Entendimientos Superficial Propio
Aunque a ella legustaba asistir a la escuela en Royal Woods, recientemente se había sentidoalgo acomplejada con el tema. Estudiar era algo que hacia desde pequeña y porlo tanto ya lo tenia interiorizado, era parte de su rutina y sin lugar a dudasle parecería raro no hacerlo, y levantarse por las mañanas para asistir aclases, o volver por las tardes después de las mismas eran también parte de loque ella consideraba un día normal.
No era lo único, tenia amigos con los que le gustaba pasar el tiempo y también actividades personales. En pocas palabras, Stella era una chica normal de su edad a la que el paso del tiempo no le preocupaba en absoluto, la ciudad le daba un poco igual, pero las personas le importaban con todos lo bueno y malo que eso significaba. Y hasta hace no mucho, la mayoría de todo eso era siempre algo bueno, no tenia quejas sobre la escuela o su nuevo vecindario, las cosas habían mejorado bastante desde que se había mudado a ese pueblo. Y ahora ella sentía que estaban empeorando de nuevo.
No estaba sola, y tampoco se había quedado sin apoyo, al contrario, ella seguía viviendo su normalidad diaria prácticamente igual, era solo una cosa la que había cambiado, pero era justo esa cosa la que le hacia sentirse tan insegura y tan mal consigo misma. Y aunque estuvo segura de no haber hecho nada mal, había llegado al punto de cuestionarse a si misma. Quizá no era tan buena como pensaba... o quizá todos eran peores de lo que ella pensó.
***
Aunque no había ninguna razón para ello, desde muy pequeña Stella sobresalió bastante por su estatura y de una forma bastante evidente, lo cual, para su disgusto, la hacia victima del acoso de sus compañeros. Un acoso que no era necesariamente malo, pues eran todos niños pequeños, y si hay algo que puede ser considerado una verdad universal para las personas, es que los niños son estúpidos, y muy estúpidos, tanto que son incapaces de medir con certeza la consecuencia de sus actos.
Aquellas burlas infantiles en su infancia temprana dejaron a Stella bastante dolida y molesta, cosa que se agravaba por la situación familiar que estaba viviendo en aquella época, la cual lejos de ser mala, era como mínimo deplorable. Sin embargo, Stella igual dio su mayor esfuerzo para mantenerse firme y fuerte ante lo que sucedía, consiguiendo sobrellevar de manera mas o menos correcta todo aquel drama infantil, que, pese a no admitirlo, aun le causaba problemas.
Pero cuando tuvo que mudarse, poco tiempo después de aquella horrible noche siendo ella aun una niña, el apoyo de su familia, así como la ayuda profesional, le dieron la confianza de volver a ser alguien alegre, así como la certeza de que, pese a todo, a ella le esperaba una vida tranquila en su nuevo hogar. Y su primer día de clases en su nueva escuela incluso pareció apuntar a ello, ya que, pese a ser la chica nueva, y con ello conseguir que los niños no se sintieran muy cómodos a su alrededor y de hecho evitaran hablarle, hubo uno que lo hizo.
Ella también se sintió incomoda en aquel primer viaje en autobús, por lo que no se animó a comenzar ella misma alguna conversación, pero cuando aquel niño de cabello blanco le habló, tan amablemente, ella lo vio como una señal de que podía ser un buen comienzo. Y lo fue, pese a que a dicho niño no lo vio por mucho tiempo ya que dejaron de coincidir en el autobús escolar y no estaban en la misma clase.
Pero gracias a aquella charla casual en el autobús, Stella fue capaz de ganar mas confianza y animarse a hablar con sus nuevos compañeros, lo que eventualmente la llevó a ser cercana a varios de ellos y tener amigos una vez más.
Fueron solo un par de meses, pues Stella se había mudado casi al final del ciclo escolar, pero ella estuvo feliz de haber conseguido nuevos amigos. Pero cuando el nuevo ciclo escolar comenzó, para ella fue una gran sorpresa saber que uno de los profesores de su grado había renunciado, y ante su ausencia, todos los grupos de su grado debieron ser reorganizados, separando a Stela de un par de sus amigos, quienes irían a otra clase, pero al mismo tiempo acercándola a Lincoln, ese chico de cabello blanco con el que hablo en el autobús, y con quien compartiría clase ahora.
Aunque había pasado un tiempo, ella seguía siendo la chica nueva, técnicamente hablando, y mas aun para los nuevos compañeros de clase que tenía, los cuales aún no la conocían del todo. Y aunque eso en parte haría que Stella debiera comenzar una vez mas con presentaciones y cosas parecidas, para ella valió mucho mas la pena intentar un acercamiento con aquel chico que recordaba de una buena forma.
No fue fácil, y en realidad al principio pensó que sería incómodo, pues por lo visto Lincoln tenia ya un grupo de amigos, y todos eran chicos, pero ella no pensaba rendirse con ese tema e hizo lo mejor que pudo para provocar una amistad entre ellos y ella. Fue tan pragmática como podía, aunque con una mentalidad tan infantil como la que cualquiera a su edad podría tener, siendo su curso de acción acercarse a cada uno de ellos por separado. Por supuesto, era Lincoln con quien primero quería congeniar, y así lo hizo, pero, mejor aun era el hecho de que al invitar a pasar el rato con cada uno de los chicos, todos resultaban divertidos a su manera, incluso ese chico pecoso cuya personalidad nefasta podía llegar a tener momentos agradables.
Pero todo se vino abajo cuando todos ellos, juntos, decidieron confrontarla en el comedor escolar, culpándola de ser alguien indecisa y con malas intenciones, pues al parecer ellos interpretaron aquellas salidas como citas con interés romántico, y al tener una cita con cada uno, llegaron a la conclusión de que Stella pretendía separar su grupo enemistándolos con el interés que ella les generaba.
Fue decepcionante, incluso algo frustrante, ella solo quería tener nuevos amigos en su clase y de alguna manera las cosas terminaron de esa forma, quizá lo peor es que un par de sus amigas le advirtieron sobre eso pues, según ellas, "todos los chicos son unos tontos". Vaya que tenían razón. Pero a fin de cuentas todo se arreglo cuando ella decidió explicar las cosas, y aunque esa banda de desadaptados aun creía que podían conquistarla, solo le tomó una conversación mas dejarles en claro que ella no estaba en busca de un novio ni nada parecido. No aún.
Clyde era un chico lindo y muy amable, aunque algo raro por momentos. Y pese a que termino por parecerle algo muy adorable, su comportamiento tímido con las chicas, y en especial con ella al principio, le resultaba bastante repelente, casi desagradable. Aunque aquello había sido un juicio muy prematuro, pues el chico de piel negra, ya entrado en confianza, era una de las personas mas interesantes que Stella había llegado a conocer, y puede que también una de las más listas.
Sin importar que, como, cuando o donde, Clyde siempre tenia una idea que compartir respecto a todo, ya fuera una muy especifica o una muy vaga, pero de todo era capaz de entender o compartir, lo cual lo hacia alguien muy interesante. Sin mencionar que era alguien de mucha ayuda como mediador en las discusiones de aquel grupo de inadaptados, pues, aunque muy tranquilos, todos llegaban a tener temperamentos muy intensos dependiendo del tema.
Aunque no lo hacia a propósito, y seguramente tampoco le gustaba mucho, Zach era el raro del grupo, y eso era mucho decir tomando en cuenta a ese grupo, pero en realidad todos ellos le tenían mucha paciencia, pues, aunque sus teorías conspirativas eras completamente absurdas y su pseudo paranoia era muy frustrante, no es como si fuera realmente culpa suya, era culpa de sus raros padres. Por suerte, cuando no estaba pensando en aliens o en el gobierno, Zach era alguien bastante agradable.
De entre todas sus conspiraciones estúpidas, Zach podía presumir también muchos temas de conversación bastante entretenidos justo por ser algo fantasiosos, sin mencionar que pese a ser alguien raro, tenia modales muy buenos y era un chico tranquilo que la mayor parte del tiempo se mantenía en silencio y que podía dar opiniones muy desatinadas, pero necesarias para hacer que el ambiente se relajara bastante.
Aunque al principio pensó que él era alguien raro, pero con momentos lindos, de entre todos los chicos era Rusty el único que no le caía tan bien, siendo sincera podía decir que incluso lo aborrecía, pero pese a todo no podía decírselo a la cara. No de forma seria, al menos. Pero siendo tan poco agraciado en su apariencia, tan poco cuidadoso con su higiene y para colmo tan poco pudoroso al momento de compartir sus pensamientos, resultaba en un chico completamente molesto y desagradable.
Era un pervertido total, alguien que excusaba su crueldad alegando ser alguien que solo dice la verdad, pretencioso a mas no poder, con cierto narcisismo y que hacia dudar mucho de él con sus comentarios racistas y homófobos ocasionales. Rusty es el tipo mas desagradable que Stella haya conocido jamás, sin duda alguna. Pero era también el mas leal, y eso le daba al menos un punto a favor. Daba igual como lo trataran, o que le digieran, él podía aguantar tanto abuso verbal como el que solía salir de su boca, y sin importar si sus amigos tenían o no la razón, Rusty siempre estaba de su lado defendiéndolos de brabucones o de gente molesta. Era un idiota, pero mas aun, era el idiota de todos ellos.
Liam, por otra parte, era uno de los chicos más lindos que jamás haya conocido. Una sonrisa muy infantil y encantadora, especialmente por aquellos dientes que sobresalían, y su arcaica caballerosidad que parecía sacada del siglo pasado. Pero sobre todo su increíble amor por lo animales, cosa que tenia sentido siendo que su familia tenia una granja. Y aunque era obvio que él tenia una personalidad tímida naturalmente, no recordaba una sola vez haberlo visto acobardarse, por el contrario, siempre estaba enfrentándose a situaciones incomodas e intimidantes para tratar de encajar con sus amigos.
Y pese a ser el mas pequeño de tamaño entre todos, sin lugar a dudas era el mas fuerte y el que intimidaba mas de todo ese grupo, al menos para quienes le habían visto anteriormente dar uso de su fuerza descomunal en comparación a su pequeño cuerpo y su apariencia infantil y linda. Así que eso lo hacía también alguien muy confiable y con una extraña, pero justificada aura de alguien protector.
Lincoln, por otra parte, era un poco de todo, aunque no mucho de nada. Con tantas hermanas, Lincoln siempre tenia una idea bastante correcta de como tratar a una chica, sin importar que tipo de chica fuese. Gracias a sus hermanas mayores, él podía presumir de un carácter tenaz y de una madurez que se veía muy graciosa en su rostro infantil, mientras que, teniendo a sus hermanas menores, él rebosaba una empatía y un cariño muy acogedor y sincero.
Era alguien muy listo, siempre animado, con una buena condición física, una sonrisa hermosa, una apariencia única gracias a su cabello y una colección de conocidos enorme, pues de alguna manera, los amigos de sus hermanas siempre terminaban siendo muy cercanos a él, lo que significaba que Lincoln conocía a niños y niñas pequeños, tanto como a chicos y chicas mayores. De no ser porque era tan abierto con su gusto por los comics, seguramente seria uno de los mas populares de la escuela, especialmente entre las chicas.
De hecho, eso ya ocurría, Stella lo descubrió bastante rápido cuando consiguió a sus primeras amigas y entre ellas hablaban de los chicos que les empezaban a interesar ahora que muchas de ellas estaban comenzando a entrar en la pubertad. Y tanto Lincoln como Liam estaban siempre en boca de todas por todos sus puntos buenos, aunque ninguna chica estaba dispuesta a correr rumores positivos sobre ninguno de los dos.
Para Stella aquello no tenia mucho sentido, pero rápidamente se dio cuenta de que, por populares que fuera, Lincoln y Liam estaban abajo en la pirámide social escolar por sus apariencias y por ser algo ineptos al momento se socializar. Aunque para las chicas ambos eran muy lindos, era el mismo hecho de verse como niños pequeños lo que les hacia reticentes a acercarse a ellos. Ninguna chica llevaba prisa de todas formas, ya habría un momento en que esos dos comenzaran a vestirse genial y lucir menos tontos. También parecía que esperaban que su torpe forma de entablar nuevas relaciones mejorara en el futuro.
De eso ultimo Stella tenía más conocimiento, después de todo cuando ella trató de hacerse amiga de ellos, convirtieron eso en algo muy incómodo.
Pero, a fin de cuentas, todos ellos tenían algo que terminaba por se agradable, ya fuera mucho o poco, y por eso trató de dejar en claro que no quería un noviazgo al ver de nuevo sus intentos por conquistarla. No estaba lista para eso, no después de lo que había pasado la ultima vez. Pero no estaba cerrada a la idea, solo quería hacer las cosas de una forma diferente y con ello, quizá, hacerse de una relación que fuera mas genuina y no solo un fracaso humillante.
Comenzar siendo amigos y llevarse bien seria algo genial, crecer juntos un poco y gracias a eso conocerse mejor, tener experiencias juntos que los hagan compartir mas tiempo y con eso entenderse el uno al otro de una forma cada vez mas profunda. Pasar cada vez mas tiempo a solas, sin darse cuenta de ello, para que eventualmente tuvieran que enfrentar la realidad y admitirse frente a frente como aquella amistad se había convertido en algo más.
No era mucho pedir, o eso quería creer ella, incluso pensó que lo estaba consiguiendo. Pero cuando Lincoln se le declaró en aquella cita, todo se vino abajo y lo pero era que Stella podía darse cuenta de que no era todo culpa de Lincoln.
***
Aunque tenia muchas ganas de hacerlo, Stella no tenia con quien hablar sobre su actual problema. No estaba dispuesta a molestar a su madre con una nimiedad adolescente como esa, por otra parte, tenía a los chicos, con quienes podría seguramente hablar y tener algo de perspectiva respecto a la situación. Pero hasta donde sabia, Lincoln no le explico a ninguno de ellos nada de lo que había pasado y se había limitado a ignorarla sin importarle mucho si eso lo hacia ver como el malo.
De hecho, eso era lo que estaba consiguiendo a ojos de todos, especialmente cuando se hacía más general el conocimiento de cómo Lincoln la había comenzado a ignorar, pero a fin de cuentas nadie estaba del lado de ninguno realmente. Y si bien las cosas podrían tornarse a favor de Stella al hablar al respecto, sintió que debía guardar silencio de la misma forma en que Lincoln lo hacía, pues de decir algo seguramente empeoraría todo.
También sentía que podría hablarlo con las chicas, pero aunque con ellas se llevaba bastante mejor que con los chicos por tener mas cosas en común, lo cierto es que era mucho menos intima con ellas y aunque preguntaron en algún momento, solo basto que ella expresara su incomodidad para que todas las chicas dejaran aquello como un tema irrelevante. Desafortunadamente el tema que si les estaba pareciendo interesante a todas las chicas y que no paraban de mencionar, era la nueva forma en que Lincoln estaba actuando.
No le sorprendía, después de todo Lincoln era uno de los "Cinco Chicos Tontos y Aburridos" de la escuela que todas las chicas esperaban ver mas interesados en impresionarlas que en sus tontos juegos de rol, comics y fantasía. Y aunque Lincoln no era el mas popular de esos chicos aburridos que a todas les gustaban, si era el mas llamativo por su cabello.
Era frustrante y algo desagradable escuchar como las chicas hablaban de él ahora. Era cierto que su cambio de look era bastante genial y se veía menos infantil que antes, pero sus ojos, así como a los ojos de sus amigos, él seguía siendo el mismo chico tonto y bonachón, solo había cambiado un poco por fuera y aun así a todas las chicas eso les basto para comenzar a perder la vergüenza al momento de admitir que gustaban de él.
Todas eran tan superficiales, incluso aquellas que ella consideraba las mas amables y buenas de entre ellas, aunque por momentos no podía evitar pensar que la verdadera razón de sentir disgusto de la atención que ellas ahora le daban eran lo celos. Después de todo Stella consideraba a Lincoln como su mejor amigo, y aunque esto lo pensaba desde el inocente e infantil concepto de amistad que alguien de su edad podía tener al respecto, aun así, representaba mucho para ella.
Nunca antes fue cercana a ningún chico, especialmente después de aquel humillante fiasco en su antigua escuela, pero cuando Lincoln hablo con ella en el autobús, fue un momento importante que la ayudo a cambiar para mejorar, por eso tenia en tan alta estima a Lincoln. Podía decir con mucha facilidad que le quería, y mucho, es solo que no estaba lista para querer a alguien de la forma en que él la quería.
Fue quizá algo confuso, o puede que algo ignorante de su parte, también pudo ser que se confió de la forma incorrecta al estar en su compañía, pero ella en verdad no veía el problema en la forma en que interactuaba con Lincoln. Sujetarse de la mano, intercambiar mensajes, pedirle su compañía en actividades vanas, estrechar la cercanía entre ellos, todas esas eran cosas que ella hacia con sus amigas y que sus amigas hacían con otras chicas.
Si bien era verdad que se acercó a Lincoln por considerarlo alguien amable, así como tolero a sus amigos hasta apreciarlos únicamente por ser parte de su círculo, Stella no tenia experiencia con otros chicos, por lo que no tenía claridad respecto a los limites que debía poner con ellos, y ya que nadie nunca le hizo comentarios al respecto tampoco, no supo corregirse. Puede que incluso con lo sucedido respecto a Lincoln no hubiera bastando para hacerle entender que las relaciones con chicos son diferentes, de no ser por Liam.
Aunque no era exactamente igual que con Lincoln, Liam también era muy cercano a Stella, y con él tenía comportamientos muy similares a los que tenia con Lincoln, pero todo eso se corto de golpe una vez que ocurrió lo de Lincoln. Aunque no estaba segura, supuso que los chicos intuyeron que aquella declaración de parte del peliblanco ocurrió y fue la razón. Sea como fuere, Liam casi al instante después de enfrentar a Lincoln con el resto de los chicos, se volvió menos receptivo al afecto físico de Stella. No la alejo y tampoco le hizo algún señalamiento, simplemente construyo un muro invisible entre ellos, así como el resto de chicos lo hicieron.
Eso fue lo que la hizo dudar. Hablo con las chicas al respecto y también trató de entender, pero incluso su madre le explico como es que la mayoría de lo que había hecho con Lincoln y que hizo también con Liam, estaba muy lejos de ser interpretado como algo amistoso, para en su lugar verse como algo con intenciones románticas, como mínimo. Y eso era tanto desde el punto de vista de Lincoln como un chico, así como de cualquier persona que les viera en hacer todo aquello.
Parecía que, como mínimo, era Stella la portadora de la mitad de la culpa. Si en verdad todo aquello que hacía podía darle a Lincoln, o a cualquier otro chico, la sensación de que estaba interesada románticamente en él, quiere decir que, por mucho que les afirmó a sus amigos no estar interesada en una relación, sus actos terminaban por contradecir sus palabras.
No era algo intencional, pero claramente había conseguido herir los sentimientos de Lincoln con ello, y seguramente habría terminado por herir los de Liam en algún momento de continuar con ello, así que al menos estaba agradecida de ahora entender que sus actos eran algo cuestionable por lo cual debería disculparse y también razón suficiente para tratar de arreglar las cosas. Pero no podía hacer eso.
Pasados varios días, poco mas de una semana y media, Stella volvió a intentar hablar con Lincoln, esperando que aquel periodo alejada de él le permitiera calmarse y dejar se actuar tan tajante con ella, pero eso no funcionó. Lincoln no volvió a actuar de forma agresiva con ella, así como cuando intento hablar con él en la entrada de la escuela, pero tampoco fue amable. Simplemente la ignoró, total y absolutamente, sin importarle si había compañeros u otras personas presentes para ver su extraño comportamiento con la morena.
Parecía haber tomado una decisión, y sin importar que hiciera o como lo hiciera, era claro que Stella no podría acercarse a él por si misma. Pero aun si tuviera esperanzas en que las cosas cambiaran si alguien le ayudaba, no había a quien pedirle aquel enorme favor. Hasta ese momento, y pese a que los chicos prefirieron estar más en su compañía que en la de Lincoln, todos ellos fueron muy claros al decirle que, hasta que no recibieran una explicación de ambos, no tomarían partido por ninguno de ellos.
Si los chicos se mantenían al lado de Stella era porque, además de apreciarla y no tener razones para alejarla, también era difícil estar con Lincoln siendo que ahora parecía tener sus días dedicados a todas esas chicas a su alrededor. Pero con Clyde como portavoz, ellos dejaron claro que hasta recibir una explicación ellos simplemente ignorarían el problema entre ellos y no ayudarían a ninguno de los dos para evitarse problemas mayores.
Por mucho que tenia ganas de hacerlo, tanto como necesidad, Stella no se atrevía a contarle a ninguno de ellos sobre lo que había ocurrido. Lincoln aun no lo había hecho y, de ser ella quien lo hacía, podría arruinar aún más las cosas entre ellos. Mas o menos podía intuir que si Lincoln no hablaba al respecto era para evitar la vergüenza que le provocaría decirles a sus amigos o a otras personas que Stella le rechazó, especialmente después de aquellos tres rechazos previos que tuvo.
No quería molestarlo aun mas y terminar por perder cualquier oportunidad de arreglar las cosas al ser ella quien airee el asunto, pero si no lo hacía, difícilmente conseguiría la empatía de alguien para tratar de ayudarle. Y es que no eran solo los chicos quienes se habían pronunciado frente a la forma en que Lincoln comenzó a ignorar a Stella, dejando claro cómo se mantendrían al margen.
También las chicas lo hicieron, dejando en claro como de poco les importaba realmente el problema entre ellos y enfocándose mas en como es que Lincoln ahora les parecía genial, especialmente porque parecía tener una nueva actividad favorita, que era llevar a cuanta chica conocía a citas divertidas en las cuales solo se hacía cada vez más genial.
Era incluso doloroso como algunas de sus amigas, entre bromas, le pedían a Stella que hiciera con Liam lo mismo que hizo con Lincoln, para ver si con ello el niño granjero también tenia un florecimiento y comenzaba a portarse menos como un tonto, pues la fila de chicas dispuestas a salir con él era incluso mayor que la de chicas interesadas en Lincoln.
Era muy frustrante tener el apoyo de tantas personas, pero al mismo tiempo su desinterés, sin mencionar que al querer respetar la decisión de Lincoln por no contar nada, ella también debía de mantenerse en silencio, temerosa de arruinar las cosas con él de nuevo. De alguna manera creía que no era culpable de nada, pero todo lo hacía sentirse de esa forma, y sin duda la peor parte era ver a Lincoln pasar tanto tiempo con esas chicas.
No tenia nada en contra de ninguna de ellas, la mayoría eran amigas suyas después de todo, y tampoco sentía algún tipo de molestia con Lincoln, pues, así como ella tuvo el derecho a rechazarlo, consideraba que él tenia el derecho a seguir adelante después del rechazo. Lo que la molestaba era la forma en que Lincoln decidido continuar.
¿Había sido tan poco importante para él? Pensar en eso la desgastaba bastante, ver como de un momento a otro su decisión fue negarla y con ello ignorar la amistad que habían formado, a la cual Stella le tenia tanto aprecio, le hacia sentir que para Lincoln dicha amistad no fue tan importante. Puede que para él no fuera importante en absoluto, no podía serlo si, pese a lo mucho que ella intentó hablar con él y arreglar las cosas, él simplemente la hizo a un lado.
¿Es que acaso a él no le dolía perder su amistad? Quería creer que sí, después de todo Lincoln era un chico sensible y muy amable, que tenia una enorme empatía y se preocupaba por los demás, incluso le demostró a Stella en muchas ocasiones como es que se preocupaba por ella. Pero no ahora, pese a lo mal que se estaba sintiendo por todo lo que ocurría, Lincoln la ignoraba y lejos de preocuparse por ella, parecía mas interesado es enamorar a todas las chicas que conocía.
¿Acaso su declaración fue tan banal? Podía entender que quizá fue ella quien le dio señales mixtas y contradictorias a Lincoln, pero si él simplemente la hizo a un lado después de aquello, ¿en verdad la quería? Paso de ser amigos muy íntimos a ignorarla por completo, y por mucho que pensara al respecto, a Stella eso le parecía completamente absurdo. A menos que Lincoln no la hubiera querido tanto como decía, quizá solo quería llegar a algo con ella, y ahora que no lo consiguió, decidido pasar a lo siguiente en su lista.
Era tan confuso todo, Lincoln actuaba de una forma tan atípica que Stella no sabia que pensar al respecto, y escuchar de la mayoría de personas que el nuevo Lincoln era alguien mas genial, alguien bueno, alguien que aceptaban, le hacía dudar aún más. Parecía ser únicamente ella quien veía a Lincoln con cierto recelo por su nueva actitud y eso debilitaba su convicción por enfrentarlo y hacerle aquellas preguntas que tenía en mente.
"¿En verdad me querías? ¿Por qué dejaste de hablar conmigo? ¿No te intereso si no acepto ser tu novia? ¿Nuestra amistad era solo una fachada? ¿Tan poco te intereso que ahora estas detrás de otras chicas? ¿Una novia es lo único que querías? ¿De haber sido otra chica, la habrías tratado como a mí? ¿Te daba igual quien fuera, siempre y cuando fuera una chica? ¿En verdad no volverás a hablarme? ¿Ya no quieres arreglar las cosas conmigo? ¿Tan fácil es olvidarme?"
Todas esas preguntas y muchas mas rondaban sus pensamientos cuando estaba sola. Tenia miedo, Lincoln la había dejado de lado por no saber tener limites claros con los chicos, y pese a que ella quiso arreglar las cosas, él simplemente se alejó y no ha hablado con ella desde entonces. ¿Qué haría si algo así volvía a ocurrir? En cierto modo había empezado a ocurrir ya.
Aunque era con Liam con quien mas claramente se notaba, pues el limitó mucho el contacto físico después de lo de Lincoln, lo cierto es que el resto de chicos también se vieron renuentes a siquiera pararse muy cerca de ella, probablemente intuyendo que eso estaba relacionado con su pelea con Lincoln. ¿Ahora comenzaría a perder también a los chicos? Con cierta paranoia, podía imaginar que ellos comenzarían a alejarse poco a poco de ella hasta dejarla sola.
Si las chicas llegaban a descubrir lo que sucedió, ¿también comenzarían a distanciarse de ella? En cierta medida, le parecía que era lo más probable, después de todo, pese a que no fueran amigas realmente de Lincoln, a él lo conocían desde hace años, tenia sentido que tomaran su parte si es que llegaba a saberse como ella lo rechazo después de ilusionarlo. Quizá comenzarían rumores de que ella lo había hecho a propósito.
Bastante tensa, y muy adolorida del estomago por culpa del estrés, Stella recordó como eran las cosas en su antigua escuela, y temió que todo volviera a repetirse. Pero esta vez seria mucho peor, pues en su antigua escuela ella había sido marginada y acosada por razones que estaban fuera de su control y que no podía cambiar, mientras que el Royal Woods ella pudo evitar ese escenario.
Un escenario que aun no sucedía, y que ella no tenía siquiera apruebas de que podía llegar a pasar, pero que en su mente ya se había hecho a la idea de que terminaría siendo su situación dentro de poco. Volver a tener que estar sentada al final del aula, esperando con ello evitar que los compañeros que se sienten tras de ella la molesten durante las clases. Teniendo que caminar encorvada por los pasillos mientras sentía como las miradas de los demás la repasaban, sin saber si es que se burlaban de ella o solo la volteaban a ver por reflejo. Teniendo que comprar su almuerzo en la cafetería escolar, pero viéndose obligada a encontrar un aula vacía para evitar que la molesten o que roben su comida. Teniendo que volver a su rutina de hablar únicamente consigo misma en su mente, ya que nadie quería juntarse con ella por ser la chica rara de la escuela.
Pero ahora no seria la chica rara, seria la chica mala, aquella que lastimó al chico lindo y dulce de su clase. Si las cosas ya habían sido malas cuando en su antigua escuela lo único que ella tenia de diferente era su altura, podía imaginarse el tipo de acoso que recibiría ahora que Lincoln había resultado tan lastimado y todos decidieran culparla por ello.
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