Te quiero.

Te sigo adorando.

Me sigues alegrando mis días cada vez que te puedo sentir cerca.

Me alegro por tus arranques de creatividad o de euforia.

Me alegro con nimiedades que sientes, me alegro de...

De seguir queriendo.

De no ser rencorosa.

De no ser fría contigo.

No podría.

No podría, ¿sabes porqué?

Porque prefiero estar amando a distancia, alegrandote desde la amistad que encerrarte en una jaula.

Eres un tigre que aun no ha elegido donde será su hogar.

Y hay mucho por recorrer, mucho por que debes equivocarte, y mucho por sentir.

Pará qué yo llegue y te diga.

¿Puedo ser tu hogar?

No pido que seas mía, porque sin querer te has vuelto en mi crush.

Intentaré verte crecer hasta donde me dejes, después con el tiempo veré si me arriesgo a decir algo del cual genere más taquicardia para ti.

Me reservaré lo que pueda, porque ya viví lo que tú aún no.

Por eso, me casaré con mi profesión e ignoraré a los extras.