/Si Ese Objeto Es Una Vida.../~>

[Catsuki]

Apenas vi como Ari lograba escapar, una ola de gatos rabiosos y agresivos se lanzaron hacia mi.
Traté de pelear lo más que pude, pero era demasiado para una primera pelea callejera.
Decidí atacar si era necesario y luego esquivarlos. Lo mejor sería perderlos o cansarlos.

Estuve un buen rato hasta que logré esquivarlos a todos y me fui por el camino de la izquierda, ya que no los llevaría a donde fueron Ari y Monaka.
Corrí bastante hasta toparme con un callejón sin salida, pero con varias cajas amontanadas y varios balcones sucios y desolados arriba de estas mostraban un posible camino. Escalé lo más que pude y logré subir a los techos de los edificios más bajos de la ciudad, pero los gatos aún me perseguían.

Estuve tratando de perderlos un buen rato hasta que lo conseguí. Y como extra, encontré a Ari y Monaka.
Salté entre balcón y balcón hasta llegar al suelo, y me desplomé exausto.

- ¡¡Cats!! -escuché a Ari y, con lo poco que me quedaba de visión, la ví correr hasta mi. Muy preocupada- ¡¿Qué te pasó?! ¿Ya los perdiste? ¿Te lastimaron mucho? ¿Te duele algo en especial? -intenté pararme pero fue en vano y me caí nuevamente- ¡No! No te levantes, tienes que descansar -me agarró del collar y tironeó suavemente hasta el techito que las refugiaba de la lluvia, que empezaba a hacerce presente

- Jeje... No que no hay que gritar...? -recibí una pequeña caricia en la cabeza por parte de ella. Pensé que me golpearía, como se me era de costumbre

- Basta de chistes, descansa algo por lo menos -pidió, no, rogó para que descansara, a lo que suspiré

- ¿Al menos encontraron a-

- ¿A mi? -me interrumpió una voz que no había escuchado antes. Moví un poco mi cabeza para ver al emisor de esa voz, y allí lo vi.- Pareces mal herido muchacho, deja que mi amiga te haga algo de tratamiento -sonrió aquel caniche amarronado al que tanto pasamos buscando

De entre algunas cajas, salió una gata blanca de aspecto más limpio que el resto. Se acercó a mi y empezó a masajear y vendar lo herido

- Gracias Lola -agradeció Jhoan mientras esta vendaba una de mis patas

- Sí... Gracias -agradecí sin casi moverme. Ella sonrió levemente y me asintió

- ¡¡Allí están!! -el grito ya conocido de uno de los gatos que me venían persiguiendo retumbó en toda la calle y, efectivamente, venían corriendo hacia nosotros

- ¿Volvieron? ¡¿Enserio?! -Ari se encogió al lado mio, junto con Monaka, algo asustadas

- Tranquilos -dijo el perro. Acto seguido, miró a la banda de gatos- ¡Ya basta! -los gatos frenaron de golpe y quedaron a tan solo 3 metros de nosotros- No son una amenaza

- ¡Pero vienen de livE!

- Yo también vengo de livE, igual que Lola y ustedes. Son de los nuestros y hay que tratarlos bien -los gatos se disculparon con nosotros luego de ello y nos presentamos todos

Luego de que Lola terminara de tratarme, nos sentamos en ronda para poder conversar.

- Vaya... Al fin lo encontramos -me dije a mi mismo viendo al perro por el cual habíamos venido hasta acá

- ¿Y? -cuestionó casi en un tarareo, mirandonos levemente sonriente

- ¿Que me van a preguntar primero?