❶⓿

Ante el mensaje de texto que Wonho le envió, salió de su apartamento un poco perezoso, notando que ya era casi medianoche.

Maldijo internamente por no haberle dicho a Wonho que se aprendiera la dirección de su apartamento para que pidiera un taxi. Y aunque a regañadientes, decidió que iría a traerlo, pues también estaba muy curioso por el resultado de la primera cita y también de la propuesta.

Viajó en la motocicleta a través de las más concurridas calles de París, en busca de aquel tonto que poco a poco se había convertido en su amigo. Había mucha gente por todos lados y se notaba claramente el ambiente de un sábado en la noche pero se sentía un poco extraño y fuera de lugar allí, porque nunca salía a ese tipo de lugares a esas horas.

Se estacionó delante del lujoso restaurante que parecía estar casi totalmente vacío, se extrañó de notar que Wonho no estaba dentro, así que sacó su celular y rápidamente le envió un mensaje de texto exigiéndole su ubicación exacta.

Se sentía molesto solo de pensar en que la cita pudo haber llegado a algo más y que Wonho estuviera en algún lujoso hotel con su prometida y él como un imbécil buscándolo en la calle a medianoche.

Esperó un par de minutos, pero se puso el casco nuevamente al no recibir una respuesta y puso la motocicleta en marcha nuevamente, pues no iba a perder más tiempo esperándolo. Aunque justo a unas cuadras del restaurante, notó a alguien sentado afuera de una tienda de conveniencia y pensó en que era muy tonto que alguien estuviera recibiendo el aire frío de esa noche, en un lugar tan ridículamente absurdo.

Pero al fijarse mejor, supo que solo a un extranjero tonto se le podía ocurrir eso y que ese tonto era su amigo, visiblemente decepcionado de la vida.

Suspiró y se detuvo frente a él, lanzandole una mirada de preocupacion al ver su estado tan deplorable.

— ¿Wonho? —él levantó su rostro ante el susurro de Hyungwon y lanzó suavemente la botella que tenía en la mano para finalmente dirigirse a la motocicleta, sin mencionar una palabra— ¿Estas bien? —no recibió ninguna respuesta a cambio.

Wonho simplemente agarró el otro casco que Hyungwon tenía en su mano y se lo puso.

— Llévame al lugar menos ruidoso y más solitario de París... Por favor... —su voz parecía molesta o quizá decepcionada.

Entonces Hyungwon asintió y cumplió su deseo, yendo justamente a un lugar de área verde que estaba seguro que sería muy silencioso.

Wonho se mantuvo callado durante todo el recorrido y cuando el delgado se detuvo en el lugar de destino, se sorprendió un poco.

Hyungwon se bajó de la motocicleta y extendió sus manos con una sonrisa tierna pintada en los labios.

— Bienvenido a Parc des Buttes-Chaumont... ¿Te gusta? —susurró y Wonho lo miró extrañado por la repentina actitud.

— ¿Por qué susurras? —miró a su alrededor— ¿Por qué no hay nadie más aquí? —Hyungwon le tapó la boca con una mano mientras que con la otra lo arrastraba hacia una reja que tenían que cruzar.

El francés la cruzó con facilidad y Wonho lo siguió por inercia y sin pensar demasiado en que quizá estaba cometiendo un crimen, entonces ambos caminaron un poco y tomaron asiento debajo de un enorme árbol que había por allí.

Después de un par de segundos en silencio y quizá un poco de tensión, Hyungwon volteó hacia Wonho.

— Me dijiste que querías estar en un lugar silencioso, así que se me ocurrió traerte a un parque vacío... —le sonrió inocente y el mayor lo miró sorprendido— A ver... Técnicamente estamos rompiendo las reglas, pero no se me ocurrió otro lugar silencioso a esta hora en pleno sábado, así que más te vale que guardes silencio si no quieres que los guardias llamen la policía o nos echen de aquí... —lo señaló amenazante.

Wonho casi estalló en una carcajada pero se contuvo y simplemente asintió.

— Si termino preso por tu culpa, voy a matarte ¿Ok? —le lanzó una mirada fingidamente amenazante y recibió un dulce asentimiento a cambio.

Entonces volvió a reinar en silencio, delatando que el estado de ánimo de aquel chico travieso y berrinchudo, no era el mejor en esos momentos.

— Y bien... ¿Cómo ha ido todo? —preguntó con curiosidad y preocupación pero Wonho suspiró como si le pesara la vida— ¿tan malo fue?

Wonho asintió.

— Fue una mierda... —resopló molesto, recostandose un poco en el bien cuidado césped— resulta que la tipa quería muchísimo dinero a cambio —soltó una risa sarcástica— y pensar que gasté mucho dinero preparando todo esto...

Al saberlo, Hyungwon asintió sintiéndose culpable.

— Lo lamento, en parte ha sido mi culpa, te devolveré algo del dinero... —suspiró y abrazó sus rodillas— y ojalá poder ayudarte con algo así, pero... Mi hermana tiene su novio y al parecer todo va en serio, no me gustaría que tuvieran problemas o que pareciera inmoral casarse con otro que no sea con la persona que ama, ella no es de las que mienten... —susurró con tristeza— se toma muy en serio todo lo del matrimonio...

Suspiró un poco triste y Wonho asintió comprendiendolo. No había dicho lo de su hermana en serio pero notó que al parecer Hyungwon si lo había pensado seriamente.

— Que buen hermano eres... —se burló y le mostró la lengua. No es como que se sintiera mejor anímicamente ante lo que el delgado había dicho, pero molestar a Hyungwon siempre lo hacía sentir mejor— seguro el tipo está muy feo y yo siendo rico y siendo despreciado...

Hyungwon estalló en una carcajada y le dio un golpe en el hombro.

— ¡Pero qué vas a ser rico tú! Acabas de gastarte el dinero en una muy mala cita. —rodó los ojos y Wonho se río.

— ¿Y quien mencionó dinero? —arqueó una ceja y puso cara de seducción, ganándose un nuevo golpe y otra carcajada de parte de Hyungwon.

— Maldita sea, no sé porque eres tan... —miró a Wonho por varios segundos, pensativo.

El mayor arqueó una ceja esperando a que finalizara su frase, pero al ver que Hyungwon no tenía intenciones de completarla, decidió "ayudar" con algunas sugerencias.

— ¿Guapo? Ya lo sabía, gracias —hizo un gesto de altanería y Hyungwon rodó los ojos nuevamente.

Jamás se había encontrado con una persona tan narcisista como ese tipo que podía alardear una y otra vez acerca de su apariencia sin una pizca de vergüenza.

— ¡Puff! Ya quisie... —en ese momento notaron la luz de una linterna pasearse por el lugar, muy cerca de ellos y entonces cayeron en cuenta que se habían olvidado de su entorno y habían dejado de susurrar hace mucho— mierda... —Hyungwon se puso de pie y tomó a su acompañante de la mano— ¡Vamonos!

Wonho se puso de pie del tirón y comenzó a correr en la dirección que Hyungwon estaba guiandolo.

La luz de la linterna los buscaba por todos sitios y ellos intentaban esconderse entre la arboleda, hasta que por fin llegaron a la reja y la cruzaron con tanta rapidez que se sorprendieron.

Se agacharon con cansancio, sintiendo sus agitados corazones casi salirse de su pecho, entonces se miraron entre sí y no pudieron evitar romper el silencio con una enorme carcajada.

No sabían porque se reían, quizá por la emoción del momento o quizá porque se sentían felices.

Hyungwon se recuperó un poco después de algunos minutos y caminó despacio hacia su motocicleta.

— Vamonos Wonho —respiró con cansancio y se subió en la motocicleta— demasiada emoción por hoy... —le sonrió y se puso el casco mientras extendía el otro hacia él.

Wonho avanzó hacia la motocicleta y tomó el casco, pero fue hasta ese momento cuando se dio cuenta que el pequeño casco extraño había desaparecido y que el que se estaba entregando en sus manos, era uno igual al de Hyungwon, o quizá mejor.

Lo miró por varios segundos sin saber que decir, estaba más que sorprendido, ya lo había usado sin darse cuenta y sin agradecerle a Hyungwon por un detalle así, había sido descortés con Hyungwon simplemente por la mala noche que había tenido.

Hyungwon encendió la motocicleta y miró hacia atrás notando que Wonho ni siquiera se había puesto el casco aún y que seguía a unos tres pasos de distancia.

— ¿Wonho? —él levantó su mirada del casco y la posó en Hyungwon, pero aún seguía muy conmovido con el gesto— ¿nos vamos?

El conmovido extranjero asintió, se puso el casco y se subió a la motocicleta sin decir una palabra. Entonces Hyungwon puso el vehículo en marcha rápidamente, porque no quería que descubrieran que eran ellos los intrusos, y también porque recordó que era muy tarde y que aún debían volver al edificio.

Se extrañó un poco de ver que Wonho nuevamente parecía pensativo y silencioso, sin embargo no quizo decirle nada porque sabía lo preocupado que estaba respecto al tema de estar ilegal. Así que después de un silencioso rato de transitar por las calles de París, llegaron al complejo de apartamentos donde residían.

Wonho esperó a que Hyungwon guardara su motocicleta y luego ambos subieron las escaleras hacia el quinto piso, en completo silencio.

Hasta que llegó el momento de despedirse.

— Wonho, de verdad lamento lo que pasó hoy... Ya dije que te ayudaré a recuperar el dinero perdido, me siento culpable... —suspiró y miró que Wonho seguía viendo el casco fijamente— ¿Estás b...

Cásate conmigo Hyungwon... —levantó su mirada hacia él con una seguridad impenetrable y Hyungwon se sorprendió en demasía.

— ¿Qué?

Cagadas que no debes cometer:

#10) No tomes decisiones apresuradas, pueden cambiar tu vida para siempre.

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