Capítulo 7
Lindo nombre...
— ¿Qué nos dices, Lily? —
— Está estable y en perfectas condiciones, lo único que hay que arreglar es la quemadura que obtuvo al tener su cara directo en el hielo del piso — Harriet asíntió comprendiendo la situación.
— Es increíble — habló Sonya con una sonrisa — el primer chico entre todas nosotras, después de tanto tiempo llegó uno, tal vez el próximo mes pase igual —
— ¿No es extraño? Es decir el único chico entre tantas chicas — alegué de inmediato ante sus palabras. Había un patrón en todo esto, y que de repente se rompiera por un solo chico.
— Algo le dió a los creadores para mandar a un chico — respondió de inmediato Harriet no queriendo darle tantas vueltas al asunto. Pero por su mirada sé que piensa lo mismo que yo.
— Aún así me parece extraño — continué con mi monólogo.
— Ay, Carmen, ¡Solo míralo! — Sonya me tomó de los hombros — es muy lindo y pequeño, perfecto para una chica ruda, fuerte, hermosa y grande como tú — me agitó emocionada, con los ojos brillantes.
— Sonya ¿Qué demonios te pasa? — alegué confundida levantando una ceja.
— Desde que lo cargaste como una auténtica princesa empecé a soñar con ustedes dos juntos — sus manos apretaban mis mejillas moviendolas de un lado a otro.
— Eso no pasará, no lleva aquí ni un jodido día y ya estas con tus tonterías — la tomé de las muñecas con delicadeza pero suficiente fuerza para quitar sus manos de la cara.
— ¡Por favor, Carmen! — me rogó con los ojos llorosos — sería increíble que una chico bajito y pequeño como él esté con una chica alta y grande como tú —
— Te recuerdo que prácticamente y según lo que ví mide lo mismo que tú — contesté con mi habitual seriedad.
— ¡Pero sería adorable! — chilló emocionada. A veces olvido que es más joven que yo, y no olvidemos, tiene un gran corazón de pollo — ¡Quiero ser la madrina! — tomó de un brazo a Harriet agitandola con rapidez.
Que tonterías salen de la boca de esta chica, Dios mío.
. . .
Trataba de calmar mi respiración agitada, es algo difícil por mi condición, estos días había estado sintiendo una gran presión en el pecho, no me dejaba ni siquiera moverme con libertad.
Según mi monólogo era la super mala condición que me cargaba encima, así que no le dí importancia ni necesidad de ir con Lily.
Pero estás últimas horas me había estado sintiendo eternamente mal, llegué a desmayarme en algún punto de mi recorrido, así que desperté asustada viendo la oscuridad cubrir los pasillos.
Patiné tratando de hacer el menor ruido posible y cuando llegué al área ví a Lily, antes de poder llamarla me caí de frente hacia el suelo.
Y ahora estoy aquí. En la enfermería, Lily me había dicho que podía salir desde hace mucho, pero no tenía ganas de hacerlo, quería quedarme a descansar, porque sabía que saliendo tendría que volver a ir al laberinto.
Estaba cansada.
Me quedé en silencio por un largo tiempo, esperando algo, no se qué en realidad, pero pasó en suficiente para que un movimiento captara mi atención.
El chico despertó.
Corrí fuera avisando a una de las chicas que cuidaban el área que diera aviso a Harriet, Sonya y Lily.
Regresé con prisa y la respiración agitada. Pero me detuve un momento cuando sus ojos asustados y llenos de lágrimas me encontraron.
— ¿P-Por qué no recuerdo mi nombre? — su voz, baja y débil fue escuchada por mi oído desarrollado al silencio del laberinto.
— Pronto lo harás — me acerqué a la camilla en la que estaba, sintiendo su cuerpo temblar en cuanto me senté — no tienes nada que temer... No voy a comerte ¿Sabes? — se sonrojó por mi frase sarcástica.
— ¿Qué es este lugar? —
— El lugar en el que vivirás de ahora en adelante — sus ojos se abrieron asustados — tal vez algún día salgamos —
— ¿Tal vez? —
— No es tan fácil encontrar una salida a ese laberinto —
— ¿Laberinto? — llevé mi palma de la mano hacia mi frente. Que hocicote tengo.
— No me hagas caso — tomé sus pies que estaban doblados y los bajé con cuidado, llevando la manta que estaba en la parte de abajo de la camilla hacia su pecho — mantente caliente, después vendrá Harriet a verte así que no te asustes — lo ví asentir inseguro pero un poco más calmado — Nos vemos, astilla — le dije antes de salir de la cabaña de enfermería.
. . .
¿Po qué me pasaba esto?
Ahí estaba de nuevo, no sabía porque pero algo me atraía a él, había algo que me llevaba y obligaba a ir a la enfermería.
Lily dice que ya puede salir, pero sigue tan asustado que no quiere pararse de la camilla, así que Harriet no le exige mucho.
— Hola, astillo — lo saludé apenas llegué.
— Hola — susurró apenas audible.
— Recuerda que puedes decirme Carmen, astillo —
— Aris... — de nuevo su voz era baja y débil, está vez no alcancé a escuchar nada de lo que dijo así que lo miré confundida — Aris... Ese es mi nombre, también puedes llamarme así —
Sonreí complacida.
— Es un lindo nombre — sus mejillas se pintaron de rojo y escondió la cara entre sus piernas.
— Gracias — me respondió metiendo más la cara en las piernas.
Lo observé en silencio dejando a mis ojos analizarlo de nuevo. Me gustaba, es decir, me parecía adorable, su cara parecía la de un bebé, él parecía un bebé, incluso su cuerpo era tan pequeño que podía cargarlo con un poco de esfuerzo.
Espero poder ser una buena amiga para él.
Que tenga a alguien en quien confiar en esta fosa congelada.
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