CAPÍTULO 18
—Prométeme que no mataras a tu madre— le dice mi madre a mi Karina mientras la abraza.
—Ustedes me están haciendo prometer demasiadas cosas— nos reclama ella con una leve sonrisa.
—Te vamos a extrañar linda— le dice mi abuelo abrazándola también.
La tomé de la muñeca para alejarla de mi madre y mi abuelo.
— ¿Hablaste con Jules?— le digo preocupada, pues era la relación de mi prima y mi mejor amigo de la que hablábamos.
—No— negó con la cabeza y llevó su vista a sus uñas pintadas con un turquesa mate que le quedaba hermoso— No lo entiendo, en un principio cuando peleábamos él era el primero en hablar— pasa sus manos por su cara desesperadamente— Pero ahora... espero y espero su mensaje y no llega...
—Quizá tú debas dar el primer paso— la aconsejo.
—No lo sé... no estoy acostumbrada a ser yo quien seda primero— se encoge de hombros.
—Entonces piénsalo— sobo sus brazos suavemente— Todo el tiempo que estés con tu madre piénsalo un poco.
—Lo haré, llegaré a una conclusión mientras esté con mi madre, si es posible pensaré solo en ello así no me atormento con la mierda que mi madre escupe. — besa mi mejilla y me abraza.
Escuchamos una voz apenas entendible que llamaba a los pasajeros del vuelo de mi prima.
Así que ella se tuvo que ir.
***
Íbamos camino a casa, atrancados en el tráfico de las calles de Nueva York, cuando mi móvil sonó avisando un mensaje.
Desbloqueo la pantalla y una fotografía de Jules, Karina y yo sonrientes en la playa ilumina por completo mi móvil. Una fotografía llena de recuerdos, no era la única que nos habíamos sacado pero sin duda alguna era mi favorita.
Voy a whatsapp y un mensaje de Jules encabeza la lista de chats que tengo.
Jules el sexy Black: Cenamos hoy?
Un revoloteo se instala en mi estómago en cuanto leo el mensaje.
Yo: Lo siento, quedé en que cenaría con mi madre y mi abuelo hoy... L
Le mentí, sabía que si le decía a mi madre que Jules me había invitado a cenar ella no se negaría ni una vez y hasta la hora límite me quitaría; pero era el novio de mi prima, y yo no quería ser una aprovechada de las circunstancias en las que se encontraba su relación, sentía que si iba a cenar con él aprovechando que estaban peleados no se vería de la mejor manera.
Jules el sexy Black: Es una lástima, quería enseñarte a la nueva integrante de la familia...
Me envió una foto y juro que la ternura casi me mata. Estaba él sonriente al lado de un hermoso perrito con rasgos lobunos.
Yo: Es hermosa!
Jules el sexy Black: Yo soy hermoso.
Yo: Tú eres un tonto
Jules el sexy Black: Haré como que no leí eso...
Entonces... te parece mañana luego de la Universidad?
Lo pensé por un rato, quería conocer a la nueva mascota de Jules Black, así que si, acepté.
Yo: Pero tú pagas
Jules el sexy Black: Claro señorita Williams
***
Un día más de rutina para ir a la universidad, y muchos más por venir...
Así que sin reproches pasé toda la mañana entre clase y clase, y en el tiempo libre me puse al corriente de algunas cosas que me había perdido el día de ayer, por quedarme dormida en clase, también adelantando tareas ya que tendría una tarde ocupada.
Jules me había enviado un mensaje en la mañana de que tampoco podría juntarse conmigo a la hora de receso, así que luego de clases iríamos a su casa para ver a la nueva mascota de Jules y también porque yo quería hablar con él respecto a la relación con mi prima, conocer su punto de vista y saber si tenía arreglo o no.
Me sentía una total entrometida en su relación, y probablemente así lo mire él. Pero a pesar de mis sentimientos hacia Jules, quería lo mejor para ambos, y si estar juntos los hacia feliz, yo los ayudaría.
Al salir al estacionamiento busqué mi auto, y cuando llegué a donde lo había dejado, vi a Jules recostado contra el capo.
—Al fin llegas, ya estaba creyendo que tendría que ir a sacarte de otra pelea— bromea cuando llego a su lado.
—Hoy no hay chicas hipócritas rondando a mi alrededor, así que no sueñes con volver a sacarme de una pelea— abro la puerta del conductor de mi auto y entro.
— ¿No abrirás la puerta para mí?— dice Jules haciendo un gesto dolido, parado junto a la puerta del conductor.
—No señorito, hoy no tengo ganas— lo molesto.
—Iré con derechos humanos a quejarme por tu mal trato y mal servicio— dice dramáticamente entrando al auto.
—Y yo me quejaré de que me explotas trabajando— enciendo el auto y lo saco del parqueo.
—Eres una mala mentirosa— se cruza de brazos y se estira en su asiento.
— ¡Como la canción!— exclamo.
Ambos reímos.
****
Nunca había ido al apartamento de Jules, así que él me iba indicando que por dónde ir, me reí de él porque no sabía llegar a su casa, nos habíamos perdido dos veces, al parecer tenía una enfermedad que causaba que confundiera las calles, o eso era lo que me había dicho.
Cuando al fin llegamos me sorprendió que el edificio donde vivía no fuera un edificio lujoso como lo había imaginado. Era un edificio común y corriente de siete pisos.
Jules vivía en el cuarto piso.
—Bienvenida a mi humilde hogar— me dice abriendo la puerta del apartamento para mí.
Todo estaba ordenado y un aroma a vainilla rondaba por todo el lugar, al parecer la prima de Jules era una fanática de la limpieza.
—Todo está muy ordenado, Sam hace un buen trabajo como ama de casa— digo observando las paredes llenas de fotos enmarcadas de él con su familia. Él probablemente los extrañaba.
—Sam es una haragana, yo solo limpio todo el apartamento, y ahora también limpio caca de perro— dice con orgullo, no tanto por lo último.
—Hablando de perro... ¿dónde está tu mascota?
—Oh, si... Fanny— llama a la perrita.
La enorme nueva mascota de Jules salió de una habitación, era totalmente preciosa.
Me acerco a la perrita quien mueve la cola emocionadamente, me agacho un poco y dejo que lama mi mano, tenía un ojo verde y el otro negro, era totalmente hermosa.
—Un viejo amigo me la regaló, la rescató hace unos meses de las calles y le buscaba un hogar, así que la recibí con los brazos abiertos— dice con una sonrisa acariciando la cabeza de la perrita delicadamente.
—Es hermosa— digo hipnotizada, siempre había querido un perrito pero mi madre era alérgica a su pelaje, por eso nunca había podido tenerlo.
—Claro que si— dice sonriéndome.
— ¿Jules?— reconozco la voz de Sam adormilada saliendo de una habitación, que supuse era de ella.
—Sam, tenemos visita— nos levantamos del suelo y Fanny va a sentarse al sofá.
—Hola Mel, un gusto volver a verte— me dice para luego sonarse la nariz.
—El gusto es mío.
—Mel, ¿me ayudas a preparar la cena?— me dice Jules.
— ¿Cenaran acá?— pregunta Sam, yéndose a acostar al sofá, acariciando a la perrita.
—Sí, te tenemos lastima así que te acompañaremos en tu enfermedad, pueda que sea una de tus ultimas cenas— dice Jules.
—Ja, ja— dice Sam volviéndose a sonar la nariz— No me moriré por un leve resfriado— abraza a Fanny, como si fuera su enorme peluche.
—Eso dices tú.
—Sí, tenía un tío que se resfrió— miento siguiéndole la corriente a Jules— Y digo tenia porque ya no se encuentra con nosotros.
—Oh, siento mucho la pérdida de tu tío Mel— dice apenada.
— ¿Cuál perdida? él ya no es mi tío porque se divorció de mi tía, así que legal mente él ya no forma parte de la familia— Jules estalla en carcajadas y yo me uno a él.
—Ustedes son tal para cual— dice Sam con una leve sonrisa.
—Como sea, Mel, hay que ponernos manos a la obra— sigo a Jules dentro de la pequeña pero acomodada cocina.
— ¿Qué prepararemos?— me recuesto contra la encimera.
—Sé cocinar pasta, y pasta, y pasta— saca unas bosas con pasta de los cajones— Así que prepararemos pasta.
Ruedo los ojos divertidamente y asiento.
—Quiero hablar contigo de algo muy importante— acá vamos...
—No me digas que estás embarazada— me dice serio.
—Claro que no— digo inmediatamente— No lo estoy, solo que quiero saber que pasa entre mi prima y tú— directo al punto— Pero quiero que seas sincero conmigo respecto a si la amas aun o no, no me gustaría verlos a ambos lastimados.
—Varas...— suspira profundamente— Al principio si la quería, no la amaba, simplemente la quería. Pero pasaron los días y todo parecía irse disolviendo entre los dos, si de por si nunca hubo una química genial entre los dos, la poca que teníamos se fue acabando poco a poco.
— ¿Has intentado hablar de eso con ella?— pregunto dejando la salsa de tomate por un lado.
—No, siempre que intento aclarar las cosas sale con su dramatismo y terminamos peleando— no veía ningún tipo de dolor en su mirada, y en ese momento comprendí que él ya no la quería.
—No puedo tomar las decisiones por ambos, pero sería mejor que acabaran con todo, para no salir lastimados, eso me pondría a mí en el medio ya que los dos me harían elegir.
—Nunca te haríamos elegir entre los dos— me dice sinceramente, lo cual me tranquiliza un poco, odiaría tener que hacerlo, o simplemente no podría hacerlo.
— ¿Por qué ya no la quieres?— pregunté suavemente.
—Antes de conocerla— se sentó en la mesa, yo no me moví— Me gustaba otra chica, siempre intenté decírselo, pero nunca pude, luego llegó ella y me gustó, era una chica tan libre y era linda, y sincera. Pero no se comparaba con la otra chica, tan tierna y reservada, y a la vez tan rota.
Mi corazón se quebraba al oírlo hablar así.
—Pero Karina fue directa conmigo y me dijo que le gustaba, así que decidí que no perdía nada con intentarlo— se encogió de hombros.
— ¿Por qué nunca fuiste directo con la otra chica?— dije tragándome mis lágrimas.
—Nunca tuve las agallas de decírselo— se acercó a mí— Nunca tuve el momento adecuado para decírtelo...
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