Ésto va dedicado a todos esos pseudo artistas que gritan y gritan.

“¡Mírenme, mírenme hago poesía!”.

Un escritor de verdad y sincero hace silencio y deja que sus rimas hablen primero.

Ésto va dedicado a los poetitas que escriben todos los días de cosas bonitas.

Artistas que te escupen en la cara las mismas porquerías.

Artistas que sólo viven de sus mentiras.

No tienen más aristas.

He visto escritores hablar del amor, del dolor, del odio, de la pasión,
haciendo alusión a una traición.

También están los que escriben una poesía distinta, rimando hipocresías que ni ellos mismos se creerían.

Como que están en contra del gobierno y la policía,
siendo que ellos son que te alimentan poetita.

¿Qué crees que el dinero lo regula la calle?

¡Oh! Verdad, aún vives de tus padres.

¿O qué crees que te vas a poder defender solito cuando te asalten?

¿O cuándo a tu madre la violen y la maten?

Mejor deja de quejarte
y busca cambiarte,
estar bien.

Busca ser feliz junto
a los tuyos también, y no digo cambiar por alguien.

Estoy harto de los que sienten envidia
por otro ser.

¿Por qué? ¿Para qué?

A quien le vas a dedicar tus alegrías y tus triunfos si los que ayer te juraron amor ya no queda ninguno.

Por eso mejor sólo quiere
a los tuyos, estoy cansado de los que quieren evaluar
la poesía por su fonética, estructura o métrica.

Y olvidan la esencia,
las buenas letras.

Transmitir un sentimiento, compartir un conocimiento,
con o sin consentimiento,
con o sin cimiento.

¡Qué me parta un rayo
si es que miento!

La poesía la encuentras todos los días.

En las avenidas,
en los rieles de un tranvía
en el calor del sol
al mediodía, en el llanto de una madre afligida,
en la mirada perdida
de un preso contando
sus días, en la sonrisa de una niña recién nacida.

La poesía es un arista,
un punto de vista,
es la vida misma
por eso es que les cuento mi vida.

La vida en Poesías.