⓿❻
Bufó con molestia mientras comenzaba a bajar la enorme escalera hacia la salida.
— Por Dios papá... He estado incomunicado por una semana gracias a que este edificio no tiene WiFi, no he ingresado a mis redes sociales y justo cuando consigo tener mi celular te llamo a ti primero... Y me sales con esto... —acomodó su bufanda nueva alrededor de su cuello mientras escuchaba a su padre darle el sermón acerca de la responsabilidad y las desventajas de las fiestas— que sí papá... Te juro que he estado en el apartamento...
Abrió la puerta del edificio y salió en dirección a la cafetería.
— Justo voy rumbo a la universidad para los últimos detalles del papeleo, hace frio afuera así que iré a tomar un café —metió su mano libre en el bolsillo de su abrigo mientras miraba sus propios pasos— Si... Todo ha sido muy complicado pero ya casi... —en ese momento despegó su mirada del suelo y una leve sonrisa se formó en sus labios al ver a Hyungwon saliendo de la cafetería con un vaso de café que tenía su nombre escrito— Tú también cuídate... dile a mamá que llamé, adiós.
Entonces cortó la llamada y ensanchó su sonrisa al llegar junto a Hyungwon.
— Celular nuevo ¿eh? —hizo un gesto señalandole el lujoso aparato, entonces Wonho lo vio y lo metió en su bolsillo después de encogerse de hombros.
— Bueno, supongo que necesitaba uno... —lanzó un vistazo al café y arqueó una ceja— Al parecer ya conoces mi elección preferida... —le señaló el vaso de café y entonces Hyungwon se lo dio.
Él tomó el café y le dio un sorbo, dejando que el sabor empapara su boca.
— Claro... Últimamente te vimos estresado cada mañana por lo de la universidad y siempre terminabas pidiendo un café y esperando que te lo entregara en 30 segundos, así que esta vez decidí prepararme, con un poco de ayuda de mi hermana... —se acomodó el abrigo al tiempo que hizo un gesto de orgullo y Wonho rodó los ojos.
— Bien... Supongo que tienes razón esta vez, todo ha sido caótico últimamente, empezaron pidiéndome un papel, del papel un pago, del pago un recibo, del recibo una foto, de la foto un carnet, del carnet un formulario y hoy también quieren que me presente, sabrá Dios para qué... —bufó molesto y bebió casi de un sorbo el resto delicioso café— lo único bueno es que hoy voy temprano.
Hyungwon miró su reloj de pulsera.
— ¿A que hora se supone que debías estar allá? —miró a Wonho con preocupación.
El tranquilo Wonho continuaba moviendo el vaso con su nombre como si eso iba a hacer que apareciera mágicamente más café.
— A las 9... ¿Por qué? —seguía confuso, al menos hasta que Hyungwon le mostró su reloj de pulsera dejándole ver que eran nada más y nada menos que las 8:55 AM— ¡Mierda! Necesito un taxi ahora joder...
Salió a la calle para ver si miraba alguno cerca, pero como era de esperarse, no había ninguno.
— Wonho... —Hyungwon se quedó de pie viéndolo, pero él no le estaba prestando atención.
Desesperado se pasó la mano por el cabello viendo a la calle.
— ¡Puta madre! ¿Y ahora que hago? —pensó en irse corriendo, pero luego se dio cuenta de que el aire frío le encogería hasta los cojones y descartó esa idea— Tengo que robar un vehículo. —Hyungwon rodó los ojos ante la tonta idea mientras veía al desesperado Wonho subirse a una motocicleta que había estacionada en el lugar— ¿Sabes encender una moto sin la llave? Necesito de tus conocimientos ahora... No quiero que aparezca el dueño y me pegue una patada voladora a lo Bruce Lee, soy muy joven para mor-
Hyungwon le dio un golpe en la parte trasera de su cabeza para poder callarlo de una buena vez.
Él se agarró la cabeza al sentir el dolor.
— ¿Puedes cerrar la boca un momento? Eres irritante y acabas de hechar a perder dos minutos de tu valioso tiempo. —regañó y empujó a Wonho para que se apartara, y él se subió a la motocicleta.
Wonho lo miró desconcertado, sin saber si debería alegrarse o preocuparse por aquella inexplicable reacción.
— ¿Cómo piensas encend... —Hyungwon alzó en alto unas llaves, lo miró para rodar los ojos, y finalmente se puso un casco y le dio otro a él— Oh...
Ya era muy tarde para tener vergüenza por la escenita que había hecho, así que decidió hacer como si nada hubiese pasado y subió a la parte de atrás.
— Es mía, tarado... —aclaró, después encendió la moto, se acomodó el abrigo y antes de que Wonho supiera como se aseguraba un casco de mujer, Hyungwon ya había arrancado a toda velocidad.
Wonho había sido tomado desprevenido y por poco se cayó de espaldas contra la calle, pero se aferró como pudo y evitó otra aparatosa escena.
— ¡Joder, que me matas! —con una mano agarró el pequeño casco y con la otra se sostuvo de Hyungwon, quien no pudo evitar soltar una carcajada a pesar del aire frío, pues estaba bastante consciente de lo que había hecho.
Aumentó la velocidad a pesar del terrible frío y acabó por recorrer en 5 minutos, lo que un taxi recorría en 14, solo esperaba que no lo encontrara ningún oficial de tránsito para no tener infracciones.
Al llegar frente al majestuoso edificio, frenó estrepitosamente provocando que Wonho lo agarrara con más fuerza. Entonces sin apagar el motor se quitó el casco, miró a Wonho bajarse rápidamente y entregarle el casco con prisas.
— Suerte, Wonho... —intentó sonreírle a pesar de que sus labios estaban temblando del frío, entonces Wonho le sonrió agradecido.
El apresurado Wonho detuvo su andar al escuchar esas palabras, así que se giró para poder verlo.
— Eres el mejor, te debo una... —comenzó a caminar de nuevo hacia el establecimiento y le hizo una señal de despedida con la mano, que Hyungwon correspondió levemente y entonces, solo después de ese gesto, comenzó a correr hacia la sala de conferencias.
No había nadie en los pasillos ya, así que supuso que estaría en problemas.
Con mucho temor, abrió la puerta del salón donde pensaban reunirse y miró a sus "compañeros" y a la rectora mirándolo fijamente.
La amargada mujer lo recorrió entero con la mirada y luego miró el viejo reloj que tenía sobre la mesa.
— 9:04 señor Shin... ¿A que horas debía estar aquí? —el agachó la cabeza y carraspeó.
De todas las personas que podían haber en una institución, ¿por qué siempre le tocaban las más estrictas y amargadas? ¿Qué clase de maldición tenía encima?
— A las 9:00 señorita Hourmilougue... —respondió, entonces la mujer asintió complacida por su actitud.
Después de eso, ella extendió su mano ofreciéndole una carpeta y luego hacia sus compañeros en señal de que podía pasar.
— Tome asiento señor Shin, esta es la universidad, no el jardín de infantes así que espero más responsabilidad de su parte, porque acaba de gastar su única oportunidad de llegar tarde. —el asintió molesto sin demostrarlo y tomó la carpeta que la mujer estaba ofreciéndole.
Tomó asiento en uno de los pocos lugares vacíos y automáticamente la mujer comenzó a hablar literalmente de todo.
Empezó mencionando la historia de la universidad, sus fundadores, su construcción, sus carreras iniciales, la evolución de todo, los mejores profesores, los proyectos que habían hecho, personas importantes que se habían graduado de esa universidad.
En fin, estuvo sentado en el mismo sitio durante 8 horas escuchando a la mujer alardear sobre la universidad o la carrera, exigir un comportamiento totalmente aceptable para dejar en bien el nombre la universidad y también exigir que todos estudiaran francés, ya que su clase era únicamente de alumnos extranjeros.
Había odiado cada palabra que la mujer mencionaba, incluyendo la dirección de los baños sin importar que en algún momento iba a ocuparlos.
Había odiado incluso el horrible almuerzo que les dieron, hasta los cojones de toro sabían mejor que ese trozo de cartón con salsa que parecía estar rancia.
Y finalmente la cereza del pastel llegó cuando la mujer les repartió una nueva hoja para sus carpetas.
— Lean bien y prepárense, es todo muchachos, nos vemos mañana —por primera vez en el día miraba que la mujer mostraba una sonrisa, era más falsa que las tetas de Nicky Minaj y el culo de Kim Kardashian juntos, pero al menos hizo el intento.
Revisó el papel y lo primero que pudo ver fue una "invitación" a asistir a un riguroso examen de admisión que era un porcentaje de su contenido en francés, sin contar que era al día siguiente a las 8 de la mañana y que precisamente era un sábado.
— Genial, lo que me faltaba... —bufó molesto y cerró la carpeta llamando la atención de su compañero de al lado quien parecía despreocupado.
Aún pensando en lo que pasaría, se dispuso a guardar la carpeta en su mochila para finalmente irse de ahí y pedirle a Hyungwon que le vendiera un poco de comida real.
— No te angusties... —mencionó su compañero, poniéndole una mano en el hombro, casi asustándolo por su repentina acción— Esa mierda es pan comido, lo hacen únicamente para que las personas vean que son una "institución estricta" —hizo señal de comillas con sus dedos y se recostó en su silla tranquilamente.
Al principio se quedó en silencio, tratando de adivinar cómo era que ese tipo había estado tan pendiente de él, pero luego la duda no tardó en surgir.
— ¿Cómo puedes estar tan tranquilo? —preguntó con curiosidad.
El chico que aparentaba casi su misma edad o menos, ya se había puesto a estar en el celular, como si no tuviera prisa por salir de ese horrible lugar.
— Estamos en Francia Shin... —mencionó sin verlo, y luego guardó el celular en su bolsillo y lo miró con una sonrisa— Esta gente vive del turismo, o sea nosotros los extranjeros, así que deben tratarnos bien... —se encogió de hombros y Wonho simplemente asintió guardando por fin la carpeta en su mochila, perdiendo el interés en escucharlo más, justo después de mencionar algo tan extraño, pero una nueva pregunta llegó repentinamente— ¿Y vas a ir?
Wonho frunció el ceño.
— ¿Ir? ¿Adonde? —el hombre rodó los ojos haciéndolo sentir el más aguafiestas de Francia.
Ese definitivamente era un nuevo sentimiento.
— No me jodas ¿Acaso vives en las cavernas? —se burló— A la fiesta de bienvenida... ¡Es esta misma noche en el mejor puto barrio francés! —explicó haciéndolo sonar como un verdadero paraíso— Allí hay de todo, alcohol, drogas, universitarias calientes, diversión incluso café si gustas... —el hombre se rió y Wonho se quedó pensativo ante la invitación— Vamos hombre, es viernes... Tal vez así se te pasa un poco el estrés por el puto examen...
Se quedó en silencio por varios segundos.
Y llegó a la conclusión de que esa era precisamente la idea principal de venir a Francia, no podía perderse una fiesta de esa magnitud.
— Bien, entonces guíame allá...
Cagadas que no debes cometer:
#6) Nunca aceptes invitaciones de un extraño, puedes arrepentirte luego.
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