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Como dos pequeños cachorros ingresaron a la sala del apartamento que compartían y tomaron asiento al lado de Dasom, quien también parecía estar en la misma situación que ellos.
Y luego reinó un silencio agobiante que parecía querer acabar con la última pizca de su cordura.
— ¿Por qué estás mojado? —Wooji lo miró con el ceño fruncido— ¿Qué demonios? Sabes que puedes resfriarte, además ¿qué carajo con tu labio roto?
Wonho se tapó la boca y soltó una risita nerviosa sin saber que responder, pero Hyungwon salió a su defensa.
— Sobre eso... Soy el culpable de ambas cosas... —mostró una sonrisa nerviosa ganándose la atención de todos— Ya que acompañé a Wonho en su trabajo... En la hora del almuerzo ocurrió un accidente y lo golpeé en el labio y sobre la ropa... pues... —se rascó el cuello— salimos a comer algo y lo hice caer a una fuente.
El hombre los miró a los tres y suspiró.
— ¿Cómo pueden esconderme algo así? —se cruzó de brazos con seriedad— ¿acaso ven correcto el hecho de excluirme de la familia? —los tres muchachos agacharon la cabeza al escucharlo.
Algo dolió en el pecho de Hyungwon al escuchar esa pregunta viniendo de su padre, sabía que le había mentido aún cuando se lo había advertido por su propio bien.
— Papá... —suspiró decepcionado de sí mismo— Lo siento. Yo...
Su padre negó.
— Tú nada, Hyungwon... —el delgado asintió y agachó su cabeza, entonces Wonho tuvo la intención de detener la charla y defender a Hyungwon al ver su semblante, pero el hombre se apresuró a continuar— Yo también quiero ir a la boda en el extranjero. Es decir, tengo derecho ¿no?
Los tres se vieron entre sí sorprendidos ¿acaso él aún no se había dado cuenta de la mentira que se tenían montada?
Wonho rápidamente buscó la mirada de su madre pidiéndole al cielo que no haya dicho nada indebido a su suegro.
— Mamá... —se puso de pie— ¿Qué le dijiste?
Wooji se encogió de hombros despreocupada.
— Le conté de que queríamos celebrar la boda una vez más. —se acomodó en el sofá más pequeño— Con toda la familia unida, claramente.
Wonho tragó con fuerza y miró hacia su suegro.
— Tu madre me ha hablado muy bien de vuestro matrimonio. —sonrió— En realidad yo tenía muy pocas expectativas acerca de ti... —le tocó el hombro— Simplemente no te miraba un esposo competente para Hyun...
— ¡Na! —interrumpió sus palabras con un grito al igual que hizo en la anterior ocasión y sonrió nervioso al ver la expresión de su suegro
— E-es decir... —se acercó a su oído para susurrarle— Me gusta llamarle Hyuna de cariño, espero que no te moleste.
Se separaron y el hombre arqueó una ceja para finalmente volver a acercarse a su yerno.
— ¿Es alguno de esos fetiches raros donde usan peluca durante el sexo y se ponen lencería de mujer? —susurró sorprendido.
Entonces la sangre de Wonho se acumuló en sus orejas tan sólo de imaginarse a Hyungwon de esa manera y no pudo evitar mirar al sofá en donde estaban los gemelos, fue así que notó que Hyungwon estaba muriéndose de vergüenza porque sabía perfectamente la conversación que estaban teniendo entre ellos.
— En realidad... —sonrió nervioso— algo así...
Se separaron mientras su suegro asentía comprendiendo la falsa situación en su inocencia.
— Bien... Como decía... —miró a Wonho fijamente— Wooji me ha hablado muy bien de vuestro matrimonio y le creo.
Los tres muchachos la miraron fijamente como si no pudieran creer que algo bueno había salido de aquella persona que tantos malos ratos los había hecho pasar.
— ¡Tendrá un vestido hermoso! —aplaudió contenta mirando hacia el sofá y Wonho abrió los ojos al escucharla.
Su suegro lo miró fijamente y se acercó a él para volver a susurrar.
— Pensé que eso de los vestidos y la lencería eran privados. —gruñó con un poco de molestia— Mi hijo no se casará con un vestido.
Entonces Wonho soltó una carcajada de puros nervios y miró a su madre.
— Claro mamá... Dasom se verá hermosa en un vestido así, pero también me encargaré que HyungHyung tenga un hermoso traje al igual que el mío. —los tres jóvenes sonrieron con nerviosismo y Wonho volvió su mirada hacia su suegro— No se preocupe, si me lo permite también le regalaré un traje de diseñador así que todos estaremos fantásticos ese día tan importante.
El hombre simplemente asintió con seriedad.
— ¿Podemos hablar en privado? —sentenció inexpresivo.
Entonces Wonho asintió sin sentir el derecho a negarse a esa petición hecha bajo tal carácter.
Así que el hombre simplemente salió al pasillo fuera del apartamento y Wonho lo siguió en silencio sintiendo que en cualquier momento podría orinarse en los pantalones del susto, pero que quizá no se notaria ya que estaba totalmente empapado.
— Dígame... —puso su mejor cara de perrito faldero y esperó pacientemente lo que sea que fuera a venir.
Y no estaba seguro si era un regalo, un abrazo, una platica o un golpe, aunque sinceramente esperaba más la última.
— Respecto a Hyungwon... —suspiró y se apoyó en una de las paredes— No he tenido nunca la oportunidad de hablar antes contigo, así que no te conozco como quisiera. —Wonho asintió levemente— No me sorprende que él no te haya dicho quien soy yo, eso es debido a algunos conflictos familiares que sinceramente no te interesan... Pero, a mi si me interesa su vida y cualquiera que entre en ella. Lo comprendes ¿verdad?
Wonho asintió con una leve sonrisa mientras sentía sus piernas temblar y estaba seguro que no eran de frío.
— Lo comprendo, señor Chae... —respondió sorpresivamente firme.
El hombre seguía viéndolo fijamente.
— El último imbécil que se acercó a él lo dañó mucho... —en su rostro se figuró una expresión de molestia profunda.
Entonces Wonho recordó que él mismo imbécil había roto su labio en esa misma mañana y también se molestó.
— Samuel... —masculló.
Su suegro lo miró extrañado.
— ¿Lo conoces? —arqueó una ceja y Wonho entró en pánico.
¿Qué debía decirle? ¿Qué el imbécil fingía ser pareja de Hyungwon porque el fingía estar casado con su hija y no con el que verdaderamente se había casado porque era demasiado cobarde para decirle a su madre que estaba casado con otro hombre y que se vio obligado a estar en una relación homosexual debido a que ellos cortaron toda la ayuda para con él y esa era la manera más rápida de conseguir los papeles legales para quedarse en Francia pero que no contaba con que el cónsul fuera él?
No. Definitivamente eso sería un lío.
— HyungHyung me ha hablado de él en algunas ocasiones... —afirmó diciendo la verdad a medias— A veces también llega a la cafetería así que...
El hombre formó un puño con su mano derecha y lo estampó contra una de las paredes provocando que Wonho se sobresaltara y mordiera su propia lengua.
— ¡Ese inútil! —apuñó su mano nuevamente— Creo que no entendió cuando le pateé el trasero y le dije que no molestara más a mi hijo.
Wonho lo miró estupefacto y decidió que haría algo que en otra ocasión jamás habría pasado por su mente.
Iba a defender a Samuel.
— Yo creo que solo extraña la comida... —sonrió nervioso— Bueno, ¿y quien no? Es la mejor de la zona, lo he comprobado...
El semblante del hombre se relajó un poco y asintió.
— Tienes razón... —suspiró liberando un poco de la ira contenida— Quizá estoy pensando demasiado las cosas.
Wonho asintió levemente aún sintiendo sus piernas temblar y las ganas de hacer pis se volvían insoportables debido al intenso nerviosismo al que estaba sometido.
— Sí. Creo que es solo eso, tranquilo. —dio dos cortas palmaditas en el hombro de su suegro intentando dar por terminada la conversación.
El hombre miró fijamente su hombro, justo en el lugar donde lo había tocado y luego lo miró a él con aquella expresión de un león queriendo devorar su presa.
— Sólo te diré una cosa, Wonho... —le puso una mano en el hombro y lo apretó quizá con un poco más de fuerza de la necesaria— El hecho de que sea un viejo y mis hijos estén adultos no significa que no los voy a defender. —el menor sonrió adolorido debido al contacto en su hombro— Si algún día llego a darme cuenta que le has fallado a Hyungwon, o que lo has hecho llorar por alguna estupidez. Mi puño y yo vendremos a visitarte. —apuñó su mano libre y la puso frente a la nariz de Wonho para que lo viera de cerca— Porque soy muy celoso con ellos... —entonces soltó el fuerte agarre y le dio un par de palmaditas cortas también para finalmente sonreír por primera vez en la noche— Así que más te vale que lo ames como se debe.
Wonho por fin pudo volver a respirar después de aquel momento tan tenso al que fue sometido.
— No creo que pueda hacerlo señor. Ya sabe, eso de dañar a Hyungwon... —se rió de nuevo, pero en realidad temía por su vida mientras pensaba a qué país podría irse con los veinte euros que tenía en su bolsa.
El hombre asintió.
— Bien. —se puso serio— Más te vale, porque si no te golpearé hasta que te cagues.
Wonho se rió.
— Entonces la golpiza no durará mucho... —volvió a reírse de sí mismo mientras el hombre abría la puerta para volver adentro— Sólo con su presencia me dan ganas de cagar, es más, en estos momentos me estoy preguntando por qué siento tan pesados mis pantalones.
En ese momento el hombre estalló en una carcajada que llamó la atención de todos los presentes, incluyendo la de sus propios hijos quienes no lo escuchaban reír de esa manera hace años.
Wonho entró detrás de él sin saber muy bien el motivo de su risa pero acompañándolo de igual manera para no recibir un puñetazo, ya eran suficientes golpes por los momentos.
El hombre continuó riendo por lo bajo mientras recogía sus cosas.
— Oh, por Dios. —se limpió una lagrima que se salio de su ojo derecho debido a la risa y luego extendió su mano hacia Wooji para despedirse— Tu hijo es un gran hombre. Lo has criado bien.
Ella le sonrió agradecida por las palabras y correspondió su despedida.
Dasom se puso de pie y lo abrazó para despedirlo.
— Es raro verte así de contento. —susurró conmovida contra su pecho— Je t’aime papa...
Él le dejó un beso en la frente y asintió.
— Yo también te amo mi niña. —le revolvió el cabello y ella se separó de él, entonces él aprovechó a revolver el cabello de Hyungwon quien se mantenía sentado sin poder verlo a la cara debido a la vergüenza— Y a ti también te amo.
Hyungwon asintió sin mirarlo y él sonrió, a pesar de que Hyungwon no fuera expresivo con él y se mostrara reacio en algunas ocasiones, mantenía viva la esperanza de que su hijo lo amaba y le perdonaría algún día aquellos errores que había cometido en el pasado.
El hombre extendió su mano a Wonho y él la tomó intentando parecer tranquilo para que no se notara el temblor que le invalida el cuerpo gracias al nerviosismo.
— Wonho... Eres un buen muchacho. —sonrió sorprendiendo a todos los presentes— Y te tengo un obsequio antes de irme. Lo dejaré por aquí. —puso el sobre amarillo sobre la mesita del centro y avanzó hacia la puerta de salida— Prometo ayudar con lo demás. Buenas noches a todos.
Se despidió con la mano y todos correspondieron, entonces la puerta finalmente se cerró.
— Oh, por Dios... —al mirar el reloj Wooji dejó de lado las galletas que le robó a Hyungwon de la alacena— Yo debí irme hace rato... —susurró con preocupación y luego su semblante se relajó— Pero el chisme estaba bueno.
Se rió y se puso de pie, entonces Dasom se apresuró a ella.
— Ve por tus cosas, te llevare al hotel. —Wooji miró a Wonho esperando que él también se moviera para buscar el que aseguraba que era su apartamento y de Dasom, pero su cuñada lo salvó una vez más— Tranquila, Wonho y HyungHyung tienen asuntos del trabajo que atender, pasaré por él después de dejarte en el hotel. Vamos.
La mujer asintió y se despidió de ambos para finalmente irse de allí junto con Dasom dejándolos solos al fin.
El silencio se volvió incómodo por un momento, sobre todo porque Hyungwon aún seguía con la cara roja, totalmente avergonzado y sin moverse de sitio.
— HyungHyung... Lo siento. —se sentó a su lado sin importarle el hecho de que estaba empapando el sofá— No era mi intención decirle que tu usabas tanga.
Hyungwon rompió en una carcajada y le dio un golpe en el pecho.
— Tú, desgraciado... —comenzó a hacer cosquillas en Wonho quien comenzó a reírse y retorcerse en el sofá hasta el cansancio— ¡Pudiste haberlo negado!
Wonho sonrió y lo abrazó sin importar que le iba a mojar la ropa.
— Él me cree a mi. —alardeó sin soltarlo— Me ama ahora.
Hyungwon quien estaba totalmente acostado encima de Wonho por culpa de su agarre lo miró y sonrió.
— ¿Qué te ha regalado? —estiró su mano para alcanzar el sobre que reposaba sobre la mesita del centro mientras Wonho seguía el movimiento de su mano con la mirada porque no planeaba soltar esa delgada cintura— a ver, a ver...
Abrió el sobre con mucha curiosidad pero al ver lo que contenía dentro su expresión cambió a una totalmente indescifrable.
— ¿Qué hay dentro? —Wonho frunció el ceño— ¿HyungHyung?
En ese momento Hyungwon se apartó del agarre de Wonho y se sentó para finalmente meter su mano dentro y sacar un papel que no tardó en leer.
— Espera, Wonho... —susurró concentrado.
Entonces Wonho se quedó en silencio simplemente mirando aquel papel escrito totalmente en francés, del cual no entendía absolutamente nada.
Así pasaron los siguientes minutos en donde la curiosidad lo carcomía por dentro, pero en cuanto Hyungwon lo miró totalmente asombrado, se asustó.
— ¿Qué? —se formó una sonrisa en los labios de Hyungwon— ¿Qué pasa?
Hyungwon se rió y sus ojos se cristalizaron mientras negaba y sonreía.
— Esto es malo... —soltó una risita confundiendo a su esposo— Es bueno y malo... —soltó un largo suspiró y lo miró— Está haciendo algo ilegal... Por ti, por mí. —apoyó su cabeza en el pecho de Wonho, sintiendo su propio pecho arder— Por nosotros...
Wonho lo miró captando un poco de la situación y le acarició la espalda sintiéndose mal.
— Lo siento... —lo apretó contra su cuerpo— No debí meterte en esto. —el menor sollozaba desconsolado— Estoy haciendo lo mismo que él, ¿verdad? Recibiendo algo muy valioso de ustedes para finalmente romper la confianza de ambos y la relación entre ustedes nuevamente... —el delgado no dijo nada, simplemente se aferró más a él, adolorido de saber que esa era su verdad, entonces Wonho suspiró— ¿Quieres... —volvió a suspirar— ¿Quieres que le diga la verdad y acabe con esto? Si me dices que sí, lo haré aunque tenga que regresarme a mi país. No estoy dispuesto a seguir dañandote.
Hyungwon en medio de sus lágrimas se preguntó.
¿Valía la pena seguir rompiendose y rompiendo su fracturada familia por alguien no se iba a quedar con él para siempre?
Necesitaba una respuesta, pero por los momentos quería llorar en aquellos brazos que se le ofrecían aunque sea momentáneamente.
Cagadas que no debes cometer:
#32) No le mientas a la gente que te ayuda con toda la voluntad de su corazón.
Van a decepcionarse de ti.
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