Capítulo 16
El signo “»” se utiliza para continuar el diálogo. Por si no lo saben :)
24 de Diciembre, 2007
“Llega un momento en que todo termina, el dolor se arrima y las estancias en mis lugares preferidos son como pesadillas que siempre viven conmigo.”
S.P.L.
Perezosamente caminé por los pasillos que dirigían a la salida de la escuela. Ya no quería asistir, pero mi hermano me obligaba. ¿Quién creó la escuela? Un loco quizás.
Todos los estudiantes que me observaban se reían de mí. Mis regordetes mejillas ardían de la vergüenza y la decepción. Comencé a odiar la escuela y sus alumnos.
—¡Eh, miren, ahí va el gordo mudo! —gritó un niño castaño. Era el más “lindo” del salón en que yo estaba.
—¿No dirás nada, obeso del asco? —preguntó una niña. Los ignoré y seguí mi camino.
—¿Cómo dirá algo si no habla? —cuestionó otra niña.
—Cierto, su mamá no le enseñó a hablar.
—¿Qué mamá si la suya está muerta?
Todos rieron, yo simplemente aguanté mi ganas de llorar, ¿por qué mi mami me dejó?
Un niño muy alto y robusto se atravesó en mi camino y comenzó a gritarme. Yo miré a otro lado y recibí todas sus sátiras. Siempre llegaba tarde a casa por soportar al robusto y su séquito de "bromistas".
—¿A caso no escuchas que te hablo, gordo tonto? —preguntó el chico agresivamente.
Lo ignoré y seguí mi camino.
—¿Se va? —susurró una chica a otra.
—¡¿A dónde crees que vas?! —gritó el robusto y me empujó. Caí hacia atrás y las cosas de mi mochila cayeron al piso. Lágrimas salieron de mis ojos debido a la impotencia.
—¡Pégale! —exclamaron los demás alumnos y yo cerré mis ojos mientras recibía un puntapié en mi estómago. Me dolía, me dolía mucho.
El niño me pegó en la cara con su puño y mi ojo izquierdo comenzó a arder, sentí que un líquido corría por mi mejilla, pero al verlo, no eran lágrimas... era sangre.
—¡¿Qué le hacen a Veoni?! —gritó una voz femenina a mis espaldas. El chico que me golpeó me miró asustado y retrocedió.
—Yo no... yo... pensé que... —titubeó.
—¡¿Qué pensaste?! ¡¿Que no le harías daño?! ¡¿Eh?! ¡Su ojo está sangrando, tiene moratones por todos lados y es por tu culpa! —gritó mi amiga. Ella era la única que me apoyaba.
—Yo... lo siento mucho... yo... —
—¡Cállate! —gritó ella. Aún conservaba su traje de entrenamiento. Mientras yo practicaba música ella practicaba artes marciales y defensa personal.
—¡Dije que lo siento! —exclamó el niño temeroso.
—¡Ya estoy harta de ti y tus juegos, ya estoy cansada de que molestes a Veoni, déjalo en paz! —gritó y golpeó con su puño el rostro del chico. Su labio comenzó a sangrar y su nariz estaba rojiza. Él comenzó a llorar.
—¡Niños! ¿qué ocurre aquí? —preguntó mi maestra al ver a todos los alumnos reunidos y atónitos.
—Ese niño de quinto grado golpeó tanto a Veoni que le ha hecho moratones y golpeó al pobre en su ojo el cual está sangrando. Yo golpeé a este aprovechado y acosador de mi amigo —informó ella de pronto. La maestra frunció el ceño ante tal confesión y me observó. Yo tapaba mi ojo con mi mano izquierda y la sangre corría entre medio de mis dedos. Mi camisa blanca estaba manchada—. No me arrepiento de nada —añadió mi amiga.
—¿Él te hizo eso? —preguntó la maestra y asentí—. Sámuel, hablaré con tus padres. Quedas expulsado de la escuela porque tus acciones han sobrepasado el límite —anunció la maestra y el niño la miró asustada.
—¡No hable con mis padres, por favor! —gritó Sámuel.
La maestra lo ignoró y llamó una ambulancia.
—Ésta me la pagarás —amenazó Sámuel. Mi amiga sonrió victoriosa.
Los paramédicos me recibieron asustados por la gran cantidad de sangre que perdí en mi ojo, admito que dolía demasiado. Me llevaron al hospital y dijeron que necesitaba un transplante de ojo izquierdo, estaba sano pero un poco herido. En otra persona podía curarse, en mí no.
Hioba llegó asustado e inmediatamente me buscó con la mirada, cuando me encontró supe que suspiró aliviado, pero mi ojo vendado le preocupó.
—¿Qué pasó? —preguntó mi hermano al doctor.
—Su globo ocular fué dañado por un golpe directo que afectó incluso a la córnea, el ojo puede rescatarse y seguir funcionando, pero los vasos sanguíneos solo pueden restaurarse en otro usuario con un ADN compatible, puede no ser del mismo tipo, pero puede compartirse con el paciente. Necesita un transplante.
—¡Me ofrezco como voluntario! —exclamó Hioba rápidamente.
—Acompáñeme —dijo el médico.
Un par de horas después regresaron y Hioba traía una expresión de decepción en su rostro. El doctor traía unos papeles en sus manos y el ceño fruncido.
—El paciente no es compatible con usted, ya que tiene sangre A+ y el niño es sangre B-. No podemos combinar un positivo con un negativo a pesar que ambos son hermanos.
—¿Entonces mi hermano perderá su ojo? —preguntó Hioba.
Yo no me moví de la camilla.
—Hay otra opción —murmuró el doctor y ordenó que me acostara. Una enfermera me inyectó anestecia y comencé a sentir mucho sueño.
Lentamente me dormí, y no sé cuanto tiempo estuve en ese estado.
†††
Desperté. Me dolía mucho mi ojo izquierdo, ¿qué me habían hecho? Toqué mi rostro y éste estaba tapado con una venda. ¿Me lo habían sacado?
Abrí mi ojo derecho con dificultad, las grisáceas paredes del hospital le daban al sitio un toque triste, abandonado, solitario. No me gustaba para nada, ¿por qué mi hermano no está conmigo? No puedo hablarle... quiero gritar, me aterra estar sólo.
—He–her... —intenté pronunciar y las palabras no salían de mi boca. Siempre me costó hablar, pero nunca me había quedado mudo.
¿Qué pasa?
—Hio–o —volví a intentar.
No me gustaba para nada.
Me sentí inútil, no podía llamar a mi hermano. Lloré de impotencia y solo mis sollozos se escuchaban, el llanto provocaba lágrimas que hacía que mi ojo izquierdo ardiera.
«Soy un niño inútil» pensé y mis lágrimas aumentaron.
—¡Veoni! —exclamó mi hermano cuando entró al sitio. La venda se empapó y se pegaba a mi frente.
¡¿Por qué era así?!
¡¿Por qué no podía hablar?!
¡¿Por qué?!
¿Por qué... por qué no puedo hablar?
—¡Veoni! —gritó Hioba.
Her... hermano.
Soy inútil...
—¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? —preguntó alterado.
Hioba...
»¡Háblame, por favor!
Pero si no puedo hablar, ¿qué se supone que haga?
—¡Mi príncipe Veoni! —exclamó alguien. Sentí mi rostro arder de la vergüenza. Mi amiga no podía verme así.
—¡Oh, hola! ¿Cómo sigue tu ojo?
¿Su ojo? Ella no estaba lastimada.
—¡Perfecto! Pero yo vine a ver a mi príncipe.
—Beli, ve con cuidado.
Beli era mi única amiga.
—¡Hola, príncipe de mi vida! ¿Cómo sigue tu operación? —preguntó y miré su ojo izquierdo, estaba en el mismo estado que el mío.
¿Qué pasó?
—Beli donó su ojo para poder salvar el tuyo, es un acto sorprendente —comentó el médico mientras sonreía.
—Muchas gracias por todo lo que hizo, doctor Matías.
...
Me dieron el alta, era raro mirar con un solo ojo porque sentía que no era lo mismo. Los doctores dijeron que debía esperar al menos unas horas para quitarme la venda y asegurarme de que pudiese ver bien.
¿Cómo le hacían para ponerme otro ojo y hacer que funcione? No tengo la más mínima idea de eso. ¿Entonces tendré un ojo de cada color?
No, Beli también tenía ojos oscuros.
Llegamos a casa luego de pasar por un helado de banana con pasas. Es un poco extraño el helado, pero era mi favorito.
Había un desastre dentro de la sala; el árbol de Navidad estaba mal colocado, los adornos tirados por todo el sillón, los adornos de toda la casa estaban en el suelo, ¿y los regalos del árbol? Eso es lo más importante. ¿Qué pasa?
—Parece que tenemos que limpiar aquí —comentó Beli con una sonrisa en su rostro.
—¿No se enojará tu abuela?
—¡Por supuesto que no! A ella le encantará estar aquí. Ándale, préstame tu teléfono —le dijo a Hioba y éste se lo prestó. Marcó a un número y supuse que era el de su abuela y luego sonrió—. ¿Hola? ¡Abuela, sí, soy yo! Te llamo para decirte que si puedes venir a ayudar con la decoración que falta para Navidad y como sé que te gustan esas cosas, te llamo. ¿Ah? ¿Traerás una tarta de arándanos y una de plátano? ¡Sí! Iremos por tí. Bien, ya sé que puedes sola. ¡Te veo luego, te amo abu!
Cortó su llamada.
Tarta de plátano...
Como la que preparaba mamá.
—¡Nada de ponerse triste, príncipe, a, comenzar a decorar! —exclamó Beli y me llevó con ella. Y me detuve haciendo un movimiento brusco.
¿Por qué no le daba asco un obeso mudo como yo?
La llevé a mi cuarto donde jugaba con Hioba y con mamá. Tomé una libreta y con mi apenas entendible letra escribí algo;
“¿No te da asco estar con un gordo que no habla como yo?” escribí.
—¡Por supuesto que no! Eres mi príncipe Veoni, el niño bonito que me enseñó su flauta y los alrededores de la escuela, tu cuerpo no era así antes y no importa como está ahora, solo son cambios que sufrimos dijo mi abuela, lo que a mí me gusta de tí no es tu cuerpo ni que puedas hablar, eres tú, tu personalidad, tu mirada llena de ternura y inocencia... tu corazón.
De todo lo que dijo solo tomé en cuenta las palabras “lo que me gusta de tí”. ¿De dónde saca tantas palabras que no entendí?
Sin embargo, mis mejillas se calentaron y tapé mi rostro con mis manos. Ella rió al verme e intentó quitármelas, pero no cedí.
—¡Eres tan bonito, pareces una linda manzana roja! ¡Tus mejillas son lindas! Anda, deja que las toque. ¡Veoni, ven acá! —gritó mientras me alejé corriendo para que no me viera.
¿Por qué era tan ruidosa y alocada?
»Príncipe de mi vida, ¡no te vayas!
Corrí por toda la casa y estaba cansado y sudando la gota gorda, como diría Hioba. Beli casi me alcanzaba.
—¡Y llegó la guerrera Beli siguiendo a su príncipe que huía de su puro amor pero se detiene porque está cansado! ¡Bam! Suena el golpe en el corazón de Beli, ¡ruaar, suena el tigre que lleva dentro que ni el tigre del libro de la selva se compara! —Exclamaba Beli con voz de reportero del fútbol.
Tropecé mientras seguía corriendo y Beli venía tras de mí.
»¡Y el príncipe y la guerrera caen en su lucha del amor porque no pueden con la pasión de sus mentes quedando en una pose ridícula! —exclamó por último.
¿No era la pasión de sus corazones?
»¡Y goool, la bola del amor entró en la red del corazón del príncipe!
Beli estaba loca. ¿Quién le enseñó eso?
Me tiré al suelo quedando boca arriba y Beli aprovechó la oportunidad de hacer lo mismo al lado mío.
—Ser futbolista del amor es cansado, mejor cásate conmigo y evitamos tanto sudor —dijo y rió. Se acercó a mí y dejó un beso en mi mejilla.
¿Qué le pasaba?
—¡Beli, nieta de mi corazón, ya llegó la abuela más hermosa y sexi del mundo! —gritó la abuela de mi amiga. Era una señora muy agradable. Beli corrió a recibirla y las dos tenían esa energía que las caracterizaba.
Comenzamos a ordenar todo como debería estar y la abuela de Beli cocinó la cena con Hioba mientras Beli y yo hacíamos nudos con las luces del árbol. Todo marchaba bien.
—¡Niños, a lavarse las manos que ya está todo preparado! —exclamó Hioba y Beli junto conmigo fuimos a lavarnos.
Corrimos y nos sentamos en el comedor. La abuela de Beli me entregó la tarta de plátano y tuve ganas de llorar. Mamá me hacía una similar.
—No llores, cariño, no pienses en cosas tristes. Conserva el recuerdo de tu madre dentro de tu corazón y ya verás que siempre se mantendrá viva en tu corazón.
Sonreí y agradecí con la mirada.
—¡Cómela! ¡Cómela! —insistió Beli. Tomé un trozo y la probé. Mis ojos se llenaron de lágrimas y sonreí aún más mientras masticaba. El sabor era como la de mamá.
Luego de la cena comimos uvas y frambuesas.
—Ten, te traje un regalo —anunció Beli con sus mejillas sonrosadas y me entregó una pequeña cajita.
La miré dudoso.
—Ábrelo, es tuyo. Lo trajo para tí —comentó Hioba.
Comencé a romper el papel de regalo navideño y abrí la pequeña cajita que mi amiga me dió. Dentro de ella venía un adorno para mi flauta. Éste se amarraba en la parte posterior de ella para adornarla.
—Supe que querías un adorno de esos que tanto te gustan para tu flauta y... y–yo qu–quise comprarte uno.
—Pasó seis meses ahorrando el dinero que le daba la vecina por cuidar al perro y lo compró ella sola. —Dijo su abuela.
Ese adorno lo quise siempre, y ella me lo dió.
La abracé y lloré mientras lo hacía. Beli hacía demasiado por mí, incluso se esforzó por darme ese adorno.
—Feliz Navidad, mi príncipe Veoni —susurró mientras me abrazaba. Incluso donó su ojo para mí.
Feliz Navidad, mi guerrera Beli.
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Nota: Yyyyyy acabó el capítulo. ¿Opiniones? ¿Comentarios?
COMENTEN POR FAVAAAAAR
¿Qué les pareció? ¿Alguno de ustedes notó algo raro en el capítulo?
¿Alguien sabe dónde quedó Beli en la vida adulta de Veoni? ¿No? Yo siii ajajajaja.
No olviden dejar su estrellita y si aún no me siguen, ¡¿qué esperan?! Ese botoncito no se oprime solo.
Pronto traeré lo que pasa luego ñeñeñe. ¿Les gustó el capítulo o qué, lectores que el 90% de ustedes son fantasmas?
Digamos no al fastasmicidio, por favor. No sé que es eso pero bueeeeh.
¡Feliz noche o día o tarde para todooos! Cuidense, tomen agüita y nos leemos en el próximo capítulo.
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