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Escuchaba una melodía a los lejos.

Una muy suave melodía.

Se sentía como estar dentro de una película, una de esas que te ponen tan sentimental que te dan ganas de llorar. La melodía comenzó a escucharse con más claridad, así hasta que gradualmente se escuchó fuerte y clara en sus oídos.

Entonces despertó.

Sus ojos intentaron acostumbrarse a la iluminación diurna y se estiró perezosamente en la cama mientras intentaba entender su entorno.

Notó que estaba en una cama que no era la suya, frunció el ceño y se giró, pero ver a Hyungwon a su lado fue suficiente para recordar el motivo de porqué estaba allí.

Continuaba en su luna de miel, si es que se le podía llamar así.

— Es como un deja vu... —susurró Hyungwon viendo al techo.

Entonces él frunció el ceño.

— ¿Deja vu? —se levantó un poco y apoyó su codo sobre la cama— ¿es normal para ti despertarte casado con un tipo extranjero que duerme como a tu lado como si no hubiera un mañana en una luna de miel obligatoria?

Se rió mientras Hyungwon volteaba levemente para verlo, motivado por el sonido de su voz.

— Oh, Wonho... ¿Te desperté? —Wonho negó sonriente y Hyungwon volvió a ver al techo, borrando la leve sonrisa que se había formado en sus labios segundos atrás— sobre el deja vu... No sabía que estaba pensando en voz alta. —suspiró— pero me refería a la canción, hace un año en esta misma fecha también estaba sonando en mi reproductor a esta misma hora...

Wonho lo miró, sorprendido.

— Una extraña coincidencia... —Hyungwon asintió levemente— ¿Cómo es que recuerdas tan bien lo que pasó hace un año? Yo no recuerdo ni que fue lo que cené anoche.

Hyungwon soltó una leve risita.

— Esa canción se llama Toutes ces choses... —el mayor se quedó un poco preocupado al escuchar el sonido triste de su voz— tengo buena memoria aunque no lo parezca, pero... La razón por la que recuerdo bien ese día, es porque era mi cumpleaños —Wonho se sorprendió— aunque ahora que lo pienso, no ha sido un deja vu como tal... —susurró mirando a Wonho con una sonrisa que parecía ser más un intento de sonrisa— ese día mientras escuchaba la canción estaba llorando amargamente y no estaba acompañado... —negó levemente— además fui yo quien la puso porque quería desahogarme y llorar, no apareció de repente porque a alguien se le olvidó apagar el reproductor después de la borrachera...

Wonho se rió.

— Bueno, creo que ambos estábamos un poco mal ¿no crees? —Hyungwon asintió sonriente y volvió a mirar al techo— no tenía idea de que hoy era tu cumpleaños... —se lamentó. Después hizo una pausa y por un momento quiso preguntar el motivo de tanta tristeza, pero cayó en cuenta de que ya había pasado un año y quizá traer esos temas al presente solo amaragarían otro cumpleaños de Hyungwon— Lo lamento, y felicidades...

Le sonrió y Hyungwon se encogió de hombros levemente.

— No tiene importancia, no es como que tenga recuerdos agradables de mis cumpleaños... —suspiró haciendo el amago de levantarse de la cama— además es tarde, debería hacer el almuerzo y dejar de pensar en tonterías.

Mientras hablaba se levantó de la cama con mucha dificultad y Wonho frunció el ceño ante eso.

— ¿Te sientes b... —antes de que pudiera terminar de preguntar, el delgado cayó al suelo sin que él pudiera hacer nada— ¡Hyungwon! —gritó saliendo de la cama como un loco para poder ayudarle— ¡¿Hyungwon?! —tomó el delgado cuerpo inerte y en cuanto lo tocó, sintió su piel arder tanto que quemaba.

Rapidamente buscó el rostro del menor y le tocó la cara, confirmando que tenía una fiebre muy alta y que se había desmayado debido a la propia debilidad.

Lo levantó del suelo y volvió a ponerlo sobre la cama, entonces corrió al baño a conseguir un poco de agua y una toalla húmeda que no tardó en colocar en la frente de Hyungwon.

Wonho se sintió triste, esas no eran las condiciones adecuadas para que alguien pasara su cumpleaños.

Pasó la toalla mojada sobre la cara de su esposo, casi con desesperación.

Entonces él volvió en sí y suspiró, como si estuviera decepcionado de sí mismo.

— Soy patético... —fue lo primero que dijo al recuperar la conciencia, pero Wonho sonrió aliviado de escuchar su susurro, era agradable saber que había regresado.

— Lo eres, pero debo perdonartelo... —bromeó con él para animarlo— ¿por qué no me dijiste que te sentías mal?

Humedeció un poco más la toalla y la volvió a colocar sobre la frente de Hyungwon.

— Porque no es para tanto... —cerró los ojos sintiendo el agua más fría de lo que en realidad era— solo tráeme una pastilla y en cuanto pueda moverme iré a hacer el almuerzo y nos vamos a la cita o llegaremos tarde...

Wonho lo vio casi molesto.

— Por Dios olvida la puta cita con el cónsul... —Hyungwon abrió los ojos, sorprendido por el tono de voz y las palabras que usó— es tu cumpleaños y aparte estas enfermo... No vamos a ir a ningún lado ¿me escuchaste? —al ver el semblante decidido del mayor, Hyungwon asintió con un deje de tristeza, sintiéndose un poco culpable de arruinar los planes de los demás, entonces Wonho se sentó a su lado y acunó su rostro— mira, sé que no es el mejor cumpleaños ¿vale? Quizá pudiste estar mejor y quizá la fiebre también ha sido mi culpa, pero... Ya que todo ha pasó de la manera que ha pasado, entonces creo que vale la pena intentar hacer algo... —suspiró y volvió a humedecer la toalla— no soy bueno en estas cosas... Es más, soy un desastre, no sé hacer grandes platillos de la cocina francesa y estoy totalmente en la quiebra... Pero puedo prometer que haré el mejor ramen instantáneo del mundo y me quedaré aquí a tu lado, viendo todas las películas que quieras ver... O repitiendo Toutes ces choses todo el día...

Hyungwon sonrió conmovido y asintió.

Entonces Wonho se fue a la cocina rápidamente para poder preparar lo único que sabía hacer con exactitud.

Mientras que el delgado se quedaba solo en la habitación, algo dolía en su corazón. Quería llorar, quería desahogarse y contar todo aquello que lo hería desde hacía mucho tiempo.

Pero no podía, no en esos momentos.

A los pocos minutos Wonho apareció en la habitación con el ramen instantáneo que había prometido, un par de pastillas y con un buen vaso de agua.

— Para no poder moverte, te mueves muy rápido... —susurró al ver a Hyungwon terminando de ponerse la camiseta con dificultad— aunque es mucho mejor que estés abrigado y no con una simple bata —Hyungwon ladeó una sonrisa, sin ánimos de contestar, entonces Wonho acercó la comida a él con mucho cuidado— come, está delicioso...

Hyungwon intentó tomar el recipiente, pero sus extremidades dolían como el infierno, así que decidió que simplemente comenzaría a comer algo mientras Wonho lo detenía, pero tampoco fue capaz de hacer algo tan simple.

Entonces sintió ganas de llorar.

— No puedo hacerlo... —susurró al borde de las lágrimas— soy un... —antes de que continuara despreciandose a si mismo, Wonho se tomó la tarea de tomar un poco de ramen para él, lo sopló con mucho cuidado de enfriarlo lo suficiente y luego acercó el bocado a su boca con una sonrisa.

Él lo miró totalmente conmovido, a esas alturas le era muy difícil no llorar, sin embargo tomó el bocado y comenzó a masticar con lentitud.

Entonces Wonho tomó un bocado para él y sacó de su bolsillo el control remoto que en alguna ocasión pelearon, tocó un par de botones y se encargó de poner Toutes ces choses de nuevo.

— Para el próximo año, cuando despiertes y está canción esté sonando en tu reproductor por algún motivo, quiero que pienses en ella como la canción que estaba de fondo mientras comía ramen en una luna de miel obligatoria conmigo... —sonrió— ya no quiero que sea recordada como la canción del recuerdo triste ¿vale? —Hyungwon agachó su cabeza y asintió— por cierto... ¿Qué dice?

— La vie c'est toutes ces choses... —sollozó sin poder contener las lágrimas emotivas— faite de petits riens... —levantó la mirada y la posó en Wonho, que lucía triste como si se estuviera arrepintiendo de haber preguntado— La vida es todas esas cosas... —sonrió entre lágrimas dejando que Wonho se las limpiara— hecha de pequeños trozos de nada...

Wonho se sintió profundamente afectado por ver a Hyungwon de esa manera, sabía que si alguien tan fuerte como él se mostraba tan vulnerable era porque verdaderamente algo lo hacía sufrir mucho.

Hyungwon se tapó el rostro con sus manos y sollozaba de vez en cuando, delatando lo débil que se encontraba. Entonces aunque nunca fuera alguien bueno para esos momentos, por primera vez Wonho supo que debía hacer algo.

Puso el tazón en la mesita de noche y suspiró, se subió a la cama y apartó las manos de Hyungwon de su rostro.

Los húmedos y tristes ojos de Hyungwon lo miraron un poco sorprendidos, pero antes de que pudiera siquiera cuestionar algo, él se acercó y envolvió su delgado cuerpo en un abrazo que quemaba, literalmente. Pero que valía la pena en cada segundo de tiempo, así que no le importaba derretirse en ese momento.

Hyungwon correspondió al abrazo lentamente y sin poder detener sus lágrimas, comenzó a llorar en el pecho de Wonho.

Ya no estaba llorando por dolor, también dolía que su consuelo solo fuera uno temporal, uno que en cuanto obtuviera lo que necesitaba, iba a dejarlo de lado.

Pero eso era lo que tenía y era mejor que nada.

Su llanto fue cesando paulatinamente conforme los minutos pasaban y la bonita canción de Céline Dion se repetía de fondo, hasta que su debilidad lo obligó a quedarse dormido una vez más. Entonces Wonho notó una pequeña marca de un chupeton en el cuello de Hyungwon, producto de la noche anterior y por alguna razón, sonrió. Pero su mirada volvió a posarse en el rostro de su acompañante y pudo observar el mismo rostro tranquilo de la noche anterior, pero esta vez tenía rastros de lágrimas en sus mejillas y definitivamente no le gustaba.

Hyungwon le había dado una valiosa lección al mostrarle a la misma persona desde perspectivas diferentes.

Pero él también aprendió algo importante de sí mismo cuando sintió que podría hacer cualquier cosa por borrar esas lágrimas y devolverle el rostro de tranquilidad que había visto la noche anterior.

Cagadas que no debes cometer:

#18) No pases demasiado tiempo con una persona que tiene el corazón roto.

Puede que en tu interior se despierten intenciones de ser tú la persona quien lo repare y ese proceso nunca es fácil.

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