Capítulo 26 🎬

Verónica y yo nos encontramos en una heladería donde solemos venir, la gente por la calle me saluda y me felicita, aquí no soy famoso, pero soy conocido y ellos parecen estar orgullosos de mí.

—Hola —dice y al verla camino hasta sentarme a su lado.

—Hola... —saludo—. ¿Cómo estás?

—Bien, ¿tú? —inquiere y yo asiento.

—Bien, feliz de estar en casa de nuevo.

—Bueno... creo que lo mejor será que hablemos con claridad para que puedas pasar unos días bonitos sin mucho drama, ¿no? —dice y sonríe, yo asiento—. Ya te lo dije, pero mejor en persona, no hagas caso, lo del beso fue...

—Sincérate conmigo, Vero... ¿Sientes algo por mí? —inquiero.

Ella abre los ojos con sorpresa debido a mi planteamiento, pero luego baja la mirada y juguetea con la servilleta de la mesa.

—Siempre lo he hecho —admite—, y fui una tonta cuando éramos más jóvenes y terminé lo que teníamos... Me dio miedo, no quería perderte ni perder nuestra amistad y no me sentía lista para avanzar...

—Comprendo... ¿Por qué no lo dijiste antes?

—Por lo mismo... nuestra amistad me importa por sobre todas las cosas... Lo siento, Rami... de verdad... no debí besarte, pero es que... Sé que estás enamorado de Oriana y yo...

—¿Qué dices? —inquiero y ella me mira a los ojos.

—Es así... yo te vi mirarla... y me sentí tan lejos de eso, tan... que perdí mi oportunidad. ¿Comprendes? Siempre pensé que terminaríamos juntos, lo di por hecho, que tarde o temprano sucedería, que solo estábamos en una especie de receso en la que tú crecías profesionalmente y yo acababa mis estudios y luego... encontraríamos el momento... pero entonces te vi con ella, te escuché hablarme de ella... y supe que ella no es una chica más, no es una chica con la que estarás solo un rato y que luego dejarás de lado...

—No sé a qué te refieres, pero sí debo admitir que me molesta un poco saber que has pensado todo eso y jamás me lo has dicho, creí que confiábamos el uno en el otro... que éramos sinceros...

—Pues perdóname por eso... —dice y sonríe con tristeza.

—Vero, yo no estoy enamorado de Oriana, pero tampoco puedo darte lo que esperas...

—No espero nada, solo amistad —admite—, de verdad...

Yo asiento...

—Lo siento —murmuro y ella me toma de la mano y se encoge de hombros.

—¿Podemos olvidarlo todo?

No estoy seguro de que se pueda, pero asiento.

—Oriana vino conmigo —comento—, pensé que debías saberlo, fue una decisión de último minuto... ella iba a quedarse sola y...

—No tienes que justificar tus acciones, Oriana no me cae mal, espero que valore lo que eres, nada más —añade.

—Solo somos amigos...

Ella asiente, pero parece no creerme. Cambia de tema y comienza a contarme sobre sus exámenes, su trabajo de tesis y el próximo viaje que ha decidido hacer por vacaciones. Se va en unas semanas con su amiga de la universidad.

—Me parece genial —digo y ella sonríe—. Viajar es bueno y ayuda a conocerse a uno mismo.

—Sí, eso dicen...

Seguimos el resto de la tarde poniéndonos al día con nuestras vidas, pero yo omito hablar de Oriana y ella no pregunta.

—¿Cuánto queda para que acaben de grabar?

—Pues una vez que regresemos solo un mes, ya van a iniciar las giras y las entrevistas de presentación. La película se estrena a mediados del año que viene.

—Buenísimo —añade—. Espero poder ir a ese estreno.

—Claro, pero mejor te preparas porque las escenas son fuertes.

Ella ríe y comienza a hacerme preguntas sobre las grabaciones de esas escenas, nada muy íntimo, solo tecnicismos. Yo tampoco le cuento que casi morí incendiado en cada escena, no considero que necesite saberlo.

Regresamos a la casa en la tarde, yo la acompaño a la suya y luego voy a la mía. Oriana no está, ha salido con Luana, y eso me agrada, sé que mi hermana es buena compañía. Voy a mi habitación y luego de darme un baño me recuesto en mi cama.

Me pregunto qué pensará Ori si ve todos mis posters y al mirar su foto tras la puerta no puedo dejar de pensar en lo mucho que ha cambiado mi concepto sobre ella.

De pronto ya no la veo como una estrella inalcanzable que está solo en mi imaginación, sino como una mujer real, con defectos y virtudes, con sueños y anhelos, con miedos... una mujer de carne y hueso. Sonrío y pienso en las palabras de Verónica. ¿Será que estoy enamorado de Oriana? ¿De qué parte de ella?

Suspiro y en algún momento me quedo dormido y no es hasta que escucho los gritos de Enzo llamándome para la cena, cuando despierto.

Comemos todos en la mesa, Oriana y Luana nos cuentan de su recorrido y mi hermana está feliz porque Oriana usará uno de sus diseños en la presentación de la película. De nuevo veo un brillo en ella, algo distinto, no es lo mismo que veía antes, no es el brillo de la fama. La mira con alegría mientras asiente y comenta que el vestido es hermoso y que Luana tiene diseños increíbles, que cualquier actriz estaría feliz de vestir uno de sus diseños.

Mi hermana la mira con emoción y ambas parecen conectadas.

Supongo que ese nuevo brillo que veo le da el hacer algo por alguien más, el saber que hace feliz a otra persona, el sentirse un poco más libre... Y me gusta, me gusta verla brillar así.

Más tarde subiré un capítulo más, ya que este es cortito.

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