Capítulo 27
DESCONOCIDO
Siempre me he preguntado porqué hay personas que debemos ocultar quienes realmente somos para cumplir el capricho de alguien más.
Siempre quise mostrar quien era, pero no tuve la más mínima oportunidad de mostrar mis habilidades, de mostrar mi verdadera personalidad, de quien soy, de quitarme la máscara de una vez por todas y no ocultar mi rostro.
Desde que era infante tuve que ocultarme de quien verdaderamente, usar pelucas, maquillaje, ropas que no me gustaban, comportarme de la manera en que no quería, tener "gustos" que ni siquiera tenía...
Todo por los deseos del jefe.
Odioso jefe.
Me encontraba tejiendo tranquilamente un abrigo que miré por internet, que me gustó su modelo, cuando mi compañero entró.
—¿Día difícil? —Preguntó.
—Ni te lo imaginas, es lo peor —respondí.
La tediosa mirada de mi compañero recorrió cada esquina del bordado que estaba por terminar, pero no lograba concentrarme con él mirando.
—¿Podrías irte?
—Que cruel, solamente quiero hacerle compañía al ser viviente que está aquí.
—Púdrete.
—Sólo si me acompañas a hacerlo.
—¡Que te vayas! —Exclamé con irritación y él me miró con curiosidad.
Soltó su cabello rubio luego de quitarse la peluca castaña y se sentó frente a mí.
—Por segunda vez, Kali, el hecho de que hayas hecho bien tu papel como abogado de ese mocoso no significa que puedes dirigir las órdenes que me encargó el jefe. Si hubieses hecho tu trabajo a la perfección, Veoni no estaría recibiendo ese castigo, pero como eres tan inútil, solamente lograste que el abogado Davys propusiera la opción del verdugo por doce días, pero ya llevan cuatro desaparecidos, y cinco con el castigo. Si los encuentran en el lugar que están, estaremos perdidos.
Me ofuscaba su presencia.
Tener tantas identidades es difícil, pero hacerlo y cambiar los tonos de voces era aún más complicado.
Y detestable.
Siempre estuve cerca del objetivo, siempre lo vigilé, lo cuidé y lo observé mientras era golpeado y acosado.
Pensé que ver como le hacían daño aliviaría el daño en mi, pero no era así. Al ver como era lastimado, sentía lástima, me daban ganas de ayudarlo, pero las órdenes eran dejarlo sufrir.
El malnacido de mi jefe lo hacía a propósito, y en cada situación dolorosa que el objetivo pasaba, más peligroso se volvía.
Llegó un momento en que incluso yo le tuve miedo. Pero al ver el accidente y su pérdida de memoria, el miedo se disipó.
Quería tenerle odio, pero le tenía todo lo contrario. No fui capaz de detestable, ni de odiarle.
Lo quise como a un amigo lejano.
Ni siquiera lo conocía realmente. A pesar de que sabía todo de él, no tuve la oportunidad de acercarme.
Tenía curiosidad sobre él, no sólo de los informes que me daba mi jefe.
Que irónico.
Se suponía que era mi presa, que debía asesinarlo.
Al final acabé como un perro faldero cuidando desde las sombras a aquel que le dio unas migas, mitigando así su hambre.
Pero a pesar de eso, no me detuve. Comencé con la investigación en la institución, y entre más sabía, más quería averiguar, más peligroso era, y más me incitaba el riesgo.
Mi jefe se enteró desde el principio, y sin saberlo, me convertí en un espía en el sitio donde quería. Recopilé tanta información que ni mi propio superior sabía.
—Has estado en silencio mucho tiempo. Llevo bastante rato mirándote y no te has movido, solamente tejes como una abuela mientras tu mirada se pierde en el infinito —comentó mi compañero y frunció el ceño—. Realmente no he venido a molestarte, he venido porque el jefe nos ha mandado a llamar.
Dejé el tejido a un lado y lo miré con las facciones serias.
—¿Me importa eso? Bien sabes que no quiero saber nada de Ka-Jian —respondí e iba a seguir tejiendo, pero el rubio me detuvo.
—Escucha, A0979, no sé qué tienes en la cabeza, pero esta vez se trata de algo que te interesa. —Habló apresurado y susurrando—. Sabes que el jefe te ordenó matar a ese niño que no puede hablar desde hace mucho tiempo, y a pesar de que han pasado años no se ha rendido porque tú lo mantienes oculto de la sociedad y no quieres matarle, pero tenemos un serio problema que incluye a ese jovencito.
—Habla —Pedí.
—¿Recuerdas el niño que le pagamos para que le hiciera bullying al niño ese? Resulta que se lo tomó muy personal, y después de tantos años, sigue persiguiendo al mocoso.
—¿Hablas de Sámuel, el niño que hacía cualquier cosa por dinero? ¿Dónde está ahora? —Pregunté.
—Es uno de los sujetos del área roja, y no sólo eso, sino que es el líder del segundo grupo. El primero lo lidera Veoni y el otro que se quedó en la institución, el otro es el grupo de Sámuel, compuesto por hombres de contextura grande, musculosa y muy fuerte.
Oh no.
—¿Me estás diciendo que el niño que contratamos, está en la institución, persiguiendo al objetivo?
—Sí, y no sólo eso. He tenido reportes de Veoni, y aparentemente no está del todo bien. —Informó con preocupación.
—¿Qué estás tratando de decir? —Cuestioné.
Kali sacó un folleto lleno de fotografías con hora, fecha y una calidad muy buena. La primera, salía Veoni atado, siendo desvestido.
Me mostró la siguiente fotografía, y en ella salía al jovencito, sin ropa, siendo abusado.
Malnacido de Sámuel. Esta vez las pagará. La presa es mía, y un cazador nunca comparte su presa.
Las siguientes fotografías fueron similares, él siendo abusado, su entrada trasera parecía sangrar, y quedó tirado en el suelo, atado. Cuando iba a mirar el resto de las fotos, mi compañero me detuvo.
—¿Ahora qué? —Indagué.
—Hay algo que me preocupa. De esto quería hablarte.
Abrió el folleto y en él seguían las siguientes fotografías. En la primera se mostraba como el niño luchaba por obtener la daga dentro de su mochila, la segunda cortó sus cuerdas, la tercera se vestía mientras había una mirada oscura y sin vida en sus ojos, y la siguiente, fue la que detonó un clic en mí.
Estaba asesinando al primer sujeto con tanta ira y odio que era imposible reconocer al Veoni cobarde y débil.
Siguió con los siguientes, y fue de una manera más grotesca, quedando su cuerpo manchado con la sangre de sus abusadores. Sonreía mientras apuñalaba al último sujeto.
Sámuel fue golpeado gravemente, y Veoni parecía excitado por lo que estaba haciendo.
Mis latidos aumentaron demasiado al ver las fotografías. Cuando estuvo a punto de matarlo, se detuvo, y lo dejó ir.
No pude ver más.
—Se está volviendo más peligroso —Comentó Kali al ver mi expresión horrorizada.
—Debemos alejarlo de este lugar. —Objeté.
—No podemos hacerlo —Puntualizó el rubio—. Claramente se te está olvidando algo.
—¿El qué? —Pregunté con curiosidad.
—Que no es la primera vez que Veoni está en Wydoll.
..
Hola, amores. Espero no se enojen.
Llevo casi un mes sin Internet, ha sido horrible, pues se cayó un poste de esos que tienen un montón de cables y no he tenido ni televisión por todo este tiempo.
¿Qué opinan? Dejen su comentario y su estrellita.
Traeré muchos capítulos pronto. No sé si lograré acabar esta historia para los wattys. He tenido muchas crisis existenciales. ✌
¿Será que Veoni tendrá algún cambio?
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