3. El fantasma de un héroe vivo
Cohem, Distrito Oeste.
7 de Junio del 1880
«¿No recuerdo?"» Todavía resonaba en su cabeza lo que el chico intentó decir. Estaba petrificado ante la escena. Su subordinado dejó caer el arma al suelo y dirigió la mirada hacia él, tenía la cara pálida.
—Esto nunca pasó. ¿Entendido? — le indicó Jones nervioso, sabía que era igual o más culpable por la tragedia. Sin embargo, antes de que el oficial pudiera responder, unas ramas secas en el suelo comenzaron a crujir.
—No... No dispare, por favor — susurró desde el suelo, intentando levantarse con dificultad.
El chico seguía con vida, pero, ¿Cómo era posible? De repente, Jones recordó haberlo visto hacer un movimiento antes del impacto, pero era improbable que lograse esquivarlo a tan corta distancia, de seguro su subordinado falló el disparo en medio de la confusión.
—Tranquilo, nadie va a disparar, todo ha sido un mal entendido— le afirmó el teniente mostrándole las dos palmas de las manos. —Soy el teniente Jones, ¿Cómo te llamas muchacho?
—Me llamo...
------------------------------------------------
—Lance. Tu nombre me pareció encantador desde la primera vez que lo escuche— dijo con una sonrisa radiante mientras escribía en el trozo de metal. — Es una lástima que se haya roto, pero al menos pudiste conservar este fragmento. Me lo entregó. Había escrito mi nombre junto a un corazón, no dije nada, solo me quedé observándola perdido en sus ojos mientras acercaba su rostro hacia el mío...
------------------------------------------
El muchacho despertó en la misma habitación de antes. Había perdido el conocimiento por veinte minutos, pero se sentía como quien ha dormido por horas. La puerta estaba abierta y a través de esta, noto al hombre del bosque sentado junto a dos señores.
—Se ha despertado — dijo Jones al percatarse de su presencia. Había despachado a sus oficiales, pero decidió quedarse hasta que el muchacho recuperase el conocimiento.
—Hasta que despiertas dormilón, ¿Cómo te sientes? — le preguntó Dylan compasivo al entrar en la habitación.
Se quedó un momento pensativo sin responder. Podía sentir el ardor por todo el cuerpo a causa de las quemaduras y heridas ocultas bajo la vestimenta prestada. No podía recordar cómo se las había provocado, de hecho, no podía recordar nada en lo absoluto, su mente era como un gran vacío oscuro y eso le asustó.
—¿Qué ha pasado? —. Se notaba desconcertado. —No puedo recordar nada...
—No te angusties, solo necesitas descansar— interrumpió Margaret al notar que el chico perdía los nervios. —Es posible que recibieras un golpe en la cabeza, has estado inconsciente todo el día.
—Ya veo... —. Tenía un tono más calmado. Dedujo que ellos lo habían atendido mientras se encontraba inconsciente. —Ustedes me han salvado, no tengo como agradecerles.
—Bien, me largo — gruño Jones Interrumpiendo el momento. Ya tenía pruebas suficientes de que el chico no contaría nada y que su reputación no se vería en peligro. — Ustedes no están en la obligación de mantener al muchacho, yo me puedo encargar de ahora en adelante.
Los Lenbrot se miraron entre sí sin responder, como tratando de ponerse de acuerdo telepáticamente. Dylan se llevó las manos a los bolsillos y se acercó al muchacho extendiéndole el pedazo de metal.
—Llevabas esto contigo cuando te encontré ¿Te parece familiar?
Era el mismo que había visto en su recuerdo. Lo tomo y lo apreció por unos segundos como si se tratase de una piedra preciosa. Ese trozo de metal era la única pista que tenía sobre su pasado.
—Muchas gracias señor, creo recordarlo, pero no estoy seguro...—. Se guardó el metal en el pantalón y giró su mirada hacia el teniente. —Por cierto, perdí el conocimiento antes de poder responderle en el bosque. Me llamo Lance.
—Muy bien Lance, recoge tus pertenencias, nos vamos — le ordenó el teniente dándole la espalda.
—De hecho, Jones, no hay ningún problema con que el chico se quede, nosotros lo podemos atender mientras se recupera. Además, usted y sus oficiales ya tendrán suficientes problemas que atender después de lo ocurrido en el Distrito Este.
—¿Qué ha ocurrió en el Distrito Este? — Preguntó Lance
—¡Una masacre! — Exclamo Dylan con amargura— Según el diario fue un ataque químico provocado por los malparidos de Eternity
—Una asociación terrorista buscada en los dos grandes reinos— Continuó Jones al ver la cara de confusión de Lance. —Hasta ahora la aparición de sobrevivientes en el Este ha sido mínima, prácticamente acabaron con todo el distrito.
Lance no sabía que era más triste, si la tragedia o el hecho de no reconocer ni el Distrito ni los dos grandes reinos. Bajó la mirada desconsolado y volvió a identificar el diario cuyo titular resaltaba el atentado, pero esta vez capto su atención la fotografía de la portada. Era un hombre enmascarado con una espada envainada a su espalda.
—El Búho Plateado, así le llamaban porque siempre llevaba esa mascara metálica en forma de lechuza— explicó Dylan al ver que Lance contemplaba la fotografía. —Nunca se supo su verdadera identidad, pero fue un héroe en la tercera guerra de los Reinos...
—Pero ahora no es más que un cadáver — interrumpió Jones tajante. —Fue el único que pudo llegar a tiempo al Distrito Este, pero murió intentando evitar la tragedia.
Había algo en el Búho Plateado que intrigaba a Lance, como si supiese más al respecto, pero no lo podía recordar en el momento.
Me largo. — se despidió Jones áspero. —Y tú, date prisa en recuperar la memoria, no me agradan los extraños.
—Así será — le respondió Lance con una sonrisa.
—Lo digo enserio. Estoy ansioso por saber qué fue lo que te pasó, te estaré vigilando muchacho. Adiós. —. Se marchó borrando la sonrisa del rostro de Lance.
Aun a minutos haberse retirado, se podía oler la desconfianza en sus palabras. Lance supuso que era normal para un teniente que debe velar por la seguridad de su pueblo. No le molestaba del todo que dudaran de él, sino el hecho de no recordar su propia historia. «¿Y si en realidad tienen motivos para sospechar de mí?».
Margaret le mostró el cuarto de baño donde de inmediato ubicó el espejo. Una vez a solas, lo primero que examinó fue su rostro y la larga cabellera rubia que lo enmarcaba. Sintió una paz inmensa al lograr reconocer su cara. Al subirse ligeramente la camisa, percibió las quemaduras en su abdomen y las toco delicadamente como si el tacto le fuese a devolver los recuerdos, pero tuvo que conformarse con sus propias teorías. «Quizás estuve en un incendio»
Con algo de temor decide desabotonársela para poder apreciar la quemadura que más le molestaba, pero se espantó cuando en lugar de eso lo que encontró fue un gran tatuaje grabado en todo su pecho. El sobresalto le hizo desplomarse contra el lavamanos quedando a centímetros del espejo, en ese momento, mirando fijamente el reflejo de sus ojos grises, notó que ya no le parecían tan familiares como pensaba.
--------------------------------------
El tono café de mis ojos parecía más oscuro en el reflejo de la espada. Quizás por la falta de luz en la habitación, o quizás por el odio dentro de mí. La alcé con las dos manos punta abajo, decidiendo si me daría más placer clavarla en la cabeza o hundirla en el corazón. Debía darme prisa antes de que despertará, así que de una manera brutal se la incruste en el pecho con tal fiereza que la hoja se hundió por completo atravesando el colchón. Con el mismo vigor la desenterré y volví a apreciar mi reflejo en el metal de la hoja bañada en sangre. Esta vez no tuve duda, mis ojos cafés se notaban más oscuros a causa del odio. Y entonces, sentí paz...
--------------------------------------
—¿Lance? ¿Todo en orden ahí dentro? — preguntó Margaret desde el exterior del baño. Pasaba por el pasillo y le pareció extraño no escuchar ni un ruido.
—¡Si señora Lenbrot! Al parecer tengo el estómago algo descompuesto...
—¡Ay disculpa mi impertinencia hijo! Tomate tu tiempo, estás en tu casa.
El pánico se había apoderado de Lance tras aquel recuerdo. «He asesinado a una persona...». Se miraba frente al espejo con un tatuaje y ojos que le parecían ajenos. En ese momento lo único que tenía claro en su cabeza era que debía recuperar la memoria cuanto antes. «...Y se sintió bien.»
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top