Capítulo 9
Capítulo 9: Mis sueños perturbadores/Un niño cargando a un chico cabra/Dando una lección
Klaus
Después de mi primera y última misión, mis sueños fueron lo más normal que se le podría permitir a un mestizo como yo. Sin embargo estaban en relativa calma y el extraño de la túnica negra que me estaba acosando en la mayoría de ellos jamás volvió a dar ni un pequeño susurro en mi cabeza, como si simplemente se hubiera desvanecido en el mundo de los sueños o algo así. No me importa mientras se mantenga lejos de mis sueños.
Como el que estaba teniendo ahora, era un sueño recurrente y que cada tanto aparecía en mi cabeza.
Me encontraba en medio de un salón de baile, lleno de personas vestidas con sus mejores ropas, hombres con los trajes hechos a la medida, relojes de oro, plata y diamantes y mujeres con vestidos que valdrían lo mismo que un edificio en Nueva York, aretes, collares, anillos y más joyas adornando sus cuerpos. Todos cubriendo sus rostros por unas mascaras muy raras y variadas pero que no le quitaba a nadie lo elegante.
Baje a ver mi vestimenta y al igual que los demás estaba vistiendo de forma elegante, una camisa formal color blanco, mi pantalón junto a mis zapatos igual de elegantes eran de un negro bastante profundo al igual que mi saco, de hecho incluso por un segundo creí ver algo oscuro bailar entre la tela de mi ropa, algo deforme pero que a su vez parecía humano ¿Un rostro? Pero no le preste atención ya que mi vista se enfocó en el broche de plata con incrustaciones de diamantes en el pecho de mi saco, tenía la forma de un bidente y solo esa figura ya me hizo estremecerme.
La máscara en mis manos como en cada sueño era blanca, era la mitad negra y la otra blanca, a pesar de su diseño tan simple la verdad es que me servía para lo que iba a hacer, por lo que me la coloque y empecé a avanzar entre las personas que estaban dialogando con un claro objetivo.
Conocía la fiesta o al menos el lugar un poco, no solo porque es donde mis sueños me llevan cada tanto, lo conozco porque sé quiénes estarán aquí.
Por eso cuando escuche como la música se vuelve suave me apresuro a correr a la pista de baile buscando a cualquier mujer que tuviera ese vestido dorado que parecía brillar más que cualquier otra joya en el lugar, ese cabello que parecía haber sido bañado hebra o hebra del más brillante oro jamás visto, aquella hermosa sonrisa que esperaba haber sacado de esa persona y esa mascara...
Pero por más que recorría la pista de baile llena de personas bailando el vals, no lograba encontrar a nadie con esas características en específico, por más que la busque y era como en cualquier otro momento en ese sueño, por lo que cerró los ojos sabiendo lo que pasaría.
Sabía sin abrir los ojos como todos los invitados desaparecerían, como la música antes especial para las parejas era reemplazada por una música más tétrica, fría y solamente me hacía sentir en un...funeral.
Los dedos fríos enroscándose en mi hombro en un apretón que podría considerar tranquilo y amistoso, pero sabía que la persona que estaba detrás de mí siendo el responsable de ese agarre era la persona que menos quería ver. Por más sueño que fuese.
Sabía que el hombre de traje elegante negro estaba detrás, sabía sin la necesidad de voltearme que con solo su tacto frío a pesar de las ropas que llevaba puestas, podía sentirlo y menos quería verlo. Como cada vez que aparecía en mis sueños.
No quería verlo, a pesar de que solo es una imagen que mi cabeza creo para darle rostro al hombre que ayudo a engendrarme, que dono el material genético para que mi existencia pudiera ser posible. No quería ver el rostro que en mi desesperación, en la desesperación de un chiquillo asustado le dio rostro al hombre que posiblemente me haya jodido la vida.
Sin embargo sentía algo diferente de todas las veces que había pasado este sueño y lo comprobé cuando una voz fría, con una seriedad tan palpable que un escalofrío me recorrió todo el cuerpo y con un tono que a pesar de no sonar enojado si había demanda en él.
–El ladrón, lo debes encontrar –Susurraba a mi oído- encuentra al verdadero ladrón y tráelo ante mí, recupera lo que ha sido robado y tráemelo.
Mis ojos se abrieron de golpe, eso no pasaba en el sueño y cuando quise voltearme una mano casi fantasmal sujeto mi cuello evitando que lo pudiera mover y todo mi cuerpo empezara a temblar. Todo mi ser pedía arrodillarme para pedir clemencia, pero solamente apreté los dientes y trate de regular mi respiración junto al temblor de mis piernas que en cualquier momento cederían ante el miedo.
– ¡Niklaus!
Me lleve las manos a los oídos cuando el poderoso grito resonó en todo el lugar haciendo que todo a mi alrededor temblara, su maldita voz era como veneno esparciéndose en mi cuerpo haciéndome que mis funciones normales no reaccionaran.
Sin embargo cuando abro los ojos de golpe soy recibido por el techo de la cabaña 11, por lo que me siento de inmediato respirando agitadamente mientras mi mano vuela a mi cuello para sacar de debajo de mi camisa el collar negro con aquel rubí que jamás me quito. Uno de los pocos objetos que me conectan con un pasado que no recuerdo para nada y que me recordaba que tuve una vida normal antes de todo esto, antes de los monstruos, antes de los dioses, antes de los sueños donde pasaban esas cosas.
Me pase una mano por el rostro para ver de reojo como en la cama de al lado Violet se despertaba lentamente, es así cuando me doy cuenta que el cielo seguía tan oscurecido que aún podía escuchar a los grillos y bestias nocturnas del bosque.
–Klaus –Murmura la chica tratando de abrir los ojos pero el velo del sueño no desaparece por completo haciendo que apenas pudiera ver los ojos azules- ¿Estás bien?
Suelto un suspiro para calmarme y sonreírle levemente a pesar que el corazón seguía latiéndome de forma desenfrenada. Estire mi brazo para acariciar su cabello haciendo que volviera a cerrar los ojos con gusto por mi acción.
–Sí, solo fue una pesadilla Vi –Murmuro- solo una pesadilla.
***
Después de eso no pude dormir así que me pase la mayor parte de la mañana entrenando junto a los demás chicos, sin importarme que tuviera que hacerlo incluso solo ya que todos se quejaban de no poder seguirme el paso, yo solo seguía entrenando además de darle algunas clases a los más jóvenes.
Así fueron mis primeros días del verano hasta que de la nada nuestro director regreso, así sin avisar ni nada. Lo encontré cuando iba al pino de Thalía a poder leer un rato a solas cuando me encontré al Centauro.
Como podrán imaginarse lo bombardee de preguntas, pero como siempre el centauro solo me dedico una sonrisa tranquila para revolverme el cabello y pasar a mi lado diciendo que tenía que hablar con el señor D. Obviamente evadiendo el tema que iba a preguntarle y solamente ver la tormenta que se estaba formando en los cielos me demostraba que sea lo que estaba pasando debía ser tan peligroso que incluso alguien como Quirón no quisiera mencionarlo.
Por eso mismo trate de abordarlo de alguna manera pero ni él ni el señor D me prestaban atención. Sé que no debería estarme metiendo pero la verdad estaba cansado de desconocer algo que era obvio que nos iba a involucrar a los mestizos. Solo había averiguado algo, un robo o algo así pero nada más.
–Vamos Klaus, cambia esa cara me deprimes y me haces más difícil ganarle a este par. –Se queja Luke mientras coloca una carta en la mesa-
Nos encontrábamos en la mesa de la cabaña 11, donde Silena, Charlie, Violet, el mencionado rubio y su servidor estábamos pasando el rato antes que se diera la llamada a cenar. Luke, Beckendorf y Violet estaban jugando cartas, mientras Silena estaba leyendo una revista de modas. Yo estaba tallando algo pero lo había dejado a la mitad al quedarme pensando.
–Me aburro viendo como le haces trampa de una forma tan triste. –Digo con una sonrisa ladeada-
– ¡Lo sabía! ¡Tenías que ser hijo de Hermes! –Gruñe Vi, mientras arroja sus cartas a la mesa, mostrando que tenía una horrible mano-
-Nuestro moreno amigo deja sus cartas de una forma más tranquila –La verdad me lo imagine en el tercer juego, pero pensé que jugaríamos con honor, me decepcionas Castellán.
–Ay vamos chicos, así es más divertido y no le dicen nada cuando lo hace Klaus.
-Silena, quien estaba viendo unos cuantos vestidos sin apartar su mirada respondió –Porque a diferencia de ti, Klaus mínimo tiene el descaro de no reírse en cada partida y nos da una ganancia si lo ayudamos y eso me recuerda –Ve al chico- ¿Iremos a las tiendas como prometiste?
-Me toca fruncir el entrecejo – ¿Yo prometí eso?
Como digna hija de Afrodita me ve como si le hubiese clavado una daga en su vestido más lindo.
–Vamos Klaus ¡Lo prometiste! Me prometiste que dejarías que te hiciera un cambio de look. –Se queja-
-Alzo una ceja dejando por fin el pedazo de madera que estaba tallando – ¿Mi look normal tiene algo de malo?
–Aquí vamos. –Se queja Luke mientras barajeaba las cartas-
–No es que tengas algo de malo Klaus, eres lindo pero –Hace una mueca- creo que te iría mejor con Celestine si solo pudieras vestirte con colores más, vivos, alegres y no siempre de negro como si los demás colores te crearan urticaria.
De inmediato la mención de la Relish solo pone en alerta mis sentidos de una forma muy mala.
– ¿Sigues con eso Beuregard? –Se queja Violet, bendita- No es culpa de él que la Barbie se crea más de lo que es. –Gruñe con molestia-
–Vi no seas así, Celestine es muy agradable, me ayuda bastante a controlar a Drew en la cabaña, ayuda bastante en los quehaceres y ni hablar de su experiencia en combate.
–Si me la sigues vendiendo como auto nuevo tal vez lo considere –Bromeo para luego suspirar- ya deja el tema Silena, ella y yo no nos aguantamos, solo nos soportamos cuando es necesario así que ya deja de insistir, iré a comprar contigo si quieres pero nada más, no cambiare mi ropa.
Ella como siempre iba a protestar pero un potente trueno hizo que todos alzáramos la vista para encontrarnos con una tormenta demasiado fuerte como para que estuviéramos afuera, pero gracias a la protección del campamento la lluvia no nos tocaba a menos que quisiéramos. Sin embargo eso no evitaba que viéramos la tormenta que se estaba dando.
–Genial parece que de nuevo tendremos tormenta en la noche. –Suspira Luke-
-Violet frunce el ceño – ¿No habían dicho que no habría hoy?
Sin embargo todos sabíamos que el clima andaba tan agresivo que ya no nos confiábamos de los reportes del clima.
Sin embargo me enfoque en ver en dirección al pino encima de las montañas que protegía al campamento, así que tomando mi cuchillo para tallar y mi obra a medio hacer me levante de la mesa llamando la atención de todos.
–Iré a dar una caminata. –Les aviso mientras me coloco la capucha de mi chaqueta-
Nadie dijo nada cuando me aleje, sabían que cuando les decía que quería caminar era otra forma de decirles que quería estar solo, que bueno que lo comprenden perfectamente, así que mientras el viento y la lluvia me golpeaba mientras caminaba hacía el pino de Thalía solamente miraba fijamente el cielo ¿Qué habrá enojado tanto a ese tipo como para que se ponga así? Digo, si Zeus estaba tan molesto para mandar tormentas por meses de verdad era algo raro o peligroso ¿Tal vez se le perdió su afeitadora divina? ¿Su esposa le encontró otro ligue?
Llegue al pino y recogí lo que había dejado en la tarde que había venido y me asombre levemente al no encontrar el libro empapado, de hecho estaba completamente seco. Le dedique una suave sonrisa al pino para pasar mi mano por su corteza. Thalía Grace, la última hija de los 3 grandes que existió antes de mí, seguramente en la actualidad tendría la edad de Luke y sería una líder nata como me explicaron Luke y Annabeth. Tal vez no hubiera estado solo con ella aquí, ella me habría entendido.
Sin embargo mi atención se rompe al escuchar un rugido provenir del bosque más allá de los muros y todo mi cuerpo se tensó, conocía ese sonido de alguien ahorcando una vaca, lo conocía demasiado bien.
–Minotauro. –El nombre se desliza de mis labios con tanta familiaridad-
Aquella criatura mitad hombre y mitad toro a la que había enfrentado hace dos años, a la que casi me rompe las costillas o la columna y de puro milagro logre derrotar junto a mis dos compañeros. Y aunque muchos monstruos llegaban a la barrera del campamento para ver si encontraban una abertura, este tipo no estaba aquí, no estaba agitando sus puños enloquecido tratando de romperla en un inútil intento, estaba en el bosque rugiendo enojado, lo que significaba que...
Mierda.
Volteo a ver al campamento y como justamente todos estaban lejos preparándose para cenar, estaba la posibilidad de que si corría lograra avisarle a los chicos, el Minotauro era una bestia que ni yo solo puedo enfrentar al menos no por ahora pero sabía también que cuando regresara con ayuda puede que el mestizo que haya sido perseguido por el monstruo ya no esté en el mundo de los vivos.
No cargaba mi espada y nada más que mi reloj con la hoja escondida y el escudo, pero tenía también....no. Mis dedos quisieron tocar el encendedor que descansa en mi pantalón pero los alejo sacudiendo mi cabeza. Debía apañármelas como pudiera y rezar porque tuviera una oportunidad.
Así que sin más que pensar salgo corriendo a toda velocidad hacía el bosque, enserio empiezo a pensar que me deberían dar una medalla por la cantidad de veces que he hecho esto. Pero alejo esos pensamientos cuando me dejo guiar por los sonidos claros de una batalla, así que me dejo llevar por ellos hasta que después de unos minutos donde el agua me había empapado por completo llegue justamente a una parte del bosque donde a unos pocos metros me encontré un auto volcado que por la oscuridad no podía ver el color, sin embargo lo que se estaba llevando mi atención era el Minotauro que estaba....
Mi boca se secó al ver a aquel monstruo detener entre sus asquerosos dedos a una mujer que trataba de soltarse de su agarre. En ese momento en la oscuridad, aun en ella podía ver que la mujer era hermosa, su cabello largo castaño estaba pegado a su rostro por la lluvia, sus ojos que estaban cargados de miedo, enojo y un sentimiento que me robo el aliento. Una mirada que solo podrías darle a la muerte mientras tratas de proteger algo.
Mis ojos volaron de inmediato a ver como a unos metros de la bestia se encontraba un niño de tal vez 12 años sosteniendo a ¿Grover? Mierda, mierda, mierda.
Mi cuerpo no se movió ¿Qué podía hacer? Era obvio que esa mujer era la madre mortal del chico y jamás me he enfrentado a monstruos con mortales como rehenes, si hacía un solo movimiento podría aplastarla.
Piensa Klaus, demonios ¡Piensa!
Pero fue demasiado tarde, pues mientras mi cerebro trabajaba a gran velocidad por pensar en algún plan un frío recorrió mi columna justo en el momento que el minotauro iba a aplastar a la mujer, pero en ese instante justo frente a mis ojos pude ver como el cuerpo de aquella mujer brillo con gran intensidad para después volverse en polvo dorado y lo único que pude escuchar en ese momento fueron los gritos del chico.
La silueta de una mujer de cabellera rubia llego a mi cabeza, la hermosa mujer que durante dos años he tratado de darle un rostro, una voz, inclusive una personalidad. Un torrente de energía se desato en mi interior, como una flama que se esparcía por cada centímetro de mi cuerpo. Conocía el sentimiento, sabía que era mi poder de mestizo o algo, la verdad no me importaba pues la ira era más grande así que sin pensarlo lleve mi mano a mi bolsillo para sacar el arma que jure no volver a usar mientras viviera.
Pero mi ataque se ve interrumpido cuando aquel niño se levantó a gran velocidad para sacar algo parecido a un bolígrafo, que en un instante se convirtió en una espada de bronce celestial y fue como si estuviera viendo una película en ese instante. Como paso de ser quien fuera protegido a ser quien atacaba en menos de un segundo, verlo atacar al minotauro, cortarlo, cortarle el cuerno para incluso terminar clavándolo en su propia cara en menos de un segundo y sé que no debería sorprenderme ya que los mestizos nacimos para pelear, pero no pude evitarlo en ese instante.
Por eso cuando lo vi caer al piso al parecer inconsciente corrí para ver su estado y grande fue mi alivio cuando sentí su pulso, así que alce la vista observando cómo estaban a casi nada de haber llegado a las barreras del campamento, sin embargo una parte de mi se alegra de que no hubiera llegado, dudaba mucho que le habría hecho gracia tener que dejar a su madre porque no hubiese podido cruzar. Así que me quedo viendo a ambos inconscientes y por un segundo unos pensamientos oscuros llegan a mi cabeza cuando veo a Grover.
Sé que él es el responsable de haber llevado a Luke, Thalía y Annabeth al campamento hace años, por lo que debe tener un poco del aroma de un hijo de los tres grandes familiarizado, él representaba una amenaza en mi vida. Lo había notado hace un tiempo, como él se alejaba de mí con un claro miedo en sus ojos, no tuve que pensarlo demasiado solo fue cosa de unir puntos y saber que él de alguna forma olía mi ¿Olor como hijo de Hades? Fuese como fuese jamás dijo nada, tal vez no lo terminaba de confirmar y por eso no dijo nada pero jamás quise arriesgarme a nada, podría deshacerme de él ahora alegando que el minotauro lo mato en medio de la pelea, deshacerme de un riesgo potencial a mi vida.
Sin embargo, sé que este tipo tiene una novia dríade y solo imaginarme a ese enebro llorar me hace poner una mueca, así que desisto para como puedo coloco al chico cabra sobre mi chaqueta en el suelo, mientras me pongo al mestizo sobre mis hombros agradeciendo internamente estar entrenando diario. Dioses, este niño pesaba.
Así que de esa forma pude llevarlos de una forma arrastrada y pausada hasta el campamento, donde afortunadamente un hijo de Apolo nos encontró para salir corriendo a avisarle a los demás.
Voy a resumir lo que paso en las siguientes horas, un caos.
No es que sea una novedad que sean atacados los chicos, pero cuando comente como había derrotado a un minotauro este chico flacucho todos enloquecieron ya que pocos de nosotros podía hacerlo solo, soy testigo de ello y muchos de ellos no me creyeron y alegaban que fui yo quien lo derroto pero con una sola mirada mía se callaron y dejaron que el pobre idiota en paz o al menos así fue antes de que Annabeth Chase, llegara como un misil y se postrara al lado de la cama de nuestro nuevo inquilino.
Rodé los ojos ante eso, ya empezaba de nuevo esta niña. Pero lo que puedo destacar es que cuando Quirón vio al chico algo en su rostro denoto reconocimiento, cosa que me hizo sospechar, pero estaba tan cansado que simplemente lo deje pasar para irme a mi cama para descansar finalmente, aunque no me pasó desapercibida la forma en la que el cielo pareció aumentar su tormenta.
A la mañana siguiente estaba entrenando con los chicos cuando vi como Annabeth se acercaba con el chico nuevo quien miraba todo con sorpresa, curiosidad y no me pasó desapercibido la tristeza en sus ojos. Les hice una seña a los demás campistas para que descansaran y dejaran de ver de esa forma al pobre.
–Y bueno pues, aquí entrenamos nuestra esgrima y te presento a Klaus, el segundo mejor con la espada en todo el campamento, por supuesto después de Luke. –Trata de ocultar que sus mejillas se habían encendido-
Alzo una ceja mientras coloco mi espada sobre mi hombro para ver al chico, definitivamente no aparentaba más de 12 años. Annabeth una vez dejo de fantasear despierta con Luke, note que veía de forma analítica al chico y sinceramente de inmediato me dieron ganas de advertirle al pobre diablo de lo que le esperaba pero el siguiente comentario borró la cantidad de amabilidad que tenía para todo el día.
-Pero él solamente me vio con el ceño fruncido, rodé los ojos cuando supe lo que se avecinaba y trate lo más que pude para no rodar los ojos – ¿Klaus? ¿Cómo el panzón rojo?
Escuchar como todos se aguantaban la risa me cabreo enserio, incluso ver como la hija de Atenea aguantaba la risa a pesar de que trataba aparentar ser una chica más madura de lo que era, la tentación de volver a dejar arañas en su cabaña es muy tentadora pero recuerdo que Luke me advirtió que si lo volvía a hacer me haría dormir en el techo de la cabaña así que desisto de la idea.
–Niklaus, ese es mi nombre aunque la mayoría me llama Klaus –Alzo una ceja y veo como se encoge un poco- lo siento Chase, pero como puedes apreciar estamos entrenando. –Digo sonriendo lo más dulce que podía-
Ella de inmediato me dedica una mirada de fastidio, es verdad que no me llevo mal con Annabeth pero sé que en el fondo ella de alguna forma me echa la culpa de que Luke haya perdido su misión aunque también sé que eso la fastidia ya que como buena hija de Atenea, piensa con lógica y una parte de ella sabe que no tuve nada que ver. Además odia que siempre le gano en el ajedrez.
–Como sea, vamos no perdamos el tiempo. –Empieza a caminar-
Sin embargo quedo con mi mirada fija en el chico nuevo que se ponía cada vez más incómodo.
–Se supone que debes presentarte chico nuevo, a menos que quieras que la mayoría te empiece a llamar chico nuevo.
Se ve que lo piensa por un segundo, sé que puedo ser un idiota con él pero la verdad quiero saber qué clase de persona es el chico que derroto al Minotauro con sus propias manos sin ayuda de nadie, debo admitir que la curiosidad me invade al verlo pero lo disimulo con una máscara de aburrimiento.
–Percy, Percy Jackson. –Me responde recuperándose para verme a los ojos directamente-
El claro miedo está en sus ojos o quizás sea un poco de confusión, pero me saca una sonrisa al ver como trataba de parecer valiente así que sin responderle nada me di la vuelta para alejarme unos pasos pero verlo sobre el hombro.
–Será un placer tenerte en la cabaña 11, Jackson –Digo con una sonrisa ladeada- hace tiempo no teníamos carne fresca.
No tenía que verlo para saber que su cara se deformo en la estupefacción.
***
Estaba tallando mi figura de madera cuando siento como alguien se sienta a mi lado y cuando el olor a rosas golpea mi nariz junto con las ganas de estornudar, con esa descripción ya sabía perfectamente quién era por lo que me fue imposible no hacer una mueca.
–Si vienes por la paliza que le di a tu novio, de verdad es más cobarde de lo que pensé.
Celestine me sonríe mientras recarga su barbilla sobre su mano, viéndome fijamente.
-Inclina levemente su cabeza haciendo que su cabello rubio bastante corto se mueva con ella –Si solo fuese su novia me lo pensaría, pero aunque lo fuera no soy su madre, me enojaría pero no lo defendería de las peleas que él elige tomar a pesar que sabe que va a perder, después de todo nuestro chico emo es el maestro de la espada.
– ¿Qué quieres Relish? –Digo clavando mi cuchillo en el tronco donde estaba-
Posiblemente me lleve una reprimenda de alguna dríade después pero en este momento y con ella de verdad no tenía mucha paciencia.
–Soñé contigo –Dijo y mis ojos se abrieron junto con el calor en mis orejas que trato con todo mi ser de ocultar, pero al ver cómo crece su sonrisa solo me dice que lo noto- no de esa forma, creo que aún me faltan un par de años para soñar de esa forma con los chicos y no te ofendas Klaus pero la primera persona con la que me gustaría soñar sería con Henry Cavill.
–Ve al punto. –Gruño-
Su sonrisa se borra de golpe sorprendiéndome, rara vez veía a esta chica con una expresión seria, era tan relajada que parecía que todo le importaba un rábano.
–Sabes a lo que me refiero, sabes que si sueño con alguien Klaus es por algo y sobre todo porque después tuve una visión de unas dríades siendo secuestradas.
Mi ceño se frunce ante eso, era verdad que los sueños de los mestizos eran tan raros que nos mostraban cosas que nos ayudarían en las misiones, nos mostrarían un poco de nuestro enemigo, era como si nuestra alma viajara cuando nuestro cuerpo viajara. He tenido muchas dudas respecto a cómo funciona exactamente el proceso pero no es como que pueda preguntarle a Hipnos por ello.
Estaba pro preguntarle que más pero escuche unos gritos que me pusieron alerta y de inmediato tome mi espada que estaba apoyada en el tronco y Celestine saca su daga que estaba atada a su cintura y ambos nos vimos a los ojos para salir corriendo donde habíamos escuchado los gritos.
Habían pasado solo unos un rato desde que termine de entrenar con la mayoría de los chicos, por los dioses todavía era de mañana y alguien ya estaba gritando de dolor ¿Acaso otra vez los Stoll atrajeron a un monstruo al campamento? Ay dioses, si eran de nuevo esas malditas hormigas...
Sin embargo, cuando llegamos a los baños la imagen de Clarisse y sus dos amigas tiradas en el fango completamente empapadas y muy malolientes me confundieron y asquearon, incluso Celestine se cubrió la boca y nariz con un pañuelo con una cara de asco. Haría lo mismo pero en este momento me enfoco en las dos personas que salían de los baños de donde estaba saliendo el agua.
Annabeth estaba igual de empapada, pero Jackson a su lado estaba completamente seco y de nuevo esa maldita sensación fría me recorrió la columna al verlo confundiéndome.
– ¡Estás muerto!
Tuve que reaccionar de inmediato para sostener a Clarisse de la muñeca para con la otra sujetarla de la parte trasera del cuello y con un barrido de mi pie la tire al suelo para hacerle una llave.
– ¡Suéltame Klaus! ¡Voy a patearle el trasero a este imbécil!
–Quieta. –Presiono más mi mano que se encontraba en su cuello, haciendo que se dejara de mover-
Ni siquiera tuve que ver a las dos amigas de Clarisse, sabían que no necesitaba mis manos para dejarlas de la misma forma pero cuando escuche la contestación de Jackson solté el brazo de la hija de Ares para sacar mi daga del tobillo.
Sus ojos se abrieron como platos al ver mi daga clavarse en el umbral de la puerta, justo al lado de su cabeza.
Los demás campistas alrededor también estaban viendo todo, Celestine y yo compartimos una mirada haciendo que ella asintiera, para yo soltar a Clarisse que se levantó de golpe lista para pelear pero al verme se quedó fría.
–No me importa qué diablos haya pasado aquí, lo único que veo es que nos dejaron sin baños por un día maldita sea, así que a menos que quieran quedar limpiando el desastre todos se irán de inmediato –Veo a la hija de Ares- y sin pelear.
No era jefe de cabaña, no era la persona más grande del campamento, no era ni siquiera un instructor oficial, pero todos aquí sabían que cuando decía algo con este tono de voz solo había dos opciones. O escuchan y obedecen o se atienen a las consecuencias.
Y esas consecuencias incluían tener que limpiar los baños con sus cepillos de dientes.
Cuando todos se fueron y me asegure que Clarisse junto con sus amigas se largaron a cambiarse me dirigí hacía Jackson, Annabeth quiso hablar pero una sola mirada mía y sus palabras murieron en su garganta por lo que regrese mi mirada al chico nuevo que retrocedió al ver que dirigía toda mi atención a él.
–Klaus. –Me advierte Celestine, pero la ignoro-
Sé que Clarisse es una bully en toda regla, sé que lo que tiene de bravucona lo tiene de dolor de cabeza para la mayoría del campamento, demonios sé que no es una santa y que seguramente se ganó lo que sea que haya pasado dentro de los baños, pero no me gustan los conflictos aquí, la sola idea que Clarisse se vuelva como Apolodorus me revuelve el estómago.
–Ella fue la que... -Intenta defenderse pero lo cortó-
–No me interesa quien haya empezado la pelea, hablare con ella después pero ahora tú me vas a escuchar –Me acerco más a él- lamento lo que pasaste cuando llegaste, pero nada de eso te da el derecho de venir y provocar más conflictos con los de Ares.
– ¡Pero si ella...!
– ¿Qué? –Lo vuelvo a interrumpir- ¿Te golpeo? ¿Te humillo? ¿Te dijo el horrible corte de cabello que tienes? No sé qué te hizo, no sé qué lo provoco pero cuando alguien te apunta con un arma, te amenaza o incluso se burla de ti hay como 148 formas de evitarlo –Me acerco a él al punto que no me mirarían la cara ninguna de las dos rubias detrás de mí cuando siento como mis ojos ardían, sé que mis ojos estaban rojos y la cara de sorpresa de Jackson lo demuestra- déjame darte un consejo Jackson, si alguien te lanza un golpe no debes devolvérselo con violencia, si quieres destruir a alguien hazlo con inteligencia y sin que afecte a los demás y créeme, con lo que sea que hayas hecho solamente te ganaste a la cabaña 5 como enemigos, así que atente a las consecuencias de lo que hiciste y si quieres sobrevivir te recomiendo empezar a trabajar en ese horrible manejo de la espada o Clarisse te hará brocheta y ella solo se quedara sin postre.
Me aleje de él cuando mis ojos se les calmo el ardor sabiendo que volvieron a la normalidad, no tienen nada de especial además de brillar pero si que son buenos para intimidar, a los monstruos en especial les asusta cada que los ven. Así que mientras me alejaba de los baños escuche unos pasos detrás de mí y puse los ojos en blanco cuando supe quién era.
–Fuiste un completo idiota con él, Klaus perdió a su madre hace menos de 24 horas.
– ¿Y qué quieres que haga? –Me voltee- ¿Qué le hable como un bebé? Aquí incluso niños de 7 años ya saben usar dagas, pudo derrotar al Minotauro pero no lo hace invencible, tú sabes lo que pasara ahora.
-La mirada de Celestine se suaviza –Sé que no quieres que nadie muera Klaus, pero esa no es la forma.
Un nudo se forma en mi garganta, demonios está sacando el tema.
–No me importa lo que le pase, pero si viene a causar problemas, mínimo que afronte las consecuencias.
Ella se queda viéndome con aquella mirada serena, pero sé que hay algo más en esos ojos, lo mismo que vi aquella noche donde fue la última vez que me abrí con alguien y justamente es con la persona que está enfrente mía. Así que solo me doy la vuelta y me largo de ahí.
Y está vez ella no me sigue.
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