/No Sería Lo Mismo/~>

[Jhoan]

- ¿Que pregunta harán primero? -pregunté mientras les sonreía levemente, tratando de mostrarme amistoso ante la situación y a los nuevos

- Bueno... Yo quería preguntar algo -me dijo la de pelaje negro y blanco, teniendo en su collar una placa que decía "Princesa Ari". Quizás así se llama

- Sí? soy todo oídos -dije espectante ante lo que preguntaría

- ¿Hace cuanto que... Bueno, "vives" aquí?

- Bueno... Yo llegué acá hace varios años. Quizás 6 o 7. Pero vivo en las calles desde hace 4 años y medio masomenos -respondí

- Woa... Eso es bastante tiempo -murmuró pero aún así la escuché

- La verdad sí -acoté a la afirmación de la perrita, ella me miró más curiosa- Pero, con el tiempo, deja de importarte y se vuelven mucho más rápidos los días. Mientras te sientas en paz en algún sitio, con seres que te apoyen y con quienes disfrutes, el tiempo pasa volando -continué

- Wow. Que filosofía de vida -esta vez me dijo el gato de pelaje azabache. "Catsuki" decía su placa- En tus archivos no dice que fueras filósofo -me reí ante aquello

- A veces el tiempo te vuelve así -contesté

- Bueno... Yo también te quería preguntar algo -volvió a decir el gatito

- Dime, soy todo oídos

- ¿Cómo llegaste acá? ¿Te escapaste, como solían decir en el Laboratorio? -interrogó, a lo que dejé escapar un suspiro de nostalgia

- Les contaré la verdadera historia de como llegué acá -dije mientras me aclaraba la garganta- Verán...

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-Yo fui creado, criado y entrenado en el Laboratorio livE hasta los 8 meses de nacido, cuando una joven pareja pudo comprarme y llevarme con ellos

- ¡Miralo amor! Camina como un pato

- Quizás le falta entrenamiento en eso de caminar. Seguro no es nada grave

- ¡Eres muy tierno por como caminas regordete! -se acercó la chica a acariciarme la cabeza y yo sólo movía mi colita de un lado a otro

- Conforme pasaban los días, las semanas, los meses y los años, poco a poco me fueron dejando a un lado, hasta el punto en el cual sólo me daban comida y agua. Ya no salíamos a pasear, jugar o hacíamos algo los 3 juntos. Ni siquiera me dejaban salir de la casa al patio...

- ¡Amor, amor! -gritaba la mujer entrando en el cuarto- ¡El perro se meó en la alfombra de nuevo!

- ¡Argh! ¿Otra vez? -el hombre se levantó furioso de la cama para ir a donde yo estaba, durmiendo en el sofá.- ¡Escucha bien, perro de mierda! -me agarró fuertemente del lomo y me elevó, haciendo que me despierte rápidamente- ¡Que esta sea la última vez que me haces levantar para limpiar tus cochinadas! -acto seguido, agarró y resfregó mi cara en donde yo había hecho pipí. Chillaba del ardor y el dolor del agarre, pero no le importaba al parecer.- ¡¿Me escuchaste?!

- Ya no se sentía un hogar para mi. Parecía el infierno tener que compartir esa casa pequeña entre nosotros. Ya no los aguantaba y cada vez era más agresivo con ellos. No mordía, pero gruñía y ladraba... Pero un día cualquiera, en ese sitio asqueroso, llegó una noticia que cambiaría tanto mi vida como la de ellos...

- ¡Amor, Amor! ¡Ven rápido! -llamaba la mujer emocionada desde el comedor. No falto mucho para que yo fuera junto al hombre- ¡Te tengo una nueva y emocionante noticia!

- ¿Qué? ¿Qué es? -preguntaba igual de ansioso. Sólo me senté debajo de la mesa a escucharlos

- ¡Seremos padres! -ella le enseñó algo, un aparato medio raro. El hombre se palideció ante tal noticia y empezó a ponerse nervioso

- Oh... Vaya, ¡que agradable sorpresa! -Mentira, no se le notaba

- ¡¿Verdad?! -a ella sí se le hacía una linda noticia, en comparación al hombre, ella se notaba más feliz

- Por la noche, escuché pasos desde su cuarto hasta el comedor. Empecé a gruñír y, cuando vi quien era, me quedé confundido

- ¡Shhh! ¡Perro estúpido, no hagas ruido! -gritaba en voz baja el hombre mientras intentaba caminar hasta la puerta sin hacer nada de ruido. Abrió la puerta y se largó. Me quedé mirando por la puerta como agarraba su auto y se íba por la calle, dejándonos a la mujer y a mi.

- A la mañana siguiente, la mujer se despertó llorando por el abandono del hombre y tuvo que llamar a la familia para que la vayan a buscar y sacar de aquella casa, en la cual me quedé sólo.
Me habían abandonado y ni se despidieron, era lo que más me dolía... Y bueno

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- Acá estoy ahora -finalicé mi historia, notando las miradas tristes de los 3 nuevos animales

- V-vaya... Que feo... -La perrita Ari se limpiaba las lágrimas mientras era abrazada por la paloma. El gatito Catsuki no parecía casi afectado pero igual poseía una mirada de lástima

- Que fea situación...

- Sí, pero se supera fácilmente... Jeje