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Se suponía que debía estar feliz.
O al menos eso era lo que debía aparentar ante la noticia como un buen cuñado, feliz por su hermana.
Pero incluso sonreír dolía por alguna razón y quería explotar.
Su mirada y la de Wonho chocaban de vez en cuando dentro del auto, camino a casa pero ambas se miraban vacías.
Y si, había tenido muchas malas noches pero esa parecía ser la jodida noche más larga de su vida.
Y sinceramente solo quería que su suegra cerrara la boca.
Ella era lo más parecido a un puto dragón, no podía abrir la boca sin escupir fuego.
Quería ponerle un buen trozo de cinta adhesiva super fuerte en la mandibula y pegarle el otro extremo de la cinta en la frente, quizá así podría guardar silencio un momento.
— Hyuna, querida... —llamó hacia Dasom quien manejaba el auto de su novio fingiendo que era suyo y de Wonho— hice una reservación en este hotel. —le mostró el celular que la chica miró apenas de reojo para no apartar su mirada del camino— ¿Puedes pasar dejándome por ahí?
Dasom asintió sin valor para contradecir.
— Claro, primero debo dejar a los chicos en el apartamento ya que está más cerca. —señaló hacia el edificio que se asomaba a una cierta distancia por encima de otros más pequeños— Pero... —sonrió un poco inquieta— ¿Por qué te vas a quedar en un hotel? ¿Acaso no te agrada estar conmigo?
La mujer se rió, con una risa demasiado similar a la de Wonho.
— Oh, querida eres tan dulce... —suspiró— Es solo que creo que estoy estorbando en un matrimonio que apenas comienza, así que no puedo sacar a mi hijo de su propia casa, ¿sabes?
Wonho bufó.
— Pues no me molesta quedarme con Hyungwon. —soltó con seguridad ganándose una mirada asombrada de parte de todos, menos de Dasom porque iba conduciendo.
Wooji sonrió.
— Pero bebé... —se arregló un mechón de cabello girandose en el asiento para ver a los tres chicos que iban en el asiento de atrás— ¿acaso no captas la situación?
Entre los tres se vieron sin comprender muy bien lo que dijo, hasta que Hyungwon captó de que se trataba. O al menos esl creía.
— Oh, no tienes porque pre... —la mujer levantó su mano para que guardara silencio.
Lanzó una mirada penetrante sobre los tres, fijandola un poco más sobre Hyungwon quien estaba en medio de Samuel y Wonho, haciendo la situación un poco más incomoda de lo que parecía.
No era nada cómodo estar sentado a la par de tu esposo y tu ex esposo, de la persona que amaste y de la que amas, de la persona con quien tuviste sexo y con la que quería tenerlo.
— Hyungwon, cariño... —la mujer le puso una mano en la rodilla suavemente— no quiero que Wonho estorbe en tu apartamento esta noche. —el delgado iba a protestar acerca de que Wonho no estorbaba, pero ella se adelantó— ¿Acaso piensas dejar que Samuel vaya tan tarde a su casa?
La joven pareja miró a Samuel, quien no sabía muy bien qué expresión poner.
— Señora, gracias por preocuparse por mi pero... —suspiró sin saber como continuar con aquella mentira.
— Tranquilo Samu, te entiendo... —le sonrió comprensivamente— Sé que al igual que Hyuna, tú también extrañas a tu pareja. —suspiró con tristeza— Incluso yo extraño a mi viejo.
Wonho frunció el ceño con molestia.
— ¿Samu? —gruñó, pero en ese momento el auto se detuvo.
Wooji abrió la puerta del auto al mismo tiempo que Samuel.
Entonces se bajó Samuel, Hyungwon, Wooji y sin haber un motivo razonable, Wonho también se bajó del auto.
Hyungwon los vio fijamente.
— ¿Por qué se bajan? —se rió con nerviosismo— ¿olvidaron algo?
Wooji negó.
— Hyungwon hijo, debes saber que soy muy sobreprotectora. —comenzó a caminar hacia adentro del edificio y ellos la siguieron por inercia— No estaré bien hasta que sepa que estas dentro de tu apartamento, totalmente tranquilo... Además, tengo sed.
Wonho frunció el ceño ante el comportamiento tan extrañamente molesto de su madre y el resignado Hyungwon comenzó a subir las gradas seguido por Wonho y Samuel.
Al llegar arriba, Hyungwon abrió la puerta del apartamento y Wooji ingresó al lugar tranquilamente como si fuera su casa y el trío se vio de nuevo entre sí, con incomodidad.
Entonces Samuel suspiró y los miró a ambos.
— Yo iré con ella... —miró a Wonho con rabia— Y tú agradece que he mantenido la boca cerrada hasta ahora, porque no te lo mereces maldito cobarde.
Ingresó al apartamento, no sin antes golpear su hombro contra el de Wonho, quien tenía ganas de romperle la nariz allí mismo.
Hyungwon miró la escena y agachó la mirada, ya era demasiado estresante.
— ¿Qué vas a hacer? —susurró apoyándose en la pared del pasillo y poniendo su mano derecha sobre el hombro de Wonho— ¿Qué sigue ahora?
Wonho suspiró y apoyó su cabeza sobre el hombro de Hyungwon, reduciendo su distancia considerablemente.
— Créeme que mi cabeza quiere explotar... —suspiraron al mismo tiempo y Hyungwon comenzó a acariciar el hombro de Wonho inconscientemente— Mañana es mi primer día de trabajo, mi propia madre me obliga a quedarme a dormir con tu hermana y también a casarme con ella en otro país, pero tú eres mi esposo aquí, este imbécil tiene que fingir ser tu pareja y... —hizo una larga pausa que Hyungwon esperó pacientemente— aún no se hablar en el maldito Francés...
Hyungwon soltó una carcajada.
— ¿Tu vida se cae a pedazos y tú te preocupas porque no sabes Francés? —preguntó en un susurro mirando al mayor con diversión.
Entonces Wonho levantó su rostro y asintió.
— Oui... [1] —hizo un puchero y Hyungwon rompió el silencio con una carcajada.
— Vous êtes très mignon... [2] —susurró apretando la mejilla de Wonho con ternura.
El mayor no supo reaccionar a sus palabras porque no entendía absolutamente nada, así que solo pudo responder de la única forma quw que sabía.
— La tuya, por si acaso... —susurró con tristeza volviendo a hacer un tierno puchero con sus labios.
Entonces Hyungwon sintió unas ganas terribles de besar a ese tierno adulto mimado que tenía delante y no podía evitarlo porque Wonho era como un imán para él.
Pero antes de que pudiera siquiera acercarse, escucharon a alguien que carraspeó su garganta.
Samuel tomó a Hyungwon por la muñeca y lo separó de Wonho casi con brusquedad.
Wonho frunció el ceño e iba a discutir con él pero en ese momento salió su madre del apartamento.
— Para ser un hombre eres demasiado limpio. Que genial. —apretó la mejilla de Hyungwon— espero que no te moleste que usara tu baño, uno tiene urgencias de vez en cuando... —el delgado asintió fingiendo una sonrisa, entonces la mujer tomó a Wonho por la muñeca y comenzó a caminar hacia las escaleras— vamos, hijo. No molestemos más a los tortolitos.
Wonho puso resistencia.
— Mamá espera, solo... —intentó safarse de su agarre pero ella no se lo permitió.
Entonces se detuvo sin soltarlo.
— Shin Hoseok. —le llamó con firmeza— Por favor mira tu hora... —Wonho bufó y miró su reloj— ¿Viste que es muy tarde y que dejaste a tu esposa sola en el auto? ¡Los buenos hombres cuidan a sus parejas y no los exponen a situaciones peligrosas!
Los tres chicos se sorprendieron al ver a la mujer con una actitud tan fuerte, sin embargo ninguno fue capaz de cuestionar nada y Wonho terminó por irse voluntariamente con ella ante la triste mirada de Hyungwon.
— Es un imbécil... —susurró Samuel mirando en dirección a las escaleras al igual que Hyungwon.
El delgado frunció el ceño y rodó los ojos.
— ¿Por qué mejor no te vas a la mierda? —respondió e ingresó en el apartamento, visiblemente molesto por algunos comportamientos demasiado liberales que su ex esposo había tenido durante la cena.
Samuel se quedó parado en el pasillo simplemente viéndolo.
— Tengo varios motivos. —comentó e ingresó también al apartamento— El primero es que es demasiado tarde incluso par pedir un taxi ahora. —Hyungwon asintió mientras bebía un vaso con agua para intentar calmar el nudo en su garganta— Segundo, ellos seguramente no se han ido... Así que sería muy sospechoso que yo bajara a estas horas. —el francés rodó los ojos y tomó asiento en el sofá intentando ignorar la presencia de Samuel— Y tercero, creo que necesitas hablar.
Hyungwon sonrió con sarcasmo y los ojos húmedos.
— ¿Qué te hace pensar que si? —puso el vaso con fuerza sobre la mesita del centro y lo miró con los ojos cristalizados— ¿Qué te hace pensar siquiera en que quiero tener esta conversación contigo?
Samuel lo miró fijamente mientras mantenía las manos en los bolsillos con un deje despreocupado.
— Porque soy sincero... —tomó asiento a su lado— y porque sé que aunque tu y yo no seamos nada... Aún confías en mí.
Hyungwon negó levemente y apartó su mirada de él.
— Tú eres un imbécil... —susurró volviendo a tomar un poco de agua.
Entonces él asintió despreocupado.
— Sí, lo soy, pero el también... —señaló en dirección hacia afuera— y lamento decirlo pero creo que tú también.
Hyungwon lo miró con rabia.
— ¿Con qué derecho lo dices? —refutó.
Samuel suspiró al notar la voz quebrada de Hyungwon.
— Sabes que ser sincero es mi defecto. —se encogió de hombros— He sido un imbécil todo este tiempo, te traté mal, te usé y aunque suene muy cruel, creo que no me arrepiento. —Hyungwon lo miró con molestia por sus verdaderas pero duras palabras— Creo que aprendí muchas cosas de ti. —se recostó en el sofá— Cocinas muy bien y ni hablar del sexo, en general creo que eres maravilloso... Pero eres tonto. ¿Por qué te fijas en alguien como yo? —lo miró con seriedad y Hyungwon se sorprendió ante su pregunta— O incluso... ¿Por qué te fijas en alguien como él?
Hyungwon volvió a depositar el vaso sobre la mesa y lo miró fijamente, buscando en los rincones de su mente alguna respuesta para responder a esa pregunta.
— No lo sé... —respondió.
Entonces Samuel asintió.
—¿Ves? Eres un tonto... —se quitó el molesto saco que llevaba encima— Yo no he querido tener algo serio con nadie y lo sabías, aún así accediste y terminaste roto por tu propio consentimiento. —Hyungwon lo escuchó atentamente mientras sus mejillas comenzaban a empaparse lentamente por las pequeñas gotas saladas que escurrían de sus ojos— Ahora te enamoraste de este imbécil que es un niño mimado que su madre lo controla. Dime si él ha podido hacer algo por su cuenta alguna vez. Dime si todo lo que ha hecho no ha sido gracias a ti. —el delgado agachó la cabeza y Samuel suspiró— ¿Por qué eres así contigo mismo Hyungwon? ¿Sabes en la cantidad de problemas que estas envuelto ahora?
Él sorbió por la nariz y asintió.
— Todo tiene solución ¿no? —susurró con una sonrisa triste, intentando consolarse a sí mismo por sus propias decisiones— Creo que con el tiempo...
Entonces Samuel negó.
— No, no todo tiene solución. Alguien tenía que decírtelo. —suspiró con molestia— ¿Sabes lo que más me caga de ese tipo? Ni siquiera busca soluciones. Quiere que incluso eso, lo hagas tú. —bufó— Yo al menos tuve los cojones de pedirte el divorcio cuando la cosa se puso fea y sí, sé que sufriste, pero eso era mejor que estar atado a alguien que te hacía infeliz.
Hyungwon lo miró con tristeza.
— No se si golpearte o agradecerte por el golpe de realidad... —se rió entre lágrimas.
Entonces Samuel sonrió comprensivo.
— ¿Y si mejor te desahogas? —susurró— creo que te hace falta...
Hyungwon asintió sin poder contener las lágrimas y abrazó sus propias rodillas en aquel sofá y comenzó a llorar, sobrepasado por la jodida situación en la que estaba.
Samuel puso una mano en su espalda y comenzó a acariciarlo a manera de consuelo mientras lloraba.
Y aunque en una situación muy extraña, con la persona que menos se imaginó... Esa noche se desahogó como nunca y lloró hasta el cansancio.
Necesitaba a Wonho allí...
Pero no estaba.
Cagadas que no debes cometer:
#28) No dejes que alguien más consuele el llanto de la persona que te gusta.
Si consuela su corazón, puede incluso abrir una puerta que antes estaba cerrada.
Traducciones:
[1] Sí.
[2] Eres muy lindo.
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