Capítulo 3

Capítulo 3: Compañeros/ ¡Vieja en Tren! No es tan genial como suena/Mamá, un león quiere comerse a mi gorila


Klaus

Después de haber escuchado la profecía del Oráculo, de inmediato la anote en mi libreta para no olvidarla ya que por lo que me han contado puede que las palabras dichas puedan servir en una situación de vida o muerte. Además de cuando salí del ático tanto Silena como el mismísimo Quirón se acercaron a mi preocupados preguntándome que me había dicho el oráculo por lo que para calmarlos un poco les conté la profecía

Lamentablemente al ver la expresión de mis compañeros e instructor pensaban igual que yo.

–Muy bien primero lo primero empezar a descifrar la profecía. –Propone Luke, mientras toma una hoja de mi libreta-

–"A la tierra donde el cielo toca irá el hijo de la oscuridad" –Habla Beckendorf pensativo- okey no sé qué significa.

Quirón quien se había ofrecido a ayudarnos se agacho un poco para estar a nuestra altura.

–Debe referirse al monte Tamalpies, ahí está el jardín de las Hesperides.

– ¿Las cómo de qué? –Pregunto algo confundido, vaya al parecer no odiaba desconocer algo-

–El jardín de las Hesperides es donde están las manzanas doradas, sin embargo no es exactamente un lugar al que me gustaría que fueras tomando en cuenta que apenas llevas una semana en el campamento.

–Bueno entonces ya tenemos la ubicación pero ¿Qué quiere decir "hijo de la oscuridad"? –Pregunta Silena-

–Tomando en cuenta que encontramos a Klaus a mitad de la noche de una tormenta supongo que debe referirse a él ¿No?

La verdad es que no sabía si mi moreno compañero tenía la verdad en ello, sinceramente no creo que le oráculo solo lo dijera por ello pero la verdad es que de momento es más importante averiguar el resto de la profecía, solo tenía que saber de momento que hablaba de mí ¿Verdad? Bueno, seguramente lo seguiré pensando en la noche.

–Bueno como sea, el segundo verso "Para cumplir una misión que el fuego destinará para él" debe estarse refiriendo a lady Hestia, pues ella es la diosa del fuego del hogar. –Digo anotándolo-

-Luke, quien se rasca la cabeza con un lápiz toma la palabra de nuevo – "Un enemigo y un aliado lo han de acompañar" Esto es algo confuso, supongo que el aliado debe referirse a alguien del campamento ¿Verdad? Pero ¿Un enemigo?

– ¿Tal vez se refiere a un monstruo? O alguna otra criatura, las consideramos monstruos pero hay muchas que son realmente amables. –Dice Silena, pero al ver su expresión también debe estar insegura de esa idea-

La verdad es que en esa parte es la que tenía una leve idea de quién podría tratarse y al escuchar a nuestro centauro maestro de armas y entrenador decir que en las misiones normalmente se hacen con tres personas ya que resultaba que el número 3 es un número sagrado, pero deje de prestarle atención al resto de la explicación para suspira al llegar a un solo resultado.

–Ya sé que quiere decir –Digo llamando la atención- no está hablando de alguien ajeno al campamento, tanto el aliado cómo el amigo son del campamento –Apunto detrás de mí- y ya sé quién es el enemigo.

Mis compañeros me vieron con algo de compasión al ver de quien estaba hablando, pues sin siquiera voltearme sabía que a algunos metros de mí se encontraba el neandertal de nombre muy largo y realmente molesto de pronunciar y estaba el doble de seguro de que si no fuese porque le di una paliza en captura la bandera y que Quirón estuviera seguramente se acercaría a tratar de ahorcarme.

La verdad me sorprendía que después de haberle clavado una daga y una flecha pudiera caminar tan bien pero al parecer la ambrosía es en verdad una comida milagrosa si con un poco de ella y con ayuda de los hijos de Apolo ya estuviera como nuevo, con todo y su cara de pocos amigos.

–Supongo que el joven Nicotatu... -Quirón cierra los ojos tratando de recordar como se dice su apellido, pero al verlo suspirar me da a entender que se dio por vencido no lo culpo- estoy seguro que si la profecía habla de él, será una gran ayuda pues es el capitán de la cabaña Ares, es bueno en combate y en manejo de diversas armas. –Trata de animarme Quirón-

Suspiro viendo el siguiente verso "Ante el peso de sus actos, uno con su vida ha de pagar."

Y solo eso basto para que todos se quedaran callados y sip, como deben imaginarse ese era el verso que más les preocupaba.

Veo como Silena estaba por hablar, seguramente por decir algún comentario optimista pero al ver el rostro de todos entendió que no iba a servir.

K –Esto quiere decir que uno de los tres morirá –Hablo sin importarme sonar frío, haciendo que me vean pero no me inmuto- no traten de encubrirlo, habla de que uno de nosotros pagaría con su vida así que a menos que tenga una vida extra dudo que se refiera a otra cosa, pero ¿El peso de sus actos? –Suspiro pasando mi mano por mi cabello- Da igual, lo averiguare después.

–Klaus.

-Veo a Quirón pero solamente niego –Estoy bien, la historia lo dice ¿Verdad? Las misiones para los héroes terminan en todo menos en un final feliz.

Asiente sabiendo que tenía la razón, así que nos enfocamos en la última parte.

"A aquel que más sabe, se le deberá consultar, para la última verdad revelar"

–Okey ¿No te pudieron dar una profecía con más nombres o una descripción más extensa? –Pregunta fastidiado el moreno del grupo mientras jugaba con un cubo rubic-

–A aquel que más sabe, se le deberá consultar –Repite Luke- para la última verdad revelar.

–Klaus ¿Y si se refiere a quien es tu padre o madre? O sobre quien eres. –Habla Silena haciendo que parpadee unas cuantas veces-

La posibilidad inunda mi cabeza y si había alguna duda en mi cabeza sobre hacer la misión se despejo en ese momento, sé que solamente es una suposición pero no hay demasiadas opciones.

–Okey muy bonito, pero dejando de lado eso ¿A quiénes llevaras? Ya tienes al gorila que te está matando con la mirada, pero aparte de él debes llevar un aliado.

Una mueca se forma en mi rostro ante las palabras de Beckendorf, pues sabía que tenía razón pero sinceramente en esta semana en el campamento no había interactuado con demasiados campistas, solo con los chicos de la cabaña 11, Silena y Beckendorf nada más.

Pero la verdad no me terminaba de confiar de llevarlos a ellos, necesitaba alguien que pudiera complementar el increíblemente disfuncional equipo.

–Quirón ¿Algo más que deba saber al lugar a donde me dirijo? –Le pregunto al hombre mitad caballo-

Rasca su barba, parece un gesto pensativo pero más bien pareciera algo indeciso.

–El árbol de las manzanas doradas es resguardado por el dragón Ladón. –Dijo viéndome-

Al instante de oír su nombre estaba seguro de haber leído ese nombre en mi libro de criaturas.

–Es un monstruo muy peligroso Klaus, uno que ni el mismo Hércules logro derrotar. –Continua-

Que buenas palabras de aliento.

–Muy bien, en resumen: Debo robar manzanas doradas de una montaña donde son custodiadas por una criatura que seguramente hasta rayos laser debe lanzar y como uno de mis compañeros tengo a un idiota que no sabe trabajar en equipo.

Suelto un suspiro fregándome el entrecejo pues me empezaba a doler la cabeza con todo esto, pero una idea llego a mi cabeza.

Se supone que tengo que tomarlas, pero en ningún momento explicaron cómo debía hacerlo entonces significaba que podía...

–Robarlas –Murmuro abriendo los ojos- ¡Travis! –Grito poniéndome de pie-

Mi grito asusto a todos y haciendo que me vieran confundidos.

– ¿Qué tiene que ver uno de los dos bromistas? –Pregunta Beckendorf-

–Obviamente no tengo el nivel de enfrentarme al dragón y mucho menos con la ayuda del gorila, sin embargo no necesito enfrentarlo sino que puedo distraerlo para que alguien que sea bueno en escabullirse pueda robar las manzanas.

Ver como sus rostros se iluminaban en comprensión me hizo sonreír un poco, pues parece que llegaron a la misma conclusión. Y como si lo hubiera invocado el mayor de los dos Stoll, o el que creo que es el mayor pues la verdad no logro diferenciarlos aún.

Por lo que no pierdo tiempo para contarle a Travis la idea y de si podía acompañarme en la misión, la verdad no sabía si iba a aceptar ya que por lo que me contaron los chicos y el mismo Quirón, las misiones no eran tan frecuentes debido a que eran asignadas por los mismos Dioses y sobre todo a los que ya estaban reconocidos por su progenitor, además de que está el hecho que la mayoría de veces eran para recuperar algún objeto que perdieron sus padres o cosas como esas. La verdad entiendo porque Quirón se sorprendió el pedido por Hestia, pues no llevaba ni un mes en el campamento, no tenía el entrenamiento adecuado (Al menos que recuerde) y por supuesto el hecho que ni siquiera sé quién es mi padre o madre divino.

Sinceramente si lo veía de un punto de vista objetivo, algo más había detrás de todo esto pero ¿Quién era yo para subestimar a una diosa?

Pero regresando al tema, quede esperando a Travis, quien estaba hablando con su hermano sobre lo que le dije, la verdad si se negaba tendría que reajustar todo mi plan y buscar a otro hijo de Hérmes, aunque dudo que haya un mejor ladrón que ellos. Por lo que al verlo voltearse trago saliva tratando de aguantar y esconder mis nervios.

–Déjame ver si entendí correctamente ¿Quieres que vaya a una misión contigo y míster testosterona a buscar manzanas de oro que son custodiadas por un dragón ultra peligroso? –Asiento lentamente- Bueno, por mí está bien. –Dijo encogiéndose de hombros-

-Tengo que parpadear unas cuantas veces mientras proceso todo – ¿Hablas enserio? ¿Así nada más?

–Bueno, de hecho tengo una condición –Dijo levantando un dedo mientras me daba una sonrisa que podría jurar poder compararla a la de un zorro- me deberás un favor que tendrás que cumplir sin dudarlo, sea cual sea.

Me lo pienso por un segundo y la verdad en la última semana me he dado cuenta porque los hermanos Stoll son el perfecto significado de la palabra "Revoltosos" pues les jugaban bromas a todo el mundo sin importarles que esa persona fuera más grande que ellos o que pudiera aplastarlos. Hay que admirar ese sentido de valentía o tal vez solo sea una gran estupidez mezclada con el poco amor a la vida, pero la verdad era mejor a eso que rearmar todo mi plan.

–Muy bien Stoll –Dije haciendo que ambos me vieran- perdón, Travis –Me corrijo- acepto. –Le digo extendiendo mi mano-

-Él se queda viéndola –Juralo por la laguna Estigia.

Ahora me toca fruncir el ceño confundido.

– ¿Qué?

–Escuchamos de uno de los hijos de Atenea que para asegurarte que alguien cumpla su palabra, debe jurarlo por la laguna Estigia, no sabemos porque pero parece importante. –Responde Connor-

-Suelto un suspiro medio fastidiado pero me trago las palabras que quería decir –Juro por la laguna de Estigio que haré lo que me pidas una vez tú me ayudes en mi misión. –Aclare-

El mayor de los hermanos asintió satisfechos, por lo que le indique que nos iríamos mañana a primera hora para que estuviera listo y cuando lo vi irse con su hermano estaba por dar un paso pero ni siquiera pude hacerlo ya que todo mi cuerpo cayo contra el suelo al sentir que mis pies se tropezaron entre ellos, por lo que bajo mi mirada y al ver que las cintas de mis zapatos estaban atadas entre ellos y al escuchar la risa de los hermanos solamente sonrió de forma amarga pues al parecer hice la mejor elección.

Después de eso tuve que ir con la peor parte de todo esto, que era hablar con el gorila del campamento. Luke y los demás se habían ido a seguir en sus actividades, aunque Silena dijo que hablaría con algunos de la cabaña de Apolo para que me dieran algunos medicamentos para el viaje, aunque con la ambrosía debería ser suficiente.

Cuando me planto frente al neandertal siento como me mata con la mirada que estaba seguro que si quisiera podría ahorcarme con sus manos, pero eso no me hace retroceder sino que doy un paso adelante, con mis manos en el bolsillo, la espalda recta y viéndolo a los ojos. La mejor forma de demostrarle a los bullys que no les tienes miedo es demostrándolo y no le tenía miedo a alguien que ya le he ganado en más de una ocasión.

–Hale. –Escupe mi nombre con un claro y profundo odio-

–Idiota –Le respondo tranquilo viendo como la vena de su cuello sobresalía- mira sé que lo último que quieres hacer es verme o hablar conmigo y la verdad el sentimiento es mutuo créeme, pero necesito que vengas conmigo en la misión que me encargo lady Hestia.

Ver como la sorpresa inunda su rostro no me extraño, la verdad yo tendría la misma reacción si a quien más odio me pidiera algo como eso pero no podía irme por las ramas para embellecerlo ya que este tipo era el único enemigo que tenía en el campamento y si era necesario llevarlo amarrado lo haría.

-Pero al ver su sonrisa burlona me di cuenta que tal vez tenga que hacerlo –Así que el oráculo te dijo que necesitabas al más fuertes del campamento para cumplir tu misioncita. –Se burla-

Ruedo los ojos exasperado para verlo con aburrimiento.

–De hecho me dijo que buscara al mayor idiota del mundo y pensé en ti –Dije con una sonrisa ladeada haciendo que apretara la mandíbula, pero luego regrese a mi seriedad- dejando de lado las ganas que tengo de insultarte, la verdad es que me pidió a un enemigo que llevar y casualmente tú me odias y yo a ti así que ahí lo tienes, vendrás o ¿No?

– ¿Qué te hace pensar que aceptare? Es más, si me niego definitivamente fallaras ¿Verdad? Para mí ver como pierdes en tu primera misión sería muy satisfactorio, no veo un motivo valido para ayudarte. –Me dice con aire confiado-

Mi sonrisa vuelve a aparecer ante sus palabras ya que justamente eso esperaba que dijera.

–Tienes razón, lamentablemente no es como que tenga el tiempo de hacer un enemigo para llevar a la misión y sin ti es posible que falle, pero de quién se burlaran más ¿Del chico que fallo en su misión a pesar de intentarlo? O –Mi sonrisa crece- ¿Del gran Apolodorus que se negó a ir porque no es lo suficientemente bueno para cumplir con los estándares del nuevo? En mi opinión y en la taza de preferencia de las masas, yo creo que el que saldrá perdiendo eres tú.

–Eres un...

Cuando me sujeto de la camisa no cambie mi expresión, ni cuando lo vi con la cara de perro rabioso que tenía, porque no le tenía miedo.

J –Adelante, golpéame si puedes hacerlo –Digo sin cambiar mi tono de voz- pero eso no hará que se nieguen los hechos, yo podre ir a la misión con dos personas incluso si el número 3 es sagrado en el campamento, sin embargo ¿Tú? –Me rio- Solo serás el hazmerreír de todos por haberte negado a ir y ya sabes cómo funcionan los rumores, dirán que no eres nada más que un gatito asustadizo. –Digo sujetando su muñeca-

Logre hacer que me soltara para retroceder unos paso alejándome lentamente.

–Es tu decisión, si no te da miedo la misión nos iremos mañana a primera hora y si no llegas, solo espero que tu hombría aguante tantos rumores. –Digo para darme vuelta-

No tengo que darme la vuelta para saber que la expresión en su cara sería una de frustración, enojo, odio pero también de resignación. Sé que está mal que use la manipulación con ese tipo pero la verdad y según T.F Hodge: "La manipulación, alimentada con buenas intenciones, puede ser una bendición. Pero cuando se usa malvadamente, es el comienzo de la calamidad kármica de un mago".

Posiblemente me vaya al infierno por manipularlo a mi antojo, pero la verdad es mi primera misión y al igual como se juega el ajedrez usare las piezas que tengo en mi tablero y en mi disposición aún si tengo que usar las más molestas.

***

Las horas pasaron y decir que la voz corrió por todo el campamento a una velocidad alucinante sería poco, pues cuando puse un pie en la zona de las cabañas nadie dudo en abordarme y preguntarme qué diablos estaba pensando o preguntándome si estaba listo para morir, entre otras cosas. Creo que incluso escuche que alguien se ofreció a cuidar mis cosas.

Estaba seguro que uno de los Stoll tenía que ver con la fuga de información, pues no había nadie que no me preguntara la razón del porqué llevaba al capitán de la cabaña Ares cuando es más que obvio que me odia.

No di mayores explicaciones y solo me enfoque en preparar todo lo que llevaría, desde ambrosía, néctar, ropa, vendas y por si acaso las medicinas de Silena, la verdad me vendría bien un ejército para enfrentar un dragón legendario pero ya que. Hablando del tema, cuando me pude librar de todos los campistas pude sacar mi libro para consultar a lo que me enfrentaba y la verdad al leer sobre el dragón Ladón me dieron ganas de arrepentirme de ir, un dragón que tenía más cabezas que una hidra normal (ni siquiera sé cuántas tiene una normal) es hijo de uno de los monstruos que casi acaba con todo el Olimpo, el que venció al gran Zeus.

Tifón.

Ladón era su hijo que ni siquiera Hércules el héroe más grande del que se menciona en muchos lugares, tampoco pudo vencerlo. Por eso es mejor usar la cabeza y no los músculos.
Así que por eso mismo pase el resto del día buscando información del jardín de las Hesperides, sobre el dragón y la misma montaña. Sinceramente es bastante beneficioso que la diosa de la sabiduría tuviera hijos que tengan casi una biblioteca en su cabaña.

El tiempo paso volando que sin darme cuenta la noche había llegado la noche, estuve investigando tan concentrado que no me di cuenta hasta que Luke, quien no tengo ni la menor idea del momento en el que entro se sentó al lado de mi catre dejando un plato de comida en mi regazo.

–Oye sé que estás nervioso pero si te falta gasolina en el estómago lo único que harás es desconcentrarte en media pelea. –Me dijo dándome un vaso de jugo-

Dejo el libro de lado, para ver como la comida se trataba de un Hot Dog, unos cuantos pedazos de zanahoria y de nuevo un churro, bueno al menos.

-Suspiro empezando a separar lo que dejare de ofrenda –La verdad es que estoy nervioso, mucho de hecho y la verdad no sé si todo salga como lo estoy planeando ya viste el equipo que tengo y encima la parte de la profecía que dice que uno caerá por el peso de sus actos –Me friego el cien cansado- ¿Algún consejo?

Mi compañero de cabaña se recuesta contra la pared con una expresión pensativa.

–La verdad no sabría decirte, hasta el momento no he tenido una misión y eso que estoy desde los catorce años aquí. –Dijo rascándose la mejilla con una expresión algo incómoda-

De inmediato quiero golpearme la frente ante eso, es verdad que las misiones eran peligrosas e incluso mortales para que fuéramos pero al mismo tiempo era una forma para que los dioses nos notaran de alguna manera, por lo que sé pocos han sido los afortunados que han podido ir a una, pero no se sabe cuándo se la darán por lo que pueden pasar incluso años antes de poder hacerlo. Luke lleva aquí más tiempo que yo y de la nada vengo y no solo recibo el pedido directo de una de las diosas, sino que a mi primer semana en el lugar.

–Luke, perdona yo no sabía... -Trato de decir algo pero no me salen las palabras-

–Ey tranquilo –Me dice colocando una mano en mi hombro- sé lo que estás pensando pero no te equivoques amigo, es verdad que fue algo desconcertante que te dieran una misión tan rápido pero estoy feliz por ti, puede que descubras quien es tu padre divino en el camino y además sin ofender pero cuando haga mi primera misión espero que no sea una repetida como la tuya. –Me dice con tono bromista-

Le sonrió levemente asintiendo agradeciendo por sus palabras.

–La verdad es que estoy preocupado por ti y Travis, sobre todo con ese tipo Apolodoritos –Suspira- los acompañaría su pudiera.

–Supongo que ya veré que hacer en su momento ¿No?

–Sé que no tienes memoria de quién eres Klaus, pero con lo que vi está semana y en captura la bandera estoy seguro que sabrás como defenderte y sé que regresaras bien con ambos chicos, aunque tengas que golpear al mastodonte –Bromea- no sé si seas hijo de Hermes pero ya sea que si o no siempre serás mi...

–Amicus. –Susurro-

El rubio se me queda viendo confundido.

– ¿Acabas de hablar en latín? Espera ¿Sabes latín? –Me pregunta sorprendido y desconcertado-

Una leve risa salió de mis labios ante su cara, la verdad es que desde que llegue al campamento no me había reído, ni siquiera con alguna tontería de los Stoll que le hacían a los demás campistas, pero ahora aunque haya sido leve pude reír como si no lo hubiera hecho en un buen tiempo.

Así que después de dar mis tributo a los Dioses y rezar para que mañana no me mataran me fui a dormir después de anotar unas cosas más en mi libreta y creo que ni siquiera alcance a terminar pues el sueño y cansancio del día me consumió completamente.

Quisiera decir que soñé algo bueno, por ejemplo a mí obteniendo las manzanas doradas para entregárselas a lady Hestia y después enterarme sobre quien era mi padre divino, pero la verdad es que no soñé para nada eso.

Si no que me encontraba en un lugar completamente oscuro, húmedo y hecho completamente de una piedra tan oscura que apenas si podía ver donde pisaba, no tenía que ser demasiado listo para saber que me encontraba en una cueva, pues incluso escuchaba el goteo de agua resonar con un eco muy claro.

La verdad es que últimamente he tenido sueños muy raros, comenzando con aquel castillo diabólico con la pintura de esa hermosa mujer y el extraño que seguramente aparecerá en mis pesadillas en los siguientes 20 años.

La verdad trate de buscar mi encendedor en los bolsillos de mi pantalón pero habían dos problemas con ese plan, el primero es que para ser un encendedor que aparentaba ser muy costoso no funcionaba para su propósito y el segundo, de todos modos no lo tenía en mi bolsillo por lo que suspire para ver a mi alrededor (aunque apenas si podía ver mis propias manos) tratando de encontrar aunque sea el mínimo brillo que me indicara donde estaba la salida.

Sin embargo todo el lugar estaba en completa oscuridad, así que dejándolo a la suerte decidí empezar a caminar sosteniéndome de la pared tratando de no tropezar con una roca que me haga caer y abrirme la cabeza, aunque tal vez el golpe me haga recuperar la memoria, pero prefiero evitar el dolor así que por eso trato de tener cuidado en cada paso que doy.

Mientras más avanzaba el lugar se sentía cada vez más frío y toda la oscuridad de antes si ya era súper difícil ver ahora era imposible, algo en mi cabeza me decía que retrocediera y que me alejara de ahí, que buscara otra salida por el otro lado.
Pero no pude detenerme cuando después de unos minutos sentí una brisa o mejor dicho una corriente de aire que me heló los huesos y cada una de mis extremidades se petrifico.

Incluso en medio de la oscuridad pude ver como en medio del lugar donde me encontraba había un enorme agujero. El viento helado parecía provenir de ese lugar y parecía que era el responsable de toda la oscuridad que había en la cueva donde me encontraba, como si ese solo agujero absorbiera toda la luz que había en el lugar y no quería averiguar que me daba ese presentimiento de peligro por lo que forzando mis extremidades a moverse logro darme la vuelta y de nuevo empecé a moverme alejándome lo más pronto de ese lugar.

O al menos eso intente pues cuando solo di un par de pasos escuche como alguien decía mi nombre, por lo que lentamente voltee esperando tal vez encontrarme con una persona, incluso si fuera para matarme estaría feliz de ver a otro ser vivo pero cuando lo hice lo único que pude ver fue la oscuridad por lo que solo menee la cabeza y trate de seguir. Pero sin siquiera dar un paso, escuche claramente como alguien decía mi nombre.

Por lo que nuevamente voltee para comprender que la voz venía del mismo lugar donde estaba el gran agujero y sé lo que están por pensar "¡No seas tonto Klaus, usa la cabeza y corre de ahí como si estuvieras buscando la última rebanada de pizza de la cafetería!" y por eso mismo no sé por qué rayos estoy caminando de regreso.

Pese a lo que piensan, no me da miedo la oscuridad, las sombras o cosas como esas que están pasando ahora mismo, extrañamente me siento incluso más tranquilo en un lugar así. Pero lo que me incomodaba y hacía que quisiera huir de ahí venía de ese agujero y ahora hay una voz escalofriante que me estaba llamando de ahí, lindo, muy lindo.

Cuando llego de nuevo, al igual que antes el frío recorrió cada célula de mi cuerpo pero esta vez no me inmute o al meso eso trate de aparentar.

– ¿Quién está ahí? ¿Un monstruo que le gusta atraer a chicos a un lugar oscuro para comérselos? Debo darte crédito, es una trampa muy elaborada. –Digo con simpleza tratando de calmar los nervios de mi cuerpo-

Espero que la voz que escuche antes vuelva a hablarme pero al no escuchar nada por varios minutos simplemente suspiro, tal vez solo estaba paranoico y quizás...

–No soy un producto de tu imaginación Niklaus. -Hablo aquella voz dejándome en shock-

No era una voz normal, era muy grave, poderosa e incluso podría decir mortífera en cada una de sus palabras.

Sin embargo no dejo que el miedo y la duda me consuman y llevo mi mano al lugar donde debería estar mi espada en acto de reflejo pero al no encontrar nada suelto una maldición.

–Muy bien agujero mágico o Dios agujero, a este punto no me sorprendería que hubiera uno. –Murmuro lo último-

Pero aquella voz solamente soltó una grave y escalofriante risa que de nuevo hizo que todo mi cuerpo se pusiera en alerta.

–No soy uno de los Dioses de los que hablas, más bien soy alguien que podría darte lo que tu corazón desea.

Mi entrecejo se frunce ante eso en confusión ¿Lo que mi corazón desea?

–Sé cómo te sientes Niklaus, la confusión de no saber quién eres, de dónde vienes o si alguien ahí te está esperando –Habla con un tono tan amable que me desconcierta- en verdad entiendo cada una de esas preguntas, además de que sé qué esperas poder encontrar esas respuestas quedándote bajo la mano de los Dioses, pero a ellos no puedes importarle menos que una simple cucaracha.

–Muy bien, ahora me iré antes de que aparezca un payaso monstruo y me quiera comer, no estoy seguro pero creo que leí ese libro de Stephen King así que adiós. –Digo tratando de levantarme e irme-

Pero al igual que las otras veces la voz detuvo mis pasos con unas simples palabras.

–A ellos no les importas pero a mí sí, yo sí puedo ayudarte a recuperar lo que te arrebataron, los Dioses solo saben mentir para que hagan lo que quieren pero yo te ofrezco la...

–Okey te voy a parar ahí voz extraña que me habla en medio de la oscuridad y por un agujero que tiene todo menos una vibra de amabilidad y mucho menos de un genio que me cumpla un deseo –Hablo rodando los ojos- no puedo recordar nada y en primer lugar que lo sepas ya es una señal de alerta, por no decir que mi nombre también lo sabes y eso es la segunda alerta pero que hables tan mal de los dioses –Me encojo de hombros- solo me dice que no eres alguien de confiar exactamente, así que si no te importa agujero parlante yo me iré ahora. –Hablo-

No sé quién diablos era, qué es lo que quiere o mucho menos como sabe tanto de mí pero sé que no es alguien que debería hacer un trato a mitad de una cueva oscura y tétrica. En verdad quería saber quién era y si alguien tal vez esté llorando por mí pensando que algo me paso, pero mi instinto me dice que no escuche a esta desconcertante voz.

Espere cualquier cosa de esa extraña voz, pero jamás que se echara a reír con grandes y fuertes carcajadas que hicieron temblar todo el lugar haciendo que me pusiera más alerta.

–Eres tan bueno como lo imagine, nos veremos pronto Niklaus Hale cuando tu fé por los dioses caiga.

Al terminar de decir eso del agujero dos puntos dorados brillaron con intensidad hasta el punto de cegarme completamente.

Lo siguiente que sé es que esto haciéndole una llave a uno de los de la cabaña 11.

Me toca parpadear un par de veces para entender lo que estaba haciendo y que detrás de mí me estaban llamando para que lo soltara, por lo que de inmediato lo suelto viendo como el chico dejaba caer un bolígrafo para poder sujetarse el brazo que le había estado inmovilizando. Me doy cuenta que incluso dormido mi cuerpo estaba alerta, bueno al menos es una ventaja.

Después de todo el revuelo de aquello empaque todo lo necesario para mi misión y asegurándome que Travis también lo hiciera, pues lo vi incluso meter varias granadas de dudosa procedencia y aunque estaba tentado por saber que eran le dije que llevara solo lo esencial. Estaba algo preocupado por como haría para caminar en las calles con mi espada en la cintura pero Luke me explico que la misma niebla haría ver que como si llevaría un paraguas, una guitarra o incluso un palo de golf. La verdad es bastante útil.

Luego de eso nos reunimos todos en la entrada del campamento donde estaba el gran pino de Thalía y una sonrisa ladeada se formó en mi rostro al ver al gorila esperando de brazos cruzados recargado en una piedra, viéndome con un gran fastidio pero lo ignore mientras nos colocábamos viendo a Quirón que estaba de espaldas al campamento y con su silla de ruedas que aún después de explicarme cómo funcionaba me seguía sorprendiendo, pase mi mano un momento por él pues fue lo primero que vi cuando llegue al campamento así que de cierta forma espero que no sea lo último que recuerde de él si me matan

–Que los Dioses bendigan su travesía héroes, sean listos en cada una de sus decisiones y cuídense entre ustedes.

– ¡Klaus si alguien te mata la cabaña 11 acordamos hacer tu sudario! –Grito alguien entre la multitud y solamente le saque mi dedo medio haciendo reír a varios-

–Como decía, ya que es la primera misión de los tres, Argo los llevara a la estación de tren para que puedan comenzar su travesía –Dirige su mirada a mí- sé que no nos conocemos desde hace mucho Klaus, pero sé apreciar perfectamente a alguien con talento como tú, sé que sabrás que hacer en su momento.

Volteo a ver al jefe de seguridad Argo, que según Luke es una criatura con ojos por todo su cuerpo por lo que seguramente le irá muy bien en los juegos de apuestas, pero por ahora solamente cubría sus dos ojos de la cara con unos lentes negros.
Nos entregaron unas pequeñas bolsas que no entendía para que, estaba por subirme al auto mientras Argo terminaba de subir nuestro equipaje para el viaje pero Beckendorf se acercó a mí junto a Silena.

–Trata de no morir ¿Sí? –Me dice el hijo de Hefesto-

-Una sonrisa irónica sale de mis labios –No lo había considerado pero lo tendré en cuenta.

–No le hagas caso, no es exactamente el mejor para las despedidas pero por favor –Me habla preocupada- cuídate mucho y no trates de enfrentarte a monstruos de ser posible, si puede correr hazlo.

Lo siguiente que sé es que la chica me estaba abrazando, un abrazo que rodeo todo mi cuerpo y que seguramente por el calor que sentí subir por mi cuello me hizo que pareciera como un tomate. Charlie solo me dedico una sonrisa burlona pero tuve que tragarme las palabras que seguramente saldrían de mi boca de no ser por los nervios que estaba sintiendo y agradecí cuando Silena se alejó.

–Después de esa emotiva despedida de Silena, no creas que te abrazare más bien quería darte esto. –Dijo dándome un reloj-

Eso me hizo alzar una ceja desconcertado ya que, enserio no entendía el motivo de eso. Por lo que tomando el reloj lo examine, era un reloj con correas de cuero marrón, la caja o como se llame donde estarían todos los engranajes y demás cosas era de un color bronce algo apagado, pero lo que hacía destacar al reloj es que las agujas no se movían de donde estaban.

–Gracias Beckendorf, pero la verdad no creo que me sirva un reloj que no da la hora y además –Saco mi reloj de bolsillo- ya tengo uno.

Mi moreno amigo rodo los ojos para acercarse a mí y presionar uno de los botones del reloj, con el cual debería poder ajustarse la hora, pero al instante que lo presiono el objeto empezó a cambiar y en un segundo ya no tenía un reloj normal si no que un escudo de bronce sujeto a mi brazo por una correa.

Okey eso si no lo esperaba.

–Es algo en lo que he estado trabajando, cuando presiones el botón el escudo se desplegara en un instante y si presionas el botón que está arriba de la correa volverá a ser un reloj normal, no es muy impresionante. –Dijo encogiéndose de hombros mientras rascaba su cuello-

Silena le sonrió mientras le daba unas cuantas palmaditas mientras yo seguía admirando mi nueva arma, era increíble lo que podía hacer un hijo de Hefesto pero sobre todo que me lo haya dado a mí, por lo que simplemente asentí ante sus palabras para ver de nuevo al grupo de campistas, entre ellos Luke se despedía de la mano mientras que a su lado una niña rubia se me quedaba viendo, pero no le di importancia pues no tenía que perder tiempo.

***

Media hora recorriendo las calles de Nueva York sin hablar para nada, descubrí lo irritante que es un Stoll cuando está mucho tiempo sin hacer una broma, lo delicado que era el gorila con su espacio personal y que definitivamente tenía ganas de machacarlos a los dos. También que Argo tiene una gran paciencia y que le divertía un poco vernos así.

Fueron varios kilómetros donde la verdad cualquiera pensaría que estaría ansioso por ver todo, pero sinceramente lo único que me preocupaba era que un monstruo apareciera durante el camino pero afortunadamente no apareció aunque la verdad para mí no creo que sea del todo bueno.

Por lo que cuando el jefe de seguridad nos dejó en la entrada del Gran Central Terminal, donde nos entregó nuestros boletos de tren donde al parecer tendríamos que hacer una parada en Tenesse para después recorrer más camino en el tren, en sí la primera parada son como 1 día con 10 horas, sinceramente había pensado usar un avión pero al parecer era mala idea así que tendríamos que conformarnos con un tren aunque creo que es mucho mejor que ir en autobús.

No recuerdo haber subido a uno pero el pensar que alguien esté tan pegado a mí me da un poco de incomodidad.

En fin Argo nos despidió con un asentimiento de cabeza mientras el ojo azul de su frente se nos quedaba viendo por última vez para finalmente irse y dejarnos solos.

–Bueno parece que será un viaje en tren ¡Pido la litera de arriba! –Grita Travis empezando a correr a nuestro tren-

El gorila lo persigue para que no se pierda, mientras que yo simplemente suspiro pero de la nada tuve un escalofrió que me hizo voltear para ver a mi alrededor y a las cientos o miles de personas que caminaban de un lado para el otro yendo o viniendo de diferentes lugares, pero por un segundo creí sentir como si alguien me estuviera observando, así que simplemente suspire para seguir a mis compañeros.

Lo que paso después fue relativamente normal, fuimos a la habitación del tren que nos habían dado para dejar nuestras cosas, ver como Travis se aferraba a la cama de arriba mientras que el hijo de Ares trataba de hacerlo que la soltara. Yo por mi parte solo acomode mis cosas y me recosté un rato tratando de revisa nuestra trayectoria a San Francisco, el tren tendría que hacer varias paradas para finalmente llegar a nuestro destino pero supongo que para ser 7 días estaríamos si todo va bien con incluso un día extra.

Después de eso nos dirigimos a uno de los otros vagones pues al igual que yo, mis compañeros seguramente les molestaba estar en un lugar pequeño tanto tiempo, así que mientras estaba sentado trataba de seguir estudiando el libro sobre monstruos.

– ¿Vas a estar con la nariz pegada en un libro todo el viaje? –Me pregunta con fastidio el gorila- Sin duda debes ser hijo de Atenea.

–No me molestaría serlo, después de todo es considerada la Diosa de la sabiduría y estrategia –Le respondo sin apartar la vista de mi libro- y en todo caso sea o no hijo de ella, sigo siendo mucho más inteligente que tú y el libro es mucho más interesante de ver que tu cara horrible y a Travis tratando de robarle a los pasajeros.

En ese momento alzo un poco la vista para ver como el mayor de los dos Stoll trataba de disimular que hace un segundo trato de quitarle su billetera al pobre hombre que estaba roncando en el asiento detrás de él, mientras que el cara de elfo intentaba de disimular que estaba muy interesante el folleto que estaba en los asientos, sin darse cuenta que lo tenía al revés. Por lo que suspiro tratando de no querer decirle otra cosa, así que dejando mi libro de lado saque la bolsa que nos había entregado Quirón y al abrirla me quedo algo confundido al ver más de esas monedas raras.

–Travis, con todo lo que ha pasado se me había olvidado preguntar pero ¿Qué clase de moneda es esta? –Le pregunto sacando una de mi bolsa-

Escucho una risa burlona del hijo de Ares pero lo ignoro mientras escaneo la extraña moneda, tiene la cara de una persona que desconocía por completo mientras que del otro lado estaba grabado un edificio, pero no cualquiera sino que nada más que el Empire State. Eso era curioso aparte del hecho de que esta moneda podía decir a simple vista que estaban hechas de oro puro.

–Son Dracmas, las usamos para mandar mensajes Iris o incluso pagar el envió de paquetería de mi padre, sinceramente son bastante útiles pero no es como que puedas comprar una soda con estas cosas. –Dijo mostrando una bolsa en su mano-

Frunzo el entrecejo ya que no vi en que momento saco la suya, sin embargo bajo mi vista a mi mano y al ver la falta de mi bolsa de dracmas solo me hace soltar un gruñido de fastidio mientras se la arrebato, aunque la verdad es que me sigue asombrando la habilidad que tiene este chico para robar, tal vez debería pedirle que me enseñe.

–Bueno entiendo que es importante para el uso del mundo Griego, pero ¿Qué tiene que ver el Empire State con esto?

–Bueno debido a que ahí está el olimpo es algo lógico que lo impriman en sus monedas ¿No crees?

Casi se me cae la mandíbula ante sus palabras, pero antes de poder preguntarle algo más a nuestro lado Apolo lo que sea hablo:

– ¿Y así presumes saber tanto? Ni siquiera sabes para que se usan las dracmas o que el olimpo está en el Empire State –Se burla mientras ve por la ventana- en verdad eres un tonto.

Mis puños se aprietan ante sus palabras, la verdad es que odio desconocer algo pero a su vez amo conocer cosas nuevas, pero este tipo hace que me enoje de una forma que no entiendo.

–No le hagas caso Klaus, solo está enojado porque su primera misión a la que va no es el líder. –Le responde Travis mientras bosteza-

Eso sí me sorprendió pues este tipo debería al menos tener 18 años, es prácticamente mayor que nosotros y por lo que sé llego al campamento a los 12 años y ¿Aun así no ha recibido una misión? Lo que termino de confirmarlo fue ver cómo le daba una mirada fulminante al hijo de Hermes pero no dijo nada más, supongo que es verdad.

Después de eso ninguno quiso hablar nada más, lo cual agradecía muy grandemente pues ahora tenía que planear muchas cosas y analizar otras más.

***

Las horas pasaron y decir que estaba muerto de aburrimiento era poco, pero no había demasiadas cosas que hacer y seguir preocupándome por lo que pasaría en el camino no ayudaba a los nervios que sentía. No fui el único pues Travis lleva dormido hace un buen rato al igual que Apolodorus que se cansó de estarle dando una cara molesta a la ventana.

Pero yo no podía estar tranquilo, habían pasado horas desde que salimos del campamento mestizo y no había pasado nada destacable y eso solo me estaba dando mala espina. Sobre todo cuando me dijeron que el olor de los mestizos los monstruos lo huelen muy bien y tres mestizos juntos no creo que pase desapercibido tan fácilmente.

Algo no estaba bien.

Así que solamente me levanto para caminar un poco entre los vagones, aún faltaba bastante para llegar a Tenesse y a la velocidad que íbamos tal vez llegaríamos antes de lo planeado así que es mejor que estire un poco las piernas.

Caminar un rato viendo los diferentes vagones me hizo pensar un segundo, la gente dormida, leyendo e incluso hablando entre ellos me hizo pensar más en mi familia o la que creo que tengo. Pues aún tenía muchas dudas de mi origen, qué padre era humano y cual era divino, ¿Cómo llegue al campamento mestizo sin un sátiro que me llevara? ¿Por qué no recuerdo nada?

Era algo deprimente tener más dudas que respuestas, pero trataba de animarme teniendo la esperanza de saber todo lo que necesitaba al final de esta misión, por eso sin importar qué o quién se meta en mi camino yo debo lograrlo.

Estaba tan metido en mis pensamientos que al momento de sentir como alguien me sujetaba del hombro pegue un pequeño brinco llevando velozmente mi mano a mi espada, pero al ver la cara de uno de mis compañeros de viaje me hizo que suspirara pero por ser Apolodorus no solté la espada.

–Qué mala suerte, pensé que ya te había matado algún monstruo pero parece que sigues vivo. –Dice con un tono de decepción pero con una sonrisa burlona-

–Eso quisieras idiota. –Gruño-

Ambos al parecer estábamos aburridos pues seguimos caminando sin dirigirle una palabra al otro lo cual en sí era un record por no intentar matarnos en más de cinco minutos, por lo que de forma disimulada trato de escanearlo y analizarlo sin que tenga que abrir la boca.

En definitiva este tipo entraba en la calificación de un soldado joven, músculos marcados en brazos y piernas, cicatrices en las manos que seguramente son muy ásperas por empuñar tantas armas. No era tonto y tampoco ciego para saber que este idiota a pesar de seguramente tener la inteligencia de un mono, es bastante bueno en combate y uso de armas, por no decir que debe tener en la cabeza muchas estrategias que ha aprendido en el campamento pero nunca lo ha llevado a cabo al no recibir ninguna oportunidad para usar esos conocimientos.

Quitando el hecho que nos odiamos y que vomitare si lo digo en voz alta puede que haya sido una buena idea traerlo, pero lo que le descuenta demasiados puntos es su temperamento explosivo y poca paciencia. Eso es lo que ha hecho que le gane a pesar de ser el doble de mi tamaño y peso.

En ese momento un extraño mareo me ataco haciendo que tuviera que sostenerme mientras llevaba una mano a mi cabeza al sentir dolor en ella y sentir como mí el latido de mi corazón lo sentía hasta en las orejas.

La imagen de un patio, un patio verde que a pesar de ser pequeño era tan hermoso con el gran árbol que tenía en medio, su tronco marrón oscuro, sus hojas que a pesar de estar algo marchitas a mis ojos se veían hermosas pues el tronco y las ramas eran muy fuertes. Era como un flash en mi cabeza, pero podía distinguir que el patio estaba dentro de un edificio pero no podía decir de que clase, solo podía decir que un sentimiento de nostalgia me estaba inundando a pesar de jamás haber estado en ese lugar.

Pero antes que pudiera seguir viendo una voz dijo mi nombre y todos los bellos de mi cuerpo se erizaron junto con un horrible sentimiento de miedo, era esa jodida voz.

Niklaus.

Fue casi un susurro, casi imperceptible si no escuchabas atentamente pero para mí pesar lo pude hacer y cuando me di cuenta ya no estaba en aquel lindo patio si no que estaba recargado contra la pared del tren respirando agitadamente mientras Apolodorus me miraba desconcertado.

– ¿Qué diablos te pasa? Estás muy pálido, no me digas que tienes un ataque de pánico.

No podía hablar, no podía ni siquiera formular una jodida oración sin que me temblara la voz por lo que solo me salían quejidos ahogados.

No preste demasiada atención a lo que estaba pasando a mí alrededor pero cuando sentí como me sentaban en el suelo y al abrir los ojos encontrarme con el hijo de Ares que me veía con una expresión seria.

–Trata de respirar profunda y lentamente –Me dijo sin cambiar su expresión- toma aire lentamente y mantenlo unos segundos para después soltarlo igualmente lento.

Yo no sabía lo que estaba diciendo pero al ver como no parecía estar bromeando hice lo que me dijo cerrando los ojos para tranquilizarme.

Varias inhaladas y exhaladas tal y como me lo habían dicho poco a poco me fueron calmando al punto de que a pesar de sentir mis acelerados latidos pude controlarme de mejor manera.

– ¿C-Cómo...? –Trate de preguntar pero ni siquiera sabía cómo formular la pregunta-

–No eres el primero que le da un ataque de pánico, aunque eres el que ha tenido la cara más ridícula que he visto

Eso hizo que soltara un suspiro terminando de tranquilizarme, estaba por contestarle algo pero un gruñido me hizo detenerme en seco.

–Dime por favor que eso fue tu estómago. –Le dije-

Ver como se erguía sacando lo que parecía ser una navaja de bolsillo que en un segundo se convirtió en una lanza me dijo que no fue imaginaciones mías y es cuando caigo en cuenta que nos encontrábamos en el vagón de carga.

Los gruñidos se volvieron a escuchar y está vez mucho más fuertes y amenazantes por lo que de inmediato me levanto sacando mi espada y desplegando mi escudo.

Les seré sincero, en mi semana de memoria he visto cosas absurdas pero no como la que apareció a paso lento desde las sombras del vagón.

Lo cual me parece absurdo que no lo haya visto antes, pues al momento de ver a un enorme león del tamaño de una camioneta, con una piel reluciente como el mismo oro parecía brillar al igual que sus garras similares al color de la plata que además de ser brillantes se miraban como algo que me partiría de un zarpazo y por no olvidar sus grandes, afilados y mortales colmillos de un color similar al del acero, su melena ondeaba con cada paso que daba cada vez más cerca y sus ojos no expresaban amabilidad sinceramente.

Antes de poder hacer algo a mi lado mi compañero soltó lo que parecía ser un grito de guerra antes de lanzarse contra ese monstruo.  

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top