88. Apareciste.
Apareciste, no me importó la fecha ni la zona horaria, o si anochecía o si amanecía.
No importó quien me hacia compañía
o al lugar a donde iba.
Apareciste y del cielo llovieron rosas,
se pintaron mil nuevos y hermosos futuros posibles.
Me llenaste de sueños
lo que antes parecía imposible y las estrellas bailaron.
Y la multitud desaparecía.
Y mis pensamientos
se nublaron y mis dudas
se esfumaron.
Mis miedos parecían distantes, los dolores,
las noches de llantos...
sólo eran recuerdos del pasado; ya nada malo podía suceder.
Y una breve brisa se llevó mis palabras, y mis mejillas se sonrojaron,
y mis manos temblaron,
y mis labios... mis labios te querían morder.
—Síguela —Me decía
mi corazón— .Es una buena mujer, no la vayas a perder.
Y mis piernas por instinto se movieron, no lo podía creer.
Y las nubes se dispersaban, y los pájaros júbilos de amor cantaban, y todo el mundo lo supo cuando al fin te alcancé.
—¡Te amo! —Grité.
Y mi corazón navegaba
por los siete mares, y mi corazón corría en mil maratones.
Y apareciste, y yo me convertí en tu príncipe
soñado y amado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top