CAPÍTULO 11

—Mel, por favor, por favor, por favor...

—Ya basta Math— le dije furiosa— Levántate y ve a joder a otra parte, molestas más que un mosquito en el oído a media noche.

—No me iré hasta que me digas que si— repuso sin levantarse de la arena, el muy ingrato se encontraba arrodillado en la arena a plena luz del medio día.

—Si no quiero ni verte en la casa, ¿Qué te hace pensar que quiero ir a una fiesta contigo?— le di otro trago a mi piña colada.

—Sé que te gusta Jules, y sé que no te gusta verlo con tu prima, por más que lo niegues te duele, y necesitas distraerte un poco— esta vez se sentó en la orilla de mi silla de playa—, prometo que no intentaré nada que no quieras, pero si cambias de opinión no me niego eh...

Rodé los ojos, estaba cien por ciento segura de que no volvería a querer nada con Math, ni siquiera un beso.

—No te hace mal ni a ti ni a mí un poco de diversión— tenía razón, no podía quedarme encerrada toda la noche envidiando la nueva relación de mi prima.

—Está bien— aflojé un poco por fin— Pero a la mínima insinuación tuya juro que te pateo las bolas y me largo de ese lugar.

—Vale, prometo que no intentaré nada que no quieras— me dio una sonrisa y luego se fue.

No habían pasado ni dos minutos de relajación, cuando siento que alguien me tapa el sol.

—Quien quiera que seas, me tapas la luz y quiero un bonito bronceado antes de regresar a clases— dije con los ojos cerrados.

— ¿Ya escuchaste de la fiesta en la playa de esta noche?— escuché una voz reconocida.

—Math acaba de estar acá rogándome por que vaya con él— abrí un ojo y observé a mi prima sonriendo.

— ¿Qué le has dicho?— se mordió el labio. Aun se sentía culpable por haberlo traído, pero me reusé a estar peleada con ella por una estupidez, dos días llevábamos conviviendo y hasta ahora el mundo no había explotado.

—Le tuve que decir que sí, no tenia de otra si no me seguiría jodiendo todo el día. — me senté en la silla para poder ver mejor a mi prima.

—Lo siento mucho, todo esto es mi culpa...

—Ya no importa Kari— la detuve— He soportado dos días con él, creo que soportaré más.

Asintió no muy convencida.

— ¿Si irás?— alzó las cejas.

—No tengo de otra— me encogí de hombros— Vine a divertirme y eso haré, pero le dejé muy en claro a Math que si intenta algo le quito las mini-bolas que tiene.

—Entonces esta noche nos divertiremos juntas— saltó dando aplausos como niña pequeña y se fue corriendo.

Solo quería divertirme por una noche, pero no pude evitar sentir que algo pasaría esta noche.

***

—Te ves ardiente nena— me dice mi prima para luego darme una nalgada.

—Eso es de todos los días. — me encojo de hombros con una mirada de autosuficiencia.

Me he puesto un vestido corto color negro, es tan pegado como para resaltar mis curvas pero no tanto como para parecer una salchicha bien empacada, aunque podía sentir como las lentejuelas que lo cubrían hacían que me picara el trasero.

También me maquille levemente, solamente me hice el delineado de gato y me coloqué un labial rojo, o como lo llamó mi prima: rojo pasión.

—Jules y yo nos adelantaremos, pero nos encontramos en la fiesta— me dijo mi prima dándose los últimos retoques. Ella llevaba un vestido parecido al mío, pero en color rosado.

Asiento en respuesta y meto unas cosas en mi bolso de mano.

Cuando bajo Math estaba en el sillón con su celular.

Me vio y sonrió coquetamente, sabía a donde iba con eso y no lo iba a lograr.

—No empieces, quiero que mi noche sea normal, no quiero dramas, solo quiero relajarme, bailar y tomar uno que otro trago.

—Solo iba a decirte, más bien a recordarte lo hermosa que estas y que eres— trató de ponerme una mano en la cintura pero me alejé.

—Cierra la boca y vámonos ya— dije saliendo de la casa.

—Podrías callarme de una manera más satisfactoria. — insinúa de manera seductora.

—Te callaré con un puñetazo, es mi oferta. Tómala o deja de joderme.

—Que amargada te has puesto.

—Tú me sacas de quicio, es eso.

La fiesta era a unos pocos kilómetros de nuestra casa, así que iríamos caminando, menos mal no me había colocado tacones, llevaba unas sandalias cómodas a juego con el vestido, era una completa estupidez andar con tacones en una fiesta en la playa.

Todo el camino pasé ignorando cada estupidez que decía Math, me prometí que no le haría caso, por el bien de pasar una noche tranquila.

Llegamos a la fiesta y la música retumbaba por todos lados, ya que era al aire libre las personas podían bailar con total libertad y con más espacio, cosa que agradecí ya que así no tendría que mezclarme con el sudor de desconocidos.

—Allá están los tortolos— Math señaló donde todas las personas bailaban y entre esas personas se encontraban Jules y Kari bailando pegados y compartiendo saliva.

La punzada en el corazón se instaló al instante y mi estómago se retorció.

—Tienes dos opciones— dijo Math haciendo que apartara mi vista de mi prima y su novio— Bailas conmigo o bailas con un desconocido que te puede hacer cosas como drogarte para luego matarte, o peor, violarte.

—Prefiero bailar con un desconocido, ¿Qué tal que tú me drogas y me violas?— alzo la barbilla retándolo.

—Puede que no sea la mejor persona en el mundo, pero tengo principios y sé seducir a una chica sin tener que drogarla— me regala otra de sus sonrisas de autosuficiencia y yo ruedo los ojos.

—Tu ego y tu estupidez no tienen límites.

—Vamos Mel, elige.

Doy un vistazo a todos a mi alrededor, ha chicos guapos, demasiados diría yo, pero no los conocía y no era lo suficiente atrevida como para acercarme a hablarles.

Pasé mi mano por mi rostro totalmente fastidiada, inhale hondo y tomé la mano de Math para unirnos a las demás personas que bailaban al ritmo de Mind de Jack Ü.

Moví mis caderas contra las de Math al ritmo de esa asombrosa canción y él gustosamente me siguió.

—Había olvidado lo bien que te movías— me dice Math al oído, haciendo que su aliento se sintiera caliente por todo mi cuello.

Semanas atrás eso hubiera causado corrientes eléctricas y chispas por todo mi cuerpo, pero nada más que repugnancia se formó en mi estómago.

—No empieces o me largo— dije secamente sin dejar de moverme.

Las horas pasaban y la música cada vez se ponía mejor, los tragos que había ingerido surgían efecto haciendo que aflojara más y no me portara tan seca y enojada con Math, sin embargo mis cinco sentidos seguían alerta por si intentaba algo más, cosa que no había sucedido hasta ahora.

Jules y Kari se habían acercado más a nosotros y habíamos bromeado un poco, unas cuantas veces intercambié miradas con Jules, y su mirada me quemaba, había algo intenso y oscuro que se formaba bajo la capa color verde de sus ojos, intentaba hablarme pero Kari siempre lo apartaba, no de mala manera si no que sin darse cuenta lo alejaba de mí.

Cuando volví a la pista luego de ir a la barra para tomar algo, los tortolos —como los llamaba Math— estaban cerca de nosotros.

Jules me miró y me sonrió, pero antes de que yo pudiera devolverle la sonrisa Karina se dio cuenta de eso e intencionalmente, se abalanzó a los labios de él y lo besó feroz mente.

Obviamente él le siguió pero abrió los ojos en medio del beso y se posaron en mí, la actitud de Karina me dejó desconcertada así que actué sin pensar e hice algo que me prometí nunca más hacer.

Besé a Math, sus labios se sentían diferentes, no eran los mismos labios que me gustaron alguna vez, las chispas no aparecieron y aunque ya sabía de qué manera él besaba, en ese momento la desconocí.

No me hice para atrás, seguí con aquello, había soportado tantos días viendo como mi prima besaba al chico que me gustaba y necesitaba desahogarme. Torpemente seguí el beso de Math.

Sus manos se posaron en mi trasero y me atrajo más a su cuerpo. Pasé mis brazos por su cuello y también lo pegué a mí.

No sabía lo que hacía y sin duda me arrepentiría, pero no era momento de pensar, luego culparía al alcohol, aunque estuviera en mis cinco sentidos.

Me separé para tomar aire y besé el cuello sudado de Math, subí mis labios hasta su cuello y susurré las palabras que seguro me arrepentiría el resto de mi vida por haberlas dicho:

—Será mejor que vayamos a la casa.

Sin pensarlo Math me sacó del grupo de personas a la velocidad de la luz.

Ni sentí cuando entramos a la casa y nos dirigimos a mi habitación, la adrenalina era asombrosa combinada con el alcohol. Solo quería olvidarme de todo un rato, esta noche no terminaría como lo había planeado, pero no importaba, era mi vida y yo decidía como arruinarla.

Me saqué el vestido de un tirón y lo lancé por alguna parte de la habitación, Math se sacó los pantalones.

Me tiró contra la cama y subió mis manos por encima de mi cabeza para besarme feroz mente el cuello, tiré mi cabeza para atrás para que me besara con más libertad. No estaba ni cerca de estar mojada, y sentía que quería llorar, pero el alcohol en mis venas me hacía actuar de manera contraria a alejarlo.

Solté un gemido fingido y él gruñó de placer. Con agilidad desabroché mi sostén mientras él bajaba mis bragas, al parecer él estaba tan borracho que no se dio cuenta de que ni siquiera estaba húmeda.

Se bajó el bóxer y subió a mi boca mientras posicionaba su miembro en mi entrada.

Gemí falsamente cuando entró en mí y gemí más fingido aún más cuando dio la primera envestida.

Ni siquiera se dio cuenta de que yo no llegué al orgasmo ni antes ni después de él.

Ya estaba amaneciendo y yo no podía dormir, arrepintiéndome completamente por lo ocurrido aquella noche, no fue la primera vez que lo hacíamos, pero tener sexo con mi ex se sentía mal, más por la forma en la que nuestra relación terminó.

Pero lo hecho, hecho está...

***

Dedicado a todas aquellas chicas y chicos que han tenido o tienen relaciones tóxicas. SALGAN DE AHÍ RÁPIDOOOO.  

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