Ayer, después de dos semanas teniendo un desbarajuste total en mi vida, después de echar la mierda que solo que hacía sentir más pesada que apoyada, después de decidir dejar unos meses mi tesina por la salud de papá, después de tanto... En la noche, bajo la lluvia, me largué a llorar.

Al principio, creí que haber hablado con mamá antes de dormir me calmaría totalmente y daría la calidez que quería en ese momento, pero solo me dio ese cobijo maternal a distancia por no dormir en cama y cerca suyo, mi hermano se quedó velando por papá mientras yo descansaba mis doceavos contados ejercicios de turno de cuidar a papá que tuve, igualmente me dio el abrazo antes de irse a cuidarlo pero no fue lo suficiente, necesité más.

Siento que ahora nada es suficiente para mí, quise una llamada para no quedarme con ese frío que carcomía mi cuerpo por sentir que me rompía, quise un apoyo externo del que ahora tiene el pase para darme su calidez... Y terminó decepcionandome.

Se alejó por su cansancio de rutina cotidiana, se rindió antes de siquiera decirle que lo necesitaba, y con todo el dolor y frío que sentí, lo dejé ir. Nunca voy a suplicar porque se queden, claramente... Horas después le llegó la moral y se percató que mi situación rutinaria no era como la suya, se percató lo frío y cruel que fue, pero minutos antes ya me había despedido, lo mandé a dormir.

Entré en resignación.

Estuve tratando de recuperar mi propio calor, una vez más, en soledad. 24 años he podido estirar de mi, otro año más que no tendrá cambio no debe de afectar, después de todo, he escuchado la frase:

«Es mentira que el otro te va a apoyar y ser calidad, tu solo estás en todo momento. El interés humano sólo dura un tiempo contado, no dura el tiempo de una vida»

Ya me estoy cansando de apoyar el máximo de tiempo recomendado, pero cuando egoístamente y con ilusión espero algo de esperanza, solo me demuestran una vez más... Que los sentimientos humanos se están muriendo, y con ellos cierran sus puertas para poder acceder a mi. A los que alejé, ya no los necesito. No quiero frío, quiero calor.

Quiero un abrazo, y quiero ocultarme en ese calor el tiempo que dure cinco pestañeos de llanto.