❷❼

Si las miradas mataran, seguramente hubiera hecho a Samuel un montón de pedacitos que freiría y tiraría a los perros, seguramente su platillo tendría un nombre como "trozos de mini mierda, fritos"

Y sí, mini mierda porque ni a mierda completa llegaba el tipejo que estaba incesantemente mirando a Hyungwon como si fuera una obra de arte.

Que sí lo era, pero no suyo.

Carraspeó con molestia ignorando totalmente la platica en la que estaba sumida su madre y ambos gemelos, que por cosas de la vida tenía a cada uno a su lado.

Volteo a ver de reojo hacia su lado derecho y tocó la rodilla de Hyungwon disimuladamente intentando llamar su atención, pero era un poco inútil porque él estaba muy concentrado escuchando la platica.

Volvió a dar un par de toquesitos en la rodilla del delgado, realmente quería comunicarle su molestia por algún motivo, y por dicha divina Hyungwon por fin le hizo caso.

El delgado medio sonrió confuso hacia él, casi gritándole con la mirada para que le comunicara con rapidez lo que quería, pues aún seguía muy molesto por no haber sido defendido por él antes la pesada crítica de su suegra.

Wonho se acercó hacia él lentamente aprovechando que la atención estaba desviada de ellos.

— HyungHyung... —susurró en su oído— ¿no crees que ese tipo está siendo muy...

— ¿Pasó algo, cariño? —soltó Samuel llamando la atención de los demás a propósito, entonces rodeó a Hyungwon con su brazo apartandolo automáticamente de la cercanía de Wonho quien a esas alturas solo quería golpear a ese tipo— ¿Te sientes bien, Wonho? ¿Acaso te está incomodando mi Hyungwonnie? —con su mano libre tomó la barbilla del delgado y la acarició cariñosamente, entonces sin más remedio Hyungwon sonrió fingiendo que le gustaban sus caricias— pero si es así... —se puso de pie y señaló su propio asiento a Hyungwon— siéntate acá mi amor, Wonho no parece muy cómodo con tu presencia al lado.

El resto de personas que estaban en la mesa lo miraron fijamente por distintos motivos, incluyendo a Hyungwon quien no sabía cómo actuar ante el comportamiento de ambos chicos.

— Creo que Hyungwon está molesto —dijo Wooji con tranquilidad— creo que lo ofendí hoy... ¿No es así, Hyungwon?

Wonho miró a su madre con un poco de molestia y no sabía como sentirse al respecto.

Todo estaba bien antes que llegara ella y él era el imbécil que no sabía como manejar los dos mundos que estaban chocando en su cara.

Ahora estaba "casado" con su cuñada y su esposo estaba con otro en su cara y todos estaban juntos en una jodida cena con su madre que ni siquiera sabía de quién era suegra.

Definitivamente era de película todo ese asunto.

Para no darle más vueltas al asunto, Hyungwon simplemente se movió de asiento y Samuel tomó el suyo a cambio, al lado de Wonho.

Las miradas de ambos se conectaron y Dasom casi podía ver choques eléctricos entre ellos, entonces tocó a Wonho para desviar su atención de Samuel y que borrara aquella expresión de "quiero hacerte pedazos" de su cara, entonces la animada Dasom comenzó una nueva charla con su "suegra" para relajar un poco el ambiente, pero seguía siendo muy denso, sobretodo el silencio de los tres chicos y la comida que ya estaba retrasada.

Era realmente incómodo así que Hyungwon suspiró resignado y un poco arrepentido de haber aceptado tan absurda invitación.

— Creo que iré al baño... —se puso de pie y sonrió a los presentes— no tardaré.

Los demás asintieron dando su aprobación, excepto Wonho.

— Yo también voy. —su madre lo miró fijamente como si esperara una explicación de su parte— ¿Qué? ¿No puedo hacer pis?

— Sabes bien que uno hace pis en casa. —le regañó entre dientes como si Wonho fuera un niño de cinco años— no puedes andar sacándotela donde sea.

Samuel y Dasom casi rompieron el silencio con una ruidosa carcajada, pero se contuvieron.

— ¡Mamá! —iba a decirle el típico sermón de que ya no tenía cinco años y que podía sacarsela donde quisiera en Francia. Claramente no en cualquier sitio, pero al menos en cualquier baño, aunque al final se retractó— ¿Sabes qué? No importa, ya vuelvo.

Dejó su abrigo allí y se encaminó hacia el baño lo más rápido que pudo, seguramente haciendo pensar a más de alguno que estaba cagandose encima o algo así.

Ingresó y se encontró a Hyungwon viéndose en el espejo, pensativo.

— Hyungwon... —susurró avanzando hacia él.

Pero Hyungwon retrocedió en señal de que no quería que se acercara.

— Basta, Wonho. —respondió de forma indiferente— Vine aquí para pensar, ¿por qué me sigues?

Wonho suspiró frustrado.

— No lo sé, es solo que ese tipo... —fue interrumpido por el sonido de la puerta abriéndose y la jodida piedra de su zapato ingresó con una sonrisa triunfal al lugar, interrumpiendolo por enésima vez en ese día— ¡Me cago en tu puta vida! ¿Qué demonios haces aquí? Joder, ojalá fueras el billete más grande del euro, sería millonario por cada vez que te apareces en mi camino.

Samuel se rió y se metió las manos en los bolsillos con tranquilidad.

— Relájate, de cualquier manera sé que eres un niño rico pasando por un mal momento, si necesitas dinero puedes pedirlo con confianza... —alardeó con altanería, pero Wonho le mostró el dedo medio y Hyungwon bufó frustrado porque su problema continuaba incluso en los baños— ¿no? Bueno, tú te lo pierdes... Yo solo venía aquí a decirles que dejen de comportarse como unos idiotas desesperados. Sobre todo tú. —señaló a Wonho— Tú fuiste quien inició con esta farsa y si no tuviste los cojones para presentar a Hyungwon como lo que es, no te vengas a hacer el protector ahora.

Wonho avanzó hacia él con molestia.

— ¿Tu vienes a hablarme de cojones a mi? —le dio un empujón, pero Hyungwon lo detuvo.

— Wonho, basta... —suplicó al borde del llanto, el estrés que estaba sintiendo era increíble— Samuel, solo vete a tu lugar y no digas nada.

Samuel asintió, se arregló la ropa que Wonho le había descompuesto y salió del baño sin decir una palabra más.

Y de nuevo el silencio reinó en aquellos solitarios baños.

— Tiene razón. —susurró Hyungwon llamando la atención de Wonho al instante— Debemos dejar de comportarnos como tontos. Es mejor hacer como que no me conoces. —comenzó a caminar en círculos ante la confusa mirada de Wonho— Como si todo esto...

Wonho lo detuvo por el brazo.

— ¿Qué quieres decir con eso? ¿No conocerte? —arqueó una ceja casi con desesperación— Hyungwon, eres lo único que tengo en todo Francia.

Hyungwon suspiró.

— ¿Único que? ¿Único bilingue que conoces? —bufó— ¿el único que complica las cosas más de lo que están?

Wonho miró a su alrededor, tomó el brazo de Hyungwon y los encerró a ambos en uno de los cubículos.

Hyungwon lo miró sin comprender lo que intentaba, entonces Wonho acunó su cara con mucha delicadeza.

— Mírame. —susurró— Soy un egoísta, un bastado y un idiota... Pero cuando digo que eres lo único que tengo, lo digo en serio.  —sus miradas se conectaron y al hacerlo sintieron como si se hubieran acariciado sin tocarse— Mi único amigo, mi chef preferido... —sonrió— mi compañero de piso, mi mano derecha, mi transporte... —soltó una risita y Hyungwon rodó los ojos con diversión— y mi esposo, mi real esposo. —suspiró— Y aunque todo esto no sea real, lo eres ante los ojos del mundo e incluso ante los míos. Así que en realidad me molesta demasiado ese tipo y su...

Hyungwon le acarició la mejilla y le sonrió.

— Wonho, él y yo estamos fingiendo ¿Recuerdas? Yo se lo pedí. —el mayor asintió descontento por la confesión— Así que no te preocupes, él no volverá a hacerme daño y si lo intenta esta vez no lo se lo permitiré. —a pesar de eso, el extranjero suspiró muy poco convencido— Además... No creo que Samuel sea el mayor de tus problemas en este momento.

Muy a su pesar, el francés tenía razón, así que Wonho asintió y su cara se tornó en una expresión de tristeza y desagrado.

— Todo es un asco... —miró al delgado fijamente— ¿me regalas un abrazo? —Hyungwon lo miró un poco sorprendido por su extraña petición— es decir, cuando estaba en mi casa solía decirle a mi madre que me abrazara, pero tal como te acabo de decir, en Francia eres todo lo que tengo... —susurró cabizbajo— si no quieres, no te preoc...

Hyungwon lo envolvió entre sus brazos con mucha suavidad, rogando al cielo que sus latidos acelerados no fueran escuchados por Wonho ante la cercanía de sus cuerpos, pero era casi imposible ya que en medio del silencio su corazón retumbaba como timbal en orquesta.

Se sintió avergonzado al escuchar con tanta claridad sus propios latidos, pero Wonho no dijo nada simplemente se sumió en ese suave abrazo y lo correspondió soltando un largo suspiro.

Todo el enojo y rencor que había sentido durante todo el día, se había esfumado y fue reemplazado por aquella pequeña sensación cálida que sólo Wonho lograba encender en su pecho.

Quizá no tenía un motivo para alegrarse, tampoco era algo romántico o algo así, eran solo ellos dos abrazados dentro de un cubículo del baño de un lujoso restaurante, pero quizá si debía admitir que quien necesitaba ese abrazo era él y no Wonho.

Entonces se separaron lentamente y por algún motivo se regalaron una sonrisa para finalmente salir del lugar, no sin antes lavarse las manos para fingir que en realidad fueron a lo que dijeron que iban.

Al volver a la mesa, notaron que la comida ya estaba allí y todos estaban comiendo menos ellos.

— Joder, eso seguro fue una buena cagada... —ambos chicos miraron a Wooji quien después de soltar ese comentario simplemente siguió comiendo su comida tranquilamente.

Tomaron asiento sintiéndose un poco avergonzados.

— Bueno... —susurró Hyungwon deseando molestar a su esposo— Wonho tuvo un percance allá y me pidió que me quedara para no estar solo.

Wonho lo vio visiblemente divertido.

Dasom se rió y los miró alegremente, disipando la preocupación que había mantenido en su pecho desde que supo que se habían disgustado.

— Así que... —terminó de tragar su bocado— ¿me estas diciendo que te quedaste a platicar mientras él cagaba?

Todos en la mesa soltaron una risita de diversión, definitivamente el ambiente había mejorado notablemente.

Ambos se regalaron una sonrisa cómplice y continuaron comiendo la deliciosa comida que tenían enfrente.

Wooji se limpió las manos con la servilleta después de terminar su fino plato de comida.

— A ver, chicos. —se estiró en la silla y todos la miraron, esperando a que continuara la frase— sé que aún no terminan su comida pero no puedo seguir guardandome la noticia por más tiempo...

Wonho frunció el ceño.

— ¿Noticia de qué? —tragó su bocado con un poco de dificultad, temiendo que la mujer haya descubierto algo inusual, así que decidió bromear con ella— ¿acaso tendré un hermanito a estas alturas?

Soltó una risita y continuó comiendo tranquilamente.

— En realidad... —Wooji soltó un largo suspiro mientras sonreía hacia su hijo— Quería decirte desde que llegué, sabes que tu padre es alguien muy ocupado y aunque quisiera viajar Francia para visitarte y felicitarte por tu matrimonio no podría. —hizo una expresión de tristeza y todos la miraron expectantes— Así que me hizo una petición especial.

Wonho frunció el ceño captando más o menos hacia donde se dirigía la conversación.

— Pensé que habías venido por mi cumpleaños. —comentó apartando su plato de comida a medio terminar— ¿por qué siempre tienen que interferir?

Ambos gemelos lo miraron con preocupación ante la severidad de sus palabras.

— Hijo... —Wooji lo miró fijamente— Claro que también vine por tu cumpleaños ¿acaso no se pueden hacer visitas por varios motivos al mismo tiempo?

Wonho negó levemente.

— Si lo incluyes a él en uno de tus motivos, entonces no puedo confiar más en ti. —respondió con una actitud descontenta.

La mujer se acomodó en el asiento.

— No le digas "él" como si fuera un extraño, es tu padre y ambos queremos lo mejor para ti. —soltó con molestia— ¿sabes? Si hicieras las cosas correctamente no tendrías que pasar por muchas cosas de las que has pasado ahora.

Wonho se rió con sarcasmo.

— Pues hablando de cosas correctas tampoco creo que sea conveniente que se expongan como los mejores padres del mundo cuando me dejan en un país extranjero sin ayuda alguna. —soltó con rabia— Así que ahora que ya hice lo que he podido aquí, prefiero que no intervengan, ahora estoy casado y tengo un trabajo en una importante empresa de Francia, es todo lo que tienen que saber de mi.

Los otros tres chicos no sabían como reaccionar a la pelea familiar que estaba ocurriendo en sus caras.

Wooji suspiró.

— Ni siquiera he dicho lo que quería decir... —susurró.

Wonho la miró fijamente, con el semblante endurecido.

— Anda, dilo.

Ella asintió levemente y lo miró directo a los ojos.

— Vas a volver a tu país de origen y celebrarás la boda como se debe: con tu familia. —los chicos la vieron sorprendido— Y no es una pregunta, Wonho. Vine aquí para hacer los preparativos contigo y tu esposa, porque aunque estés molesto sigues siendo parte de esta familia y en esta familia hacemos las cosas como se deben.

Wonho se quedó en silencio sin poder despegar su mirada de ella, pero su mente perdida en aquel abrazo que había recibido hace minutos.

Necesitaba un poquito de esa paz que había sentido allí.

¿Por qué en los brazos de Hyungwon todo parecía estar perfecto y afuera todo parecía estar mal?

¿Por qué?

Cagadas que no debes cometer:

#27) No te enamores de tu farsa.

Algun día todo el control se saldrá de tus manos.

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