CAPÍTULO 17
— ¿Pero te defendiste?— volvió a preguntar mi madre.
—Claro que si— le dije bebiendo un sorbo de mi té— No iba a dejar que me pegara, al principio no estuve de acuerdo con la idea de la agresión, pero vi que iba a ser necesario recurrir a la violencia, así que lo hice.
—Esa es mi chica— sonrió orgullosa, otros padres normales habrían dicho que la violencia no siempre era lo mejor, pero mi madre no era una madre común, aun así la amaba.
—Si Jules no hubiera llegado a separarnos, quizá ahora estaría tras una fría celda— sonreí al pronunciar su nombre, no lo iba a negar.
—Da igual— dice mi madre haciendo un gesto con la mano, agradecí que no se hubiera dado cuenta de mi sonrisa— Prefiero ir a sacarte de una celda antes de decir que mi hija se dejó pegar por una tonta traicionera.
—Eres todo un caso madre.
—Así me amas— besó mi mejilla y se fue a su habitación.
Una de las muchas razones por las que estaba agradecida de que mi madre fuera mi madre era porque podía confiar con ella para lo que sea, y hablar de todo sin pelos en la lengua.
Cuando tuve mi primera vez—con Math— pude hablarlo con toda libertar y sin miedo a que me reprendiera o castigara, recuerdo que ese día lo único que me pregunto fue que si había estado bueno, a lo que yo no quise contestar sabiendo que iba a tardar una semana preguntándomelo a cada rato. A veces no sabía quién de las dos era la madre puesto a que a veces me comportaba mucho más madura y seria que ella, pero como ella me lo repetía, así la amaba.
***
—Prométeme que solo serán unos días— le digo a mi prima ayudándola a empacar sus cosas.
—Te lo prometo, no tengo la intención de quedarme eternamente en su casa y dejar de vivir el resto de mi vida plenamente— dice ella apartando la mirada de su celular.
— ¿Me quieres ayudar?— le digo saltando sobre la maleta llena de cosas.
— ¿Ayudar? Yo hice toda la maleta— me reprocha.
—Sí, y luego saque todo y lo volví a meter ordenadamente— le recordé.
Se acercó a mí y me apartó con un ademán; rodando los ojos me aparté para que ella cerrara la maleta.
Presionó la maleta y cerró el zipper sin ninguna complicación.
—Acéptalo prima, eres una debilucha, debes comer más.
— ¿Quieres acompañarme a comprar?— le pregunté cambiando de tema.
—De pende de que sea lo que vas a comprar.
—Libros.
—Libros— repitió pensando— Ok— se encogió de hombros.
Le dije que la quería abajo en diez minutos y ella me dijo que haría todo lo posible por estar en quince.
***
— ¿Por qué vienes a comprar libros?— me pregunta distraída mente observando la portada de un libro de los muchos que se encuentran en las estanterías.
—Hace mucho que me olvidé del buen habito de la lectura, estoy tratando de crear una nueva yo, así que es momento de volver a los viejos buenos hábitos. — le explico tomando otro libro llamado "Obsidian" según miré, era la primera parte de la saga Lux.
—Éste tiene una bonita portada— me dice enseñándome el de "Cincuenta Sombras De Grey"
—No debes juzgar a un libro por su portada. — le digo tomando el libro.
—Es una estupidez, en el mundo en el que estamos las personas se basan solamente en la apariencia, pasa con todo tipo de personas y cosas, si vez a un perro callejero y a uno limpio y domesticado irás a abrazar al limpio, es obvio. Nada cambia con respecto a los libros, si vez uno viejo y maltratado al lado de uno nuevo y en pasta dura, es más probable que te quedes con el nuevo.
—No todas las personas somos iguales, existen las que se guían solo por las apariencias y las que prefieren ver su interior, cada quien elige en que grupo debe estar— tomé otro libro en mis manos, gesto que quería decir que daba fin a la discusión.
—No jodas...— volteo a ver a mi prima y la veo con los ojos agrandados viendo fijamente a la ventana de la tienda.
Volteo la vista al mismo lugar y abro la boca al ver lo a mi prima la había alarmado.
No era Bruno Mars ni Justin Bieber quienes estaban ofreciendo besos gratis fuera de la tienda, sino que Jules estaba caminando junto a una chica, con su brazo rodeando los hombros de la chica, ambos iban riendo.
Lancé a un lado mis celos y sentí enojo de que estuviera engañando a mi prima.
—Yo lo mato. — antes de que mi prima pudiera salir, la detuve. Necesitábamos un plan.
—Espera, no puedes ir así como así, tenemos que idear un plan para no hacer un total escándalo.
—Oh, chica, escandalo es mi segundo nombre. — antes de que pudiera volver a detenerla, ella ya había salido de la tienda dramáticamente.
Maldiciendo, salí detrás de ella.
—Karina— dije su nombre esquivando personas y pidiendo disculpas a las que accidentalmente empujaba.
—Ajá— dijo ella señalando a Jules como si fuera un niño que había sido encontrado robando dulces.
Ambos acusados nos miraron confundidos, aún más la chica al lado de Jules, que no era del todo fea, tenía los ojos verdes, muy parecidos a los de Jules, su cabello era una mezcla de rubio y castaño, igual que Jules.
Entonces lo comprendí...
—Eh, Karina...
—No, Karina nada— me paró ella— Tú, eres un estúpido, te burlas de mi a mis espaldas, no tienes vergüenza...
—Karina, ¿de qué hablas?— le dice él sin comprender aun.
—Estas aquí, con esta... cualquiera. — le escupe con odio.
— ¿Disculpa?— le dice la chica—su prima—ofendida.
—Karina, creo que es mejor que te calmes y dejes que Jules te explique— vuelvo a repetir tomando su brazo. Ella se zafa de mi agarre y me ignora.
—No tiene nada que explicarme, los actos lo dicen todo— dice al borde de las lágrimas.
—Karina, ella es mi prima, Sam; Sam, ella es Karina, mi... novia— dice Jules al borde de perder la paciencia y avergonzado a la vez.
Karina abrió su boca con asombro, apuesto a que esa no se la esperaba.
—Yo... Jules... Lo siento— susurró lo último.
—Es mejor que hablemos luego— le dice secamente, Sam y yo estamos solamente de espectadoras.
—Sí, es mejor que hablemos luego— Karina se va con la cabeza gacha y yo solo suspiro profundamente.
—Lamento esto, traté de detenerla pero no pude. Por cierto, soy Mellanie, un gusto. — tendí mi mano a Sam y ella la aceptó con una media sonrisa incómoda.
—Ve detrás te tu prima, y luego podemos acordar para tomar algo. — dice Sam amablemente.
—Claro, hablamos luego— me despedí de ambos y fui al parqueo.
Entré a mi auto y ahí se encontraba Karina, con los ojos cerrados y su cabeza recostada contra el respaldo.
—Fui una completa estúpida y me puse en ridículo pareciendo una total celosa maniática. — me dice, sin abrir sus ojos.
—Cualquiera en tu lugar hubiera reaccionado de esa manera. — trato de consolarla.
— ¿Tu lo hubieras hecho?— me dice mirándome directo a los ojos.
—No...— miro a otro lado.
—Quizá debería ser más como tú— susurra.
—Alto ahí, no, para nada— le digo rápidamente— Eres perfecta como eres, nadie debe querer ser como otra persona, nunca.
—Últimamente las cosas no han ido bien con Jules. — confiesa con sus ojos empañados por las lágrimas.
—Cuéntame— le digo suavemente.
—Discutimos demasiado, me he dado cuenta de que cuando una pareja que al principio se llevaba bien y luego, de repente, pelea por todo, es porque la relación está llegando a su fin...— su voz se vuelve ronca.
—Pero... tu lo amas... él te ama... se aman— niego con la cabeza frenéticamente.
—Eso es lo que creía... al principio lo quería, pero ahora... simplemente no lo sé...— mira a través de la ventana.
— ¿Han hablado de eso?
—Ese es el problema— aparta el cabello de su rostro— No hemos hablado mucho, todo es pelear y pelear, nada más.
—No puedo hablar por ustedes, pero es mejor que aclaren las cosas. Se seguirán haciendo daño si no lo hacen.
—Tienes razón— asiente— ¿Estarás conmigo siempre?
—Siempre me parece una muy buena idea.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top