Episodio 3: Escena Primera
Taller clandestino de Feijoa, Cabo semilla, Nodo Herradura, Sector Lúdica.
GERTRUDE hace aros con el humo de su puro, FEIJOA le acompaña chupeteando su ostentosa pipa de fumar analógica. Ambos tienen una telilla luminiscente acoplada en la boquilla y en la salida del humo. Un filtro para toxinas que les permite fumar en la sala sin inundarla de sustancias nocivas para el pequeño AGUACATE que ahora dormita en el regazo de su padre adoptivo.
FEIJOA
(acunando al niño)
La verdad es que, sin el olor a veneno, fumar no es lo mismo. Pero igualmente calma los nervios. Te acabas acostumbrando.
GERTRUDE
(mirando el puro con un gesto cínico)
Si tú lo dices.
FEIJOA
Así que tu tripulación está de camino con una miembro de la antítesis.
GERTRUDE
Espero que no te importe, nos iremos en cuanto podamos. Quizás ella sepa cómo atravesar el campo iónico.
FEIJOA
Cuando te lo dijo tu hija parecía preocupada. ¿Es tan grave?
GERTRUDE
Lo es.
Se produce un silencio.
FEIJOA
(señalando a su atuendo)
Te sienta bien.
GERTRUDE
Me pregunto qué diría tu FELIS si te viera prestándole sus ropas a una de tus amigotes.
FEIJOA
(ríe)
"Amigotes". Sí, os llamaba así.
(la mira de nuevo)
Pero sin duda eres el "amigote" con mejor figura que tengo.
GERTRUDE hace una mueca sarcástica con la boca y da otra calada. Pasa la mano por su nueva vestimenta, le gusta su textura. El atuendo es de algodón negro, ceñido lleno de dobleces y bolsillos, lo tapa una capa de cuerpo entero que oculta toda su figura al cerrarla. FEIJOA había creído que aquella pieza le gustaría a GERTRUDE especialmente. También le ha regalado un sombrero de ala ancha negro con una cinta verde y unas grandes maxi-gafas de sol opacas, con un filtro de visión que permite ver perfectamente a través de ellas y regular a placer el grado de filtraje de las radiaciones. FELIS siempre había sido una entusiasta de pasar las vacaciones en la playa bajo la inclemencia de los Vórtices.
La trabajadora y circunspecta FELIS, tiesa como una vara, adusta como el hormigón, y leal como un Juramentado. FEIJOA la había querido muchísimo. Pero ella había muerto siete años atrás. Daño colateral por una redada de los Flagelos en una guarida Anarco en el edificio contiguo a su casa, el tiroteo terminó en una persecución calle arriba. Ella venía del hipermercado, simplemente estaba en el momento equivocado en el lugar equivocado. FEIJOA lo vio desde la ventana, el Flagelo que la había matado por error, simplemente masculló una maldición, la saltó por encima y continuó su persecución. Sin más.
GERTRUDE mira a su viejo amigo, aquel que le había dado cobijo cuando nadie más lo había hecho. Le ve menear a AGUACATE cual potro desbocado, la única forma de que ese niño hiperactivo duerma, y se da cuenta de que ha echado de menos su compañía.
FEIJOA
A este niño voy a tener que meterlo en una tuneladora para que se duerma, como te detengas un instante... ¡Venga a patalear otra vez!
GERTRUDE
Es cabezón como su padre.
FEIJOA
Sí supongo que hay cosas que se heredan por osmosis. Pero podría ser peor, podría llorar.
GERTRUDE
(hace una mueca)
¿Es cierto lo que dicen de los niños loreanos?
FEIJOA
Lo es. ¿Por qué crees que tengo estos a mano?
(señala a sus orejeras)
Cuando son pequeños no lo controlan. Es algo que de mayores se atenúa. Su llanto afecta a todos tus sentidos, es kinestésico, es agotador incluso para los Loreanos adultos, al resto de especies puede dejarnos K.O.
Por suerte el piojo es duro de roer. Pero ya me ha tenido a su merced más de una vez.
GERTRUDE
¡Oh, las delicias de la paternidad!
FEIJOA
Quien no llora, no mama. ¿Verdad, alimaña?
(AGUACATE le sonríe algo atolondrado, ya por fin sintiéndose presa del sueño)
FEIJOA había sido la salvación de AGUCATE y AGUACATE la salvación de FEIJOA. Cuando aquella fugitiva Anarco sin registrar, llegó por puro azar a la puerta del antiguo taller de FEIJOA en busca de asilo, este pensó que aquella era una buena venganza contra el cuerpo de cabrones que había acabado con su esposa. Además, estaba encinta, ¿cómo negarse? Lo que no esperaba es que diera luz allí, ni que muriera en el proceso. Lo que no esperaba era encontrarse solo en la trastienda de su taller con una pobre muchacha muerta entre sudores y una pelotilla de tres ojos llorando desconsoladamente.
Lo que no esperaba era ser padre.
GERTRUDE
(piensa)
"Y yo no esperaba dejar de ser madre. ¿Pero quién puede decidir cómo es su vida?"
Un nuevo propósito se instaló en el mustio corazón de FEIJOA que hasta entonces había sido un muerto en vida, consumido por la nostalgia. Aquel niño sobreviviría y sería feliz.
GERTRUDE
(piensa)
"¡Y sobrevivió! Y se le ve bien feliz."
FEIJOA
(cuando el niño por fin se duerme)
Hace mucho que no hablamos vieja amiga. Sé que no has estado bien. Me alegro, al menos, de que tu asociada se haya mantenido a tu lado.
GERTRUDE
No podría despegarme de ella, aunque quisiera.
(ríe)
Soy pésima arreglando motores.
FEIJOA
Has estado dando botes de encargo en encargo, contratos sucios la mayoría. Ahora entiendo por qué. La querías traer de vuelta. A tu hija, me refiero. Eso puedo comprenderlo.
GERTRUDE
No solo eso, quiero darle lo que le arrebaté, impedir que lo que sucedió vuelva a suceder.
FEIJOA
Aún te culpas.
GERTRUDE
Yo era una infiltrada FEIJOA. Me hice pasar por ellos. Estuve a su lado mientras planeaban contra ellos. El movimiento ahora son meros grupúsculos, el amago de una guerrilla y yo contribuí a que eso fuera así.
FEIJOA
Seguías órdenes. No podías saber que... tu hija... formaba parte del movimiento. Pensabas que ella había muerto.
GERTRUDE
Esa es una excusa muy pobre.
FEIJOA
Y al final te sinceraste. Traicionaste al Alto Mando por ellos. Gracias a ti algunos sobrevivieron.
GERTRUDE
No precisamente ella... y no los suficientes.
FEIJOA da otra chupetada a la pipa, en equilibrio entre sus comisuras mientras se levanta y deja a AGUACATE en una cuna improvisada que hay al fondo de la habitación.
FEIJOA
¿Te acuerdas de aquella vez que se me escaparon los jerbos por el taller de mi padre?
GERTRUDE
(rememorando)
Te encantaban esos bichos mofletudos
(mirando a AGUACATE)
Ahora lo comprendo todo.
FEIJOA
(ríe y le da un amistoso puñetazo en el brazo.)
¡Calla, vieja grulla!
(se sienta a su lado)
¿Te acuerdas como me puse?
GERTRUDE
Todavía te recuerdo, acongojado, sorbiéndote los mocos.
FEIJOA
¡No era para menos! Mi padre me los había regalado, y además tenían varias crías. Algunas de ellas íbamos a regalarlas, no podía cuidarlas todas.
GERTRUDE
Ya...
FEIJOA
Recuerdo haber entrado en el taller y ver la jaula vacía y volcada.
GERTRUDE
Oí tus gritos desde la habitación.
FEIJOA
Tú estabas castigada.
GERTRUDE
¿Cuándo no lo estaba? Mi padre aprovechaba cualquier oportunidad para negarme la salida.
FEIJOA
Lo sé. Después de la muerte de tu madre, al parecer él... bueno, ya sabes. O eso me decía siempre mi padre.
GERTRUDE
Bueno tu padre llevaba diez años al servicio del mío, así que supongo que sería cierto. Siempre creí que mi padre me culpaba de la muerte de mi madre... porque murió al darme a luz.
FEIJOA
(miró a AGUACATE rememorando a su madre biológica)
Madres valientes... y una vida injusta.
GERTRUDE
Fue Giralda.
FEIJOA
¿Qué?
GERTRUDE
Estoy segura, la que dejó escapar a tus jerbos. No estaba acostumbrada a que la rechazaran. Tú le gustabas.
FEIJOA
Lo sé muy bien. El sesenta por ciento de mi tiempo lo dedicaba a darle esquinazo. Presuntuosa y manipuladora.
GERTRUDE
Y vengativa. Pero su predilección por ti era verdadera.
FEIJOA
En eso se parecía un poco a tu padre. Lo siento, pero es verdad. Quizás por eso era un buen hombre de negocios.
GERTRUDE
No seré yo quien lo desmienta.
FEIJOA
Volvamos a los jerbos ¿Quieres?
GERTRUDE
Si insistes.
FEIJOA
Como decía...mi disgusto era entendible, algunos de esos jerbos eran pequeños, y el taller estaba lleno de herramientas y aparatos eléctricos, turbinas y demás.
(da otra chupada a la pipa)
Tu bajaste y me ayudaste a buscarlos. Encontramos a cuatro de ellos. Los malditos se encontraban en los rincones más impensables. Sin ti no podría haberlos encontrado a todos. Yo estaba muy desconsolado para pensar con claridad.
Pero al final de la tarde faltaba uno.
(dejo salir el humo filtrado de su pipa)
Nuestras esperanzas se desvanecieron cuando escuchamos el chisporroteo al lado de una estación de reparación de turbinas, donde la toma de corriente. Tú habías estado buscando por esa zona varias veces, quizás guiada por una corazonada, pero no lograste verlo a tiempo.
GERTRUDE
Sí, le encontramos demasiado tarde. Su pobre cuerpecillo estaba hecho carbonilla...
FEIJOA
Le hicimos un pequeño entierro y todo.
GERTRUDE
No es un recuerdo muy agradable que compartir ¿no crees?
(da una calada a su puro)
FEIJOA
Es algo que quiero que entiendas. Sobre ti. Te dicen la arpía, la mujer velada, espía, manipuladora. Pero hay algo que no saben sobre ti.
GERTRUDE le mira con extrañeza a través de sus nuevas lentes.
FEIJOA
Siempre llevarás sobre tus hombros el peso de aquellos a los que no has podido salvar. Y siempre obviaras aquellos a los que si has podido ayudar. Tienes complejo de heroína trágica.
GERTRUDE
(carcajea)
¡Esa sí que es buena! ¡Yo, heroína!
FEIJOA
(con seriedad, indicando que no habla en broma)
Siempre lo has tenido ¿O de antiheroína quizás?
No sería de extrañar, puede que lo heredaras por parte de madre. Una exploradora, una filántropa. Ayudó a muchos Nodos, exploró el éter y el sistema Hermético, sobrevivió a la "Ola Iónica"de hace 65 años.
GERTRUDE
Solo para morir dándome a luz meses después.
(pensativa)
La verdad, no sé qué vio ella en mi padre.
(Exhalando anillos de humo)
Ojalá la hubiera conocido.
FEIJOA posa su gran mano en la cabeza de su amiga.
FEIJOA
Hazme un favor, amiga mía, comienza a entender cómo sería el mundo si no estuvieras en él. Tienes más influencia en el devenir de las cosas de lo que tú piensas.
GERTRUDE
Tu padre tenía razón, leías demasiada filosofía.
FEIJOA
¡Bah! Se quejaba de vicio. Decía que me distraía y no trabajaba ¿Aprendí o no aprendí el negocio familiar?
(con cariño)
¡Era un cascarrabias!
GERTRUDE
¡Eh nadie lo niega! ¡Construiste un cañón de mano con una turbina de carreras!
FEIJOA
¡Lo hice!
GERTRUDE
¿Aún lo conservas?
FEIJOA
¿El viejo "Arrasador"? ¡Esta como nuevo! Y mejorado. Es mi pasatiempo de fin de semana.
GERTRUDE
Así que es cierto que tu vida social se ha ido al traste.
FEIJOA
Hummm... quizás si hubiera sido filósofo, hubiera entrado en contacto con mi lado más filantrópico y social. ¡Padre, cuanto mal me has hecho!
GERTRUDE
Di lo que quieras. Pero no sabes cómo me gustará verte dentro de unos años con un AGUACATE de 12 años. ¡Pagaría por verlo!
FEIJOA
¡Papá, siempre me controlas!
GERTRUDE
¡Que tienen de malo mis amigos! ¡Todos los del barrio fuman!
FEIJOA
¡Me tratas como un niño!
GERTRUDE
¡Es mi vida, no te metas!
FEIJOA
(chasqueando los dedos)
¡Yo no te pedí nacer!
GERTRUDE
¡Uuuh, esa es buena!
FEIJOA
¿Cuantas veces la habremos dicho?
GERTRUDE
Frase de cabecera.
La Datalens de GERTRUDE parpadea, la de FEIJOA también.
GERTRUDE
Vaya...
Ya han llegado...
Les he dicho que nos encontraremos en la sala de juntas ¿Te importa?
FEIJOA
En absoluto. Yo también voy, quizás necesitéis que os eche una mano.
FEIJOA atraviesa el campo sónico que rodea la cuna de AGUACATE y sitúa un escucha-bebés improvisado junto a la cuna.
GERTRUDE apaga su cigarro y se pone su nuevo sombrero de ala ancha.
GERTRUDE
Otro día, otro problema.
FEIJOA
(abriéndole la puerta del cuarto)
Ya sabes...la mierda hasta el cuello.
GERTRUDE
(sonríe)
La mierda hasta el cuello.
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