Capítulo [#2]


/No sirve para otra cosa.../~>

[Catsuki]

No voy a mentir, esto me aterra un poco, pero por libertad uno hace lo que sea.

Y eso vamos a intentar.

- entonces ¿quedó claro el plan? -Ari asintió y ambos esperamos a que nos vinieran a buscar para ir a las pruebas que nos tocaban asistir hoy. Esperamos unos cuantos minutos y por fin llegó el científico asignado.

- vamos, ustedes dos -levantó ambas jaulas y empezó a caminar por los pasillos.

No mentiría al decir que rezamos porque se apareciera otro científico. Tal parece que nos escucharon los Dioses ya que sí se cruzó otro científico cerca de nosotros.

Era tiempo del plan.

- Grrrrr... -empezó a gruñír Ari, yo me hice para atrás en la jaula y empecé a maullar. No fue mucho tiempo el tardado para que el trabajador nos mirase con desconcierto y el otro también.

- ¿que les pasa? -preguntó uno acercándoce hacia nosotros. Ari empezó a ladrarme, yo comencé a maullar más fuerte y a lanzarle arañazos...

Si esto fuera obra de alguna película, merecemos un premio.

Tan solo bastaron unos cuantos ladridos y maullidos para que ambos se alteraran y empezaran a buscar sedantes. Aproveché la distracción para tomar prestado la tarjeta de uno.
De lo que no contaba era de que esta estaba amarrada a la camisa larga del tipo.

- ¿por qué no se ha salido? -pregunté entre dientes mientras trataba de sacar la tarjeta de aquella cintita que la tenía amarrada.

- ¡Muerdela! -me gritó Ari,- ¿o no puedes cortarla con tus garritas? ¡hay más opciones que solo jalonear! -note que empezó a desesperarce, caminaba en círculos mientras aún ladraba, esta vez a los científicos.

Luego de muchos intentos logré cortar la cintita con mis garras y tener por fin la tarjeta de identificación- ¡al fin! ¡hora de la segunda fase!

El científico nos dejó en el suelo al vernos muy "alterados" y corrió junto a su compañero a buscar los sedantes, ya que tal parece no los traía ensima. Aprovechamos ese momento para abrir las jaulas con la tarjeta; pusimos esta en el censor y la puerta cedió, abriéndose de un empujón de par en par.

- ¿lista para correr? -ella me miró.- la salida de aquí esta por allá. Recuerda; no te distraigas con nada -Ari asintió y se preparó para correr.

Salimos corriendo.

Las alarmas empezaron a sonar, no fue para sorpresa de nadie que los chips que teníamos se activaran al salir de las jaulas esas...

Pero estabamos por ser libres.

Luego los sacaríamos, el objetivo ahora era salir del laboratorio.
No tardamos mucho para encontrarnos con más científicos haciendo sus trabajos.

- ¡¡Escaparon!! -pudimos escuchar detrás de nosotros. Al voltear la mirada noté a los científicos de antes persiguiéndonos.

- ¡el producto escapó! ¡repito! ¡el producto escapó!

- ¡Haz oidos sordos! -ambos seguimos corriendo y corriendo, cada vez más cansados, mientras los científicos nos perseguían junto a algunos tipos de seguridad.

- ¡vuelvan aquí! -ordenaron los científicos. La idea era no obedecer; algo difícil si muchas de las pruebas y cosas que nos hicieron hacer es para hacer caso a eso.

Por fin, luego de varios minutos corriendo, llegamos a las puertas principales del laboratorio.

- ¡trata de abrir la puerta Ari, yo los distraigo! -dije con esperanzas. Le di la espalda y me quedé observando como venían muy a lo lejos. Pude obstaculizar el marco de la gran puerta con algunas cajas y jaulas vacías, mientras aún Ari se encargaba de abrir la puerta.

Me dí la vuelta para verle...

- ¡¿Qué estás haciendo?! -grité desesperado mientras le veía empujar la puerta.

- ¡tratando de abrir! -seguía empujando la puerta de todas las formas posibles.

- ¡la puerta se abre tirando! ¡No empujando! -contesté ya muy desesperado señalando el cartél que decía "Tire Para Abrir".

- ... -miró la puerta con odio y con ayuda de una piedrita que había ahí rompió la ventana.- ¡salgamos por acá y punto! -lo siguiente que hizo fue que de un salto salió por aquella ventana rota.

Suspiré agotado y también salí por ahí. No había sido el mejor y más épico escape, pero estábamos fuera y era lo que deberas importaba.

Ya estando afuera las alarmas no paraban de sonar. Volvimos a salir corriendo hacia el descampado, escuchando aún las alarmas y dejando atrás el laboratorio...

Fue algo más complicado de lo que pensé...

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