⓿❺

A pesar de que era casi mediodía, aún habían varias personas que llegaban a la cafetería para pedir un buen café caliente con el propósito de soportar el intenso viento frío de otoño.

Los 3ºC se hacían sentir en cada rincón del país, menos dentro de aquella cálida cafetería donde el delicioso aroma arrullaba las fosas nasales de sus clientes.

Hyungwon estaba sirviendo un poco más de café a uno de sus clientes habituales cuando escuchó que la puerta de entrada se abrió.

Por mera curiosidad volteó, pero su corazón sintió un agudo dolor de culpa al ver la apariencia de aquel maleducado muchacho del día anterior.

Estaba pálido, parecía mareado y débil, tampoco estaba bien abrigado y a juzgar por las marcadas ojeras, podría apostar que no había dormido en toda la noche.

Suspiró fingiendo que no lo había visto, revisó que aún tuviera café en el jarrón, tomó una taza grande de la pequeña repisa de cristal y se quedó parado mirando de reojo hasta que lo vio tomar asiento.

Entonces fingió que andaba por allí caminando, sin mediar palabra puso la taza delante de él y le sirvió el café que andaba en el jarrón.

Wonho tenía los brazos apoyados sobre la mesa y tenía su cara hundida en ellos.

— No quiero café... Olvidé sacar el efectivo y recuerdo haber leído que no aceptaban tarjetas de bancos extranjeros... —suspiró sin levantar su cabeza y Hyungwon sintió que el dolor de su pecho se agudizó al notar la voz resfriada de Wonho.

Suspiró y dejó de lado su enojo y orgullo.

— No estoy cobrando nada, parece que lo necesitas... —se sentó suavemente frente a Wonho al igual que en la noche anterior, entonces Wonho levantó su cabeza y le sonrió levemente, en señal de agradecimiento.

— Gracias... —Hyungwon le devolvió la leve sonrisa y analizó su rostro más de cerca.

Estaba resfriado, muy resfriado y pálido, sin embargo parecía estar vestido para salir.

Cierta parte de él le decía que debía ser amable, pero otra parte le recordaba lo maleducado que él había sido con el país entero, así que decidió ser directo pero sin llegar a ser grosero.

— No traes dinero... ¿Qué haces aquí? —lo miró fijamente mientras él bebía un sorbo del café con los ojos cerrados, como si estuviera probando un trozo de cielo.

Puso la taza de café en la mesa y suspiró.

— He venido por tres motivos específicos, espero que no te moleste... —agachó su cabeza un poco avergonzado y Hyungwon se sorprendió, no se parecía para nada a aquel muchacho confiado que había visto el día anterior.

— Eh... Claro, dime... —aclaró su garganta y tomó una mejor postura en su asiento.

— Bueno, primero que nada... Discúlpame... —susurró— Sé que he metido la pata en muchas cosas, sobretodo con mi bocota maleducada... Yo... —suspiró con tristeza— no quise ofenderte a ti, a tu negocio y menos al país entero, es solo que... Estaba frustrado y...

Hyungwon asintió.

— Lo he comprendido... —lo interrumpió oportunamente, porque no le resultaba agradable ver a un tipo en tal estado físico sintiéndose mal emocionalmente— Es decir, disculpa aceptada —le sonrió amablemente y recibió una sonrisa leve a cambio, entonces decidió continuar con la lista— ¿Qué más?

Wonho miró hacia todos sitios y se acercó al curioso Hyungwon para susurrarle.

— Necesito tu ayuda francesa... —se separó un poco y vio que Hyungwon hizo un gesto de confusión.

— ¿A qué demonios te refieres? —lo miró fijamente esperando recibir una respuesta, entonces Wonho volvió a acercarse para susurrar.

— ¿Sabes lo terrible que es ir a una farmacia para comprar pastillas contra la diarrea sin saber francés? —Hyungwon irrumpió el tranquilo silencio de la cafetería con una ruidosa carcajada que llamó la atención de varios de los presentes.

Wonho se sonrojó inmediatamente pero no conocía a la persona delante, así que no sabía como hacer que se callara.

— No me digas... —volvió a estallar en otra carcajada y aunque al principio Wonho se sintió un poco molesto porque él fue el causante de su malestar, escuchar la risa de Hyungwon le dibujó involuntariamente una sonrisa en el rostro.

Soltó el aire que había almacenado en algún momento y miró a su alrededor.

— Oye, baja la voz, me da vergüenza... —Hyungwon asintió intentando calmar su risa y entonces se acercó a Wonho nuevamente para escuchar el resto de la historia— Tuve que hacer descripciones de lo que me pasaba... Imagínate la cara de trauma que puso la mujer de la farmacia cuando señalé mi trasero, pensó que ocupaba condones o lubricante, fue una vergüenza enorme...

Aunque lo intentó, Hyungwon no pudo mantener la seriedad por más tiempo.

— No puede ser —se tapó la boca intentando ahogar una nueva carcajada que esta vez ambos soltaron.

— ¡Oye no te rías! Tú eres el causante de mi desgracia. —se tomó el atrevimiento de dar un suave golpecito en el hombro izquierdo de Hyungwon— Así que exijo que para la próxima al menos me apuntes las cosas en un papelito, por mientras aprendo francés al menos... —suspiró— ¿Qué demonios me diste? ¿Mierda condimentada? Joder...

Hyungwon tardó un rato en poder calmarse, y tuvo que apretarse el estómago para poder volver a hablar.

— De hecho fue un plato exótico, mucha gente rica lo pide... —se tapó la boca nuevamente para no soltar una risa— Comiste testículos de toro, de nada.

— ¡¿Pero qué... —Hyungwon lo interrumpió con una nueva carcajada, entonces tomó la cara de Hyungwon— ¿De verdad me diste huevos de toro? —el delgado asintió entre risas y él sintió una arcada.

Aunque quizá ya era muy tarde para eso, y recordaba haber comido con demasiadas ansias como para arrepentirse ahora.

— Oh vamos, no seas dramático, hace mucho que los evacuaste de tu estómago... —le sonrió inocente a Wonho mientras él lo miraba inexpresivo— ¿Qué? Debía vengarme de ti, señor maleducado.

Wonho suspiró resignado, ya no tenía caso quejarse porque ya había pasado y lo peor de todo es que le gustó mucho su sabor.

— Ahora estoy dudando de mi tercer motivo, estoy pensando en irme ahora —se rió burlon y fingió ponerse de pie, pero Hyungwon lo detuvo y negó con la cabeza así que volvió a tomar asiento— Está bien... Mi tercer motivo es comer algo, pero intenta que esta vez sea algo normal para mi, por favor...  No quiero pasar en el baño durante mi inscripción en la universidad.

Después de haber pasado por una situación extraña con ese desconocido, Hyungwon sintió que el enojo del día anterior se había disipado completamente y que realmente se había encontrado con una persona bastante cómica e interesante.

— Esta bien... Un desayuno normal para... —lo señaló intentando recibir un complemento a su frase, Wonho comprendió y extendió su mano por encima de la mesa.

Hyungwon no dudó en tomar aquella mano extendida en señal de paz y esperó a que el otro se presentara.

— Hoseok, pero todos me llaman Wonho —le sonrió y recibió un apretón de mano y una sonrisa de respuesta.

Fue hasta entonces que su contacto se rompió, dejando en la mano de Hoseok aquella extraña calidez de la mano de Hyungwon, y viceversa.

— Bien, Wonho... Una comida normal para ti vendrá pronto, el dueño invita... —Hyungwon le sonrió al tiempo que se ponía de pie y se dirigía a la cocina, dejando a Wonho solo nuevamente, siguiéndolo con la mirada.

De repente se sorprendió a sí mismo cuando notó que sonreía hacia la aquella puerta por donde Hyungwon desapareció segundos atrás.

Así se sentía tener a una persona de confianza.

Cagadas que no debes cometer:

#5) No tardes tanto en pedir una disculpa cuando es necesario, el hacerlo puede que te haga sentir mejor por el resto del día.

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