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Con la rapidez de un leopardo cazando a su presa deshizo el leve abrazo, empujó a la mujer fuera del departamento y cerró la puerta casi en su cara, dejando anonadados a todos los presentes.

Hyungwon abrió sus ojos en sorpresa.

— ¡W-Wonho! —gritó el delgado avanzando hacia él con paso rápido— ¿por qué demonios echas a tu madre de esa manera?

El pobre Wonho aún estaba pálido y su expresión de terror podría hacer pensar a cualquiera que había visto a un fantasma y no a su propia madre.

Dasom avanzó hacia ambos con mucha molestia y se dirigió directamente a la puerta, no sin antes darle un buen golpe en la cabeza a Wonho.

— Deja de actuar como un pendejo. —masculló entredientes y finalmente abrió la puerta, dejando ver a una confusa señora del otro lado, por lo que puso su mejor expresión y miró a la mujer— Désolé, Madame... Por favor, pase. —sonrió amablemente dejando entrar a la mujer con su maleta y cerró la puerta tras de ella.

Las cuatro personas se miraron entre sí, sin saber cuál era el punto de partida de la inevitable conversación que se venía.

Pero para sorpresa de los gemelos, la mujer parecía estar en su propia casa, tomó asiento sin que nadie se lo dijera y miró a los chicos con una sonrisa, como si no hubiera pasado nada.

— ¿Y bien? —miró al asustado Wonho que seguía aferrándose a la camisa de Hyungwon como si su vida dependiera de ello— ¿Es todo lo que tienes para decir después de tanto tiempo sin ver a tu madre? —arqueó las cejas— ¿no vas a presentarnos?

Hyungwon miró a Wonho y le hizo una señal para que avanzara hacia su madre y así lo hizo.

— Lo... Lo siento mamá... —sonrió nervioso y se sentó a su lado— es solo que no puedo creer que estas aquí...

Volvió a reír con nerviosismo mientras se rascaba la cabeza.

Entonces su madre tomó sus manos y le sonrió.

— ¿Cómo es posible que no estuviera con mi bebé en este día? —Wonho la miró con confusión y ella negó con la cabeza sin poder creer que su hijo fuera tan tonto— es tu cumpleaños, hijo.

El rostro de todos pareció sorprenderse, incluso el del mismo cumpleañero que debido a sus nervios por la entrevista había olvidado hasta el día de su nacimiento.

— Oh, mierda... —se rió un poco ayudando a su cuerpo a relajarse de la tensión de momentos atrás— lo olvidé por completo. Te dije que era un hombre ocupado en un país extranjero. —sonrió hacia su madre— No debiste venir mamá, no era necesario que hic...

— Oh, claro que era necesario... —el tono de voz de la mujer cambió radicalmente sorprendiendo de nuevo al resto de personas quienes observaban con terror como la mujer giraba el anillo en el dedo anular de Wonho— era muy necesario, ya que mi propio hijo me ha ocultado algo tan grande como su matrimonio. —comenzó a limpiar unas inexistentes lágrimas demostrandole a Dasom que si había una reina del drama presente, era ella— ¿Cómo pudiste?

Wonho soltó el aire que había contenido desde que la mujer comenzó a hablar y sinceramente su lengua pesaba como 3kg dentro de su boca.

Estaba teniendo justo la misma platica que había evitado por meses.

— Mamá... Yo... —antes de que pudiera decir algo, fue interrumpido de nuevo por su madre.

— Shh, calla Wonho, cero explicaciones y más presentación... —dio unos suaves aplausos y se acomodó en la silla como si se tratara de una niña de cuatro años— ¿Y bien? Aquí hay una suegra ansiosa queriendo conocer a la única persona en la tierra que hizo que este tonto se comprometiera, y también a los únicos amigos que lo soportan. —miró a su hijo con fingida inocencia— Sin ofender, mi amor.

Wonho gruñó exasperado.

— Gracias. —rodó los ojos por el insulto de su madre y se puso de pie— iré a traer algo de beber...

Se levantó del sofá y comenzó a caminar en alguna dirección, sentía que necesitaba pensar y sinceramente la incomodidad lo estaba carcomiendo desde dentro.

La señora se quedó en el sofá, viendo como su hijo estaba extrañamente molesto por alguna razón y ni siquiera había preguntado cosas como el hecho de por qué lo dejaron sin ayuda en un país extranjero, parecía estar más preocupado por otra cosa que no fuera él mismo.

La tensión seguía aumentando y Dasom no quería seguir sintiendola, así que amablemente se acercó a la señora y extendió la mano mientras sonreía.

— Hola, eres muy linda. —se tomó el atrevimiento de tocar el sedoso cabello de la mujer— Lamento si mi acento es un poco extraño, pero como ya sabrás soy francesa. —la mujer asintió complacida de ver la linda muchacha que tenía delante— ¡Oh! Por cierto... —se puso una mano en la frente al darse cuenta de su error— tú querías conocer a la pareja de tu hijo, ¿no es así?

Hyungwon abrió los ojos en sospresa y negó disimuladamente hacia su hermana para que parara con la tontería.

— ¡Claro! Estoy ansiosa de saber que pasaremos tiempo tiempo en familia —sonrió contenta hacia la joven.

Hyungwon seguía intentando comunicarle a su hermana que se detuviera, pero ella seguía ignorandolo.

— ¡Pues está aquí! Su nombre es Hyun...

— ¡Na! —gritó Wonho dejando caer su vaso con agua al suelo e interrumpiendo a Didi.

Su madre frunció el ceño y Hyungwon solo podía sentir que podría desmayarse en cualquier momento, los jodidos dramas familiares siempre superaban a los de telenovela.

— ¿Na qué? —su madre se quedó mirando fijamente el comportamiento extraño de su hijo quien sólo quería que se lo tragara la tierra— ¿Wonho?

Wonho suspiró y avanzó con una sonrisa fingida hacia su cuñada.

— Este... —se rió bajito— es que yo quería presentar a todos... —su madre asintió restandole importancia a su comentario y esperando pacientemente una respuesta que no tardó en llegar, eso sí, muy disfrazada— Hyun... Na, ¡Hyuna! —soltó con un tono emocionado— le digo Hyuna... De cariño.

Todos lo vieron con cara de "what the fuck" sobre todo cuando Hoseok buscó la mano de Dasom rogando al cielo para que no le diera una cachetada.

Y fue entonces cuando los gemelos comprendieron su ingenioso pero mentiroso plan.

Su madre relajó el semblante y al contrario de lo que pensaron, se puso de pie y abrazó a la chica con una efusividad rebosante.

— ¡Oh, Hyuna! ¡Lo sabía! —abrazó a la confusa joven— ¡Sabía que mi bebé no iba a buscar cualquier francesa y se olvidaría de sus raíces! —se separó de la asustada muchacha y le extendió su mano una vez más— Soy Wooji...

Por un breve momento Didi pensó en sacar su personalidad a flote y decir la verdad.

Pero una mirada a su alrededor fue suficiente para saber que esa sería una decisión más que egoísta.

Su amigo, su único amigo Wonho esperaba que ella lo defendiera de un problema innecesario, sobre todo en su cumpleaños y después de todos los problemas que tuvo que pasar por buscar su felicidad.

Su hermano, su querido HyungHyung estaba enamorado de Wonho, lo sabía bien... Y el hecho de separarlos solo haría que su HyungHyung tuviera que pasar por mucho tiempo de sufrimiento de nuevo, no se lo merecía.

Y luego estaba aquella mujer, un poco más baja que ella, casi con las mismas facciones que Wonho excepto por su corto pelo que caía ondulado sobre sus hombros, sus pequeños ojos ilusionados que debido a la sonrisa que mantenía apenas podían abrirse y su amable mano esperando paciente por un saludo que anhelaba.

¿Qué más podía hacer?

Puso su mejor sonrisa y estrechó a la mujer en un cálido abrazo que no tardó en ser correspondido.

Y por primera vez desde la muerte de su abuela, pudo volver a sentir el abrazo de una madre.

Hyungwon seguía hiperventilando sin tener mucha idea de lo que estaba ocurriendo, pero decidió seguirles el juego a la falsa pareja.

Una vez que el efusivo abrazo entre mujeres terminara, Wonho sintió que volvió a la vida.

— Mamá... —apartó a Dasom llamando la atención de la mujer, entonces Wonho miró a Hyungwon con una sonrisa involuntaria, puso su mano con suavidad en la espalda del delgado y lo invitó a dar un paso al frente— Él es su hermano, Hyungwon o como le decimos de cariño "HyungHyung".

Las miradas de ambos muchachos se encontraron entre sí y sonrieron por el sobrenombre, aún así Hyungwon extendió su suave mano hacia la sorprendida mujer.

— Ignora a Wonho, dime Hyungwon. —susurró  y la mujer tomó su mano con amabilidad— también me disculpo si mi acento es extraño. —suspiró al ver el rostro sorprendido de la mujer, sentía que su mirada estaba traspasando su alma— y bien... ¿Cenaste algo ya? Puedo preparar algo si gustas...

Wonho asintió con una sonrisa.

— Deberías probar su comida, Hyungwon hace la comida más deliciosa de todo Francia. —se tocó el estómago— ah... Ya me dio hambre de nuevo.

La mujer sonrió con tranquilidad.

— En realidad ya comí, me gustaría poder descansar... —suspiró— ¿donde voy a dormir?

Ellos se miraron entre sí sin tener una respuesta concreta a esa pregunta.

Wonho no tenía un lugar propio, vivía con Hyungwon pero gracias a su mentira tampoco podía dejar fuera a Didi y tampoco podían quedarse los cuatro porque sólo había una cama.

Dasom tenía su bonito apartamento que compartía con su novio, pero Wonho tendría que irse con ella gracias a su mentira, aunque tampoco quería dejar a su mamá con Hyungwon porque sabía que iba a hostigarlo. Y tampoco podía mandar a Hyungwon con Dasom ya que el apartamento era precisamente de Hyungwon y la cafetería quedaba en el edificio de al lado.

Sin duda su cabeza comenzó a hervir como agua para café gracias a sus pensamientos, pero una vez más Dasom salvó la noche.

— ¡Dormirás conmigo! —sonrió emocionada— lamentamos no tener más espacio para quedarnos en familia, pero como comprenderás, apenas venimos empezando y solo tenemos un apartamento pequeño pero muy lindo, seguramente va a gustarte... —Didi tomó la maleta de la señora y comenzó a caminar en dirección a la puerta— Wonho puede quedarse con HyungHyung, ¿verdad cariño?

Wonho asintió levemente, terriblemente incómodo por el sobrenombre que ella usó.

— Sí... —susurró y carraspeó su garganta cuando Hyungwon le dijo disimuladamente que cambiara el semblante— Además, prometí ayudar en la cafetería en mis tiempos libres así que... —sonrió sin saber como terminar la frase— buenas noches mamá, espero que Hyuna te trate muy bien en casa.

La mujer asintió sonriente.

— Gracias por tanto, cariño. —lo abrazó— lamento no haber llegado más temprano para poder festejar pero ya que entramos en confianza, podemos salir a cenar en familia mañana, ¿Qué les parece?

Ellos se miraron entre sí y asintieron gracias al poco ánimo que daba contradecir a la imponente mujer.

— Yo creo que está bien... —comentó el avergonzado Hyungwon— supongo que tienen mucho de que hablar.

Sonrió con nervios y la mujer comenzó a caminar hacia afuera, donde Dasom esperaba por ella, con la esperanza de poder librar a sus chicos de tan peligrosa y vergonzosa situación.

— Buenas noches hijo, buenas noches Hyun... —hizo una breve pausa— HyungHyung...

Ambos sonrieron y se despidieron de ella moviendo su mano.

Y en cuanto la puerta se cerró soltaron todo el aire que habían estado conteniendo.

— ¿Por qué da tanto miedo? —cuestionó el nervioso Hyungwon dejandose caer en el sofá y agarrando su fría comida— La comida está más helada que mis manos en este momento.

Wonho se rió sentándose a su lado y tomando su propio plato de comida también.

— Da miedo porque escondemos algo ¿no crees? —Hyungwon se encogió de hombros dándole la razón y Wonho suspiró— perdón por meterlos en tanto problema...

Hyungwon apartó su mirada del plato de comida y notó que Wonho ni siquiera había probado la suya, simplemente estaba allí recostado en el sofá viendo al techo y seguramente pensando en mil cosas.

— Deja de pensar en tonterías... —le regañó— el ramen está enfriandose más...

Wonho suspiró y sus ojos se humedecieron por alguna razón.

— Soy un pésimo hijo... —susurró con la voz ronca— le he mentido, joder. —volvió a suspirar ante la atenta mirada de Hyungwon— No sé qué voy a hacer cuando se entere, lo peor es que te metí en esto y también metí a Dasom y eso puede traerle problemas con su novio, ni siquiera tengo dinero ahora, no puedo pagarles nada de lo que hicieron y sigo endeudand...

Sus palabras fueron silenciadas de la mejor manera que existe.

Los labios de Hyungwon se posaron sobre los suyos con la suavidad de un pétalo.

Embriagantes, más que cualquier vino.

Lograron acariciar su tacto pero también un pedazo de su alma que a cierto punto, anhelaba ser amada.

Y aunque duró apenas unos segundos, el tiempo pareció pasar en cámara lenta.

Hyungwon se separó de él con lentitud mientras una sonrisa iba pintandose en su rostro, dándole un aspecto tierno, como si fuera un bebé que recién hacía una travesura.

Al fin cerraste la boca... —soltó una risita y acarició su mejilla— He dicho que no pienses en ello. —soltó su mejilla y dirigió su mirada al plato de comida nuevamente— Además... Mañana te prepararé un pastel y hundiré tu cara en él por no haberme dicho algo tan simple como tu fecha de nacimiento para haber hecho una celebración decente...

Y entonces Wonho sonrió.

Había algo diferente en ese chico que estaba allí a su lado tranquilamente disfrutando de un ramen.

Pues aunque simplemente estuvieran compartiendo un ramen, el momento se sentía más especial que nunca, sobre todo después de ese pequeño beso.

Si le dieran a elegir un deseo, pediría la presencia de Hyungwon envuelta en un lazo, pero no pedía nada porque ya tenía lo que quería.

La compañía de su HyungHyung era un regalo que nunca podría comprar con dinero.

Aunque... Eso no significaba que los problemas habían llegado a su fin.

Cagadas que no debes cometer:

#25) No intentes esconder lo que se ve a simple vista.

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