó mientras la seguía, el tenía curiosidad por la chica

- ¿por qué haces tantas preguntas? - preguntó ella de vuelta

- Yo pregunté primero - dijo Tedros haciendo que ella se detuviera

- Responderé tu pregunta si tú respondes la mía - sugirió la pelirroja con una sonrisa juguetona

- me intrigas - respondió la pregunta con facilidad mientras ella lo miraba con confusión

- ¿A qué te refieres con eso? - preguntó la chica con mucha más curiosidad

- Tu turno de responder - el evadió la pregunta causando que ella bufara

- Ayudaba a Aggie a encontrar a su amiga - respondió Yelena con facilidad

- ¿y en donde están? - preguntó refiriéndose a Agatha y Sophie

Yelena se quedo callada un momento mientras se giraba a ver el camino por el que había caminado.

- De hecho, no lo sé - respondió ella un poco confundida - no lo recuerdo - dijo mas para si misma, aunque el la escuchó

Ante la confusión, la chica decidió regresar a su habitación sin decirle una palabra más a Tedros, quería recostase e intentar recordar la razón por la que ya no estaba con Aggie

- ¿Podrías dejar de seguirme? - dijo Yelena sin la necesidad de girarse para saber que el la seguía

- Tengo que asegurarme de que llegues a salvo - dijo el sin intenciones de dejar de acompañarla

- No necesito tu ayuda, Príncipe - respondió la pelirroja cansada por la presencia del chico - aprecio tu intención, pero estoy bien sola - agradeció con cortesía, reconociendo que la acción de Tedros era inofensiva

- Permíteme - pidió cordialmente, dando a entender que la acompañaría de vuelta a su habitación

Yelena no tuvo más opción que permitirle acompañarla. El era persistente en acompañarla, diciendo que tenía que asegurarse de mantenerla a salvo, cosa que le pareció ridícula a la pelirroja.

- Me parece que comenzamos con el pie izquierdo - mencionó Tedros rompiendo el silencio incómodo

- ¿te parece? - preguntó ella con sarcasmo

- Si - respondió el sin entender el sarcasmo - permíteme comenzar de nuevo - pidió deteniendo su paso, provocando que ella se detuviera también - soy Tedros de Camelot - Se presentó con una sonrisa

- Un gusto - respondió Yelena con una media sonrisa y volvió a caminar, dejándolo atrás

- está es la parte en la que me dices tu nombre - agregó el alcanzándola, intrigada por conocerla

- soy Yelena - respondió ella mirándolo por un segundo, el la miró esperando algo más que solamente su nombre

- ¿De que historia vienes, Yelena? - preguntó mientras caminaba al lado de la chica

- Robin Hood - sonrió ante el recuerdo de su padre

- Es una leyenda en Camelot - mencionó en chico sin saber que Robin era el padre de Yelena - se dice que le robó a mi padre y se quedó con el oro - relató

Yelena se paró en seco al escuchar las palabras que salían de la boca de Tedros.

- ¿eso es lo que dicen? - preguntó con los ojos entrecerrados sin creer las palabras de Tedros

Eso era lo que más odiaba. La culpa que recaía en el nombre de su padre por dar a quienes lo necesitaban, los prejuicios erróneos que Robin recibía de personas que simplemente habían escuchado que eso había sucedido, más no sabían si era cierto o no.

- Si - respondió el aun sin la menor idea de lo que decía

Yelena sin decir una sola palabra comenzó a caminar más rápido mientras su cara irradiaba nada más que enojo. Tedros, sin saber la razón por la que Yelena se había enojado puso una expresión llena de confusión, corriendo para alcanzarla.

- ¡Yelena, espera! - pidió corriendo tras ella - ¿a donde vas? - preguntó tomando su brazo cuando la alcanzó

- A mi habitación - respondió seca, sin siquiera mirarlo

- ¿qué sucede? - preguntó aún sin soltar su brazo - ¿por qué estás enojada? - preguntó con una gran confusión

- No quiero hablar contigo, Tedros - dijo Yelena levantando la voz, deteniendo su paso justo frente a la puerta que dirigía a las habitaciones de las chicas

- ¿dije algo que te incomodara? - preguntó con preocupación

- Dijiste más que eso - respondió ella con enojo en su voz

- lamento si la ofendí, mi intención no era esa en lo más mínimo - explicó cambiando su tono a uno más formal - No tengo la menor idea de que fue lo que dije - mencionó con algo de confusión haciendo que Yelena girara los ojos

- Quizás debas asegurarte de saber por hecho lo que sucedió antes de especular y repartir rumores - respondió Yelena con enojo

- ¿fue por lo de Robin Hood? - preguntó uniendo sus ideas - no conozco al hombre pero se lo que se - respondió el haciendo que Yelena girara los ojos

- Entonces no sabes nada - recalco ella con un tono de voz alto - no tienes idea de lo que el hizo por su gente, les dió ayuda cuando más la necesitaban y nunca les dió la espalda - reclamó defendiendo a su familia

- Escucha, no quise ofenderte, se que el es parte de tu historia - explicó queriendo decir muchas más palabras pero la pelirroja lo interrumpió

- Ese hombre del que hablas. Robin Hood, el es mi padre y el no es ningún ladrón - dijo con orgullo hacia su padre.

El arrepentimiento llegó a Tedros tan rápido como el enojo llegó a Yelena. Tedros en ese instante quiso disculparse por las palabras que había dicho sobre el padre de aquella pelirroja que le resultaba tan intrigante. Yelena no lo dejaba disculparse, pues el enojo superaba cualquier cosa que Tedros pudiera decir.

- El daba a quienes lo necesitaban, pero eso es algo que tú nunca comprenderás - dijo con rabia mientras el lo único que podía hacer era mirar hacia abajo

- Yelena... - habló el, pero fue muy tarde, pues Yelena había cerrado la puerta para las alcobas de las chicas justo frente a su rostro, cortando cualquier palabra, excusa o disculpa que Tedros pudo haber dicho

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