❸❹

Era extraña la situación que estaban viviendo; Dasom disfrutaba tranquilamente de su desayuno, Wonho se limpiaba los mocos de vez en cuando, Hyungwon no paraba de estornudar y Wooji simplemente los miraba con la determinación de un león viendo a su presa.

— ¡Ashu! —tomó un nuevo pañuelo que Wonho le ofreció y se limpio rápidamente—Lo lamento. Yo... Creo que me sentaré aparte, no quiero incomodar a nad...

Su gangosa voz fue interrumpida por el rápido asentimiento de Wonho.

— Voy contigo. —ambos se pusieron de pie y se dispusieron a tomar consigo sus platos de comida para apartarse a otra mesa de la cafetería.

Sin embargo Wooji los miró a ambos y frunció el ceño.

— Tomen asiento. —la severidad de sus palabras obligó a ambos chicos a tomar asiento en silencio, como niños regañados por su madre— No están incomodado a nadie y como familia todos debemos comer en la misma mesa. Así debe ser.

Hyungwon sonrió nervioso y asintió cabizbajo retomando su desayuno, un poco avergonzado.

— Lo sé, es solo que... —fue incapaz de terminar su frase.

Dasom miró a su nervioso hermano, entonces decidió ayudarle un poco sonriendo hacia su falsa suegra para desviar la atención de la mujer hacia ella.

— A proposito, suegrita linda... ¿Qué te trae por aquí a estas horas? —ladeó la cabeza con ternura— No esperábamos verte tan temprano. Y menos los chicos que estaban por irse al trabajo.

La mujer le sonrió con amabilidad y terminó de tragar su bocado.

— He terminado con algunas cosas de mi esposo que tenía pendientes. —se quedó pensativa con el cubierto en la mano— Así que decidí venir temprano para poder ver a Wonho. —miró a su hijo quien evitó rápidamente el contacto visual— Ya que no puedo verlo durante todo el día.

Wonho bufó.

— Tengo trabajo por hacer... ¿Acaso no es eso lo que querían? —lanzó una mirada molesta y finalmente empujó su plato a medio terminar, ya que la comida no parecía tener sabor gracias a sí resfriado— Ahora finalmente tienes lo que quier...

Un violento contacto visual entre Wooji y Dasom obligó a Wonho a detener sus palabras.

— ¿Por qué tú no tienes gripe? —cuestionó a la chica, sorprendiendo a los tres jóvenes— Wonho parece estar muy mal con ese resfriado y a pesar de lo contagiosa que es la gripe, milagrosamente tú estas intacta aunque duermas en la misma cama que él, y aunque lo beses.

Hyungwon terminó por escupir el agua que estaba bebiendo en ese momento y acabó soltando el vaso que inevitablemente rodó por el suelo llamando la atención de varias personas, incluyendo a los que estaban en la misma mesa.

Al ver su desastre y sentirse más avergonzado se puso de pie con rapidez.

— Lo lamento, fue un estornudo en el peor momento. —jugó con sus manos— Voy a limpiar esto... Vuelvo enseguida.

Hizo una reverencia y salió de allí supuestamente en busca de los artefactos de limpieza.

Las tres personas que quedaron en la mesa se vieron entre sí y la tensión que había entre ellos era tan obvia que era casi insoportable.

Entonces al ver a la pobre Dasom tan nerviosa, Wonho se puso de pie con mucha molesta y fijó la mirada en su madre.

— No sé porque te gusta incomodar a los demás con tus preguntas tan absurdas para las cuales nadie tiene tiempo de responder... —masculló— Pero si ella no tiene gripe puede ser por cualquier cosa, sobre todo porque hemos evitado el contacto hasta que me sienta mejor. Y en cuanto a Hyungwon, nos contagió la misma persona. —se irguió y pintó una sonrisa soberbia en sus labios— Pero claro, eso es algo que no te interesa. —arregló su saco— Permiso.

Se dio la vuelta y salió totalmente disgustado en busca de Hyungwon, necesitaba pedirle disculpas o al menos saber que se encontraba bien.

Pero su búsqueda no duró mucho, pues se lo encontró en el baño de hombres, lavándose la cara con ímpetu para intentar disimular el resfriado.

— Eso no ayuda... —susurró sorprendiendo al delgado— Bueno, si te sentirás mejor pero será solo por unos minutos. —suspiró y se acercó a él— HyungHyung... Lo siento tanto.

El delgado lo miró extrañado.

— ¿Qué pasa? —se secó la cara con una toalla de papel— ¿Por qué tienes esa cara?

Wonho hizo un puchero y suspiró dolorosamente.

— No puedes acompañarme hoy. —lo abrazó por la espalda siendo poco consciente de lo que estaba haciendo, y Hyungwon frunció el ceño dispuesto a reprochar la decisión de Wonho, pero él fue más rápido— No es porque no quiero que vayas conmigo... —se separó de él— Es solo que pareces muy enfermo y sé que preferirías quedarte en cama hoy. —Hyungwon se dio la vuelta para quedar frente a frente y Wonho le arregló un mechón de cabello— No te preocupes por mi, hoy es día de hacer planos y esas cosas.

Algo ardía en su pecho, sabía que Wonho solo quería que descansara, pero después de estar acostumbrado a estar junto a él todo el día, el hecho de separarse por un par de horas resultaba tan... Frustrante.

— Yo... —balbuceó intentando decirle a Wonho que quería ir con él, pero al final no pudo decir nada.

Wonho miró el reloj de su celular y soltó una maldición por lo bajo.

— Es tarde... —arregló su corbata frente al espejo— Voy a tomar un taxi ahora y espero que subas al apartamento, bebas algo caliente y descanses, ¿ok? —el delgado asintió con tristeza, sintiéndose absurdamente abandonado— Mantente alejado de esa mujer loca y por favor haz lo que te digo, cuando vuelva traeré algo para cenar. No te molestes en hacer comida.

Él volvió a asentir con una sonrisa agridulce; se sentía bien por el hecho de que su esposo lo cuidara de esa manera, pero también era triste quedarse solo.

Y como si Wonho leyera su mente, lo envolvió en un suave abrazo que duró un par de segundos y finalmente lo soltó para salir con rapidez.

Entonces él se quedó de pie, viendo a Wonho desaparecer a través del umbral de la puerta del baño.

Adieu mon amour... [1] —susurró con una sonrisa boba en los labios que se convirtió lentamente en una expresión de tristeza.

Quería tratar a Wonho como un esposo real, despedirse de él con beso, arreglar su corbata y extrañarlo durante el día.

Pero qué sabía él de amor si nunca había sido correspondido de la misma manera.

Salió del baño de hombres y pasó de largo de las dos mujeres, sin importarle los llamados de ambas.

Estaba resfriado, sin Wonho y melancólico.

Todo lo que quería era escuchar a Celine Dion, sentado en la cama comiendo helado y llorando por lo patética que era su vida amorosa.

Pero hay planes que no se pueden llevar a cabo cuando estas resfriado ya que desde que llegó al apartamento se bebió una pastilla, se tiró a la cama y durmió casi todo el día, olvidándose incluso de Wonho y si no fuera porque alguien tocó la puerta de su apartamento, no se hubiera levantado hasta el día siguiente.

Levantó la cabeza con mucha dificultad al escuchar el golpeteo en la puerta por segunda vez.

— ¿Hyungwon? —de nuevo la puerta fue golpeada— ¿estas bien? Responde...

Se levantó con mucha pereza y arrastró los pies hasta llegar a la puerta.

— ¿Si? —abrió la puerta frotándose los ojos— ¿Qué pas...

Sus palabras fueron interrumpidas por un cálido abrazo que lo sorprendió al instante.

— Hyungwon. Gracias a Dios... —el delgado abrió los ojos con sorpresa al ver a su suegra envolviendolo en un abrazo tan cálido— Estaba preocupada por ti, no respondías las llamadas de Dasom y de Wonho, así que decidí venir a buscarte.

Se comportaba como una madre a veces y era cálido pero doloroso al mismo tiempo.

— Tranquila... —la apartó con suavidad y la invitó a ingresar— En realidad estaba por hacer algo productivo, acabo de ver que es muy tarde ya.

La mujer asintió un poco más tranquila.

— Lamento venir tan inesperadamente... —susurró.

Él asintió viendo como ella se sentaba en el sofá.

— ¿Te apetece algo? Un café o un jugo... —ella negó levemente— ¿que tal algo de música? —buscó el control de su reproductor de música— Lamento no ser el anfitrión más divertido.

Ella sonrió al verlo tan empeñado en hacerla sentir bien incluso cuando él no se sentía tan bien.

— Me parece genial. En realidad has acertado muy bien con la música, he sido una amante del baile desde que era muy joven, pensé que Wonho te lo había contado. —él asintió con una sonrisa.

Entonces suspiró y la música comenzó a sonar con moderación.

— Me lo ha contado. —sonrió ante el recuerdo de su baile con Wonho— además parece ser que ha heredado tu amor por la música.

Ella arqueó una ceja.

— ¿Ah si? ¿Cómo lo sabes? —susurró curiosa.

Y fue entonces cuando la realidad le golpeó la cara y le hizo entender que quizá estaba hablando de más.

— Ah... Bueno... —se rió— Didi o más bien "Hyuna" me ha comentado que es un buen bailarín, menos cuando bebe.

Wooji se rió y asintió.

— Un Wonho ebrio es un desastre, te lo dice la víctima de un jardín destruido y una alfombra con pis —la mujer soltó una risita y después lo miró con curiosidad— ¿Qué hay de ti? ¿Eres bueno bailando?

El delgado se rascó el cuello con nerviosismo ante la pregunta de su suegra.

— Si soy sincero... Tengo dos pies izquierdos. —bufó resignado— Y mira que debo participar en un concurso de baile.

Tapó su boca al escuchar sus propias palabras y miró como la sonrisa de Wooji se ensanchaba.

— ¿Concurso de baile? —preguntó entusiasmada— ¡Yo puedo enseñarte!

Se quedó desconcertado ante la propuesta de Wooji y negó efusivamente.

— No, no, no... —se rió nervioso— Es decir, me encantaría pero... —suspiró pensando en como explicarle la situación— Es un concurso de baile en pareja y no está Samuel.

Se obligó a sonreír después de pronunciar aquella frase con el nombre incorrecto.

Ella se levantó de su asiento muy entusiasmada.

— Oh, vamos. —le tomó las manos y lo llevó a una parte despejada— Yo haré el papel de Samuel por hoy y así le facilitamos las cosas. ¿Qué dices?

Wooji buscó algún indicio en su mirada y pudo notar aquella pequeña chispa de ilusión resaltando en sus ojos.

— Yo... —sonrió cabizbajo pensando en la situación— No lo sé, es decir...

No quería ser el torpe que no supiera ni mover los pies.

Quería bailar bien, sorprender a Wonho con una excelente coreografía y así poder participar en el concurso.

— Hyungwon. —susurró llamando su atención— No lo pienses mucho. No todo en la vida debe ser planeado o políticamente correcto. A veces es bueno tomar un rumbo distinto y hacer las cosas porque te nacen, porque te divierte, porque te hace sentir bien y no por un motivo en específico. —él la miró con atención al notar que sus palabras parecían tener un doble sentido, pero pese a ello, decidió no pensar de más— Si quieres bailar hazlo, no hay una manera correcta de mover los pies y tampoco se trata de hacerlo bien. Se trata de pasarla bien, sentir la música desde dentro y moverte al compás de ella. No tengas miedo de lo que vayan a decir, de como te califiquen o de como te critiquen. No te compliques la vida.

Se quedó pensativo con el consejo sobrante de ambigüedad, pero lentamente una sonrisa fue pintandose en su rostro.

— No es tan malo pasar tiempo a solas contigo... —sonrió levemente y ella correspondió su sonrisa.

— ¿Por qué sería malo? Yo soy genial. —se encogió de hombros despreocupada y él rodó los ojos comprendiendo de donde había sacado Wonho su autoestima— Además, ya es tiempo de que dejes de estar tirado en la cama, ¡es hora de moverse!

Dio dos palmaditas indicando que la música debía iniciar y Hyungwon cumplió su petición poniendo Company para aprender una coreografía.

— Creo que esta canción. —se acercó a ella tan solo de pensar en como se verían él y Wonho bailandola— ¿Crees que es muy...

Ella negó levemente.

— Es perfecta. —susurró con los ojos cerrados mientras movía la cabeza seguramente inventando alguna coreografía en su mente.

Ella comenzó a moverse lentamente como si estuviera organizando los movimientos en su cabeza mientras Hyungwon la miraba con diversión.

— ¿Qué haces? —soltó una risita.

Ella le hizo una señal para que guardara silencio.

— Voy a enseñarte a mover todo eso. —figuró su silueta en el aire, avergonzandolo un poco— Para que vuelvas loco a quien sea que se te acerque.

Él arqueó una ceja sorprendido.

¿Eso... También contaba con Wonho?

Cagadas que no debes cometer:

#34) No pienses cosas pervertidas sobre tu pareja enfrente de su madre.

Eso es muy guarro.

Traducciones:

[1] Adiós, mi amor...

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