Capítulo 6: Un Duelo de Práctica, Presentaciones Cortas
Es una mañana tranquila, en las calles de un vecindario, apenas hay unas cuántas personas saliendo de sus casas, y tomando diferentes rumbos.
Pero en una de ellas, aunque el día ya había llegado hace un buen rato, 4 "personitas" se encontraban todavía durmiendo de lo más relajados y tranquilos posibles.
En la primera habitación, estaba un chico joven de cabello negro, junto a una chica de cabello rosa semi-oscuro, y en la segunda habitación, había también un chico, pero de pelo castaño y junto a el, dormía una chica de pelo verde, con el fleco siendo de un color rojo claro.
Pasados algunos minutos, por parte de la chica que dormía con el castaño, empezó a moverse, aunque estirándose más de lo debido, y girando en la cama, tanto así que fue empujando al chico antes de que este cayera de la cama, despertándose un tanto de sorpresa obviamente.
-Ouch- fue lo que dijo mientras se iba levantando del piso, y frotándose los ojos- ¿Mmm? ¿Qué hago en el...?
Después de pensarlo, se levantó un poco más, notado como la chica con la que estaba durmiendo, debido a estirarse, ocupaba gran parte de la cama, así que simplemente se sentó en el suelo antes de estirarse unos segundos.
-Mmm...Ok...No fue un despertar cotidiano...Pero supongo que podré acostumbrarme dentro de poco- era el pensamiento del castaño con una mano en el cabello- Bien...ahora iré al...
Sus palabras se detuvieron al escuchar un largo bostezo, viendo como la chica volvía a estirarse en la cama, antes de sentarse, mientras se pasaba la mano por el cabello, frotándose un tanto los ojos, antes de apoyarlas a los lados, y luego voltear a ver al chico.
-¿Y a tí que te pasó?- preguntó la chica mientras arqueaba una ceja.
-Ah...no nada...solo...tuve un pequeño sobresalto...y cuándo me desperté...pues estaba aquí en el suelo- respondió el ojimiel con una ligera sonrisa, antes de ponerse de pie.
-¿Enserio?- preguntó ella nuevamente, notando los pequeños nervios por parte de el.
-C-Claro...pero no te preocupes...a la próxima estaré más atento- así le respondió con una ligera sonrisa, mientras ella aún lo veía con duda.
-B-Bueno...iré a darme una ducha...Emmm...nos vemos- fue lo último que el dijo, antes de darse la vuelta y salir de la habitación.
-Hmmm...es un tanto extraño- pensó la chica, antes de sentarse en la cama- A-Aunque...
Sus palabras se cortaron, mientras miraba al suelo, ocultando un ligero rubor presente en sus mejillas.
-Esto...es tan confuso- fue su siguiente pensamiento mientras cerraba los ojos, y ocultaba su rostro en sus rodillas mientras tenía abrazadas a estas.
Mientras tanto
En la otra habitación, la pelirrosa y el pelinegro aún se encontraban dormidos, con el chico mirando al techo, mientras ella yacía acostada de lado.
O eso era hasta que se iba moviendo un poco, y luego fue levantándose despacio, antes de abrir los ojos, y mirar al chico todavía dormido. Entonces, después de estirarse un poco, y parpadear un par de veces, se le acerca, para moverlo un poco.
-Carlitos...Carlitos...despierta- fueron sus palabras con una pequeña sonrisa, y luego notar como el chico iba moviendo los ojos.
-¿Mmm? ¿Qué? ¿Ya es de día?- era lo que se preguntaba un tanto en voz baja el pelinegro; en lo que incorporaba, y sobaba la cabeza.
-Si, ya desde hace un rato creo- fue la respuesta que recibió, antes de abrir los ojos, y encontrándose fijamente con unos ojos rosas- Buenos dí...
Pero la chica no terminó de hablar, antesde que escuchar un leve golpe contra el suelo, y ahora veía como estaba el pelinegro de espaldas al suelo, mientras la veía un tanto de manera fija.
-¿Estás bien?- preguntó ella.
-Eh...si-si-si-si...estoy...estoy bien...a-así me despierto usualmente...jeje- respondió el chico mientras se ponía de pie rápido y sonreía nerviosamente- B-Bueno...iré...a mi cuarto...Ya sabes para...cambiarme de ropa...Y...luego...a la cocina.
-Claro, jiji- así dijo la pelirrosa sonriéndole, mientras el devolvía el gesto.
Una hora después
-Rayos...Tengo hambre- era lo que decía el pelinegro.
-Para eso no tienes que ir arrastrándote hermano-señaló el castaño, pasando al lado de su compañero, el cuál estaba en el suelo.
-Ya lo sé wey...pero sabes lo lleno de ocurrencias que soy- afirmó este último antes de pararse, y luego llegar hasta el refrigerador.
-¿Y...qué tal tu noche?- preguntó el castaño mientras veía un par de cosas y las sacaba de uno de los estantes.
-Pues...bien...tranquila...c-cómoda...agradable- respondió su compañero evitando dar la cara, mientras tenía una botella pequeña en manos.
-Se nota- dijo el castaño ojimiel, mirándolo de forma burlona, antes de continuar lo que hacía.
-¿Y la tuya que tal?- preguntó ahora el de ojos marrones, mirándolo con burla también.
Ante esa pregunta, el de ojos miel se tensó un poco, recordando como mientras se estaba quedando dormido, sintió como Demencia jalaba un poco su brazo y lo usaba de almohada.
-Estuvo...Estuvo bien...también- respondió el castaño dando la espalda mientras terminaba de hacerse un sandwich.
Después de eso, y luego de algunos minutos, ahora, ambos compañeros se encontraban en el jardín trasero, que podría ser la parte más amplia de todo su hogar.
-El profesor hizo un trabajo...Wow- así dijo el pelinegro, mientras con las manos a los lados de la cabeza hacía como una explosión.
-Si...La verdad sabía de la capacidad de sus poderes...aunque...no sé porque algo me dice que no trabajó solo- señaló el castaño cruzado de brazos- En fin...¿Por que querías venir hermano?
-¿No es obvio?- así le preguntó, mientras se daba la vuelta, y lo apuntaba con un dedo- Aquí habrá un duelo.
-¿Un duelo?- fue la siguiente pregunta que hizo Sam arqueando una ceja.
-Pues sí. Tu y yo ahora tenemos estos poderes; y no servirán de nada si no los ponemos a prueba- señaló Carlos mientras sus manos por unos segundos emitieron un rastro helado.
-Mmm...no voy a negar eso. Para aprender a controlarlos, debemos explotar el potencial que podamos tener en estos momentos...Cómo dicen por ahí...la práctica hace al maestro- señaló el ojimiel dando un par de pasos a su derecha- Pero ¿Crees poder aguantar?
-Ve de frente con lo que tengas...No tengo miedo- respondió el pelinegro con una sonrisa desafiante y un tanto entusiasta.
-Pues yo tampoco; así que hagamos esto- añadió el castaño mientras tronaba sus dedos.
El pelinegro sonrío un poco más, antes de agacharse un poco, y casi juntar sus manos, mientras un rastro de hielo aparecía en ambas, y comenzaba a dar forma a algo.
-¡A darle con mi esfera de hielo!- exclamó volteando a er a su compañero, y luego arrojando una esfera de tamaño mediano junto a un rastro de escarcha, sin embargo el chico de ojos miel dió un salto alto, evadiendo el ataque.
(Un tanto similar a esto)
Ante eso, el chico simplemente saltó a un lado, rodando por el suelo, mientras su compañero caía en el lugar en el que había estado.
-Jaja...¿Intentabas atraparme?- preguntó Carlos, antes de que su expresión ligeramente burlona fuera reemplazada por una confusa, y luego sorprendida- Ay no.
Este cambio, fue debido a que Sam había retraído sus manos, y estas venían siendo envueltas por múltiples rayos rojos, antes de dirigir sus manos hacia el frente, lanzando una potente descarga eléctrica.
El pelinegro no pudo evitar recibirla casi en su totalidad, de no ser porque se movió a un lado, pero solo la manga de su chaqueta terminó evaporada por la electricidad.
-Rayos...por poco y no la cuento- señaló el chico ahora en el suelo mientras empezaba a reincorporarse- Jeje...Buen ataque hermano.
-Perdón si me pasé...todavía no llego a controlarlo bien, pero ese es el punto de esto...Hay que seguir mejorando- así dijo Sam con una sonrisa.
-¡Sí! ¡Ahora a emplear la imaginación!- exclamó Carlos poniéndose de pie, antes de levantar un poco la pierna, y luego pisar fuerte en el suelo, generando un rastro de hielo que iba directamente hacia el castaño.
Este último fácilmente con una voltereta hacia atrás evadió los fragmentos, antes de aterrizar sobre uno de ellos, para luego voltear detrás suyo, mirando como un árbol había sido congelado en el proceso.
-Bueno...yo quemé el otro árbol...supongo que ahora estamos a mano- dijo Sam mientras unos pequeños rayos rojos envolvían sus manos y antebrazos- Entonces ¿Continuamos?
-¡¿Qué esperas?! ¡Aquí estoy!- exclamó el pelinegro levantando los puños, como si fuera boxeador.
-Tú lo pediste hermano. No te vayas a quejar después- señaló el castaño agachando un poco la cabeza, y estirando los brazos a los lados, aunque ninguno de ellos se dió cuenta, de que sus ojos sufrieron un ligero cambio durante un par de segundos.
-¡Ven por mí!- exclamaba el pelinegro, antes de salir corriendo hacia el, mientras un rastro de hielo y escarcha envolvía sus manos.
-Que conste...que tu lo pediste hermano- advirtió el castaño apretando los puños, mientras otro par de esos rayos rojos envolvían sus brazos, antes de lanzar un atque nuevamente.
Mientras tanto
-¿Dormiste bien?- preguntó Espinela.
-Siempre duermo bien- fue la respuesta que le dió Demencia, apoyada en la mesa mientras tenía un taco a medio comer en su mano izquierda- ¿Y tú que tal?
-Estuvo bien...jeje...había estado un poco cansada...así que dormir me llenó de energía- respondió la pelirrosa, ante la pregunta de su compañera- ¿Y...vas a hacer algo?
-Solo daré un vistazo a las cosas que Flug mandó aparte de las que ya son mías- respondió la peliverde terminando su taco, antes de alejarse.
-Está bien ¡Suerte!- exclamó la gema despidiéndose con su mano, antes de emprender su propia caminata- Mmm...¿Carlitos y Sam habrán salido o están afuera?
Durante su caminata, llegó a una de las 2 salas que habían en la casa.
-¿Y...tu eres?- fue la pregunta que escuchó, parando su caminata, y encontrándose con una pelinegra de ojos azules.
-Oh, otra...chica...Nunca la había visto...¿Quién será? ¿Es nueva?- era la pregunta que se hacía la gema mentalmente.
-¿Sabes? Para ser mi primer día en en este lugar...Pensé que solo...ese chico y su amigo eran los únicos viviendo aquí- señaló la ojiazul mientras continuaba cruzada de brazos- Pero veo que me equivoqué...también estás tu...ehhhh.
-Espinela...ese es mi nombre- respondió la gema- ¿Y el tuyo?
-Yo soy Jane- dijo la pelinegra antes de relajar un poco su expresión- ¿Espinela dijiste?
-Sí, así es como yo me llamo- señaló la mencionada con una ligera sonrisa.
-No sé porque...pero creo haber escuchado ese nombre antes, pero no se me viene a la mente de dónde- señaló la chica con una mano tocándose el mentón- Mmm...Oye...¿De casualidad eres amiga de uno de esos 2 chicos?
-¿Hablas...de Sam y Carlos? Si, soy amiga de ellos, aunque también está Demencia...Emmm...¿Tu eres conocida de alguno de ellos?- preguntó la gema arqueando una ceja.
-Si te soy sincera no...De la nada llegué con mi amiga a este mundo...y nos ofrecieron quedarnos aquí- señaló la pelinegra mirando sus alrededores- Y si que esta casa parece más grande por dentro que por fuera.
-Sí, hay muuucho espacio por explorar...Mucho, mucho, mucho- así decía la gema, antes de volverse bolita, y dar vueltas alrededor de la chica, para luego dar un pequeño salto.
-Jeje...Si...Eres divertida ¿sabes?- preguntó la pelinegra, arqueando una ceja, pero manteniendo su sonrisa.
-Gracias, me lo han dicho antes, pero igual gracias- añadió la pelirrosa, mientras sonreía al igual que la chica humana.
-Y...hablando de espacio...¿Crees poder mostrar un poco de este lugar?- preguntó la pelinegra.
-Bueno, hay una o 2 partes que todavía no he visto, pero ya me conozco casi todo- respondió la pelirrosa dándose vuelta.
-Suficiente para mí...¿Una carrera?- preguntó la ojiazul poniéndose a su lado.
-¿Hasta dónde?- fue la siguiente pregunta por parte de Espinela.
-Hasta que la energía se nos agote- respondió Jane, mientras su sonrisa aumentaba un poco, y sus ojos brillaban, antes de salir corriendo, a una alta velocidad.
-Vaya..eso si fue rápido, jeje- fue lo que dijo Espinela en su mente y ladeando su cabeza, antes de correr detrás de la pelinegra.
En la cocina
-Uh...tengo sed ahora- fue lo que dijo Demencia, mientras buscaba entre un par de estantes, y luego el refrigerador- Ah...aquí estaba.
-¿Quién eres?- esa fue la pregunta que escuchó, antes de mirar por sobre su hombro, notando que no estaba sola.
-Yo debería decir eso...¿Tú quien eres?- preguntó la chica, cerrando la puerta del refrigerador, mientras ahora tenía una botella de soda en su mano izquierda.
-Pregunté primero...así que responde- dijo la chica castaña que ahí estaba, mientras se cruzaba de brazos.
-¿No eres de por aquí cierto?- fue lo siguiente que preguntó Demencia, jugando un tanto con la botella- ¿Cuándo llegaste?
-No me vas a responder ¿cierto?- preguntó la ojimiel.
-Yo también pregunté...así que dejemonos de discusiones y digamoslo de una vez- señaló la peliverde mientras ahora tenía la botella como si fuera balón de baloncesto.
-Tsk...De acuerdo- añadió la castaña cerrando los ojos por un momento- Anna Beverly Kayla.
-Muy largo...te diré simplemente Anna- así dijo Demencia sonriendo ligeramente- Y yo soy Demencia.
-Hmmm...¿Será que eso representa?- preguntó la castaña arqueando su ceja, antes de acercarse a una de las encimeras, notando que habían trozos de pizza, entonces acercó su mano y tomó una- Por fin, algo de comer.
Ella entonces dió una mordida, para luego acabar el trozo que tenía en sus manos, y tomar otro, sin embargo, volteó la vista hacia atrás, mirándose con la peliverde un momento.
-¿Tengo algo en la cara?- preguntó Anna.
-No ¿Yo tengo?- esta vez Demencia preguntó, y entonces un silencio reinó entre ellas un momento- Mmm ¿No hablas mucho con otros?
-Solo lo hago con Jane...es la única persona que ha estado conmigo- respondió la castaña volviendo a prestar atención a su comida.
-Por lo menos...tu tenías una amiga...- fue lo que dijo Demencia en voz baja, aunque la ojimiel pudo escuchar claramente, pero no dijo nada- ¿Y...qué harás?
-Saldré un rato...No soy de las que les gusta estar encerrada- respondió Anna, terminando su 3era rebanada de pizza, antes de darse la vuelta y empezar a alejarse.
-Mmm...pues...¿No se enojará si voy detrás de ella?- se preguntó la peliverde en su mente, con una sonrisa un tanto traviesa, antes de empezar su trayecto, pero siendo bastante sigilosa.
Más tarde
Un par de destellos rojos, provenían del jardín trasero de la casa, antes de que Carlos saliera disparado contra un muro de hielo, dejando grietas en este, mientras pequeños rayos aún permanecían en su ropa.
-Rayos...Me agarró de sorpresa- fue lo que dijo para sus adentros, mientras apoyaba una mano en el suelo, para luego ir levantándose- Ok...Al menos no me pasó algo grave.
-Creo que me pasé ¿no? Jeje- dijo Sam acercándose a el, mientras se quitaba rastros de hielo, en los agujeros y retazos de su chaqueta roja.
-Nah...creo que podrían haber pasado peores cosas...- señaló el pelinegro, mientras se quitaba retazos de su chaqueta, antes de sacársela y tirarla a un lado- Uh...necesito una nueva.
-No eres el único hermano- señaló el castaño también dejando a un lado la misma prenda.
-¿Haciendo prueba de sus habilidades jóvenes?- preguntó una voz, entonces giraron su vista, mirando como un portal se abría, y de este salía alguien bastante conocido por ellos.
-Hola profesor...y sí...Estamos, practicando- respondió Sam mientras estaba cruzado de brazos.
-En mi caso es tratar de lucirme, pero sí, andamos practicando- añadió Carlos, sacándole un suspiro a su compañero.
-Ya veo, es importante si quieren saber que tan lejos pueden llevar- señaló Paradox, antes de arrojarles a cada uno una chaqueta.
-¡Gracias profesor!- exclamó el chico de ojos marrones- Uf...ya está...como nuevos hermano.
-Sí, gracias por eso- añadió el ojimiel mirando al hombre.
-No hay problema ¿Y...sus nuevas compañeras?- preguntó el ojiverde.
-La...verdad...llevamos un buen rato aquí...No las hemos visto...jejeje- respondió Carlos riendo un tanto nervioso.
-Pero seguro cada una tiene algo que hacer- añadió Sam, antes de acordarse de algo- Por cierto profesor ¿Para que me había pedido nuestro..."abridor de portales" por así decirlo?
-Quería revisarlo unos momentos, también le hice un par de modificaciones- respondió el hombre, antes de sacar el objeto de su bolsillo, y pasarselo al chico.
-Wow...jeje...se ve bien- señaló Carlos mirando el aparato junto a su compañero.
-Solo un par de viajes más...y podrán ir a dónde ustedes prefieran- señaló el hombre, haciendo que los 2 chicos voltearan a verlo, y solo se despida con su mano- Suerte muchachos.
Entonces se dió la vuelta, y entró hacia otro portal, para que luego este se cerrara detrás de el.
-Esto...será...¡Genial!- exclamó Carlos alzando ambas manos al cielo.
-Je, si, lo será hermano...Bastante- añadió Sam, mientras se le venían a la mente un par de ideas- Creo que se puede decir que...
-¡Nuestra aventura continúa!-exclamaron ambos, pasando por el lado uno del otro, pero chocando los 5 de paso.
Hasta aquí el nuevo capítulo de esta historia.
Espero les haya gustado, les amndo un abrazo psicológico y nos vemos...hasta la próxima.
Cuídense mucho.
Chau, chau.
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