Episodio 2: Escena Tercera
La Escaramuza, en uno de los camarotes, En algún lugar del sector Heráldica.
FINNEGAN despierta con un sobresalto, se incorpora para inspeccionar el recinto en el que se encuentra confinado. El camarote es sencillo, con una taquilla y baldas vacías acopladas a las paredes. A través de un ventanal puede ver el éter profundo. Una figura se levanta del suelo donde hacía un rato había estado arrodillada, reconoce al Canon del Orbe Psiónico. Intenta sentarse en la cama en la que permanece recostado, pero nota que sus muñecas se encuentran inmovilizadas. La cama posee un cabecero metálico y unas esposas blindadas le mantienen retenido.
FINNEGAN
¿Soy vuestro prisionero?
SIÓN
¿Seríamos capaces de hacerte nuestro prisionero?
(sonríe)
FINNEGAN le devuelve la sonrisa. Cierra los ojos. El color de su piel cambia sutilmente. Una parte de su mente se ha disgregado y ahora reside en las esposas.
FINNEGAN
No creer.
Las esposas se desbloquean como por ensalmo. FINNEGAN vuelve a concentrarse y reconstruye su mente, se libera de las esposas y las tira encima del camastro.
FINNEGAN
Tus compañeros aún no entienden del todo el alcance de mis capacidades.
SIÓN
Discúlpales, estas medidas eran la única manera de que aceptaran mi sugerencia.
FINNEGAN
¿Qué sugerencia?
SIÓN
Que esperaran a que te despertases antes de decidir qué hacer contigo.
Les dije que cuando despertaras tú te unirías a nosotros.
FINNEGAN calla.
SIÓN
¿Me equivoco?
FINNEGAN
Lo que he visto...
SIÓN
Te pertenece solo a ti. Cuando poseíste el Orbe mi conexión con él sufrió interferencias, apenas pude percibir lo que intentaba mostrarte. Sé que era una reconstrucción virtual del futuro, un futuro no muy agradable.
FINNEGAN
(un deje de miedo auténtico se apodera de su voz)
¿Sucederá?
SIÓN
Son posibilidades, ni más ni menos.
FINNEGAN
El Orbe me lo mostró. Si yo voy me uniera a vosotros, ese futuro perdería consistencia.
SIÓN
Las probabilidades cambian, hay maneras de evitar estos futuros y otros mucho peores.
SIÓN va hacia el ventanal. Habla con voz taciturna.
SIÓN
Cuando La Estrella se muestre todo comenzará y cuando se muestre por segunda vez, todo terminará.
(se vuelve hacia FINNEGAN, sus ojos enrojecidos)
Hay poco tiempo.
FINNEGAN
¿Te refieres a cuando se abra La Hermética?
SIÓN asiente. FINNEGAN no puede evitar que un escalofrío recorra su columna.
FINNEGAN
¿Qué pretendes?
SIÓN
Supervivencia.
FINNEGAN
¿Autopreservación, tan solo?
SIÓN
(sonríe)
Nunca he dicho que fuera mi supervivencia.
FINNEGAN
¿Es tu forma de decir que quieres salvar el mundo conocido?
SIÓN
Yo no puedo salvarlo. Nosotros podemos.
FINNEGAN se levanta, se pone de pie con un trastabilleo, SIÓN le tiende un brazo, FINNEGAN lo usa de asidero.
FINNEGAN
Yo solo soy un RECIANO cabezón, el hijo de una zapadora del Nodo Filigrana y un mozo de almacén, un estudioso de cosas rotas y muertas.
SIÓN
Y justo una de las personas capaces de cambiar el futuro.
Reina el silencio durante unos minutos.
FINNEGAN
Iré, os acompañaré. Me da igual vuestro encargo, mi única lealtad es hacía ti, y mi único interés evitar "aquello".
SIÓN
Lo que debemos hacer, lo que desean hacer... Ambas cosas recorren la misma senda. Debemos ayudarles.
FINNEGAN
Haré lo que me pidas, muchacho. Obedeceré a esa vieja siniestra si lo crees necesario.
SIÓN
Lo creo.
(reflexiona)
Si nosotros fuéramos una sola persona, ella sería la mente.
FINNEGAN
Tú el corazón, supongo, ya que nos unes a todos.
SIÓN
(sonrojado)
¡Qué exageración!
FINNEGAN se incorpora por sí mismo.
FINNEGAN
(bromeando)
¿Y yo que sería?
SIÓN
Los pies.
FINNEGAN suelta una carcajada.
FINNEGAN
Que poético, muchacho.
SIÓN
(con seriedad)
Cuando ellos crean que no pueden seguir avanzando, tu darás un paso por ellos. Cuando decidan dejarse caer, tú te levantarás. Porque sabes lo que está en juego.
FINNEGAN
¿Por qué ellos no lo saben?
SIÓN
Lo sabrán llegado el momento. Ellos no tienen tu capacidad, ellos no pueden verlo, deben entenderlo a su ritmo.
FINNEGAN
¿Por qué de repente creo que ser consciente de esto no es precisamente una ventaja?
SIÓN
No lo es.
(sus pupilas buscan las del Reciano)
FINNEGAN TYR tienes una responsabilidad.
FINNEGAN le sostiene la mirada.
SIÓN
Cuando llegue el momento, tú harás lo que debe hacerse. Lo que otros no se atreven a hacer.
FINNEGAN
¿A qué te refieres?
SIÓN
Lo sabrás también en su momento...
(le coge por los hombros)
Prométemelo.
Permanecen así, el uno frente al otro, durante un largo tiempo.
FINNEGAN
Lo prometo.
SIÓN, eufórico, le da un abrazo apretujando al confuso Reciano.
SIÓN
Les voy a decir a todos que ya estás despierto, ¡y que te vienes con nosotros!
FINNEGAN
(con sarcasmo)
Seguro que no les va a parecer nada sospechoso.
SIÓN
Confía en la capitana.
FINNEGAN
Solo si tú me dices que confíe.
SIÓN asiente. Sonríe de nuevo y abre la puerta.
SIÓN
¡Ah! Y si el DOCTOR viene a ver cómo estás, no dejes que te inyecte nada.
(agita la mano)
FINNEGAN
(a solas en la habitación)
¿En dónde me he metido?
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