❷❻

Su mirada viajaba al ritmo que el delgado se movía por la cafetería y sinceramente no estaba prestando ni la mínima atención a la charla que su madre tenía con Dasom.

Simplemente estaba sentado allí en la mesa de la cafetería fingiendo ser un esposo agradable, sintiéndose mal porque verdaderamente no lo era.

Su real esposo estaba trabajando incansablemente, turnandose con el cocinero y el mesero ayudante, mientras él estaba allí sentado al lado de su esposa falsa, fingiendo tener una charla con su madre.

La mirada de la mujer se posó sobre el distraído chico.

— ¿Pasa algo? —las miradas de ambos jóvenes se posaron en la mujer mayor— ¿Algún problema, Wonho?

Él rápidamente arregló su postura y carraspeó.

— Eh... No. —respondió con indecisión— Es solo que pienso que debemos ayudar un poco a Hyungwon.

Ambas mujeres desviaron su mirada hacia el delgado y Dasom encontró la oportunidad perfecta para escapar de la atmosfera extraña en la que había sido obligada a sumirse.

— ¡Yo voy! —se ofreció casi contenta y Wonho la miró con los ojos entrecerrados, sintiendo la traición abofetearlo— hasta pronto, suegrita.

Ella se fue tan rápido como pudo, dejando solo al dúo de madre e hijo, pero aún después de mucho silencio, ellos se quedaron viendo fijamente, como si no supieran iniciar una verdadera charla.

Era extraño porque siempre habían sido apegados, pero en esa ocasión había una brecha inexplicable separandolos.

En ese momento Hyungwon pasó por su lado y la mujer aprovechó a tomar el brazo del delgado, sorprendiendolos a ambos.

— Toma asiento, Hyungwon. —le pidió con tranquilidad— te ves cansado.

El delgado se rió nervioso y tomó asiento al lado de Wonho, donde Dasom había estado segundos antes de escapar.

La mujer los miró fijamente por varios segundos, inexpresiva, como si pudiera leerles hasta el alma.

Pero luego suavizó su semblante y sonrió.

— ¿Y bien? —movió un poco del jugo que tenía en su vaso— ¿tienes a alguien especial para invitar a la cena familiar? —la pregunta los tomó por sorpresa a ambos y Hyungwon no sabía que decir, entonces ella se apresuró a continuar— es decir, si no hay alguien también lo comprendo...

El tono que utilizó hizo que Hyungwon frunciera el ceño con un poco de molestia.

— ¿A que te refieres? —se cruzó de brazos.

La mujer arqueó una ceja y luego degustó del último trago de su bebida.

— A que seguramente no tienes a nadie. —se encogió de hombros— es decir, si te gustan los chicos hace que todo sea complicado, porque debes encontrar más gente... Como tú.

La molestia de Hyungwon se intensificó.

— ¿Así que te molesta? —apoyó los codos sobre la mesa ante la sorprendida mirada de Wonho que no sabía cómo reaccionar a la explosiva charla— ¿eres una de los tantos que se creen superiores?

La mujer sonrió.

— En lo absoluto. —respondió— me refiero a que tu hermana se casó primero por una razón...

Hyungwon se rió con sarcasmo y se puso de pie.

— Disculpa, estoy ocupado. —tomó el jarrón con jugo— Y para tu información, sí... Si tengo a alguien a quien llevar a la cena.

Sonrió con molestia y comenzó a caminar hacia una mesa en especifico: la mesa donde por casualidad se encontraba Samuel.

— ¿Quieres jugo? —dijo en un disimulado susurro sorprendiendo al hombre quien se había mantenido entretenido en su celular, tras unos segundos de silencio decidió volver a preguntar— ¿Quieres o que?

Él hombre sonrió y dejó el celular sobre la mesa.

— Claro. Aunque solo venía por un almuerzo, supongo que esto debe ser como un bono... —le señaló la silla de enfrente a manera de invitación— toma asiento, si gustas.

Hyungwon miró de reojo hacia la mesa donde se encontraba su jodida suegra y su jodido esposo.

Entonces sin pensar demasiado, tomó asiento dándoles la espalda y comenzó a vertir un poco del delicioso jugo en el vaso de Samuel.

— Estas sorpresivamente solo... —masculló entre dientes, fingiendo que eso le importaba.

El hombre sonrió y bebió un sorbo del jugo.

— Y tú sorpresivamente hablándome... —se encogió de hombros— ¿por qué siento que ha sido muy oportuno para ti el hecho de que viniera solo?

Hyungwon bufó sin poder quitarle la razón.

— Escucha, eres un maldito inoportuno y siempre lo has sido... ¿Lo sabes verdad? —el asintió con una sonrisa mientras bebía del jugo— Bien, hay una persona que está metiéndome en un gran problema y necesito de tu maldita ayuda para que pare de molestar.

Samuel arqueó una ceja.

— Quizá te refieres a cierta señora de cabello corto y rizado que no deja de vernos... —Hyungwon asintió molesto— ¿tu suegra? —el delgado soltó un largo suspiro y terminó asintiendo de nuevo— Así que tu suegra no sabe de vuestro matrimonio aunque sea falso... —susurró pensativo— Uh... Está jodido.

Hyungwon rodó los ojos.

— Ya sé que está jodido y estoy necesitando a alguien que finja ser mi pareja y... —bufó con molestia— aunque odie admitirlo, eres el único a quien se lo pediría.

Samuel sonrió tranquilo.

— Oh, que bebito.  —tomó su mejilla y la apretó entonces Hyungwon intentó apartar su mano para deshacer la caricia— No lo hagas, Hyungwon. —le regañó— Nos están viendo y si quieres que te crean, debes comportarte como tal.

El delgado bufó con molestia dándole la razón nuevamente, entonces tomó su mano y la apartó con más suavidad de la que quisiera y se puso de pie.

— Mantén tus límites. —masculló con molestia— Sólo será por esta noche.

El extranjero asintió tranquilo.

— Seguro. —volvió a beber del delicioso jugo— y...

Hyungwon frunció el ceño.

— ¿Qué? —cuestionó, aún molesto.

Samuel se puso de pie y acarició su cabello.

— ¿Qué hay para mí a cambio? —hizo un puchero sin dejar de acariciar a Hyungwon.

La molestia de Hyungwon aumentó.

— Mira, no me jodas. —suspiró casi arrepintiéndose de haberle pedido algo a ese tipo— Te daré un almuerzo gratis o quizá dos. Es todo, así que si no te parece, puedes declinar la propuesta aquí mismo, no importa.

Samuel se quedó pensativo y asintió.

— Dos almuerzos me parecen bien... —sonrió dulcemente— pero si los compartimos.

Hyungwon rodó los ojos.

— Hecho. —susurró.

El novio falso sonrió y volvió a tomar asiento, entonces tomó una de las manos de Hyungwon y le dio un beso en cada una.

— Entonces te veo esta noche... "cariño" —el delgado se sorprendió ante lo fácil que fue convencer a Samuel.

Así que simplemente asintió pensativo y su enojo se esfumó por alguna razón.

— Bien... —susurró— te paso la dirección luego.

En ese momento el mesero llegó con el almuerzo de Samuel y él aprovechó la oportunidad para irse de esa mesa.

Estaba realmente pensativo por todo lo que había pasado, pero al recordar las palabras de la mujer, su enojo volvió a crecer en su pecho así que avanzó directamente hacia la cocina sin voltear hacia la mesa de ellos.

Si lo hubiera hecho, se hubiera dado cuenta que el color natural de la piel de Wonho fue reemplazado inevitablemente por un jodido color rojo de molestia.

Su cara ardía por alguna razón y todo lo que quería en ese momento era levantarse de su silla y volver a golpear el rostro de ese tipo que le sonreía de manera victoriosa desde otra mesa de la cafetería.

Se atrevió a tocar el lindo rostro de Hyungwon y también su sedoso cabello y él no podía hacerlo.

Hyungwon era... Suyo.

Sólo suyo.

Cagadas que no debes cometer:

#26) No demuestres tus celos.

Alguien puede verte.

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