Capítulo 35 🎬

Voy directo al camerino de Camila con la revista en mis manos y los ojos inyectados en furia. Abro la puerta con fuerza y la arrojo al sillón.

—¿Qué demonios? —inquiere cuando me ve, está envuelta en una bata rosada y está en medio del proceso de maquillaje para su personaje.

—¿Nos permite? —pido a Silvia, la maquilladora, que al notar mi estado anímico asiente y nos deja solos con premura.

—No tengo tiempo, Ramiro, tengo que rodar en unos instantes —dice ella y pasa la mirada por la revista.

—¿Cómo te atreviste? —inquiero y señalo el artículo. Es una nota con letras rojas enormes que dice: «Según fuentes allegadas al actor Ramiro y Oriana tienen un romance secreto».

Camila ríe y niega quitándole importancia.

—¿Cómo sabes que fui yo?

—Porque nadie más que mi familia y gente muy cercana lo sabía y tú me sacaste información esa noche —digo entre dientes—. ¿Lo haces por dinero?

—Por dinero y por diversión —responde cínica y se encoje de hombros—. No sé por qué te enfadas, deberías estar acostumbrado a esto. Además, yo no te saqué la información, tú lo soltaste solo... Efectos de andar tomando cosas desconocidas.

—¿A qué te refieres? —inquiero y por su sonrisa descaradas no necesito más respuestas. Lo sabía, ya me parecía raro haber terminado como terminé esa noche, ella le puso algo a la bebida.

—Ay, Ramiro, eso solo te traerá más fama. ¿No es acaso lo que quieres? ¿No es acaso lo que todos queremos? Te he hecho un favor, a ti y a la fracasada de tu novia. Al menos volverán a hablar de ella por unos días, la prensa ya la tenía olvidada.

Me llevo la mano a la frente y suspiro, estoy enfadado con ella y conmigo mismo por haber sido tan idiota. ¿Cómo no me di cuenta antes? Lo peor es que me hace caer en cuenta de lo que Oriana me ha repetido un sinfín de veces sobre este ambiente.

Niego con frustración y mi celular vibra, seguro es uno de los diez o veinte periodistas que están tratando de conseguir una nota conmigo.

Al notar que no me queda nada por hablar con esta mujer, o por lo menos, que toda conversación sería inútil, salgo frustrado y más enfadado, dispuesto a llamar a Oriana para ver si ya lo sabe y pedirle las disculpas correspondientes. Hace dos semanas que no hablamos y lo único que sé es que viaja en estos días, no sé bien cuándo.

Marco su número, pero no atiende. Intento llamar de nuevo, pero nada. Un rato después me llega un mensaje suyo.

«No quiero creer que esto es por despecho o por enfado, Ramiro. Me dolería demasiado, pero me cuesta no verlo así, ya que por más que te conozca y sé que nunca has tenido malas intenciones para conmigo, no puedo dejar de dudar, está en mí y en mi pasado. Hemos callado por muchos meses y justo ahora cuando he logrado la paz que tanto anhelaba, alguien remueve el avispero y tengo a periodistas y paparazzi siguiéndome por todos lados».

Su mensaje me duele porque la comprendo, no lo hice a propósito, pero sé que puede verse así luego de su decisión de terminar conmigo.

«¿Puedo llamarte? Más bien, ¿me atenderías?».

«La verdad es que estoy tan enfadada contigo en este instante que no quiero hablarte. Pensaba esconderme del mundo un par de meses y ahora todos andan tras de mí, es cuestión de tiempo para que sepan a dónde iré y no dejen de molestarme...».

«No creo que sea para tanto, Ori. La noticia dejará de llamar la atención en un par de días, ya lo verás».

«No seas iluso, eres el actor más comentado de este momento, todo el mundo anda tras tu pista y que tengas pareja es la noticia más jugosa, empezarán a hacer especulaciones... ya sabes... ¿A quién se lo contaste? Dudo mucho que nadie de tu familia ni mi hermana ni nuestros representantes hayan abierto la bocota».

«Lo siento, en esa fiesta... me dieron algo... Bailé con una compañera y luego ella me dio una bebida y salimos a hablar... no sé qué fue, pensé que estaba muy borracho, pero obviamente había algo más, algo que me hizo soltar la lengua, era como si no pudiese medir o controlar lo que salía de mi boca... era como pensar en voz alta».

Ella no responde.

«Ori... perdóname».

Sigue sin responder.

«Lo siento, de verdad...».

Sé que le he fallado y su silencio es peor porque podría decirme que ella me lo advirtió y echármelo a la cara, pero calla y eso me duele más, porque el silencio lo dice todo, marca la distancia que nos separa y que es tan dolorosa.

Dos días después de aquello y aún con la prensa rondándome en cada esquina, recibo un mensaje suyo que dice que debido a las circunstancias ha adelantado su viaje porque se siente incómoda con la atención que le dan los paparazzi, justo en el momento en que había logrado deshacerse de ellos, me dice que me cuide y se despide con un escueto e impersonal nos vemos pronto.

«¿Cuándo?».

Pregunto y ya no hay respuestas, pero Luana me confirma que regresará para el estreno de la película Las estrellas que cayeron a la que fui invitado. No pensaba ir, pero si ella estará por allí no me la perderé.

Sí, parezco un loco, y a lo mejor lo soy... pero mi vida ha dado un vuelco y estoy mareado.

Les dejo un cap más ya que este está cortito.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top