Episodio 3: Escena Duodécima

Suprasector 3, Palacio Funcionarial, Ciudad de Neonostro, Capital del Nodo Pirámide, Sector Heráldica. Tarde.

EIDER intenta ocultar su impaciencia, se agarra las manos con evidente tensión, pero el gesto pasa desapercibido gracias a las mangas de mariposa de su levita ejecutiva de seda. La anciana mira la escaleta de su pechera con reticencia, farfulla algo, parpadea y vuelve a comprobarla de nuevo. Es Janina, una mujer humana, y una de las encargadas del registro de circulación en la cuarta planta.


JANINA

(mirándola a través de sus gafas de miope)

No entiendo. ¿Por qué alguien de Gestión documental necesita acceso a un área de registros?


EIDER

Es una inspección, hemos encontrado errores de registro en la revisión documental, no procedían de este departamento, pero nos han obligado a una inspección in situ de los departamentos estratégicos.


JANINA

No he escuchado nada al respecto.


EIDER

Por qué este tipo de inspecciones, como usted ya sabrá, son sin previa notificación. Todavía no existe razón de alarma, pero se baraja la remota posibilidad de Irruptores tanteando el sistema.

Tenemos que asegurarnos de que no existe un hardware ajeno a nuestros sistemas.

Ni que decir tiene que no podrá comentar la inspección a nadie ni tampoco revelar que estas inspecciones se están llevando a cabo, bajo riesgo de ser cesada.


JANINA

Hummm... déjeme ver la orden de inspección


EIDER fuerza un suspiro de hastío y le enseña la orden. No sin ciertas reservas. No es más que una orden de inspección extraída del historial documental modificada por la amiga de RAFIA. La verdad es que EIDER ha de admitir que es una falsificación excelente.


JANINA

(dando chasquidos con la lengua mientras se ajusta las gafas para visualizar mejor la pantalla holográfica)

Aha...aha... hummm


EIDER contiene un resoplido de exasperación.


JANINA

Vale... vale. Puede inspeccionar mis consolas, pero por favor, no toquetee la base de datos.


EIDER

Eso no entra dentro de mis atribuciones.


JANINA

(se relame sin apenas disimulo)

Quizás sea hora de tomar un pequeño refrigerio mientras ejecuta su tarea.


EIDER se encoge de hombros.

JANINA se levanta, es una patata arrugada embutida en un vestido de lino, sus zapatos bajos con suela de goma emiten un desagradable sonido al rozar contra el suelo. Debido a su edad arrastra bastante los pies, haciendo de su caminar una verdadera tortura auditiva.

Tras unos cuarenta segundos eternos, EIDER se queda a solas en el cubículo, se sienta delante de la consola y comienza a revisar sus componentes pasando la mano por todas partes.


RAFIA

(haciéndose visible a los ojos de EIDER)

Así que ahora plantamos el Centípedo en un lugar discreto, y llegada la hora lo activamos. Él mismo intervendrá el sistema con las ordenes preprogramadas por Clemencia.


EIDER no contesta, no puede arriesgarse a que le vean hablar al aire. Las paredes del cubículo son transparentes y todo el edificio tiene forma de Panóptico. Cualquiera podría estar viéndole en ese momento. Y hablar solo no sería muy discreto. Espionaje sería lo primero que pasase por la mente de sus compañeros. Y no andaban muy desencaminados.

Da la vuelta a la consola y palpa todos los rincones, su actuación debe ser convincente por si alguien le está observando.

Finalmente encuentra un rincón seguro una doblez entre dos paneles de aleación de alúmina que cubren los circuitos de alimentación de la consola.

Aprieta la pulsera que lleva con el dedo índice de la otra mano. Extrae una pequeña bola achatada de color grisáceo que se adhiere al panel. En pocas horas, esa protuberancia se abrirá y desenroscará, convirtiéndose en un Centípedo que buscará los componentes especificados e intervendrá su software.

EIDER da un par de vueltas más y dando un cabeceo como mostrando que todo está en orden, se levanta y se dirige a la salida del cubículo justo cuando entra JANINA con un café con doble de nata recién extraído de la dispensadora de refrigerios.


JANINA

¿Todo bien entonces "funcionarie" EIDER?


EIDER

Afirmativo. Todo correcto funcionaria JANINA, por favor, prosiga con su rutina de trabajo.


JANINA gruñe con media sonrisa, le pega un sonoro sorbo a su café edulcorado y se dirige a su mesa escoltada por el infernal chirrido de sus zapatos.

Minutos después EIDER se encuentra en su propio cubículo, dispuesto a continuar la rutina de su día a día. Pero nada más se sienta en la silla GECAF le da aviso de que tiene una llamada externa.

EIDER deniega la llamada, pero reconoce la frecuencia de onda.

EIDER ordena algunos archivos durante unos minutos, hace algo de tiempo. Luego se levanta y sale del cubículo en dirección a los servicios que hay al fondo del pasillo. La puerta invisible se abre dando acceso a los urinarios. Mira a su alrededor. Están vacíos, no trabaja mucha gente en su planta.

Usa su Datalens para hacer una llamada. Usa la frecuencia de onda que ha recibido en su terminal.

Entra en uno de los retretes.


EIDER

Mamá F. ¿Qué ocurre? ¿Cuántas veces te digo que no me llames al trabajo?


MAMA FALSARIA

Verás cariño. No ha sido idea mía. Hay aquí una persona que me ha sugerido que te llamara. Comenta que no es capaz de contactar contigo últimamente.


EIDER

¿De quién se trata?


MAMA FALSARIA

Del señor HAMMOND, cielo. ¿Crees que podrías coger unas horas libres?

(la voz denota tensión)

Veras. el señor HAMMOND y sus amables amigos insisten en hacernos compañía hasta que vuelvas.


EIDER sabe lo que eso significa. Mamá Falsaria y los chicos del local tenían "visita" y no una muy agradable.


EIDER

Estaré allí enseguida.


Detiene la llamada.


EIDER

(susurra)

¿Por qué'?

(busca una respuesta)

Por no contestarle. Me ha seguido... he estimulado su curiosidad. Tiene acceso a los núcleos de información del Ministerio, y los ha usado para indagar sobre mí. Si ha tirado del hilo a saber que ha podido encontrar... He sido "une estúpide".


RAFIA

(apareciendo de súbito)

Mierda.


EIDER

No es de buena educación escuchar las llamadas privadas.


RAFIA

Mierda igualmente, ¿Sabrá que nos estás ayudando?


EIDER

Lo dudo. Pero quizás sepa a lo que se dedica el lupanar de verdad. Podría ser el fin de mi familia.


RAFIA

Joder... ¡Justo ahora!


EIDER

Esto no es asunto tuyo, el Centípedo está instalado podéis continuar con lo planeado, si hay alguna posibilidad de que descubran el plan os lo haré saber.


RAFIA observa a su camarada.


RAFIA

¿Cómo estás tan "tranquile", "perla"?


EIDER

Ahora debo pensar racionalmente.


RAFIA parece tener la intención de decir algo, pero sin venir a cuento, mira a sus espaldas, suelta un bufido, mira a EIDER brevemente, le hace un gesto con el dedo a modo de espera y desaparece. EIDER no espera por ella, se pone en marcha... Se mira unos segundos en el espejo del baño y luego se dirige a la salida mientras intenta aclarar sus ideas. Antes de cruzar la puerta de los excusados escucha una voz. Se gira instintivamente y algo aparece en sus Datalens. Es un muchacho con el pelo de color platino, ojos tranquilos y una expresión que EIDER no puede descifrar.

Una que realmente no puede descifrar.

Una pregunta se formula al instante: "¿QUÉ es él?"


SIÓN

Hola Eider, le he pedido a RAFIA que me permita proyectar este mensaje.


EIDER

¿Quién eres?


SIÓN

Un amigo, familia, parte de su tripulación.

Y aunque no lo sepas, también soy amigo tuyo.


EIDER

Lo dudo.


SIÓN ignora el comentario.


SIÓN

EIDER, hay dos formas en que esta noche puede acabar.

La primera: Encuentras aquello que llevas tantos años buscando.


EIDER va a preguntar algo, pero SIÓN le interrumpe.


SIÓN

Me refiero a la Primera Cifra.


EIDER, escucha ahora con mucha atención.


SIÓN

(continúa)

La segunda posibilidad es que tú y los tuyos morís o sois apresados.


EIDER

¿Cómo sabes eso?


SIÓN

No hay tiempo para explicaciones. Te diré algo, algo que nadie sabe. Algo que puede hacer que salgas con vida en la confrontación con el hombre sapo.

(el holograma se acerca a EIDER)

Te necesito EIDER, todos te necesitamos. Pero hay pocas probabilidades de que te unas a nosotros. Siempre las ha habido y sin ti, las posibilidades de tener éxito siempre serán ínfimas. Tú y la Primera Cifra sois la clave. Mi ayuda es limitada, La Cuaterna está fuera de mi escrutinio. Pero es mejor que nada.


EIDER se ha planteado ya diez preguntas en su cabeza, que buscan desesperadamente respuesta.


SIÓN

Sé en lo que piensas. No hay tiempo para respuestas. El trato es este. Yo te daré esta información crucial y a cambio, si sobrevives, tú me harás una promesa.


EIDER

¿Qué promesa?


SIÓN

Te diré cuál es esa promesa cuando el momento llegue. Si sobrevives.


EIDER

No parece un trato justo.


SIÓN

Es un trato necesario.


EIDER

Bien, pues.

Acepto.


SIÓN sonríe.

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