⓿❽
Se tiró sobre la cama, hundiendo la cara contra las almohadas y comenzó a llorar.
— ¡Me voy a morir Hyungwon! —sollozó con fuerza mientras Hyungwon lo miraba apoyado en el marco de la puerta de la habitación.
Cabe destacar que el menor no tenía ninguna expresión en el rostro por el berrinche del otro, al contrario, estaba totalmente impasible.
— Eh... No, no vas a morirte... —le dijo tranquilamente mientras se encogía de hombros— te metiste en un gran problema si, pero nadie se ha muerto por perder una visa.
El tono despreocupado de Hyungwon irritó a Wonho quien levantó su cabeza de la almohada y lo miró exageradamente adolorido.
— Tú que sabes... ¡Mi papá va a matarme! — volvió a romper en llanto y apoyó su cara nuevamente contra la almohada.
La paciencia de Hyungwon comenzaba a desmoronarse ante tal escenario, pero a pesar de todo, trató de consolar a aquel extraño chico extranjero con el que había tenido un muy mal comienzo.
— Wonho, estoy seguro de que tu padre no va a h...
— ¡Si no me mata él, lo haré yo! —la escena era digna de un bebé haciéndole berrinche a su madre, por lo que Hyungwon no pudo evitar rodar los ojos un poco irritado por la interrupción.
Si lo pensaba mejor, ni siquiera era su problema si Wonho se iba o se quedaba, por lo que dejó de ser el amigo que consuela y pasó a tomar la actitud del tipo frío que te empuja más rápido al abismo.
— Bien... Si eso quieres. —caminó despreocupado hacia él y tomó asiento en la cama— conozco un puente que queda a unos pocos minutos de aquí, se supone que es enorme y que la caída terminaría matandote tan rápido que ni sentirías dolor... —le dio una palmadita en la espalda y luego se puso de pie— vamos ahora, yo te llevo.
Wonho lo miró indignado.
¿Cómo podía una persona decir esas palabras tan fácilmente? ¿Qué clase de monstruo era Hyungwon?
— ¿Estas insinuando que me ayudarías a planear un suicidio sin un poco de remordimiento? —le mantuvo la mirada exageradamente adolorida, contradiciendose.
Hyungwon metió las manos en los bolsillos del abrigo mientras lo miraba de forma impasible, sin retractarse de sus palabras.
— Pues si, estas diciendo que eso es justo lo que quieres —se encogió de hombros despreocupado— y mira, si quedas vivo igual eres noticia nacional y te conceden una residencia permanente... —soltó con una sonrisa dulce.
Wonho seguía estupefacto ante sus palabras.
— Entonces... —su labio tembló haciendo un puchero— ¿t-tú quieres que... me muera? —sus ojos seguían húmedos y su puchero seguía temblando.
Entonces Hyungwon rodó los ojos exasperado por su actitud, no sabía si quería abrazarlo o darle una paliza.
Suspiró y volvió a sentarse en la cama, sintiendo aquella mirada fija sobre él.
— No, idiota... No quiero que te mueras, pero estas insistiendo en que pasará —bufó molesto, dejando de lado su tranquila actitud fingida— no es para tanto.
Wonho sorbió por la nariz y lo miró aún con un puchero.
— Pero y... ¿Qué tal si en el aeropuerto me como algo que tenga veneno? —su rostro parecía preocupado— O... ¿Qué tal me de un infarto? ¿Y si como algo a lo que soy alérgico y no lo sabía?
El delgado lo miró fijamente con una sonrisa que se había dibujado en algún punto de sus tontas preocupaciones, y no sabía cuando, pero su enojo al parecer se había esfumado.
— Eso sería tener muy mala suerte... Además, no creo que algo te haga daño o que estés por morirte... —le señaló el enorme tazón de sopa totalmente vacío que reposaba sobre la mesita de noche de Wonho— yo te veo totalmente sano...
Al seguir con la mirada los movimientos del menor, Wonho suspiró y se sentó en la cama abrazando su almohada, quedándose sin excusas para decir, así que se resignó a enfrentar la situación de una vez por todas.
— ¿Qué debería hacer? —su mirada se perdió en algún punto de la habitación y su mente viajó lejos, más específicamente al momento donde el tipo lo había invitado a la fiesta, y al menos en su imaginación si podía golpearlo— estoy perdido ahora, la cagué muy feo Hyungwon...
Escucharlo decir eso era muy lamentable porque era cierto, por lo que Hyungwon asintió un poco triste. Sentía pena por Wonho, porque a pesar de ser un maleducado berrinchudo, tenía sus momentos buenos.
— Lo correcto sería volver y enfrentarte a tu padre ¿no? —miró a Wonho cautelosamente, pero el negó.
Soltó un fuerte suspiro tan solo de pensar en todos los problemas que tendría al volver de esa forma. No solo tendría que verse obligado por el cargo de consciencia a tomar fuertes responsabilidades, sino que también a ese punto ya habría perdido totalmente la confianza de su madre.
— No es tan fácil, no acabaría allí y puedo asegurarte que se vienen años de tortura... —suspiró— es por eso que me vine, quería huir de esa vida.
Se limpió las lágrimas y el menor asintió levemente a su lado sin saber que más poder aportar, así que se le ocurrió preguntar la única cosa que le hacía falta a esa charla.
— ¿Acaso... —Wonho le dirigió la mirada muy curioso, incitandolo a continuar— es decir... —se rascó el cuello mientras su mente intentaba buscar palabras que hicieran sonar la frase más suave y menos ofensiva— tú... ¿Piensas quedarte ilegal?
El mayor lo miró fijamente por varios segundos y luego miró al suelo, pareciendo muy triste y miserable.
— ¿Qué otra opción tengo? Es decir, descartando la de volver con mi padre... —suspiró y volvió a mirar a su acompañante.
Hyungwon también estaba perdido. Una parte suya quería ayudar a Wonho a resolver la situación de alguna manera, y sabía que si encontraba una forma, lo ayudaría. Pero, ¿de qué forma podría ayudarlo en una situación tan complicada?
— No lo sé... —mencionó antes de morderse el labio inferior— Pero... —se frotó las manos entre sí con nerviosismo, pues no quería incomodarlo con el tema— ¿te has puesto a pensar en las consecuencias de eso? Es decir... Si tu padre se da cuenta, se creará un problema más grande —el mayor asintió triste y Hyungwon suspiró para continuar— además, si no tienes papeles en regla, no podrás encontrar un empleo y tu padre, al ver que no le llegan avances acerca de la universidad, querrá dejar de apoyarte ¿no es así?
Wonho asintió de nuevo y suspiró con más pesadez que antes, entonces se giró y tomó las manos de Hyungwon asustandolo inmediatamente por la repentina acción.
— Hyungwon... T-tú dijiste que si saltaba del puente y quedaba vivo, podría obtener algo ¿no? —el delgado lo miró sorprendido— llévame allá, voy a hacerlo...
Se puso de pie rápidamente con toda la intención de seguir el consejo sarcástico de su vecino, pero afortunadamente Hyungwon tiró de él, provocando que cayera sentado de nuevo a la cama.
— ¡¿Acaso te volviste loco?! —su tono de voz se escuchó más fuerte de lo que debería y estaba seguro de que su naricita estaba arrugada por el enojo— ¿Crees que voy a dejar que te expongas al peligro de esa forma? ¡Tú realmente...! —soltó su brazo descuidadamente y desvió su mirada al darse cuenta que estaba actuando demasiado sobreprotector con un extraño— Debe haber otras maneras...
Wonho agachó la cabeza, pensativo.
— ¿Dejarme golpear por un francés ayudaría? —Hyungwon al verlo así de pensativo, pensó que estaría ideando un plan o considerando seriamente la idea de volver a casa, así que cuando lo escuchó decir tal tontería lo miró y se rió casi con cansancio.
No era una idea descabellada del todo, pero sin duda era ridícula y vergonzosa en su totalidad. Nadie en su sano juicio querría pasar por algo así, excepto Wonho y su torcida mente.
— Si tú lo provocas, no... —respondió con resignación— Y tu eres muy de provocar.
Le dio un pequeño empujón a Wonho haciéndole recordar su primer día en aquel extraño país, cuando definitivamente no estaba siendo nada amable, ni con las personas ni con los objetos.
— Supongo que tienes razón... —suspiró y se dio cuenta que tenía el momento perfecto para soltar una broma de las de su estilo, entonces miró a Hyungwon y ambos sostuvieron sus miradas por varios segundos.
Hyungwon se sintió un poco extraño así que cortó el insostenible choque de sus miradas, luego de eso, bajó su vista hacia el suelo, sintiéndose extrañamente avergonzado por culpa de la descarada mirada.
— Creo que deberíamos pensar en... —su boca automáticamente guardó silencio cuando sintió la suave mano de su vecino posarse en su barbilla y levantar su rostro, con la única intención de volver a chocar violentamente sus miradas, pero esta vez con varios centímetros de distancia menos— ¿Wo-wonho...?
El francés no era del tipo de persona blanda que tartamudeaba por todo, pero por alguna razón, esa persona había roto su barrera de seguridad en ese momento y todo se sintió fuera de lugar en su interior. No le gustaba ser intimidado hasta ese punto, pero tampoco tenía la fuerza suficiente como para levantar su mano y defenderse.
— No solo soy de provocar enfados y molestias, Hyungwon... —susurró muy cerca de su rostro, entonces la respiración de Hyungwon tembló aún sintiendo la mano del mayor acariciarle la barbilla.
Wonho le sonrió y se mordió el labio, entonces Hyungwon aún con su respiración levemente irregular, no pudo evitar dirigir su mirada hacia esos brillosos labios.
— ¿E-enton... ces? —tragó con fuerza cuando miró que la sonrisa de Wonho cambió y su mirada se paseó por su cara, como si lo estuviera inspeccionando.
De repente se sintió avergonzado y vulnerable.
— También soy de provocar... —se acercó a su oído lentamente, haciendo que su corazón palpitara frenético— ¡Cosquillas!
— ¡Ah! —gritó repentinamente por el susto que le provocó el grito de Wonho en su oído y sumado a los dedos tocándole las costillas, provocandole las odiosas cosquillas, no podía soportar más— ¡Wonho, para! Ah... —su vecino se detuvo de hacerle cosquillas mientras se reía, entonces él le lanzó una mirada molesta y avergonzada en respuesta— deberías agregar "dolor de cabeza" a tu lista de las cosas que provocas...
Se arregló la camiseta y recuperó su postura, que había perdido segundos atrás gracias a las malditas cosquillas.
— Oh, vamos... —Wonho bufó— de verdad te pareces mucho a mi abuela... Con ese carácter, seguramente sigues soltero.
Al escuchar el comentario que sonó más como una vieja verdad que como un intento de adivinar, el francés le lanzó una mirada verdaderamente molesta.
— ¿Eso te importa? Creo que tú y yo no somos tan diferentes en ese aspecto... —se puso de pie, dispuesto a irse de regreso a la cafetería sin mirar atrás.
Por su parte, Wonho no iba a negar nada ni a avergonzarse. Era claro que él usaría cada cosa a su favor.
— Tienes razón... —mencionó, deteniendo los pasos del delgado, que incluso se giró para verlo— la diferencia es que yo puedo dejar de estarlo cuando quiera...
Después de soltar tales palabras hirientes en broma, se recostó tranquilamente en la cama, despreocupado. Hyungwon rodó los ojos por su actitud.
— Tú y tu maldito ego me la pelan, haz lo que quieras con tu vida, cásate si quieres... Igual seguramente termines yendote del país tarde o temprano. —cuando escuchó sus propias palabras se detuvo, justo antes de abrir la puerta y entonces volvió a donde Wonho para darle un fuerte golpe en un brazo— ¡Eso es, idiota!
Wonho lo miró extrañado y molesto por el golpe mientras se tocaba el brazo adolorido.
— ¿Ahora que hice? —hizo un puchero hacia Hyungwon y él se dio un facepalm por la mala percepción que tenía su vecino.
— Te estoy dando la solución, idiota... —le sonrió a Wonho y acunó su cara— ¡Cásate con alguien de Francia! Así podrás quedarte...
Wonho lo miró estupefacto.
— ¿Qué coj...
Cagadas que no debes cometer:
#8) No le cuentes tus cosas a alguien que recién conoces, puede darte consejos raros.
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