Eres mi fuerza, mi luz y guía; eres mi fe y mi alegría.

No dejaré que te marches aunque a mí tenga que encadenarte.

Sí, es cierto que soy una loca y algo psicópata, que soy lenta y un poco tonta.

La que anhela estar junto a ti para leer, jugar,
comer y reír.

Y en el ocaso de nuestras vidas tomar tu mano y decir:

"Mi hermoso y lindo viejito, te amo con todo mi coranzoncito".

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