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Miró la luz de la ventana reflejada en el cabello de Hyungwon, quien parecía no poder dejar de temblar y lo tocó.
— HyungHyung... —susurró tocando su espalda— ¿estas despierto?
El delgado se giró lentamente soltando un leve quejido y asintió.
— Por desgracia, si. —soltó una risita— Pensé que dormías. Aunque bueno... —suspiró y apretó los labios en un intento porque su boca dejara de temblar— ¿Quién podría dormir si muevo tanto la cama?
Wonho sonrió y se acercó un poco más a él.
— ¿Te sientes muy mal? —Hyungwon asintió— lo lamento tanto. Aunque... Si te hace sentir mejor, yo también tengo fiebre.
El delgado lo miró a la cara por varios segundos y finalmente estalló en una ruidosa carcajada.
— ¿Por qué eso me haría sentir mejor? —le dio un golpecito en el brazo— Somos patéticos.
Wonho dirigió su mano hacia el rostro del menor para tocar su piel.
— Estas caliente... —Hyungwon asintió con tristeza— y también tienes fiebre.
El delgado le dio un golpe mientras soltaba una nueva risita.
— Deja el doble sentido de lado, no es el momento. —Wonho soltó una risita frotando su brazo quien era la víctima de los ocasionales golpes de Hyungwon— También tienes fiebre. —tomó su mano— Estás calientito...
El mayor asintió.
— Lo sé. —suspiró— Aunque no creo estar tan mal como tú. —miró hacia la mesita de noche y recogió una cajita que había dejado allí— Creo que es mejor que tomes una pastilla.
Sacó la pastilla y esperó a que el delgado tomara asiento para entregársela y luego le ofreció el vaso de agua que dejaba cerca cada noche. El delgado bebió la pastilla y tan pronto como lo hizo, volvió a su posición anterior.
— No debí haber estado con tu madre hoy. Ya me sentía mejor —susurró adolorido.
Wonho lo miró extrañado.
— ¿Estuviste con ella? —bufó y volvió a acostarse a su lado— Te dije que no te acercaras a esa loca.
Hyungwon soltó una risita.
— Solo estaba preocupada por mi, tranquilo... —suspiró borrando lentamente la sonrisa de su boca ante el recuerdo agridulce— Fue amable, incluso preparó una sopa para mi. —miró a Wonho a los ojos— ¿Crees que sea malo?
El mayor lo miró fijamente.
— ¿El qué? —frunció el ceño— La sopa no, pero hablar con ella sí.
Hyungwon sonrió.
— Me refería a... —suspiró— Lo de involucrarnos demasiado con la familia del otro. Ya sabes.
Finalmente comprendió e intentó sonreír.
— Ahora que lo mencionas... Tu padre me llamó esta tarde. —Hyungwon se sorprendió sin poder ocultarlo— Me asusté un poco al principio, pero después de explicarme que le había exigido a Dasom que le diera mi número, me confesó que simplemente llamaba para saber si todo iba bien con la empresa, y contigo.
El delgado asintió bajando la mirada y guardó silencio un par de segundos.
— Wonho... Tú... —guardó silencio sin poder dejar de temblar— ¿Quieres acabar con todo esto? Es decir... Algún día van a enterarse de todo y...
Wonho suspiró.
— ¿Tú quieres acabar con todo esto ahora? —buscó la mirada de Hyungwon pero él la esquivó.
— No es eso... Es sólo que lo pregunto por ti. —volvió a mirarlo— Tú finges estar casado con mi hermana y sabes que cuando piensen hacer la boda en el extranjero ella se va a negar, y todo acabará allí. —el mayor asintió cabizbajo— Y comprendo esa parte, pero ¿que hay de la otra parte? La parte esa que cree que nuestro matrimonio es real.
Wonho lo miró confuso.
— ¿A qué te refieres? Tenemos un certificado que lo aprueba ¿no? —Hyungwon asintió.
— Sí, pero me refiero a... —suspiró de nuevo— Ellos lo ven, en nuestras acciones... Los esposos reales no se tratan como amigos, se tratan como esposos, ¿sabes?
Sus miradas se conectaron y Wonho sonrió.
— Así que quieres que esto se vea más real... —se acercó un poco más a él y si no fuera por la poca luz que ingresaba a la habitación, hubiera notado el fuerte sonrojo que provocó en su esposo— Yo no sé nada de matrimonios... Tampoco he tenido citas reales, así que enséñame como debo ser.
Le sonrió sinceramente y él no sabía como reaccionar ante eso.
Era una sensación que lo traspasaba entero.
— Bueno... —sonrió nervioso— Se supone que los esposos se cuidan, así que si estoy mal debes cuidarme. —extendió su mano en busca de la de Wonho— Tengo frío y tu mano está caliente, eso me servirá para hacerme sentir mejor.
Wonho asintió y tomó su mano por encima de la cama.
— En la salud y en la enfermedad... —recitó los votos de su boda y dio un beso sonriente en la mano de Hyungwon— ¿Qué más?
El delgado miró su acción totalmente embobado.
— Los esposos reales caminan de la mano o abrazándose... —apretó un poco más fuerte la mano de Wonho— Eso demuestra lo mucho que anhelan tener al otro cerca.
Wonho asintió.
— Apuntado... —susurró.
Hyungwon se quedó pensativo y luego dudó sobre continuar o no.
— Lo otro... Pues... —resopló dubitativo.
Wonho arqueó las cejas esperando.
— ¿Te refieres a tener sexo? —susurró muy bajito, y Hyungwon casi se cayó de la cama.
— ¡¿Qué dices?! —lo miró sorprendido— Es decir, los casados lo hacen pero... Me refería a que... —el travieso Wonho soltó una risita ante su nerviosismo— Eso es... Privado, no se... ¡Yo pensé en los besos!
— Bueno, los besos son esenciales, ¿no? —el francés asintió efusivamente buscando a toda costa dejar el tema anterior atrás— Pero pueden ser potencialmente peligrosos si tienes gripe...
Soltó una risita que Hyungwon acompañó.
— Eres un tonto. Pero si, los besos son esenciales. —miró a Wonho una vez más— Muchos besos... El de buenos días, cuando se encuentran, cuando se despiden, después de decir algo lindo... —de repente se sintió avergonzado de ser tan descarado— Quiero decir... Hay muchos motivos para besar.
Wonho asintió.
— Lo comprendo... —sin preguntar nada, buscó el cuerpo de Hyungwon con sus manos y lo atrajo a su cuerpo hasta dejarlo bastante pegado a él— Entonces comenzaré.
— ¿Qué se supone que haces? —intentó separarse pero su debilidad era mayor que su fuerza de voluntad.
Wonho lo miró a la cara y le sonrió.
— Cuidar de ti... —sus narices rozaron y él jugó con ello— Sé que tienes frío y que yo tengo fiebre, así que usare mi propia fiebre para proporcionarte calor y que puedas descansar esta noche.
Hyungwon rodó los ojos.
— Tú en verdad tienes unas ocurrencias... —susurró, pero no estaba molesto, en cambio se sentía cálido en todos los aspectos— Gracias... Por...
En ese momento Wonho interrumpió sus palabras uniendo sus labios bajo la luz de la luna que se colaba por la ventana.
Sus ojos se cerraron ante la sensación de la cálida boca del contrario y sus labios se acariciaban entre sí a un ritmo acompasado, como si desearan complementar el ritmo de sus respiraciones y balancear los latidos de sus corazones.
El largo y lento beso llegó a su fin acompañado de un par de suaves besos cortos hasta que finalmente se separaron lo suficiente para poder volver a verse.
— Wonho... —susurró con el corazón descolocado.
El mayor le sonrió y apartó el cabello de su rostro.
— ¿Es igual? —Hyungwon frunció el ceño— ¿Se siente igual? ¿Era así con él?
Su corazón dolió.
— ¿De qué hablas? —cuestionó con un nudo en la garganta, sintiéndose inmediatamente abatido.
Al ver su reacción, Wonho sonrió tranquilo y acarició su cabello.
— Calma... Sólo quería saber si puedo parecer un buen esposo, al menos al momento de desear las buenas noches. —suspiró— Así que, buenas noches HyungHyung...
El mayor volvió a envolver su delgado cuerpo en un abrazo y lo sostuvo pegado a él, como si alguien fuera a arrancarselo mientras dormía.
Hyungwon se quedó pensativo, quería respuestas.
— ¿Te molesta? —se apartó de él— ¿Te molesta mi pasado? Porque sabes que no debería ser a...
Wonho acunó su cara rápidamente y volvió a callarlo con un beso que esta vez se tornó un poco más intenso, pero no pasó a más.
Con la respiración un poco agitada le sonrió.
— No me molesta tu pasado... —se encogió de hombros— Me molesta que ese tipo siga en tu presente cuando nunca te ha merecido.
El delgado lo miró directamente a los ojos.
— ¿Acaso son celos? —soltó una risita por lo bajo y Wonho negó efusivamente.
— ¿Sabes qué? Seré el mejor esposo del mundo. —unió la mano de Hyungwon con la suya— Pero por favor no finjas tener una relación con él. —bufó— Es decir... Puedes fingir que rompieron o algo así, ¿no?
Wonho lo miró con preocupación y en realidad le pareció lo más tierno del mundo por lo que después de eso, el francés se acercó a él y se dejó envolver nuevamente en los brazos de su esposo, dejándose mimar a propósito.
— Lo pensaré... —soltó una risita y cerró los ojos esperando poder dormir para sentirse mejor.
Pero en ese momento Wonho peinó su cabello con mucha delicadeza y pudo sentir claramente como un corto beso era depositado en su frente.
Entonces las ganas de llorar se apoderaron de él. Quería decirle a Wonho que no se parecía en nada a Samuel, que se sentía mucho más cuidado por él y que incluso llegó a cometer más locuras que con Samuel, pero... No podía mostrarse vulnerable ante caricias que eran ofrecidas únicamente bajo la intención de fingir.
Cagadas que no debes cometer:
#35) Sé sincero.
A veces, decir la verdad a tiempo
soluciona el problema desde la raíz.
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