Episodio 4: Escena Duodécima



Etereonodriza de la discográfica Oxion, recién entrada en Sector Gnóstica. Zona Privada, camarote B3


SIÓN entra en el camarote cabizbajo, sus pisadas descalzas acarician la tarima, viste solo unos pantalones de algodón y una toalla húmeda que arropa su torso desnudo, se la quita y la deja encima de una silla cercana. 

Se pone a caminar pensativo por el cuarto, una estancia minimalista, con muebles modulares, decorada en tonos blanco y crema. SIÓN se detiene y mira por la ventana, el cuarto da directamente a los jardines de la etereonodriza pero SIÓN no es capaz de disfrutar de aquellas vistas. Da un suspiro y se dirige al tocador, se mira al espejo. Sus ojos aún enrojecidos parecen querer evitar su propio reflejo, se centran, en cambio, en la persona reflejada tras SIÓN.

Este, sobresaltado, se da la vuelta. La intrusa está sentada en una silla, con los hombros encorvados y las manos posadas sobre el bastón. SIÓN se pregunta cómo no la ha visto antes.


GERTRUDE

¿Un baño nocturno?

Espero que no te haya visto nadie.


SIÓN se muerde los labios y niega con la cabeza.


GERTRUDE

(mira al suelo)

Has llorado.

En un acto instintivo, SIÓN se lleva las manos a los ojos y los frota con rapidez.


GERTRUDE

¿Ha ocurrido algo?


SIÓN niega de nuevo.


GERTRUDE

SIÓN...

Este agacha la cabeza, mira ligeramente hacia la puerta.


GERTRUDE

Sé que, por alguna razón, no puedes adelantarte a lo que voy a hacer, así que soy consciente que tú no has elegido este encuentro.

Eso debe ser algo que no te ocurre a menudo.


SIÓN

(la mira de reojo)

Sí.


GERTRUDE

Si quieres irte lo entiendo. Aunque supongo que, en todo caso, debería irme yo. Este es tu camarote después de todo.


SIÓN se frota el gemelo de la pierna izquierda con su pie descalzo.


GERTRUDE

Pero me gustaría que te quedarás.


El muchacho exterioriza cierta curiosidad.


GERTRUDE

Hay algo que necesito decirte.


SIÓN se acerca lentamente.


GERTRUDE

Tú no lo tienes fácil. Eso lo sé.

(GERTRUDE se yergue sobre su bastón con cierta dignidad)

Fuiste apartado de tu familia y creciste aislado del mundo. Fuiste entrenado para servir. Te trataron como una herramienta.

Y, por lo que sé, desde que el Orbe comenzó a mostrarte... cosas, te viste atormentado por visiones y, digamos, "visitas" sobre las que tú no tenías control. Personas fallecidas te hablan, y te enseñan sucesos no siempre agradables, te obligan a actuar.


SIÓN va a responder.

GERTRUDE con gentileza alza la mano, rogándole que le permita continuar.


GERTRUDE

Sé que has sentido que tu vida no es tuya, y crees que no sabes quién eres. Sé que te ves a ti mismo como un medio para un fin, un fin que desconozco. Lo único que sé es que tiene que ver con todos nosotros, de algún modo. ¿Me equivoco?


SIÓN asiente.


GERTRUDE

A pesar de ello, te resignas y sigues adelante porque no quieres que ocurran las "cosas malas", en nuestro futuro, en el de todos nosotros.

(suspira)

Sé que te sientes solo. Y aun así...


SIÓN da un paso atrás boquiabierto. GERTRUDE aún se mantiene erguida, severa, una venerable guerrera en su pequeño trono de plexiglás con tapizado color crema.

Pero asomando por debajo de sus grandes lentes ahumadas, fluyen las lágrimas.


GERTRUDE

He dejado que mi propio miedo, y mi propio orgullo me hicieran olvidar lo que tú nunca has olvidado. Que hay cosas mayores que mi misma y mis problemas.


SIÓN nota como sus ojos se enrojecen de nuevo.


GERTRUDE

Quizás no sea tan altruista como tú, quizás mandaría al Sistema Nodal, a su decadencia, su complacencia y su corruptela al carajo. Pero aún existen cosas que me importan.

Por ejemplo, la familia.


SION se limpia sus lágrimas con el dorso de las manos.


GERTRUDE

Aún puedo luchar por eso. Y aunque este Sistema esté podrido desde los cimientos, sé que, si dejo que caiga, ellos también caerán con él, así como todo lo que les importa.

Reconozco que es una familia desestructurada, disfuncional, exigua, algunos de sus miembros han sido traídos desde los muertos o... desde los sótanos de una catedral, pero...


SIÓN la interrumpe, corre hacia ella y la abraza aún a riesgo de tirarla de la silla. SIÓN tiembla intentando reprimir sus sollozos. Permanecen así unos segundos tras los cuales GERTRUDE le aleja con suavidad, le mira y con voz rasposa toma la palabra de nuevo.


GERTRUDE

No pienso nada de lo que te dije el otro día. Me deje dominar por mis demonios, a veces, como te pasa a ti con el Orbe, no los puedo controlar. Y sé que no soy la única. Todos llevamos nuestra carga.

(toma aliento)

Escúchame: Soy consciente de que solo hemos pasado.... ¿Cuánto? ¿Apenas una quincena juntos? Pero...


SIÓN

(le interrumpe)

Es como si nos conociéramos desde siempre.


GERTRUDE

Sí... sí, así es. No sé cuál crees que será nuestro destino, pero hay una cosa que no quise admitir cuando te conocí, quizás por miedo. Una cosa que sentí desde el principio. Tú estabas destinado a ser familia, y lo supe en el momento en que abrí aquella celda, esposas en mano, y tú tomaste la delantera y dijiste:

"¿Nos vamos ya?"


SIÓN suelta una risita.


SIÓN

Comprendo que lo que yo hago, el que yo sepa ciertas cosas, el manipular a la gente para tome ciertas decisiones... No es la manera.

He aprendido algo sobre eso, no quiero ignorar lo que el Orbe me muestra, pero a partir de ahora quiero que la gente decida por sí misma.

Aunque aún no sé si ambas cosas son viables.

(queda pensativo unos segundos)

Pero como lo he hecho has ahora... no, así no. No está bien. Lo que quiero decir es que entiendo que estuvieras enfadada.


GERTRUDE

Muchacho, soy una vieja gruñona, estar enfadada y quejarme es mi estatus por defecto.


SIÓN

(se ríe)

¿Y ser mandona?


GERTRUDE

Sí eso también.


SIÓN

Y cínica.


GERTRUDE

Supongo.


SIÓN

Y sarcástica, pesimista. Y con la costumbre de mirar a la gente así

(entrecierra los ojos y arruga la nariz)

como si algo oliera mal, por no hablar de...


GERTRUDE

¡Vale, vale!

(suelta una risa)

¡Capto la idea!


Ambos ríen.


GERTRUDE

En cuanto lo que has dicho sobre dejar que otros decidan. Me parece que lo vas entendiendo.


SIÓN

¿A qué te refieres?


GERTRUDE

A que no eres una herramienta, un simple cascarón para ese coprolito flotante que tienes en la espalda.


De repente el Orbe surge y da un par de chirridos de protesta. GERTRUDE le aparta a un lado con el bastón, con un pequeño golpe. El Orbe emite un chasquido.

Luego toca a SIÓN en el pecho con ese bastón.


GERTRUDE

Tú decides el "qué" y tú decides el "cómo".


SIÓN la mira fijamente.


GERTRUDE

Tú no eres el Canon de la Iglesia, tú no eres el Orbe Psiónico.


Se inclina y le pone la mano en el hombro.


GERTRUDE

Tú eres SIÓN.

(sonríe enseñando un colmillo)

Y eres uno de los nuestros.


SIÓN pone una mano sobre al de GERTRUDE y se miran en silencio de nuevo.


SIÓN

¿Y qué hay de vuestro contrato? ¿Y el encargo?


GERTRUDE

Buena pregunta.


GERTRUDE se levanta y estira la espalda.


GERTRUDE

Tú una vez dijiste: En la familia no existe el rencor.


SIÓN

Garibán lo dijo.


GERTRUDE

Sí. ¿Y sabes qué otra cosa solía decir Garibán?


SIÓN niega con la cabeza.

GERTRUDE levanta una ceja en respuesta.

SIÓN se sonroja se encoge de hombros y entonces asiente.


SIÓN

Decía: "En la familia no existen los secretos."


GERTRUDE

Exacto. Un poco exagerado en mi opinión, no siempre me lo tomo al pie de la letra. A veces los secretos protegen...

Pero...

En momentos como este creo que es cuando entiendo lo que realmente significa esa frase.


SIÓN se levanta del suelo y se sienta en el escritorio taciturno.


GERTRUDE

Pronto llegaremos a la Estación Nodal, el torneo nodal de Garufa se celebra allí, y nuestra díscola estrella anfitriona debe inaugurarlo. No puede variar su agenda o sospecharían de ella.

(pone los ojos en blanco)

El caso es que es la última parada antes de encaminarnos al Claustro.

Dices que quieres que la gente decida por si misma ¿no?


SIÓN asiente.


GERTRUDE

Bien, pues para decidir correctamente se necesita saber la verdad.

Así que este momento es tan bueno como cualquier otro para decirnos...

(se acerca, y se agacha con ayuda del bastón para mirar a SIÓN a los ojos)

¿Qué pasará con nuestro encargo?


SIÓN le mira y se estruja las manos con fuerza.

GERTRUDE se acerca a él y le coge la mano.


GERTRUDE

La pregunta es fácil, SIÓN...

Dinos:

¿Qué necesitas que hagamos?


SIÓN tartamudea buscando las palabras. Le ofusca esa nueva sensación.

Tarda un rato en comprender que lo que le ocurre es que, por primera vez en su vida no se siente solo. Que esa misión suya, esa gigantesca tarea a la que está destinado no es solo su responsabilidad.


SIÓN

(se dice)

"Porque ahora tengo una familia."


GERTRUDE es todo oídos. SIÓN alza la mirada.


SIÓN

Si eso es así. Entonces, antes de explicar nada, lo mejor es que reunamos primero a unas cuantas personas.

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