Falsas Amistades.
Todos hemos vivido y padecido esta situación, y si has tenido la fortuna de evitarte esta enfermedad, déjame felicitarte, de verdad, porque es demasiado difícil de evadir, es parte de la vida, simple.
Empezaré contando un poco de mi experiencia con las falsas amistades, una que ya he nombrado bastantes veces en apartados anteriores; les hablaré de aquella que fue mi mejor amiga: ella era la típica chica nueva con pinta de ruda a la que todo el mundo quería conocer, fue odio a primera vista, no soportaba su necesidad de querer a todo el mundo venerándola sólo porque era buena dibujando, aunque admito que sentía un poco de celos por igual. No recuerdo exactamente cómo fue que dejé de odiarla para pasar a ser uña y mugre, a donde ella iba, ahí estaba yo, y a donde yo quisiera ir, ella estaba detrás mío.
Crecer no fue fácil para ninguna de nosotras, las peleas eran demasiado constantes como para ser una relación saludable; ignoré las advertencias de mi madre como cualquier persona lo haría al sentir que atacan o critican a alguien que tienen un pedestal como era mi caso con ella, para mí, ella era lo mejor de esta vida y la siguiente, era mayor que yo por unos 3 años, creo, por lo que sabía más de todo el mundo, de sexo, de hombres, de "amor".
Mientras recuerdo a medida que escribo, muchas memorias vienen a mi mente, algunas buenas, algunas malas, no todo era perfecto, es cierto, pero vaya que sí me divertía con ella, me sentía mayor, más madura, más... sabia; fui su paño de lágrimas durante 5 años, también su compañera y su espejo más cruel, ambas lo fuimos la una para la otra: ella, veía sus errores y la manera de solucionarlos; yo, veía cómo me iba hundiendo lentamente por querer salvarla a ella.
Como dije, no todo fue bueno, cambié demasiado para mal y gracias a ello perdí muchas buenas oportunidades, personas buenas y fracturé de por vida mi relación con mi madre; tampoco todo fue malo, aprendí a madurar más rápido de lo normal para ser ante ella la imagen materna de la que lastimosamente carecía (la madre de ella era todo menos madre), aquello me enseñó a pensar y reflexionar más respecto a mis decisiones y a no dejarme llevar por los instintos y caprichos para pensar con los pies en la tierra y la cabeza fría.
Me di cuenta de esta falsa amistad demasiado tarde, en el punto de no retorno; ella había tomado todo lo bueno de mí para dejarme seca, enferma y arruinada mentalmente, fue el año en que ella se fue del colegio en el que ambas estudiábamos; la pasé muy mal durante ese tiempo, no sabía cómo reconstruirme porque seguía dándole todo a ella desde la distancia, dejamos de vernos tan seguido, siempre me sacaba excusas o simplemente me dejaba hablando sola alrededor de una semana, algunas veces más, pero ahí seguía yo, como idiota preocupándome por ella.
El día de su cumpleaños me quedé esperando hasta la medianoche para ser la primera en llamarla y felicitarla, a pesar de estar peleada con mi mamá y castigada como nunca antes lo había estado. Justo a las 11:59 PM marqué su número para que contestara justo a las 12, pero poco grata fue mi sorpresa cuando, apenas empecé a cantarle el "Feliz Cumpleaños", ella me ignorara, me diera las gracias como queriendo salir del paso y cortando la llamada porque "estaba esperando la llamada de alguien más importante". Decir que esa frase me dolió fue poco. Muy poco.
Unos minutos más tarde, recibí una llamada de ella, se disculpó por haberme dicho eso (aunque nada convincente, la verdad) y nos dispusimos a arreglar las cosas, le dije cómo me sentía cada vez que ella me ignoraba y me dejaba de lado por salir con sus nuevas amigas; hicimos un pacto, siempre nosotras ante todo, ella iba a estar para mí y yo para ella, no importaba la hora o el lugar, siempre ahí. Aunque la única en cumplirlo fui yo, de nuevo.
Y como todo en mi vida en esos años, desapareció; sólo me buscaba cuando se le daba la gana, cuando el novio de turno la dejaba o algo realmente malo le sucedía, nunca estuvo cuando yo en verdad la necesitaba. Y vaya que me dolió darme cuenta de que sólo era un pañuelo desechable.
Dejó de hablarme "regularmente" durante algunos meses y, sinceramente, no hice el intento de buscarla. Ya me había agotado, y después de una larga y sincera charla con mi madre y con mi hermana, me di cuenta de que mi vida estaba mejor sin su presencia en ella.
A los pocos días de esa charla con mi madre y mi hermana, decidió hablarme de nuevo, como si nada hubiera sucedido, esto fue la gota que colmó el vaso. Me sinceré y le dije la verdad de lo que me había guardado durante esos años que habían pasado desde que ella había cambiado de colegio, no soy plato de segunda mesa, ni mucho menos alguien a quien se le utiliza para sanar las penas para luego dejarla de lado y fingir que nada había pasado, le dije algo parecido a esto: "tú sólo eres amiga cuando te conviene y lo necesitas, pero quieres que tus amigos estén siempre pegados a ti, y yo no sirvo para ese juego".
Admito que fui demasiado dura con ella, pero no me arrepiento de ello, la dejé en su lugar y me siento bien con eso, aunque ella siga pensando que voy a volver a ser su amiga y a fingir que todo está perfecto, esa es la razón por la que ahora prefiero evitar todo contacto con ella, está bloqueada de mi vida y me siento muchísimo mejor de esta manera; soy libre, río más, conozco a personas que me valoran por quererlas y que valoro porque en verdad me aprecian.
Mi amistad con ella fue una falsa amistad, porque nunca hubo interés de su parte, y ahora lo sé, por lo que me siento con el deber de contarles mi "historia" con esta persona con el fin de dejarles una especie de enseñanza: amistad no es sólo estar en las buenas y en las malas, también es apoyo y lealtad; algo de lo que ella carecía a la hora de ser mi "amiga".
Este tipo de personas oportunistas hay que procurar evitarlas, son nocivas para la mente y corrosivas para el alma; busca personas que te valoren por ser quien eres y que no te obliguen a cambiar, acepta el cariño sincero y preocúpate por aquellas que valgan la pena, forma lazos que duren y no te sientas con la obligación de querer y acoger a todo aquél que intente darte lástima, porque ese fue mi error, me quedé con ella por miedo y por lástima; miedo de que se suicidara o que se cortara cuando algo en mi mente me decía que era sólo por llamar la atención, y lástima por verla tan necesitada de cariño y atención, aunque me di cuenta de esto mucho tiempo después de mandarla a freír espárragos.
Para finalizar, hablé de esto hoy porque vi a una persona importante para mí sufrir por una mistad falsa, y tú sabes quién eres, mi niña, así que espero que esto te ayude a entender parte de lo que te dije hace unas horas; y que también ayude a alguna, o alguno, que esté pasando por un caso similar.
Fue un placer habernos leído una vez más, hasta la próxima,
Emma.
PD: me siento enormemente agradecida con todos ustedes, queridos lectores, por otorgarme una felicidad inmensa cada vez que veo el número de lecturas de esta forma tan vertiginosa, 635 lecturas en un mes y casi 2 semanas de publicación, muchísimas gracias por su apoyo y constancia.
PD2: les recuerdo que si tienen alguna pregunta, queja o sugerencia, pueden dejarla en mi tablero de Wattpad o en mi página de Ask, cuyo user está en mi biografía.
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