⓿❷
Esa noche fue recibido por gritos de alegría y con muchas sonrisas coquetas.
Una enorme bomba de confetti explotó y Sorry For Party Rocking comenzó a retumbar por todo el lugar al mismo tiempo.
Luces intermitentes de neón eran la única iluminación de aquel enorme lugar, que dejaban entrever a los muchos cuerpos danzantes que se movían erráticamente por el poco espacio.
Si, era una enorme fiesta para Hoseok en la madrugada, en una de las discotecas más caras de la ciudad.
Se suponía que debía ser una despedida entre amigos, pero al contrario, parecía que la ciudad entera se había puesto de acuerdo para celebrar el inicio de unas vacaciones pagadas.
Y es que aunque sus padres lo hacían durmiendo en su habitación, él se había salido por una ventana y ahora encontraba derramando una mezcla de diferentes bebidas alcoholicas sobre los enormes y falsos pechos de las dos mujeres que tenía sentadas sobre sus piernas.
Su lengua era la encargada de limpiar el líquido que él mismo se había encargado de derramar, mientras sus amigos lo grababan con sus móviles.
Todos totalmente borrachos.
Ambas mujeres en minivestidos lo acariciaban intentando seducirlo para recibir dinero a cambio. Pero estaba muy poco interesado en irse a la cama con alguien en ese momento, así que simplemente tomó una de sus botellas y se levantó del lugar hacia la pista de baile.
Mezclándose entre el ruido y la sudorosa gente que había allí, contento de que la fiesta fuera algo a su medida, tal como le gustaban, puso la botella en su boca y se encargó de acabar con la última gota de su contenido y luego sacudió su cabeza con una sonrisa estúpida de ebriedad.
En ese momento sintió el cuerpo de alguien pegarse al suyo con movimientos sensuales al ritmo de la música.
Le importó muy poco quien fuera, tenía buen trasero y se movía jodidamente bien.
La voluptuosa mujer se dio la vuelta quedando frente a él con una sonrisa y ambos iniciaron un beso desenfrenado que gracias a su ebriedad comenzó a subir de intensidad a cada momento.
Las manos de Hoseok se posaron sin vergüenza sobre el trasero de la mujer, levantando la minifalda que tenía puesta y soltó un jadeo al sentirla.
— Mier... da... —su boca ocupada y aparte su ebriedad, le impedían hablar bien, se separó del beso y se acercó al oído de la mujer— ¿Puedo llamarte... culo de pato? —la mujer soltó una carcajada por lo horrible del apodo, pero sabía el nivel de ebriedad en el que él se encontraba.
Ella asintió, lo empujó hacia uno de los asientos que habían en el lugar y le quitó el broche del pantalón ante la atenta mirada del ebrio Hoseok.
La experta boca de la mujer comenzó a jugar con su miembro por encima de la ropa y él con toda la ebriedad del mundo puso su mano en la frente de la mujer, en un débil intento por detenerla.
— Para culo de pato... Es decir —se rió tontamente— no eztoy di-ciendo que parez el culo como el de... De un pato... Azi ya lo tienezz— la mujer frunció el ceño.
Él volvió a reírse, pues en su mente sus palabras tenían sentido.
— Tú zolo... Tú dentente... Si, para. —la mujer rodó los ojos y lo ignoró, así que procedió a continuar con su trabajo.
Bajó la ropa interior de Wonho y luego iba a meter el miembro de él a su boca, pero en ese momento escuchó sollozos y levantó su mirada.
¿De verdad ese hombre iba a ser tan ridículo de ponerse a llorar porque alguien iba a hacerle un oral?
Pues si, Hoseok estaba como magdalena en tiempo de crucifixión, pero esta vez era real.
Se puso de pie y acomodó su ropa con torpeza para finalmente mirar su reloj inútilmente porque lo único que podía ver era una sopa de números en él.
La mujer estaba desconcertada.
— ¿Qué demonios pasa contigo? —ella se quedó expectante esperando una respuesta, viéndolo lo más que podía con la iluminación de las luces intermitentes de neón.
Entonces él se limpió una lagrima y la miró con rabia, totalmente borracho.
— ¡No quiero que toques mi cosita! —la mujer puso cara de sorpresa, no sabía si reírse o llorar por su mala suerte.
— Esto es una puta broma ¿verdad? —él se tambaleó y le mostró la lengua como si eso fuera la cosa más ofensiva de la tierra.
Entonces la mujer se dio un face-palm, no sabía porque siempre se encontraba con ese tipo de borrachos en su vida.
Hoseok se limpió las lágrimas que habían salido de él sin sentido, encontró otra botella de su bebida favorita y comenzó a tomarla y a disfrutar de la fiesta, incluso olvidándose que había acabado de llorar.
Y cuando Sexy and I know it comenzó a retumbar por todo el lugar se subió a uno de los mesones que habían allí y mucha gente se posó a su alrededor.
Entonces lanzó la botella hacia algún sitio y se arrancó los botones de la camisa, dejando ver su trabajado abdomen, robandole suspiros a las muchas mujeres del lugar que habían intentado algo con él en esa noche, pero ninguna había conseguido nada más que desprecio.
Incluso a veces niñerías.
Hoseok se encargó de dar el mejor baile borracho de su vida y se bajó de allí hasta que sintió que todo a su alrededor estaba a punto de desplomarse. Entonces con torpeza comenzó a caminar a su auto, sacó su celular y marcó a algún número al azar. Se puso el celular en la oreja y se quedó expectante mientras conducía lo mejor que podía.
Entonces escuchó que cortaron la llamada, pero volvió a marcar el número y alguien muy furioso respondió.
— ¡¿Quien demonios se atreve a llamarme a las 4 de la mañana?! —Hoseok se rió delatado su embriaguez y cortó la llamada.
Entonces siguió conduciendo a pesar de que las curvas parecían rectas y las rectas parecían curvas, o eso era lo que él miraba.
— Bien... Zon... Las 4 de la madrugadas de ayer... Mmm aziii que si yooo d-duermo ahorititita... Tengos... Mmm... —miró a sus dedos quitando su mirada totalmente de enfrente y comenzó a intentar sacar cuenta con sus dedos cuanto tiempo tendría para dormir, pero era inútil querer sacar la cuenta de cuantas horas faltaban para las 8, hora en la que debía tomar su vuelo hacia su nueva vida— Zi tengo... 8 gatos y me como un p-pajaro... Me va dar diarrea —soltó una fuerte carcajada y se dio cuenta que se había metido al patio delantero de su casa.
Pero estaba cerca del garaje, así que para él estaba bien, las plantas de su madre no importaban en ese momento.
— Concentrate Wonho... —intentó volver a sacar la cuenta con sus dedos pero era inútil porque se veía 9 dedos en una mano y algo le decía que tenía menos. Así que resignado decidió que mejor vaciaría su vejiga y lo hizo, aunque no se dio cuenta que fue justo en la alfombra de la entrada de su casa.
Se quitó los zapatos para "hacer el menor ruido posible" pero en cuanto su calceta tocó la alfombra, se empapó.
— ¡Puta madre! ¿Que verrrga esharon en la afombra? —cerró de un portazo, muy molesto y en ese momento notó que su padre estaba en pijama en la sala de la casa, simplemente viéndolo.
— ¿Con este tipo de comportamientos quieres hacerme creer que te harás responsable de ti mismo en otro país? —Wonho se quedó analizándolo, pero no entendió ninguna de sus palabras y comenzó a reírse y se acercó a su padre, tambaleándose.
— Viejo... No zabiaa que tu uzabas las pijamas de mi abuela —una nueva carcajada salio de su boca y buscó levantar la camisa de su padre— ¿también uzas zus tangas de florezzz?
Volvió a reírse sin importarle que su padre lo viera inexpresivo, pero de repente las risas se esfumaron y se quedó serio.
Sintió frío, mucho frío de repente, se acomodó la camisa sin botones para que cubriera un poco la parte frontal de su cuerpo y miró como su padre parecía dar vueltas.
Entonces con la lentitud de un caracol comenzó a descender hacia al suelo y el golpe en su cabeza le advirtió que ya no podía seguir cayendo.
Y finalmente todo se volvió oscuro.
La borrachera había terminado.
Cagadas que no debes cometer:
#2) Nunca te embriagues un día antes de uno de los viajes más importantes de tu vida, puede traerte problemas.
Y la resaca va a joderte.
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